Ir hasta ella

2.1K 169 40
                                    

Siempre me molestó que en una gran cantidad de películas con una excelente trama y una elaborada narrativa, los problemas se resolviesen siempre por acto del "amor" o de la "amistad".

Ejemplos de ello tenía cientos, pero nombrarlos era tan innecesario como todos esos desenlaces predecibles y carentes de imaginación. ¿Por qué nosotros como humanos tratábamos de insertar el amor a todo cuanto fuese posible? ¿Por qué algo que en general lastimaba, era un motivo de alabanza?.

En la realidad, algo tan vasto como lo es el universo es mortal, es decir, algún día ha de morir tal y como todos nosotros. El amor no podía ser la excepción bajo ningún concepto y, aun así, nos negábamos a ello alargando relaciones que habían muerto tiempo atrás.

Claro que con diecisiete años y una única mala experiencia con el amor nadie tenía porque creerme. Sin embargo, ¿había que creerle a una persona más experimentada sólo porque ha vivido más? Caer en eso sonaba a falacia, un falso argumento que caía bajo su propio peso pues ninguno de nosotros, como humanos, podíamos liberarnos de la subjetividad a la hora de emitir juicios.

El único amor que no lograba terminar de entrar en mi teoría era el maternal. Siempre me pareció curiosa la conexión entre madre e hijos siendo esta tan fuerte. Pero aún así, incluso a día de hoy, habían madres que decidian abandonar a sus creaciones, y eso era una mierda.

¿Qué esperanza quedaba para el amor luego de ver que todo apuntaba en su contra? Sólo algún tiempo después, es que supe la verdadera respuesta.

—¿Ethan? —pregunto desde el asiento trasero del auto.

—¿Sí? —sus marrones y algo cansados ojos me miran por el espejo retrovisor.

—¿Por qué Natalie no ha venido a la casa en ya dos semanas? —intento fingir indiferencia, incluso cierto fastidio. Intentaba sonar contradictoria, errante, banal, sencilla e incomprensible para evitar delatar cualquiera de mis verdaderas intenciones.

—Está ocupada con la universidad.

—Ya me habías dicho eso hace cinco días. Antes no se despegaba de nosotros, y ahora no se aparece ni te llama.

—No puedo saberlo todo siempre sobre ella.

—Eres su novio.

—¿Y? —su indiferencia comenzaba a irritarme.

—¿Cómo que "Y"? ¿Me estás diciendo que no te preocupas por ella cuando hace dos semanas que actúa raro?

—¡¿Y porqué te importa tanto a ti?! —grita perdiendo por completo la paciencia —. Si tanto te importa ve y búscala tu. Antes no la querías ni ver ¿y ahora juegas a la detective? Algunas veces las personas no quieren ser vistas y ya, no le des muchas vueltas al asunto.

—Es eso, o que tú no sabes como debes buscarla. Deberías replantearte tu papel como novio.

—¿Y si no que? ¿Me vas a enseñar tú luego de lo que pasó con Laura? ¿Me vas a acusar? ¿Vas a ir y a decirle a mamá? No intentes jugar su papel dándome sermones.

Un escalofrío de dolor recorre mi cuerpo. Mis músculos faciales se tensan e intento no llorar por nada del mundo. Que me respondiese con mamá y el recuerdo de Laura también había sido en parte culpa mía por haberlo presionado tanto.

—Jordan, yo... lo siento. No quería decir eso. Es solo que... tampoco sé qué hacer, estoy confundido tanto como tú lo estás. Ella... hace dos semanas simplemente dejó de responder a mis llamadas, sus padres dicen que está cansada, pero se que algo anda mal.

—También fue mi culpa. Lo siento —y ninguno dijo nada más.

Estaba claro que mi hermano estaba igual o quizá más confundido que yo y no iba a lograr averiguar nada del paradero de Natalie, así que decidí que iba a tener que actuar por mi propia cuenta.

La elección de amarte | LESBIANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora