Capítulo 2 ~La abadía~

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Los miembros de Ghost se mudaron del palacio de Suecia en el que vivían desde hacía años y partieron a una abadía en Los, un pueblo situado en Suecia, en el municipio de Ljusdal, en la provincia de Gävleborg y rodeado de montañas.

La abadía era un antiguo monasterio abandonado. Sister Imperator, la fundadora de Ghost, había movido hilos para comprarla y después de varios meses de reformas se había trasladado allí, donde vivía junto a Papa Nihil. Papa Nihil fue el primer cantante y líder de Ghost, allá por los noventa. Aunque nadie lo hubiera dicho en voz alta, los ghouls siempre habían pensado que había una relación turbulenta entre él e Imperator. Una especie de amor odio complicado.

El caso es que después de la desaparición de Emeritus, Imperator ordenó a los ghouls y a Ela trasladarse allí con ellos. Según ella, los ghouls estaban de capa caída desde la ausencia de su líder, y ni hablar de Ela, la cual estaba sumida en un letargo, como si no pudiera despertar de su desesperación. De este modo, Imperator pensó que cambiar de aires les ayudaría a preparar el próximo álbum. Tenían de plazo 1 año hasta la salida del nuevo disco y debían darse prisa para llegar a la fecha a tiempo.

Ghost lleva 5 meses allí y las cosas no parecían haber mejorado mucho. Los ghouls no habían sido capaces de escribir ni de componer nada decente. No tenían ni las ganas ni la inspiración suficiente para ello. Ela tampoco sentía la motivación para cantar. Su cabeza era un lío los últimos meses. Por un lado la desaparición de Emeritus obviamente le había afectado. Y además, ella y Alpha habían sufrido una ruptura de un noviazgo de casi un año. Las cosas estaban tensas en la banda y todos y cada uno de ellos lo sabían.

Parecía como si todo se moviera a cámara lenta, los días se hacían monótonos y aburridos y los eventos discurrían sin sorpresas. Hasta el 11 de septiembre.

El día antes discurría como un día cualquiera, o al menos eso parecía. En una de las habitaciones individuales de la oscura abadía, Ela ocupaba su lugar en una pequeña habitación que debió de pertenecer a un monje unos siglos atrás. El cuarto poco iluminado y viejo, le parecía aun así, hogareño y cómodo. Al faltar Emeritus, le habían encomendado la tarea de escribir algunas letras para canciones futuras de la banda, en concreto para su nuevo álbum. Como corista que era de Ghost, la chica no tenía experiencia en esa área, pero allí se encontraba, en un pequeño escritorio luchando por redactar algo decente con que contentar a Imperator y a los ghouls.

Las hojas desechadas se acumulaban en la papelera y ella, frustrada, suspiró tirando el bolígrafo encima de la mesa.

-Es inútil.

Se repitió una y otra vez. Lágrimas de frustración se acumularon en sus ojos, enrojeciéndolos. De pronto oyó un golpe seco en la puerta.

-Adelante- Dijo mientras se secaba los ojos con las mangas de la camisa. Omega hizo acto de presencia, mirándola con preocupación.

-Ela... ¿otra vez?

La chica hizo un sonido de asentimiento mientras evitaba la mirada de su amigo.

-Omega. Yo... no sé qué hacer. No valgo para esto

El ghoul ojeó la habitación hecha un desastre. El desorden no era propio de ella.

-¿Aún no has conseguido escribir nada?

-Nunca dije que pudiera escribir las letras de las canciones... Yo solo sé cantar y últimamente ni siquiera eso. Tal vez sería más fácil... -Se interrumpió un momento, acobardada por sus palabras. –Tal vez debería dejaros, irme de aquí, de todo el dolor.

-Nunca te tome por alguien que huyera de los problemas Ela.

Omega tomo asiento en el escritorio en frente de donde se encontraba sentada la chica. Su mirada tan apagada y triste, se le rompía el corazón verla así.

-Mira, sé que estos últimos meses han sido una puta mierda, sé que ha sido y sigue siendo duro para ti. Pero creo que estamos juntos en esto. Sinceramente no quiero que te vayas, aun siendo egoísta. Te considera mi mejor amiga Ela. Pero también quiero lo mejor para ti.

