026| Té para dos

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Capítulo doble 1/2

Colette

-¿Postre?

-¿Enserio tienes que preguntarlo?- le dijo la chica frente a él.

Antoine Rousseau sonrió a su hija y levantó la mano para llamar a la mesera del lujoso restaurante.

-Dos mousse de chocolate, por favor.

-Enseguida, señor- dijo la joven mesera antes de dejarlos solos de nuevo.

-Aún sigue siendo mi postre favorito- le dijo Colette a su papá.

-Lo sé, Ma fille.

Aún la llamaba por ese apodo cariñoso. Colette no tiene recuerdo en el que su padre no le dijera Mi niña en francés.

-¿Has hablado últimamente con tu madre?- preguntó el hombre.

-No mucho, ya sabes... está ocupada con el divorcio y todo eso.

-¿Se está divorciando de nuevo?- preguntó su padre divertido.

-Así es, creo que es la séptima u octava vez.

Antoine negó con la cabeza con una expresión de diversión en el rostro. Casi nunca hablaban de María, pero cuando lo hacían su padre parecía muy divertido al respecto.

-Ridículo, lo sé. Solo agradezco que por lo menos no me hizo asistir a esa boda- dijo Colette antes de que la mesera dejara ambos postres en la mesa.

-Gracias- dijeron Colette y Antoine al unísono.

Atacaron el postre casi de inmediato. El sabor dulzón del postre y la suave textura eran las cosas favoritas de Colette sobre el postre, además de que siempre que lo comía lo hacía con su padre. Era más que solo un postre, era una de esas cosas que la unían a su padre de manera especial.

-De verdad no entiendo cómo pudiste casarte con ella.

Colette, aún siendo una mujer adulta, no podía dejar de lado ese rencor que sentía hacia su madre, María. Mujer que había engañado a su padre solo para poder quedarse en Estados Unidos. Entendía la necesidad de su madre en ese entonces, pero eso no era excusa para utilizar a su padre de tal manera.

-Pues, en su momento la amé mucho- admitió su padre sin perder su cálida sonrisa, como si recordara un momento feliz de su vida- Ya sabes que tú fuiste fruto del amor.

-Pero de tu amor hacia ella y de ella hacia tu billetera.

Antoine soltó una risa.

-Puede ser, fue muy buena pescando al primer hombre joven, guapo, con dinero y nacionalidad estadounidense, la verdad.

-¿Cómo sabes que fuiste el primero?- preguntó Colette, quien ciertamente nunca antes había sentido curiosidad por ese tema.

-Fui el primero en caer, eso seguro.

-¿No crees que te escogió solo por ser tú?

Antoine se lo pensó unos segundos, no era una cosa fácil de responder.

-No lo sé y creo que nunca lo sabré.

Era cierto, Colette creía muy poco probable que sus padres volvieran a hablar jamás. Tan pronto Colette fue lo suficientemente mayor como para hablar con ambos individualmente, su padre se encargó de cortar cualquier relación con Maria. Hacía por lo menos unos 8 años que no intercambiaban palabra.

-Creo que simplemente supo como enamorarme.

-¿Y cómo te enamoró?

Antoine soltó una pequeña carcajada antes de llevarse a los labios la copa de vino de nuevo.

Té para tres 2: Té sin azúcarWhere stories live. Discover now