Té para tres 2: Té sin azúcar

006- Luxación de muñeca

Michael

-Parece que vio un fantasma- dijo Jake riéndose de Michael.

Michael se quedó congelado mirando en la dirección por la que había pasado un enfermero empujando una silla de ruedas. Pero no era una silla cualquiera, pues en ella estaba sentada una chica pelirroja. Una chica pelirroja que conocía. Una chica pelirroja que ni aunque quisiera podría olvidar.

La vio. Era ella. Él estaba completamente seguro. Nunca se confundiría.

-O simplemente le gustan mucho las pelirrojas- añadió John riendo también.

A Michael no le hizo gracia.

No podía ser ella. Se suponía que ella no volvería. No ahora. Él no estaba listo para verla de nuevo. No era el momento.

-¿Michael?- le preguntó John.

Michael tragó con fuerza y se obligó a quitar la mirada.

-Mi descanso terminó- dijo tomando su taza con un poco más de rudeza de la que había querido. Su voz también había salido con un poco más de fuerza de la que pretendía.

-Vaya, no sabía que era un tema tan peliagudo- dijo Jake con los labios entrecerrados.

-No es...

-Es cierto, el descanso terminó- dijo John siguiéndole la corriente a Michael- Los veo a la salida, compañeros.

John desapareció rápidamente y al parecer Jake también, pero Michael no se dio cuenta. Seguía muy concentrado pensado en si era real lo que acababa de ver. ¿Podría ser una alucinación? Llevaba muchas horas trabajando pero no creía que ese fuera el caso.

Pero... ya le había pasado.

Y más de una vez.

Cada poco le sucedía. De repente creía haber visto a Lauren pero no, se trataba de personas totalmente diferentes que le recordaban a Lauren, ya fuera por la piel pálida, el cabello rojo o ropa de muchos colores. Le pasaba eso de que tenía que mirar dos veces porque había creído ver a una pelirroja que conocía.

Pero no, esta vez estaba seguro de lo que había visto. Ella estaba en el hospital. Era ella.

Y no sabía como sentirse al respecto.

No sabía que ella volvería, seguro que si fuera así él también lo sabría. Colette le habría dicho ¿No?. Colette no le escondería algo como eso, se habían vuelto muy cercanos en el último año. ¿Y si Colette no lo sabía tampoco?

-¿Doctor Collins?- lo llamó uno de los enfermeros. Se sorprendió al ver al mismo enfermero que había estado llevando a la chica pelirroja.

Michael salió de su trance y lo miró con expresión seria.

-Un nuevo paciente lo espera en el consultorio- le informó el joven entregándole una carpeta.

-Claro- dijo él caminando de vuelta a su oficina- ¿Cómo es?

-¿Disculpe?

Michael nunca preguntaba nada acerca de sus pacientes, él simplemente estaba ahí para ayudarlos. Pero... tenía que asegurarse esta vez.

-El paciente. ¿Es mujer... hombre...?

-Es una mujer pelirroja... joven.

Mierda, ¿Y si era ella?

-Ok

El enfermero asintió haciendo una mueca extraña y siguió su camino.

Michael suspiró antes de entrar en su consultorio. Por favor, que no fuera ella, que no sea ella, que no... se repetía él.