Ela le miró conmovida por sus palabras. Se sorbió la nariz, enjuagando sus lágrimas con un pañuelo arrugado que le ofreció el ghoul.

-Gracias...

-También entiendo que tu ruptura con Alpha ha sido...

-Una mierda.

-Sí. Pero no puedes seguir así. No quiero sonar como Imperator, pero tal vez deberíamos pasar página. Todos.

Sintió una punzada en el corazón. Ahora sí estaba empezando a sonar como Imperator y lo odiaba.

-Tú también... -susurró ella. -¿Y si simplemente no quiero? ¿Y si no puedo? Lo he intentado Omega, pero siento un gran vacío en mi corazón.

-Ya hemos hablado de esto Ela. Y Eso puede arreglarse. –Dijo el ghoul sonriendo.

Ela se fijó que con las nuevas máscaras proporcionadas por Nihil, los ghouls tenían libre además de los ojos, la boca, lo que les permitía cantar, comer y sonreír con mayor libertad. Le gustaban esos leves cambios. Sus rostros ahora parecían menos fríos. Menos demoniacos. No pudo detener la leve sonrisa que afloraba en sus labios por el pensamiento. Aunque con esos cuernos y esos trajes negros cualquiera pensaría lo contrario.

-¿Por qué sonríes? –Preguntó el ghoul confundido por el cambio de humor de la chica.

-No es nada. Me gusta vuestro nuevo look nada más.

Omega se sonrojó un poco internamente.

-Oh. Gracias por el cumplido. –Dijo haciendo un movimiento coqueto con su mano, a la vez que ladeaba la cabeza. –Tú tampoco estas mal jeje.

-Eres un imbécil.

-Yo también te quiero.

Ambos se rieron un poco y ambiente de la habitación parecía haberse destensado. Ela siempre había admirado el buen humor de Omega. Da igual en qué clase de aprieto se encontraran. Él siempre podía buscar el lado gracioso de todo. Y contentar a los demás con sus bromas.

-Oye tengo una idea. –Dijo Omega dedicándole una sonrisa traviesa.

-Ay no...

-¿Qué te parece si tú y yo...- Dijo acercándose a la chica.

-No.

-Pero ni siquiera he acabado. –Dijo el ghoul haciendo un puchero ridículo.

-Si vas a pedirme que vaya contigo a un bar a beber, definitivamente mi respuesta es no. –Ela se cruzó de brazos.

-¿Desde cuándo el alcohol no ayuda a cerrar heridas?

-¿Desde nunca? Además, no ceo que emborracharme sea la mejor idea, ya sabes que Imperator nos ha informado que tenemos mañana reunión a las 8:00 am. Si llegáramos tarde no quiero saber que pasaría...

El ghoul había empezado a ignorarla haciéndose el enfadado, mientras husmeaba en su cuarto.

-¡Omega!

-Ya, ya. Mira, las cosas están así. O sales de esta habitación por tu cuenta o seré yo el que te saque a rastras.

Ela mantuvo la mirada desafiante del ghoul. Sabía que era un farol. Omega era como un perrito obediente y si ella le pedía que se marchara él lo haría. Pero al mismo tiempo percibía una gran preocupación de su amigo por ella. Ahora se sentía mal. Suspiró.

-Esto es una mala idea...

-¡Genial! Pues venga, dúchate, vístete y ponte guapa, que hoy vamos a romper la pista.

Ela se levantó para prepararse. Ahora que lo pensaba realmente necesitaba una ducha. Olía a perro muerto. ¿Cuándo era la última vez que había salido? ¿1 semana? ¿2? Había perdido la cuenta.

-Invitas tú a todas mis bebidas. –declaró la chica y el ghoul se encogió de hombros. Si conseguía alegrar a Ela, valdría la pena.

-Hecho.

Se iba a arrepentir de esto, se dijo la chica.

-Oh y otra cosa. –dijo antes de dirigirse al baño, con una mirada grave. -Nada de ABBA, Omega.

-No prometo nada.

Life AeternalWhere stories live. Discover now