26. "Noticias."

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Si a alguien le interesa el intercambio del libro Inevitable Desastre (la secuela de Maravilloso Desastre) de Jamie McGuire por otro libro, hablar por inbox.

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Esta semana se ha convertido en un auténtico fracaso en mi vida. Comenzó el lunes con mi taza de café derramándose por toda mi ropa y desde entonces ha sido una montaña rusa de emociones, con todos sus característicos alti-bajos. Pero sin altos. Un examen sorpresa que estoy segura que reprobé. Mi auto quedándose sin gasolina en el medio de una avenida. Mi celular muriéndose para siempre en plena conversación con Harry. La costura de mis jeans favoritos deshaciéndose mientras me los pongo. Una camiseta blanca que me quedó de Harry (un recuerdo de nuestras épocas dichosas) tiñéndose con grandes manchones azules en el lavarropas. Mi olvidadiza mente dejando mi copia de Emma (mi libro favorito en el mundo) en el patio, sólo para que la tormenta que llegó minutos después la arruinara por completo. Y todo eso parece haber sido desencadenado por el hecho de haber rechazado a Harry alrededor de tres semanas atrás.

Bueno, teóricamente no lo he hecho, pero se siente así. Además, no es como si fuéramos a cortar todo tipo de relación. Lo haríamos como se debe, tranquilamente, sin apresurarnos a tomar decisiones de las que probablemente nos arrepintiéramos después. Bueno, él. Yo no.

Vamos por partes, dijo Jack.

Hemos estado hablando en estas tres semanas. Y nos hemos visto. Mucho. Hemos tocado todos los temas habidos y por haber, e incluso me pidió que le hablara de cuando estuvimos juntos (las dos veces), incluyendo el pequeño detalle de su mentira y todo lo que eso desencadenó. Podríamos haber escrito una novela con nuestra conversación de WhatsApp y nadie se habría dado cuenta de ello. Mientras repasaba una y otra vez en mi cabeza nuestra historia y todo lo que vivimos, llegué a considerar que lo nuestro si es algo increíble y memorable.

Como vía de escape a mis pensamientos turbulentos y fastidiosos, decido convocar a una reunión de chicas para poder calmar el incesante ruido de mis ideas y poder, finalmente, tener una opinión externa y quizás lograr la paz. Sin embargo, por más que crea que lo que mis amigas piensen será algo bastante acercado a mis decisiones, no puedo evitar pensar que tal vez no. Que tal vez no encontraré la calma y el consuelo que estoy buscando, la razón por la que estoy acudiendo a ellas. He retrasado este momento el mayor tiempo posible, pero es hora de afrontarlo y escuchar lo que mis amigas tengan para decirme (que estimo serán, muchas, muchas, malas palabras).

El timbre suena escaleras abajo y mi madre es la primera en llegar a él. Farfullo una maldición, terminando de acomodar el cuarto antes de que el torbellino Julie llegue para volver a ponerlo patas arriba. Lanzo un par de prendas dentro del armario, estiro el acolchado color fuxia chillón sobre las sábanas desordenadas y guardo los apuntes que he estado leyendo dentro de mi mochila. Mis amigas hacen acto de presencia en mi habitación, llevándose consigo todo el silencio y el orden que pudiera haber hecho, lanzándose a la cama y depositando latas de cerveza, una botella de agua y una bolsa llena de snacks en mi mesita de noche.

–¿Agua? ¿Quién va a tomar agua? –Julie desvía la mirada farfullando un yo. –¿Tú, agua?

–Yo, agua. Estoy tomando antibióticos... tengo... gripe. –mueve la mano restándole importancia. –¿Y qué estás esperando? –inquiere cambiando de tema, mirándome desde el colchón y poniéndose las manos debajo de la nuca.

Me río negando con la cabeza, olvidando por completo el incidente del agua, los antibióticos y una enfermedad que ha aparecido de súbito. –Primero pediremos pizza y mientras esperamos les contaré todo con lujo de detalles.

Over Again. | h.sWhere stories live. Discover now