Kookmin's Arch

8

Pero por la Madre de Dios Santa María Vírgen Sagrada y José y por la Santísima Trinidad que guarde nuestros cuerpos Jesucristo Amén. ¡¿Qué coño me pasa?

-¡No quiero verlo!- grito- ¡Por Dios, para! Estoy aquí.

Todo hubiera sido demasiado políticamente incorrecto. Pero por desgracia, me confundo.

Jimin se gira muy sobresaltado. Tiene un disco en la mano y ha perdido el color del rostro.

-¡Pero qué te pasa, Kook!- me lanza un grito susurrado- Vas a despertar a los demás, idiota, ¿Qué haces aquí?

-Yo...- balbuceo- ¿Qué hacías tú?

Indica el disco.

-Pues estaba limpiando este CD. ¿Qué mierda crees que hacía?

Empezamos a discutir en susurros. En verdad estaba sacando brillo a su disco. Y yo no puedo sentirme más gilipollas.

-Yo...- explico con gestos- venía a por un vaso de agua...

Jimin se sienta en el sofá y yo tomo asiento a su lado un segundo después (bueno, un sofá improvisado con abrigos y mantas)

-Pero si la cocina está en la otra dirección...- dice mientras se mete una cucharada de cereales en la boca.

-Joder, ¡Ya lo sé!- digo buscando una excusa- Pero vine a inspeccionar por aquí porque sonaba como si Namjoon estuviera tirando jarrones desde el piso de arriba.

Jimin resopla.

-Ya, no me estoy llevando muy bien con este cacharro- dice mirando el disco iluminándose con la leve luz, comprobando que no tuviera ningún imperfecto- He dado algunas patadas a la pared con la frustración, si te digo la verdad.

Parece un tanto tristón y aprovecho para quitarle el disco de las manos.

-Trae anda, a ver qué pasa- inspecciono el objeto- ¿Por qué tanta importancia? ¿Qué es?

Su pecho desnudo sube arriba y abajo con un ritmo acelerado que ya casi se ha desvanecido, seguramente estuviera bailando hasta hacía un momento.

-Es un disco de mi padre- se pasa las manos por el pelo- Me lo envía de Busan. Y no sé si le ha pasado una apisonadora por encima o algo así, pero por más que lo intento no lo arreglo.

Se lo devuelvo.

-Tú sopla. Y si no pues dale golpes.

-Eso solo funciona con las teles de caja.

Jimin echa vaho sobre la superficie y luego se dispone a limpiarlo. Pero para en seco.

-Joder, se me olvidaba que no tengo camiseta.

Y va y se pone a horcajadas sobre mi para robarme mis prendas.

Yo ahogo un gritito.

-¿Qué pasa?- dice levantándola para usarla a modo de trapo- La mía está sudada.

-Ah- susurro para quitar la tensión. Tengo una sonrisita falsa y ante todo rezo para que no note que Juanito se despierta aquí abajo- ¿Y no tienes frío así?

-Pues un poco. Acabo de parar de bailar- entonces me mira fijamente- Pero al parecer tú no.

Vale, me ha pillado. Lo ha notado. Seguro.

Bueno, aquí me despido. Espero que alguien me haga el honor de poner La Macarena en mi funeral. Ha sido un placer. Adiós.

-¿De qué hablas?- creo que ha hablado mi alma que se va separando de mi cuerpo.