042| Para siempre

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Michael

Ella estaba de pie frente a la ventana con el bebé entre brazos. El pequeño niño la miraba con ojos de amor mientras enredaba los dedos entre el largo cabello pelirrojo de la chica y balbuceaba suavemente. Por su parte, ella le hablaba sobre los colores de su vestido con una sonrisa.

-Es verde, como tus ojos- susurraba Lauren mientras acariciaba el rostro del bebé con suavidad.

Michael se quedó en silencio mirandola un poco más, la imagen de un bebé y una mujer nunca antes le había parecido tan tierna, tan sexy y a la vez tan nostálgica. Pero no era cualquier bebé, era Louis el hijo de su hermana. Y no era cualquier chica, era Lauren, ella era todo para Michael. Estaba seguro que de ser otra chica no le hubiera importado mucho, pero era Lauren con un bebé en brazos. Era fácilmente la imagen más hermosa que había visto.

Y es que nunca antes lo había pensado pero en ese momento deseó que el bebé que Lauren cargaba fuera de ambos, un bebé con sus ojos y su sonrisa, con las pecas de la chica y su cabello de fuego. La combinación le daba mucha curiosidad y nunca antes había tenido tantas ganas de tener un bebé.

-¿Vas a seguir allí viendonos en la oscuridado vendrás a ayudarme?- le preguntó Lauren a Michael sin dejar de mirar al bebé.

A Michael se le escapó una sonrisa y avanzó hasta la chica.

-Veo que ya se llevan muy bien- dijo Michael antes de envolver a la chica entre sus brazos y pegarla a su pecho.

-¿Qué te puedo decir? Louis es un encanto- el bebé soltó una suave carcajada al escuchar su nombre- Y soy muy buena con los bebés.

-Lo sé- Michael le dejó un suave beso en el cuello, justo sobre la yugular- Louis no lleva ni diez minutos aquí y ya te adora.

-Ese es mi don- dijo Lauren riendo.

-Lo es- susurró Michael viendo al bebé también.

Se quedaron allí por lo que parecieron horas, en silencio observando al bebé que jugaba con el cabello de Lauren. Para ambos no habia mejor manera de ocupar su tiempo que cuidando al pequeño de Miranda, la hermana de Michael. Lo tendrían que cuidar toda la noche ya que Miranda debía asistir a un evento importante del trabajo, era la primera vez que salía desde que tenía al pequeño, por eso antes de irse había estado un poco preocupada con la situación como cualquier madre primeriza lo estaría.

-Todas sus cosas están en su mochila y recuerden que me pueden llamar en cualquier momento si algo pasa, también le dejé varias mudas de ropa por si...

-Todo estará bien, Miranda. Tenemos todo bajo control- le había dicho Michael.

-Lo sé, por eso les estoy dejando a mi hijo de 9 meses- dijo Miranda observando a Lauren con una sonrisa.

Su hermana adoraba a Lauren y eso que no la conocía muy bien, solo sabía lo que Michael contaba y viéndola con los mismo ojos que Michael no era raro que la amara, por eso justamente había dejado a su pequeño hijo a su cuidado sin pensarlo dos veces.

-¿Es tu primera vez cuidandolo?- preguntó Lauren un rato después sentada sobre la encimera de la cocina con el bebé aún en brazos.

-¿De noche? Si, nunca lo había cuidado más que un par de horas en el día. Creo que Miranda no me tenía mucha confianza pero ahora que estás tú aquí parece que la cosa cambió.

-¿Por qué?

-Porque sabe que eres asombrosa con los bebés y porque sabe que yo nunca estaría con alguien a quien no le confiaría mi vida... o la de mi sobrino.

Lauren lo miró con los ojos entrecerrados antes de dejar salir una de sus grandes sonrisas, de esas que le desaparecían los ojos de la alegría. Michael notaba que cada vez que le decía a Lauren algo como eso a ella le costaba un poquito creérselo, como si no creyera que alguien fuera capaz de amarla tanto como él lo hacía, por eso Michael se encarga de decírselo muy seguido.

Té para tres 2: Té sin azúcarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora