Kookmin's Arch

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La desventaja de estar en la posición del idol cuando BTS saca nuevo single es que precisamente el nuevo single no es nuevo para ellos, más bien se repite como un disco rayado.

Es difícil ponerse de acuerdo para escribir una letra desde siete perspectivas diferentes sumando la opinión de tres productores más sin que el resultado se convierta en una letra que suena falsa y comercial.

¿Para qué mentir? Son letras muy falsas y muy comerciales, y aunque Jungkook ya se haya quedado sin saliva para silbar la misma melodía de DNA de siempre por tercera semana consecutiva, Inkigayo continúa eufórica, al igual que STAFF en los camerinos.

Desde el día de la creación del universo
A través de los siglos infinitos y en delante
En la vida pasada, y quizás en la próxima también. Estaremos juntos por siempre.

La letra ya ha pasado de moda y a Jungkook le suena a poesía de chica adolescente escrita en un foro de revista cutre.

Pero a sus espectadores VIP les encanta.

Holland y Jeon Yeong están fisgando la actuación desde el backstage y se sienten como unos padres orgullosos de sus bebés. La chica se muerde las uñas impaciente esperando a que llegue el turno del rap de Yoongi para gritar, Holland no tiene que esperar porque Jungkook es un chupacámaras y no deja de perder el protagonismo. No puede esperar a sacarle de ahí en cuanto termine la actuación para llevarle al rodaje de Neverland en la playa.

Hoy es el fin de las promociones de DNA y tienen tres días de tiempo libre. Han venido visitas desde todos los puntos de Corea para secuestrar a sus respectivas siete deidades y convertirlos en humanos por tres días.

El cuento de Cenicienta, solo que en vez de vestirles de seda convierten su coche oficial en calabaza. Y sienta muy bien ser una calabaza común y corriente, la verdad.

—¡Ese es mi chico, ese es mi gatito reencarnado!— Jeon Yeong se ha lanzado a Yoongi enrollando sus piernas en su cintura sin darle al chico tiempo ni a limpiarse el sudor, desprenderse del micrófono o beber agua— ¿Eres tú?

Yoongi gruñe como si de verdad le molestara Jeon Yeong encima suyo cuando en realidad está tratando de reprimir una sonrisa de oreja a oreja.

—¡¿Gruñes?!— Jeon Yeong se hace la sorprendida y regaña a Yoongi— Eso no, gatito malo, los gatos maullan.

Solo Jeon Yeong es capaz de hacer a un Yoongi sudoroso, exhausto y malhumorado maullar. Pero ha maullado y la chica ha caído a sus pies, llevándosele a una silla de maquillaje para besarle toda la cara.

Dana de maquillaje retoca el corrector de Yoongi mientras este besa con lengua a Jeon Yeong. Es una situación ciertamente incómoda y un triángulo amoroso bastante peculiar, pero las estilistas de BigHit son demasiado profesionales como para distraerse de su trabajo por una simple chica opacando al idol que tienen que maquillar. No parece importarle.

—¿Sabes que día es hoy, Yoongi-Bongi?— pregunta Yeong dulce mientras se separa para achucharle las mejillas. La piel de Yoongi es tan blanca que da miedo, pero Jeon Yeong es capaz de tornarla rojo intenso.

—2 de octubre, bebé.

—¡No, tonto!— le golpea el hombro— Es nuestro mesiversario desde que me sacaste del calabozo.

Ah, el calabozo, cierto. A Yoongi ya casi se le había olvidado que había sacado a Jeon Yeong de la cárcel.

La vez en la que Yoongi pegó un puñetazo  a Jungkook después de que este gritara que Jeon Yeong era lesbiana solo había sido el principio de la noche. Después, Yoongi había caído presa de un bajón emocional demasiado grande por haber dejado K.O a la persona que jamás hubiera sido capaz de pegar, y también tras descubrir que su perspicacia no era tan grande después de todo si se había enamorado de una chica cuya atracción sexual oscilaba en una dirección distinta. Yoongi había perdido el norte durante unas horas encerrado en el estudio hasta que un miembro de Seguridad le informó de que una fan llevaba toda la noche cantándole canciones de amor a gritos desde la calle y que había escrito <<Perdóname, Min Yoongi>> con Spray en la fachada de Big Hit. Seguridad le había dicho que la policía se la había llevado a pasar la noche a comisaria.