Té para tres 2: Té sin azúcar

009- Doctorcito

Lauren

-Michael ya está aquí- dijo Colette sacudiendo a Lauren.

Lauren quedó despierta con gran rapidez, eso no sucedía con regularidad, a ella le gustaba tomarse su tiempo para despertar. Pero Michael estaba allí, lo mejor sería acabar con aquello lo antes posible.

Lauren estaba recostada en su cama cuando Michael apareció al otro lado de la puerta de su habitación. Hizo uso de toda su fuerza de voluntad para no cubrirse la cabeza con las mantas. Si la veía nerviosa o asustada haría preguntas, y eso era lo que ella menos quería.

-Vamos Lauren, necesita revisarte la muñeca- dijo Colette. Lauren no se movió.

Habían pasado pocos días desde que Lauren había vuelto a Nueva York, aún no se acostumbraba a tener la mano inmovilizada y el no poder pintar la estaba matando, a pesar de todo, tenía un consuelo... aquellas sustancias que seguía consumiendo la mantenían adormilada y calmada. Esto no se lo diría a Michael, claro. Le había prometido parar, pero era tan difícil... a ese punto se le hacía más fácil mentir. Solo rogaba porque él no se diera cuenta.

Estaba agradecida que ningún hombre estuviera junto a ella esa mañana, sería muy incómodo si Michael la encontraba en esa posición. No es que a ella le importara mucho lo que él pensara sobre eso, es solo que sería... incómodo.

-Levántate, Lauren- ordenó Colette.

-Me levantaré en un momento, solo...

-Lauren- dijo Colette con voz cansada.

-Pero-

-Lauren- repitió Colette.

Lauren rodó los ojos pero se sentó, sabía que Colette solo quería ayudarla y si no hacía lo que decía, Colette sería mas propensa a pensar que algo iba mal con ella, y si Colette se enteraba... ese sí sería su fin.

-Bien- dijo Lauren levantando las manos en señal de rendición.

Lauren se levantó de la cama mientras ambos la miraban con atención. Michael, que la miraba con atención, apartó la mirada. Lauren no estaba usando pantalones. Su pequeña ropa interior amarilla y la delgada camiseta que estaba usando dejaba poco a la imaginación.

-Les advertí- dijo Lauren con una sonrisita en el rostro.

-Esperaremos en la sala- le dijo Colette rodando los ojos.

Ambos salieron y cerraron la puerta tras de si. Lauren corrió al espejo de su habitación a revisar sus ojos. Todo se veía normal, no había señales de ninguna sustancia en su cuerpo. No tenía los ojos rojos ni las pupilas dilatadas, sin exámenes de sangre, Michael no podía saber si ella estaba mintiendo. Justo lo que ella necesitaba.

Se puso un pantalón de chándal y no se molestó en cambiarse la camiseta de tirantes que estaba usando como única prenda por encima de la cintura.

Caminó al salón con decisión, si se veía confiada él no haría muchas preguntas, por lo menos no con Colette estando ahí.

-Seré rápido, solo vengo a revisarte la muñeca y tus niveles de hidratación- dijo él cuando ella se sentó en el sofá de la sala.

Lauren asintió cuando Michael se sentó frente a ella y se aclaró la garganta.

-Oh si- dijo ella extendiendo el brazo para que Michael pudiera tomarle la tensión.

Era la primera vez que lo veía desde el hospital, era tan incómodo y sorprendente como esa vez, aún no se acostumbraba a verlo con regularidad, y estaba segura que ahora sería regular.