Comenzaba a volverme adicta al pasado, y no hacía nada por evitarlo.
Sólo cuando tuve que decidir entre la frágil promesa de un futuro mejor y la consoladora, pero falsa ilusión de la nostalgia, es que supe que el amor era una elección.
Comenzaba a volverme adicta al pasado, y no hacía nada por evitarlo.
Sólo cuando tuve que decidir entre la frágil promesa de un futuro mejor y la consoladora, pero falsa ilusión de la nostalgia, es que supe que el amor era una elección.