001- Errores

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Ella

-Maldición- dijo ella apoyando la frente contra las baldosas frías del baño.

Necesitaba sentir frío, estaba caliente, estaba acalorada, estaba asustada, aterrada, atemorizada...

Estaba en un espacio diferente. No era su baño, ese al que ya estaba acostumbrada, el que llevaba usando desde que se había mudado a Nueva York casi dos años atrás. No, ella se encontraba en el frío y sencillo baño de una habitación de hotel.

-Tranquila- dijo él pasando una mano por su espalda.

-No me toques- advirtió ella.

Él retiró su brazo de inmediato y se acomodó en el suelo. Hacía semanas que no la tocaba, no era como que eso fuera a cambiar de repente debido a la inquietante situación en la que se encontraban.

Ambos estaban sentados en el helado y duro suelo del baño. Uno junto al otro, con sus hombros casi rozándose y sus rodillas a centímetros de distancia.

Ella no podía ni mirarlo, estaba tan cambiado. No era el chico al que había conocido dos años atrás. Parecía que su luz y esa bonita sonrisa brillante se habían apagado. Su cabello estaba más largo y su cuerpo más robusto. Algunos tatuajes cubrían sus brazos y su ropa era diferente. Ya no era él. Ya no era el chico del que ella se había enamorado.

Pese a que no lo estaba mirando, ella sabía que él también estaba aterrado, nunca se lo diría, claro. Él enfrentaba todo con una sonrisa y positivismo, pero debido a su estilo de vida actual sería difícil afrontar una noticia como esa.

-Yo...-comenzó él.

-No digas nada, por favor- pidió ella.

Su cabeza daba vueltas, se sentía mareada y con ganas de vomitar. Ambos lo sabían, sería terrible, esa posibilidad les destruiría la vida.

Mientras el tiempo avanzaba de manera lenta y dolorosa, ambos contenían la respiración ante la respuesta que estaban por recibir.

Ella no podía mirar la prueba.

Él no podía despegar sus ojos de ella.

Las posibilidades la aterraban.

No quería, no quería, no quería.

No debía.

No tenía que.

No lo haría.

-Abortaré- soltó ella.

Él se quedó callado, muy en el fondo se lo esperaba.

-Pero aún no sabemos el resultado de la prueba- respondió él después de unos segundos.

-Pero si resulta que estoy embarazada, abortaré- dijo ella con firmeza.

-Esta bien- dijo él simplemente- Es tu decisión.

Ella asintió con la cabeza y volvió a apoyar la frente en la baldosa fría.

-Sé que ahora no quieres ser madre... pero que pasa si luego...

-Ya te lo he dicho- lo cortó ella con fuerza- No quiero tener hijos. Nunca. No quiero.

Él apretó la mandíbula. Esa era una de las cosas por la que más discutían. Ella no veía su futuro del mismo modo en el que él lo hacía.

Él quería una familia, ella quería independencia y una vida tranquila, prefería estar sola.

Ya ni siquiera estaban juntos, habían terminado su relación hacía mucho.

Té para tres 2: Té sin azúcarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora