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Han estado un buen rato hablando sobre cosas banales, como el cosmos, hasta que Jimin se ha quedado dormido. Jungkook aún siente la mano húmeda de limpiar las lágrimas del mochuelo, y se han prometido que mañana se despertarán extra pronto para correr un rato en la cinta para que después Jimin ayude a perfeccionar el paso de una nueva coreografía que a Kook no termina de salirle bien.

Pero, claro, Jungkook, criminal, se le ha olvidado a propósito poner el despertador. Porque así tendrá más tiempo de ver a Jimin dormir.

Piensa en la envidia que les daría a las ARMY ver a Jimin en esta situación, y que algunas matarían por verlo. Por verle así, con la boca semiabierta sobre la almohada de Jungkook, abrazando el brazo del chico como insinto. Con la mitad de su pelo semicardado aplastado contra la almohada y, sobre todo, sonrojado mientras dice cosas en sueños.

"No. no" "A tí no te quiero, Sabrina. Para"

Jungkook no sabe para nada quién es Sabrina pero tiene nombre de burdel barato y desde luego no le hace ni pizca de gracia, así que algo enfurruñado agarra a Jimin y lo estruja contra él, como una pelotita antiestrés, pensando que a lo mejor esa es la última noche en la que el chico le mirará a la cara si llega a descubrirlo.

.

.

.

Jimin se despierta unas horas después, en mitad de la noche, con lo que parece ser la quinta sinfonía de Beethoven.

Muy sobresaltado, se incorpora jadeando para encontrar al culpable, que es, como no puede ser de otro modo, el enorme tocadiscos ochentero que Kook guarda en su habitación.

-Kook. Tu vinilo- intenta zarandearle para que se despierte, pero está demasiado ocupado babeando la almohada.

Jimin suspira pesadamente. Jungkook tiene el sueño muy profundo y si no son capaces de despertarle por la mañana tirándole de los pezones, menos capaz será un vinilo de perturbar su letargo.

Pero en cierto modo le preocupa que fenómenos paranormales de este calibre se produzcan en la habitación del maknae a estas horas de la noche. Mientras tanto, se despierta para apagar el molesto armatoste, y un segundo después y cientos de botones tocados en vano más tarde, se da cuenta de que es inútil.

Ahora se encuentra alumbrándose con la luz del móvil de Jungkook, tratando de buscar algún cable que pueda desconectar. No tiene éxito al meter la mano bajo la cama, pero, sin duda, encuentra algo mucho más interesante.

El sobre rosa aún vive bajo la cama. El sobre rosa del que, y cito: todos iban a olvidarse.

Jimin se frota los ojos para comprobar que no es un sueño y, encontrando finalmente el botón rojo que ponga fin a la molesta música de fondo, se sienta en la moqueta para no desmayarse.

Antes de abrir el sobre mira a Jungkook, que respira tranquilamente bajo las sábanas. Mira al sobre. Quizá solo se había olvidado de tirarlo, ¿Verdad?

"Seguro que sí" piensa mientras, aún con la luz tenue del teléfono, abre el sobre para encontrarse el manuscrito repleto de post-its y frases subrayadas. Eso no estaba ahí la última vez, y Jimin había tratado de olvidarse por completo de ello.

Frases subrayadas como:

"Cuando Jungkook soltó las esposas a aquel chico rosa pastel, pudo entender que no necesitaba amarres para que permaneciera a su lado"

Jimin puede apreciar como su compañero ha anotado cosas a boli en los márgenes de la hoja, y ha hecho garabatos de lo que parecen ser sus labios. Jimin tiene el instinto de tocárselos mientras observa el esbozo a lápiz de ellos sobre el papel.

Vuelve a mirar a Jungkook.

Y, de vuelta al papel, la luz se vuelve más brillante cuando una notificación emerge en la pantalla del móvil.

Wattpad:

@Sugagusigulu @mochielo comentaron en tu historia: DARK ROOM (Kookmin)- Capítulo 1.

Jimin frunce el ceño. Y cree que, después de todo, está en el derecho de agarrar el dedo anular de Jungkook contra su voluntad mientras duerme, y desbloquear su teléfono con su huella dactilar.

Silenciosamente, apunta el usuario de Jungkook en un papel, y no le hace falta meterse dentro de su historia "DARK ROOM" para saber de lo que trata. En este momento Jimin se siente utilizado. Utilizado como un simple juguete para entretenerse un rato, ¿para escribir sobre él?

Se atreve a echar un vistazo a su tablón de mensajes, donde sólo él mismo escribe cosas.

"Hoy he mirado a Jimin más de lo normal" 18/07/2017 23:56

"Hoy Jimin trató de descubrirme" 19/07/2017 15:45

"No he bajado a cenar. Lloré pensando en Jimin" 19/07/2017 22:18

"Hoy he hecho algo de lo que me voy a arrepentir" Hoy a las 00:25

Jimin desvía su mirada hacia los tarros vacíos de colonia sobre el tocador.

En este momento, Jimin solo es capaz de ver a un niño asustado en el cuerpo de Jungkook, a pesar de que duerma destapado con su ya fisionomía de hombre.

Respira sin saber lo que pasa, posiblemente pensando que Jimin aún duerme a su lado. Jungkook no piensa en consecuencias, sigue siendo el mismo crío vergonzoso que llegó a la empresa con quince años. Sigue teniendo miedo de las chicas y yendo al cuarto de la colada a llorar cuando le salen las cosas mal, que es casi nunca.

Casi nunca.

¿Quién le ha dado derecho? piensa Jimin.

Derecho a nacer en Busan después de él. Derecho a que le salga a la primera el paso que ellos deben practicar semanas. Derecho a derribar siempre sus fichas en el ajedrez. A que las ARMY griten su nombre sobre el de ellos. A que sea tan genuino y soñador. ¿Quién le ha dado derecho a ser el ángel de las cámaras? A derretir corazoncitos con sus agudos. A tocarle de esa manera.

¿Quién le ha dado derecho a que Jimin sea su fan número uno? Que admire su destreza, que se escabulla para oírle cantar. Que se sonroje cuando le persigue con la cámara de fotos que Jungkook se empeña en usar con él.

Que le haga sonrojarse detrás de las cámaras.

¿Quién le ha dado derecho a hacerle sentir así?














Kookmin's ArchWhere stories live. Discover now