Endless cliché • Rubegetta •...

By chesee-burguer

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"Las personas cambian con el tiempo", eso es algo que Samuel De Luque tiene en cuenta mientras vive su vida e... More

prólogo
uno: París
dos: viejos conocidos
tres: no
cuatro: llegada
cinco: trajes
especial: Ryan <3
seis: irse
siete: reencuentros
ocho: fiesta
nueve: gone?
diez: reunión
once: cine
doce: luz
trece: de huracanes e ilusiones
catorce: bien
quince: viejos hábitos
dieciséis: relleno
dieciocho: lo que no contó
diecinueve
especial: lo que hubiera sido
veinte: después
especial: Luzuplay
veintiuno: tiempo
veintidós: conteo regresivo
veintitrés: no
veinticuatro: gone
veinticinco: before
veintiseis: boda
veintisiete: amor
veintiocho: meant to be
f i n a l
. . .
e p í l o g o
especial: San Valentín
especial: Fargan
especial: nana
especial: love me softly
"what if...?" spam interesante

diecisiete: tiempo

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By chesee-burguer

dos meses después

- Estoy de puta madre, ¿sí? - insiste el peliblanco nuevamente, tras beber de su botella. - Fue solo unas cuantas veces, además, ya estoy volviendo a comer de nuevo.

- ¿Y la terapia? - inquiere Alex, Rubén suspira.

- No la necesito. - responde con sencillez. - No he ido desde la vez que... - pero deja la frase colgando en el aire un rato antes de continuar hablando, bajo la atenta mirada de sus amigos. - que esto pasó por última vez.

- Ya, pero Rubiuh, ¿no crees que te haría bien ir a verle? - pregunta Mangel. - ¿Solo para que te desahogues?

- Pero para eso los tengo a vosotros, cabrones. - se queja, sonriendo, pero ambos continúan con el ceño fruncido. - Anda ya, no van a regañarme por no contaros todo, tú estás muy ocupado con lo de Mara, - señala mirando a Alex. - y tú muy ocupado tratando de mantener a flote tu relación tóxica.

- Claro que sí, macho. - bufa Mangel. - Mira quien habla de relaciones tóxicas.

- Eh, eh, más respeto. - se queja el peliblanco. - Yo voy a casarme.

- ¿Por qué? - inquiere Alex con tono severo. - ¿Por qué de repente quieres casarte?

- No es repentino, lo he pensado desde hace tiempo. - se excusa, quitándose las gafas del rostro.

- ¿Y nosotros no sabíamos nada?

- Pero si a ninguno le agrada Daniel, ¿cómo coño queríais que os lo contara? - insiste, ambos suspiran, Alex y Mangel compartiendo una mirada.

Un teléfono suena sobre la mesa, y todos miran la pantalla antes de que el más pequeño de todos conteste.

- ¿Fargan? - responde, poniéndose de pie, y alejándose un par de pasos por el jardín.

- No es aquí... - susurra en voz baja, la emoción de Alex se desinfla en su pecho. - pregunté por ella, dicen que nunca la han visto.

- Es-está bien, - murmura de vuelta. - no te preocupes, bobo.

- Alesby... - llama con voz triste. - perdona...

- Está bien, vuelve a casa, ¿sí? - pide, pretendiendo que no quiere largarse a llorar. - Hace días que no te veo.

- No quiero que me veas. - responde Fargan con el mismo tono de voz del otro lado de la línea.

- Me importa tres cojones sino quieres que te vea, - regaña, forzando una sonrisita en sus labios. - ven, ¿de acuerdo? Tienes que descansar un poco.

- No quiero descansar. - se queja el mayor. - Quiero encontrarla.

- Lo sé, amor, lo sé. - consuela Alex en el teléfono. - Pero yo quiero que descanses... aquí.

Y siente el suspiro de Fargan a través del auricular. - Está bien, salgo ahora para allá, si acelero mucho llego en unas dos horas y media.

- De acuerdo, me aseguraré de que mi amante no esté en el departamento. - bromea, Fargan ríe quedamente, como si estuviera muy cansado para reír con esa fuerza que lo caracteriza, Alex siente que el corazón se le parte un poquito.

- Nah, déjalo. - susurra. - Siempre he querido conocerle, a ver si es tan guapo como yo.

Alex también ríe en voz baja. - Es guapísimo, macho, pero lo voy a echar de casa para que no te enamores de él.

Y hay un silencio a través de la línea luego de eso, hasta que Fargan vuelve a hablar, con un deje de tristeza en la voz. - Te amo, Alesby.

El menor también siente esa tristeza en el pecho, como si fuera propia. - Y yo a ti.

