038| Lugares horribles

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MARATÓN 1/3

Colette

Los hospitales pueden ser lugares hermosos o lugares terribles, lugar que recibe miles de vidas a diario pero también que despide muchas otras. Miles de personas entran y salen de alli todo el día todos los días, algunas con lágrimas de tristeza en los ojos pues acaban de despedirse de algún ser querido, otras con esperanza pues alguien ha logrado vencer alguna enfermedad que parecía imposible de vencer, y otras con emoción al ver a una nueva vida nacer. Eso es justamente en lo que Colette pensaba cuando el doctor salió con noticias sobre Daisy Murphy.

-Familiares de Daisy Murphy- gritó el doctor a la sala llena de personas en busca de información sobre sus propios familiares.

Colette esperó un segundo, nadie se levantó así que ella lo hizo.

Michael y Lauren estaban hablando en voz baja en algún rincón de la sala, el chico tenía el brazo sobre los hombros de la chica y la sostenía contra su cuerpo mientras la escuchaba hablar atentamente. Parecía cansado pero aún así estaba ahí para su chica, después detodo Michael tuvo que salir de su propio hospital para correr a otro apenas escuchó sobre Daisy.

Por otro lado, Olivia lloraba sobre el pecho de Noah mientras él acariciaba su cabello y dejaba suaves besos sobre su frente, Olivia llevaba hacíendolo sin parar las últimas horas.

Harry, sentado junto a Colette, miraba a la nada, no ha dicho una sola palabra desde que tocó salir corriendo para el hospital. Colette sabía que el chico no sabía que decir.

-Soy yo- dijo Colette al doctor.

-La señora Murphy ha despertado y está preguntando por su nieta.

Colette soltó un suspiro de alivio, durante las tres horas que estuvo sentada sobre esa fría e incómoda silla pasaron miles de posibles situaciones por su cabeza, la más recurrente era esa en la que con su propio corazón roto tendría que ayudar a reparar el de Olivia si es que Daisy no despertaba y salían de allí con la mujer solo como un recuerdo.

-Bien, se lo haré saber a su nieta- dijo Colette.

El doctor asintió y miró con pesar a la chica de cabello caramelo que seguía llorando sobre Noah. Olivia se veía diez veces más joven que antes de llegar al hospital y por un momento Colette creyó que volvía a ver a la Olivia de 5 años, la pequeña chica rubia con los ojos rojos, las mejillas mojadas y sosteniéndose de alguien porque no podía sostener su propio peso.

-Liv- dijo Colette sentándose junto a Noah que acunaba entre sus brazos a Olivia.

Pero Olivia ni se movió, parecía estar demasiado metida en sus propios pensamientos.

-Ayudame- dijo Colette tan suave que solo Noah la escuchó.

Noah le regaló un suave asentimiento, ambos sabían que solo él haría que Olivia volviera a funcionar correctamente.

-Olivia- dijo Noah antes de dejarle un suave beso en la cabeza- Tienes que levantarte. Daisy despertó.

Olivia comenzó a negar con la cabeza y de alguna manera su llanto se agravó, su cuerpo temblaba sobre el de Noah mientras le empapaba la camiseta de lágrimas.

-Vamos, Livvie. Daisy quiere verte- dijo el chico antes de ayudarla a sentarse de nuevo.

El corazón de Colette se rompió un poco al ver a Olivia con el maquillaje corrido, la piel pálida y el pelo desordenado. Pero le dolió aún más ver cómo su cuerpo temblaba y de sus ojos rebosaba el miedo.

-Ella despertó, Liv- dijo Colette de nuevo y por primera vez desde que habían llegado al hospital Olivia la miró.

-¿Ella está bien?- preguntó Olivia con la voz ronca.

Té para tres 2: Té sin azúcarWhere stories live. Discover now