Steel Heart «JB» [Hot]

Capítulo 45 "Quiero estar sola"

DESTINY PUNTO DE VISTA

Después de un placentero orgasmo en la ducha con Justin Bieber, el único chico con el que he estado los últimos meses, salimos de la ducha, y nos vestimos de manera cómoda.

—¿Me pasas mi cartera?—le pregunté a Justin ya que él se encuentra cerca de ella.

—¿Para qué? Yo pago, no la necesitas—murmuró y tomó la tarjeta de la puerta del hotel—Vamos.

—Justin, me gusta ir por la vida con mi dinero—le dije rodando los ojos.

—No discutamos por esto, solo vamos a la farmacia, y después te llevaré a un cómodo lugar para cenar.

—Mañana yo pago el desayuno.

—Si, como digas—dijo mientras abría la puerta de la habitación esperando a que yo saliera, cuando salí, la cerró y nos dirigimos al elevador.

—Es en serio cuando digo que yo pagaré mañana el desayuno, Justin, no me trates como loca—murmuré con los brazos cruzados esperando a que el elevador se abriera.

Él volteo a verme, yo seguí con mi expresión neutra haciéndole saber que hablo en serio. Después él soltó una pequeña risa, el elevador se abrió, y entramos.

—Eres imposible—Susurró.

—Te escuché—le dije girándome para verlo a los ojos.

—Esa era mi intención—dijo guiñándome un ojo, después me atrajo hacia él y me dió un beso en la frente, sonreí y rodé los ojos.

Después de unos minutos llegamos a la farmacia, entramos y comenzamos a buscar entre los pasillos.

—Busca condones mientras busco la pastilla del día siguiente—le sugiero a Justin.

—Debemos ir al doctor para que te de algún tratamiento, prefiero sin condón—dice neutro.

—Yo también, pero eso es más en los matrimonios o cuando viven juntos, busca los condones.

—Bonita, tenemos sexo todo el tiempo, ¿no crees que sería lo mejor?

Me quedé pensando unos segundos y él sonrió esperando a que yo cediera.

—Mmm, no, ahora busca condones.

Él deshace su sonrisa, rueda los ojos y se dispone a buscar condones.

Cuando finalmente encontré la pastilla del día siguiente, me acerqué al mostrador con ella para pagar, Justin llegó a mi lado y puso una caja de condones en el mostrador.

—La pastilla y los condones—dije sin pelos en la lengua, vamos, es lo más normal del mundo, muchos idiotas sienten pena al momento de pagar estas cosas, pero al contrario, hay que sentirse orgullosos al ser responsables.

Quien nos atiende es una anciana y nos mira con asombro, después marca las cosas y nos dice lo que debemos pagar. Justin le paga y después la anciana habla.

—¿Cuántos años tienes niña?—pregunta con sorpresa.

—Los suficientes para tener una vida sexual activa, que tenga buen día—le digo y tomo a Justin de la mano, salimos del lugar.

Ambos comenzamos a reírnos cuando salimos de la farmacia.

—¿Qué fue eso?—me preguntó.

—La señora empezó, ¿por qué pregunta mi edad?—dije riéndome.

Él asintió riéndose.

—Por cierto, ¿cuántos años tienes?—pregunta Justin y eso me toma desprevenida, caigo en cuenta que nunca nos hemos dicho nuestras edades.