Fargan corta la llamada justo después, y Alex suspira, antes de girarse para encarar a sus amigos, que discuten por algo a lo que él no le presta real atención.

- ¿Te vas? - inquiere Rubén, el pelinegro asiente. - ¿La encontraron?

- No, pero Fargan va a volver, así que voy a prepararle algo. - se excusa, encogiéndose de hombros. - Descansad, es sábado.

- Yo tengo una reunión con Auron en... hace diez minutos. - dice Rubén mira do su teléfono. - Bueno, a él le encanta esperarme.

Ambos chicos se ponen de pie y el trío se mira entre sí, Rubén quería contarles lo que había pasado, ello que lo avergonzaba tanto que no tenía idea de como se lo había dicho a su psicóloga, pero no se los podía decir, porque sabía lo mal que estaba, al menos tenía la sensación de que así era.

- Bueno, nos vemos. - se despide Alex antes de entrar a la casa.

* * *

- I just need someone handsome and cute at the same time! (¡Solo necesito a alguien guapo y tierno al mismo tiempo!) - exclama alguien, el rubio mira a todo el mundo a su alrededor, mientras continúa caminando entre la multitud.

Una chica que conocía le había pedido un cuadro para una sesión fotográfica, ella era la única persona a la que podía considerar una amiga. El rubio miró a todos los chicos a su alrededor, según había oído era una sesión fotográfica de una marca de ropa para una revista local, pero el fotógrafo parecía tomarse muy enserio aquello, habían armado todo un revuelo en aquel parque, y ninguno de los modelos allí parecía ser lo que el fotógrafo tenía en mente.

Ryan se preguntó qué se sentiría formar parte de eso, él solo era un artista cuyo cuadro sería utilería, pero dinero era dinero, y extrañaba comer hamburguesas caseras, con ese pago quizás podría darse ese gusto.

- Layla! - llama el rubio en cuanto mira a la chica caminando con una libreta entre sus manos. - Hey!

- Ryan, hi, (Ryan, hola,) - saluda, dedicándole un beso en la mejilla. - have you been here for a while? Everything is a mess, I'm sorry, our model got sick and the photographer can't find someone to replace him. (¿has estado aquí por un tiempo? Todo es un desastre, lo siento, nuestro modelo se enfermó y el fotógrafo no puede encontrar a alguien para reemplazarlo.) - se excusa, el rubio mira nuevamente alrededor, y se encoge de hombros.

- Well, everything seems pretty... rowdy. (Bueno, todo se ve bastante... alborotado.) - dice con una sonrisa, se quita el inmenso bolso del hombro y lo abre para sacar el cuadro, la chica lo toma, con los ojos brillantes. - Here it is, what do you think? (Aquí está, ¿qué opinas?)

- Oh, it's wonderful, everyone is going to love it. (Oh, es increíble, todos lo van a amar.) - halaga, y vuelve a mirarlo. - Wait, I'll be rigth back with your payment. (Espera, volveré enseguida con tu pago.) - se excusa, el rubio asiente, quedándose allí con las manos en los bolsillos de su chaqueta.

Mira al hombre con la cámara colgada al cuello, observa al grupo de chicos que se ha reducido desde que Ryan llegó ahí, quien se revuelve el cabello con una mano, los rizos aún no volvían del todo, pero las puntas de su cabello rubio se habían rizado nuevamente.

Siente una mano sobre la muñeca y levanta la vista con terror hasta la mirada del hombre frente a él.

- Oh my... - susurra. - you... (tú...) - continúa. - it's you... (eres tú...)

- W-what? (¿Q-qué?) - tartamudea Ryan incapaz de mover su mano del agarre del fotógrafo. - Sir, you must be confused, I'm an artist, not a model. (Señor, debe estar confundido, soy un artista, no un modelo.) - se excusa, sonriéndole para no parecer maleducado, pero el hombre parece no oírlo, o quizás sí y ha decidido que ignorarlo es lo mejor, porque lo arrastra con él.

- Listen, boy, we are going to pay you 150 dollars each hour, you just have to put on some clothes and look stunning for the camera. (Escucha, chico, te vamos a pagar 150 dólares la hora, solo tienes que ponerte algo de ropa y verte espectacular para la cámara.) - explica, el hombre cuando se detienen frente a un par de chicas. - Do you think you can do that?  (¿Crees que puedas hacer eso?)

El rubio mira a las dos chicas, con las brochas de maquillaje en la mano y el aro de luz tras ellas, donde él supone, se toman las fotos, aún siente la mano del hombre sujetando su mano y traga grueso antes de hablar.

- Yeah... (Sí...) - susurra. - but... could you, please, let me go? (pero... ¿podría, por favor, soltarme?) - pide con la voz en un susurro, el hombre suelta su muñeca.

