los Demonios también Tienen Almas Gemelas

capitulo cuarenta

Cuando Hades me vio por primera vez con esos ojos oscuros puestos sobre mí, parecían reconocerme inmediatamente como un diamante perfecto para humillar a su hijo y crear una perfecta herramienta.

No es como Veo a Nina y no es como Nina cree que la Veo, es una herramienta, pero también es mi favorita, cuando las parejas se comprometen  en crear un lazo fuerte uno tiene la responsabilidad de ser sumiso y el otro el Dominante, el sumiso siempre deberá obedecer a su amo, sin importar lo que cueste, pero el dominante debe hacer que su obediencia sea sincera y demostrar quien tiene el poder siempre.

Eso es lo que Hades me aconsejó, me aconsejó imponer autoridad y temor sobre mis herramientas usando una máscara de piedad, aunque Nina... no puedo decir que es solo es una herramienta, es un postre exquisito el cual comería sin importar cuánto me lastime, es un el juguete con que siempre voy a querer jugar, el traje favorito de mi armario que siempre voy a usar, ella es especial, es hermosa y quiero que sea solo mía.

Esa es mi forma de amar.  

—Mi objetivo, te prometo que no te voy a decepcionar.

—Nunca lo haces — corté la llamada, alejo el celular de mi oreja, entonces noto una notificación de un número desconocido.

No parece tan desconocido después de leer el mensaje. 

Todos lo sabrán Daemon Reynolds, el cancerbero que devoró a Hades.

Preocupante, pero ya tengo un plan Kimura, dejarás de invadir mi territorio, tengo las pruebas para que evites difamarme y pronto los testigos estarán muertos.

No volveré a ser como a quien usen: soy el rey en este juego, y mi reina siempre me protegerá.
Crucé las piernas y Patrick movió la página de su periódico.

—¿Hiciste lo que te pedí? —. pregunto

—Así es, esta es la lista de los hombres amigos de Hades —. 

Piezas restantes de estorbo para mi camino. 

—¿Cuál de ellos? — empuja las carpetas y una hoja con muchas fotos  con hombres de corbata, ancianos que desprenden sobre ellos un aroma, olor a mierda. 

—Son solo cinco —veo bien las fotos.

El hombre tiene un cabello canoso, robusto, y con muchas pecas.

— Noir Ronder, el de aquí — el de la cuarta columna, en la tercera fila.

En su fotografía parece simplemente estar sentado en una cafetería, tiene grandes negocios con trata de blancas y drogas, también empresas que hacen extorsiones. 

—Es un pes gordo, Daemon —. 

—Lo sé, me aseguraré de tener grandes negocios antes.—

No puedo perderlo así por así.

—Esté también — más abajo en sexta fila está un hombre moreno, no era el hombre que jugaba esos juegos conmigo y Hades, pero sabe de esto y eso lo agrega a mi lista, el simple hecho de saber.

— Marbas fiths —.  

—Eso yo me haré cargo, pero debes asegurarte de que no hable —. 

—Entiendo — Patrick anota en la libreta. 

— valefor Ollson, Haer Borts, Yomo Randire —. 

Los tres gordos que sonríen frente a la cámara ,  un pelirrojo con lentes, un hombre delgado pero no tan viejo y el robusto anciano.  

— ellos..., —

—Serán asesinados, primero escuché que ya estaban haciendo negocios con Kimura, es esencial, sospecho de que ellos le dan información por algo, y no es  solo intuición —. 

Juego con la taza de café, dando pequeños giros a la mitad de la tasa.

—¿Por qué quieres asesinar a estos hombres, Daemon? Estás seguro de que es por qué te estorban, son mafiosos muy poderosos.

—No planeó para mi vida estar detrás de alguien, planeó estar en el centro y ser quien mandé. Nunca sabes cuándo alguien puede traicionarte, así que tomas lo suyo, deberías saber que en este negocio estaremos constantemente compitiendo — le señaló con el dedo meñique mientras sostengo la taza.

—Entonces, ¿por qué yo debería confiar en ti?, que me hace pensar que no me matarás algún día.

—Nos conocemos desde los catorce años y estamos juntos hasta hora, confío en ti — por ahora, no me estorbas, no eres ambicioso como yo, mejor amigo, pero tampoco apoyas a nadie, haces lo qué te conviene y solo ves por ti mismo, mientras no te afecte, estás conmigo  mientras no haya nada que te perjudique.

No tengo que matarte.

—Lo dices en serio — no lo digo en serio, Patrick, sé quién eres y como usarte, por eso no desconfío de tu palabra.

—Sí —.