capitulo treinta

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Entonces me doy cuenta de que nada es cierto, hay muchas más cámaras incluso mejores que las que solía ver, existen muchas más películas.

Nunca había escuchado la música, babe de Justin Bieber, es muy divertida, me gusta su chaqueta, su forma de bailar, hay muchos más colores de ropa para vestir y extensos platillos de comida.

Me gusta como está gran casa, tiene muchas mesas y pinta las paredes de aquellas nubes con brillitos, las personas que viven aquí, ¿Cómo han de dormir?, nunca había visto tanta luz, no he parado de comer desde que llegué aquí, los peces tienen muchos más colores, sabía que eran reales.

— te gusta — asentí. 

Es increíble como puedo tener en mi boca algo tan suave, me hace sentir pequeñas chis pitas, es increíblemente adictiva, 

— es la primera vez que como uno —
 Confieso.

— ¿un pastel?— asentí con una sonrisa.

— hola — al abrir la puerta de vidrio suena una campana, es inevitable que ese sonido llame mi atención, pero esta vez voltee y encontré los ojos café de mi hermana, su largo cabello ondulado, y el flequillo es la misma ropa que tenía al irse de la cabaña.

— ¡Eva!— me bajé de aquel gran mueble y corrí a ella, quien me enredó en sus manos, tenía miedo de no volverla a ver.

— Gedeón — me acercó a él y esté me carga.

— ¿Cómo nos encontraron?— pregunta la mujer rubia.

— está en las noticias, reconocí su foto encontré a un periodista — parecía que aire se agotaba cada vez que hablaba.

— Eva, — Asa corre a nosotros al salir del baño,

— Asa— lo abraza.

— ustedes...— dijo la mujer con una pequeña inclinación.

— somos hermanos, soy su hermana mayor... también estuvimos en aquella aldea, no estábamos en aquel lugar porque ya éramos adultos— Dice Eva de la nada apegando a Asa a su pecho.

— ¿Qué edad tienen?— cuestiona la mujer.

Cómo podría saber eso, yo no sé ni siquiera cuál es mi fecha de nacimiento

— dieciocho — Eva le respondo, con su mirada puesta en sus ojos 
— ¿Cómo sabes eso Eva?— me sorprende como Eva sabe incluso más cosas que Yo.

— ¿Pues... nosotras ya estuvimos afuera, mucho antes?— observó como se mueven sus labios, cuando todo el tiempo estás esperando que alguien te diga que hacer.
— Sentémonos un rato...— la mujer da la espalda, para guiarnos a la mesa cuadrada dónde estábamos hace un momento, Eva no dejó que sus palabras terminarán, agarró la manga de la blusa de la mujer y apretó fuerte.
Mientras que la miraba con las cejas inclinadas.

— tengo muchas cosas que decir, pero..., necesito que mis hermanos menores no estén presentes — 

Soltó, parece que también le harán preguntas, así que volteé mi mirada sobre aquel, pues naranja que está pintando en la puerta.

                                     …

Mueve su cola muy rápido, están de todos los tamaños, ahora entiendo por qué de pequeña quería ser una sirena, mi sueño era vivir con los peces, tocar todas esas piedras de colores.

— ¿Qué estás mirando?— levanto mi rostro al sentir la mirada de Daemon sobre mí.

— estás totalmente maravillada con un par de pescados que nadan en el agua como si fuera una especie de show de algún mago — incorporo mi espalda, cuando terminó de hablar.

Daemon está sonriendo con sus manos en los bolsillos, se queda contemplando mi forma de ver las cosas, cuando veía las luces de los carros en la noche. Incluso ahora que simplemente estoy admirando el naranja de un pequeño pes y lo hermoso que se ve dentro de esta vitrina llena de agua que pareciera tomar un poco del mar.

— ¿Por qué sonríes?— su sonrisa se corta de golpe.

— No es nada—

— vamos Puedes decirlo — doy dos pasos frente a él, para que tuviera que alzar su voz y escuchar su respuesta, a lo que Daemon reacciona con cruzar sus manos tras su espalda dirigiendo toda su atención a los peces.

— no — dijo vos bajá con la cabeza inclinada, infla sus mejillas, se agita en movimiento lento de lado a lado.

— vamos, no me reiré de ti — entonces Daemon dejo de mirar a los peces para mirarme a mí, su rostro es iluminado por la luz azul de aquellas vitrinas haciendo juego con sus ojos, el rosado de sus labios con la parte más clara, parecía un ser mágico de los cuentos de Hadas.

— en serio — preguntó.

— en serio — me acerqué más.

Quiero ver más de cerca la perfecta combinación del azul de sus ojos con el mar.

— admiró tu forma de ver las cosas simples — mi corazón sintió algo hormiguear, miles se pusieron de puntas.

— tus mejillas están rojas — desliza sus dedos.

— gracias por notarlo — como es que unas cuantas palabras encienden todo mi pecho, pareciera olvidar por un momento mis sentidos, mi mente no responde, solo tiene a Daemon Reynolds, iluminado por la luz azul combinando sus ojos.

Tapé mis mejillas para sentir su calor, aún sentía su mirada, estás cosas están fuera de mi alcance.






los Demonios también Tienen Almas Gemelas Where stories live. Discover now