Capítulo 31 ~Secretos~

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Ya era 1 de noviembre y la banda continuaba con su sesión de ensayos. En esta ocasión terminaban de pulir canciones que ya tenían compuestas, además de trabajar en un par de covers que añadirían luego al nuevo disco, It's a sin y Avalanche. Copia trabajaba un poco más distraído de lo normal. La nota de la noche anterior le había descolocado bastante. ¿Se trataba también de Caín? Tal vez se la había dejado antes de marcharse. El hombre recordó sus palabras, cuando le dijo que tenían algo pendiente y esa vaga amenaza que le había lanzado. Tras el ensayo no perdió el tiempo y se dirigió a la habitación de Ela. Necesitaba hablar con la chica de eso. Llamó a la puerta y no tardó en abrir. No parecía muy sorprendida de verle.

-Hola Cardi. -le saludó con una sonrisa encantadora. -¿Necesitas algo de mí? -añadió con una pequeña sonrisa lujuriosa en su rostro. Copia adivinó sus pensamientos en seguida y un ligero sonrojo cubrió su rostro. Querido Satanás, esta chica está descontrolada.

-No estoy aquí por lo que crees.-le aclaró en seguida. -Tenía que hablar contigo acerca de algo...

La chica se sorprendió un poco ante el tono serio de su voz y después se hizo a un lado, invitándole a entrar. Copia entró en la habitación, dudoso acerca de donde debía de tomar asiento. La cama parecía una mala opción si solo iban a hablar, pero la silla estaba llena de ropa, por lo que se quedó sin saber qué hacer en medio del cuarto. Incómodo, se alisó un poco la sotana negra, cuyo bordado plateado destacaba sobre el resto de la oscura tela. Ela vio su incomodidad y se dispuso a quitar la ropa para permitirle al hombre tomar asiento.

-Me disculpo por el desorden... -dijo algo avergonzada.

-No es problema. He venido sin avisar.

Después tomó asiento y sacó la pequeña nota que llevaba doblada en el bolsillo de su elegante traje y se la enseñó a la chica, que se encontraba de pie a su lado y en frente del escritorio. Notó que fruncía el ceño al reconocer la letra.

-Otra vez él... -dijo casi en un quejido, molesta. -Siento que ahora hayas sido tú.

-Ela... Creo que no me has contado todo sobre ese Ghoul. Y me parece que ahora es el momento.

La chica dio un pequeño suspiro y asintió. No había querido meter a Copia en todo ese escabroso asunto, pero ya no había marcha atrás, ahora que estaba más que involucrado.

-Ela, para bien o para mal, esto también me afecta a mí. Este ghoul quiere algo, no solo de ti. Necesito saber de quién se trata. Te lo suplico.

-De acuerdo. Acompáñame.

El Cardenal caminó detrás de la chica, que se dirigía a la habitación de Alpha. Sabía que los dos ghouls, por lo general, pasaban las tardes juntos y no se equivocaba, ahí se encontraban los dos practicando con la guitarra. Después de contarles la situación del Cardenal, ambos ghouls se miraron y supieron lo que debían hacer. Hablaron de Caín, aunque fueron más suposiciones que otras cosas, en palabras de Alpha. Copia notó que los tres amigos hablaban en serio y que, sin duda alguna, creían que era el causante de la desaparición de Emeritus. El hombre se sorprendió cuando les escuchó hablar sobre el accidente que tuvieron con uno de los focos. Nunca se le ocurrió que alguien podría haber estado implicado.

Después de su relato, Alpha le enseñó a Copia la carta donde estaba apuntada la fecha del último concierto de Emeritus. Copia estuvo en completo silencio, esperando a que terminaran de contarle todo y, aún cuando hubieron terminado, no sabía bien que decir.

-Tengo que decir que, aunque ese ghoul no me agrada, nunca pensé que fuera capaz de tanto. –Comenzó mientras se quitaba la birreta negra de la cabeza. Estaba empezando a sudar a mares.

Life AeternalWhere stories live. Discover now