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 Alexander Flemin se encontraba en su laboratorio trabajando a horas indebidas cuando descubrió la penicilina. Digamos que el hombre jamás buscó descubrir algo así. Pero tampoco vamos a quitarle méritos. Nunca viene mal salvar más de un millón de epidemias de la posguerra mundial, ¿No?

Y por más serendípico que fuera el caso de Flemin y más bonita sea la palabra serendipia, Jungkook no es capaz de imaginar qué es lo que Jimin busca tras cinco horas encerrado en el estudio, en todo caso, matarse a sí mismo.

Como si creyera que cantar la canción más veces fuera a hacerla mejor. ¡Si ya es perfecta de por sí! La primera razón es que es suya, la segunda reside en que la ha escrito él, en que Jungkook le ha ayudado y en que Jimin la ha escrito pensando en Kook.

Aunque también hay que entender los nervios ante el hecho de que tu canción solista esté a punto de ser lanzada globalmente en dos semanas.

Jungkook pega un mordisco a su manzana cuando cierra la puerta del estudio y vuelve a insonorizar el espacio. La alarma de alerta por robo está a punto de sonar cuando introduce una contraseña incorrecta.

Suspira aliviado, no quería asustar a Jimin, aunque duda que pueda oírle con los auriculares del tamaño de su cabeza.

Ha venido a arrastrarle a la cama. Son las putas tres de la mañana y se suponía que hoy era día de descanso, y en vez de eso, Jimin se había saltado su primera comida grupal en días para terminar la colaboración con Supreme Boi y no ver a Kook en todo el día.

Sigue ahí de pie, con su gorra de Balenciaga y su outfit impecablemente pensado. ¿Por qué no pueden quedarse en pijama en todo el día si no piensan salir? Aunque, bueno, incluso sus pijamas parecen confeccionados para una auténtica alfombra roja.

Jimin está a punto de dormirse encima del micrófono, pero su voz sigue siendo tan bonita... Al menos está desmaquillado, y en sus mejillas hay un rubor natural que hace que Jungkook quiera darle tropecientos mil abrazos.

—I'm your calico cat— Jimin bosteza entre nota y nota— Here to meet you.

Jungkook se acerca por detrás sin que Jimin le perciba, a pesar de que enfrente haya un espejo de pared.

—Love me now— Jungkook continúa la canción de Jimin, le abraza la cintura por detrás y apoya la barbilla en su hombro. Observa el reflejo de ambos en el gran espejo que abarca todo el espacio. Jimin no se sorprende, de alguna manera sabía que Jungkook estaba ahí, se limita a sacudir la cabeza tratando de no distraerse con su visita y seguir la canción.

Jungkook acaricia el dorso de la mano libre de Jimin, que está relajada a un lado de su cuerpo, lo hace hasta que el más bajito termina entrelazando sus dedos, y Jungkook comienza a mecer las caderas de un lado a otro mientras aún está pegado a la espalda de Jimin, haciendo que por ende ambos se muevan lentamente al ritmo de la música.

—Touch me now— Jimin conoce a Jungkook de maravilla y sabe que se tomará esa parte de la canción de manera literal, así que se muerde el labio cuando canta.

—Como pidas, bebé— Jungkook sonríe socarrón antes de deslizar la mano bajo la camiseta de Jimin, que se retuerce de la risa frente a él y se deshace de sus cascos. Jungkook no tiene pensado ir más allá, está demasiado cansado, solo quiere llevar a Jimin a la cama y abrazarse a él toda la noche.

—Oye— Jimin se gira para quedar frente a Jungkook, sin que este le quite las manos de la cintura— No te aproveches de un dummie en el inglés.

Jungkook va a reírse pero le viene un bostezo, se frota los ojitos.

—Venga, Chim...— trata de convencerle tirándole de la manga— Vamos a la cama.

—No estoy cansado, Kook— se rasca la nuca— Tengo que acabar. Yoongi ha encontrado unos errores en los compases que corrigió esta tarde y tuve que cambiar la letra de un párrafo, y resulta que a Donghyuk le gustaba más la versión anterior así que ha enviado un...

Kookmin's ArchWhere stories live. Discover now