051| La casita amarilla

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Algunos meses después...

Lauren

-Se ve bien- comentó Lauren recargándose contra la encimera de la cocina.

-Si...- dijo un no muy convencido Michael.

Lauren miró a su alrededor. La casa estaba llena de polvo e incluso le faltaba una que otra pared, estaba vacía y aún le faltaba pintura pero en su opinión ya parecía perfecta. Parecía suya.

-Se verá bien- prometió Lauren antes de envolver a Michael en un abrazo.

-Sé que si, confío en tu sentido de la estética- Michael le devolvió el abrazo y apoyó la espalda contra la encimera buscando un poco más de soporte.

Podrían estar así durante horas, en los brazos del otro sin que nada más importe.

-Aún si no lo hicieras me dejarías remodelar la casa a mí sola.

-Claro que lo haría.

Lauren soltó una risita y Michael tomó uno de sus mechones pelirrojos y comenzó a jugar con su cabello entre los dedos. Ambos sabían que la remodelación de la casa dependía de Lauren mayormente, a Michael no le podía dar más igual el color de las paredes o el tipo de muebles que se pondrían. Él viviría feliz solo con Lauren en la casa y nada más, pero Lauren no. Por eso ella se había tomado el tiempo de pensar estratégicamente cómo querían todo para su nuevo hogar. Estaba más que emocionada con el proyecto.

-Nuestra casa... qué extraño suena eso.

-Lo sé- dijo Michael sin dejar de acariciarle el cabello- Nuestra casa.

Las remodelaciones de su casa en el pueblo comenzarían pronto, si, esa casa que Daisy Murphy les había dejado como legado. Tal y como Lauren le prometió a la mujer, haría de la casa un hogar para su futura familia. Y como por ahora eran solo dos, decidieron arreglar y agregar una que otra cosa a la casa manteniendo su esencia mientras expandían la familia. Acordaron mudarse a la casa cuando el primero de sus hijos llegara, cosa que no tenían idea de cuándo sería ya que no tenían planeado que fuera pronto. Mientras tanto aprovechaban del cálido verano que se avecinaba para dejar la casa de fines de semana lista y como siempre la soñaron.

Había pasado casi un año desde que Lauren había vuelto a Nueva York y no podía creer que ahora su vida fuera como era. Una vida tranquila y feliz, rodeada de la personas que amaba. Estaba con Michael y tenían una relación formal y estable, tenían una casa y formarían una familia pronto, tenía a sus dos mejores amigas cerca y cada una estaba viviendo feliz. Claro, la vida no es perfecta, pero es que nunca lo es.

Lauren quería creer que la estaba viviendo lo mejor posible. Como si estuviera viviendo lo que siempre había soñado. Se preguntó si Michael estaría pensando lo mismo.

-¿Es extraño?- preguntó ella con la mejilla reposada en su pecho.

-¿Qué?- preguntó él posando la barbilla sobre la cabeza de Lauren.

-Cuando comencé a salir con Tim sí que soñe con una casa e hijos- Michael no dijo nada ante la mención de su ex, era un tema al cual ya ninguno le daba importancia- Pero en el fondo siempre supe que era una relación adolescente, nunca me paré a pensarlo de verdad.

Michael la escuchaba en silencio reflexionando sobre todo lo que Lauren decía.

-Pero tú si, te casaste con una chica, decidiste pasar el resto de tu vida con ella- Lauren tenía que pensar en sus palabras antes de decirlas, Rachel aún era un tema sensible para Michael- ¿Nunca soñaste con esto?- Lauren señaló a su alrededor. A su casa y la posibilidad de una familia.

Té para tres 2: Té sin azúcarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora