Capítulo 53 ~Life Eternal~

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El gran día había llegado. Prequelle fue un éxito entre las masas, críticos, músicos y melómanos. Todos hablaban del regreso de Ghost y de su incipiente ascenso. Copia se regocijó leyendo todos y cada uno de los comentarios en redes sociales que encontraba y que Ela le enseñaba. Le aclamaban como nuevo líder, aunque muchos extrañaban la imagen cadavérica del vocalista. Bueno, al final podrían verla, eso estaba claro. El Cardenal ni quiera sospechaba de ese éxito ni de que, más tarde, Prequelle seria nominado a los Grammy, pero esa es otra historia.

Después de desayunar, Emeritus le recordó su regalo de anoche y Copia se apresuró para ir a abrirlo. La curiosidad le carcomía por dentro. Estaba en su habitación y cuando lo abrió su rostro mostró una repentina sorpresa. Era un traje papal. Tenía tonos azules con remaches dorados y simbología satánica en toda la parte delantera. Era la prenda más hermosa que jamás hubiera visto. Unos golpes en su puerta le sacaron del trance. Ela y Emeritus emergieron con una sonrisa. Así que eso era lo que habían planeado.

-Cardenal, si hace el favor de probárselo le estaríamos muy agradecidos. –dijo Emeritus entregándole la mitra papal a juego del traje.

Copia asintió sin saber que decir y fue a su baño privado para ponérselo. Tuvo algunos problemas puesto que la tela colgaba demasiado cerca del suelo y estuvo a punto de tropezarse con ella en dos ocasiones. Ela llamó a su puerta minutos después preocupada por la tardanza.

-¿Está todo bien?

Copia sonrojado la miró y Ela boquiabierta lo estudió de arriba abajo. Se veía tan elegante e impresionante, incluso más que en su ropa de Cardenal.

-¿Puedo ayudarte?

-Por favor. –respondió este completamente avergonzado por su torpeza.

Una vez le hubo ayudado, Ela le dijo a Papa que tendría que esperar ya que aún tenían preparativos que hacer. Este dijo que esperaría con gusto, mientras ojeaba algunos libros de la biblioteca personal del hombre. Por su parte, la chica convenció al Cardenal para que le dejara rematar el disfraz con el maquillaje a juego y Copia accedió ensimismado. Sacó su kit de maquillaje y comenzó a pintarle como hizo la noche de Halloween. Copia decidió afeitarse el bigote para facilitar la tarea y la chica no pudo ocultar su asombro al verle, sin embargo, evitó hacer un comentario al respecto. Puso la base blanca y luego marcó las zonas negras de la calavera. Lo pintó con sumo cuidado y delicadeza, disfrutando de los trazos y de la sumisión entrañable de Copia mientras le permitía hacerlo. Cuando terminó, Copia le agradeció y la besó suavemente en los labios, dejando un manchurrón negro en sus labios.

-Vaya, que engorroso... -se quejó, intentando limpiar la marca de los labios de Ela.

-Tranquilo, cuando seas Papa no será necesario que te pintes. –contestó ella relamiéndose los labios y provocando que el hombre se retorciera ante el gesto.

-Tú crees... ¿Qué me veo bien?

-Más que bien. Ahora vamos. Papa está impaciente por verte.

-Quien lo diría...

Ambos salieron del baño y Emeritus, que estaba sentado en el amplio sofá del Cardenal se puso de pie de un salto. Escaneó a Copia con una intensa mirada que puso nervioso al hombre en cuestión. Después soltó un ruido apreciativo de sus labios mientras acariciaba su mentón con la mano derecha en un gesto pensativo.

-No está mal... no tan guapo como yo, pero aún así está decente.

Copia rodó los ojos ante el comentario y la chica se rió ante eso.

-Dale un respiro, ¿quieres?

-Bueno, Cardenal, debe sentirse orgulloso. Algún día seré relevado y tú serás Papa. Lo cual, después del éxito de Prequelle, será más pronto de lo que tenía previsto. –dijo Emeritus y Copia asintió, enderezándose y estrechándole la mano para sorpresa de la chica.

Life AeternalWhere stories live. Discover now