- Okay, so, everyone: I want him maked up in 2 minutes and dressed in 3, we have no time to lost! (Bien, entonces, todos: lo quiero maquillado en 2 minutos y vestido en 3, ¡no tenemos tiempo que perder!) - exclama, y Ryan se queda de pie allí, mientras las chicas empiezan a ponerle maquillaje en el rostro.

* * *

Rubén entra a la oficina, suspirando, pero no encuentra a Auron allí, sino a Samuel, quien mantiene la vista fija en la carpeta frente a él, pero en cuanto escucha la puerta abrirse, mira al peliblanco.

- Buscaba a Auron. - dice el menor, repentinamente nervioso por la penetrante mirada del arquitecto. - Teníamos una reunión, ¿aún no llega?

- Bueno, teniendo en cuenta que la reunión fue hace media hora, - responde. - lamento decirte que ya se fue, tenía un vuelo a Andorra.

- ¿Y tú qué coño haces aquí? - pregunta, Samuel le enseña los papeles en su mano.

- Vine a dejar los planos finales, era lo único por lo que venía, tengo que volver a Francia. - explica, poniéndose de pie.

- ¿Así que ya te vas? - pregunta, el pelinegro presiona los labios entre sí.

- Sí, - termina por responder. - ya no hay mucho que tenga que hacer aquí.

- Ya... - dice el contrario, pero ninguno se mueve, no habían estado a solas desde aquella vez en el cine, pero ahora Rubén estaba comprometido, y todo parecía tan diferente. - ¿vas a volver alguna vez?

- Bueno... voy a volver para mirar qué tal va todo con la construcción de vez en vez. - asegura, duda un instante, pero terminar por extender la carpeta hacia él, Rubén la toma. - Y quizás para Navidad, extrañaba estar por aquí. - admite.

- Nos vemos para Navidad, supongo. - dice con un encogimiento de hombros, el mayor asiente, y estira la mano, Rubén lo imita, para estrecharla, hasta que el mayor lo sujeta por la muñeca. - Ay, hijo de put~

- ¿Y esto? - inquiere, mirando sus manos. - ¿Qué coño, Rubén?

- Eh, ¿qué son esas palabrotas, De Luque? - se burla, tratando de obviar la pregunta del mayor.

- ¿Qué es esto? - inquiere. - ¿Está pasando de nuevo?

Y, repentinamente, Rubén quiere largarse a llorar, quiere echarse entre sus brazos y contarle todo, que Samuel lo abrace y le diga que todo va a estar bien, que nunca más le volverán a hacer daño, menos Daniel, en especial él; porque sabe que si alguien lo va a proteger sin juzgarlo es él, solamente Samuel, pero no puede hacer nada de eso, no... así que se limita a retirar su mano con rudeza.

- No es de tu incumbencia. - responde el peliblanco.

Samuel quería discutir aquello, pero no podía, ¿qué diría? Él no era nada más que alguien de su pasado, ya no lo conocía como hacía años, pero aun así se preocupaba por Rubén, porque... porque era Rubén, su gran amor.

- ¿Al menos estás yendo a terapia? - cuestiona, los ojos mieles de Rubén vuelven a mirarlo.

- No es de tu incumbencia. - repite.

- Sí me incumbe, - repone. - porque me preocupo por ti.

- Ahora sí que te preocupas, que grande. - se burla con cinismo, Samuel frunce el ceño en su dirección. - Hace diez putos años que te fuiste, y no me enviaste ni un puto mensaje, pero te preocupas, que mono.

- Jo'er... - susurra el mayor. - ¿sabes qué? Puedes hacer lo que quieras, tienes razón, yo soy el que se fue y el que no volvió, pero también fui yo quien quería quedarse, hasta te supliqué que me pidieras quedarme, pero no lo hiciste.

- No se supone que tenía que pedírtelo. - responde. - Y aunque te hubieras querido quedar, no te hubiera dejado.

- ¿Por qué? ¿Ya estabas harto de mí? ¿O ya habías encontrado a alguien mejo~?

- ¡Porque te amo! - exclama, y enseguida se da cuenta de lo que ha acabado de decir. - Amaba... porque te amaba... y porque quería que fueras alguien, pero porque tú querías serlo.

Y se quedan en silencio una vez más, ambos con los corazones retumbando tan fuerte y tan rápido contra sus oídos que casi creen que el otro será capaz de oírlo también.

Es Rubén quien se marcha, pero no por otra cosa sino porque su cuerpo de dobla con una arcada, y Samuel lo sabe, así que va tras él.

Porque no quiere dejarlo solo.

Nunca más.

* * *

- Hola. - saluda el menor, alargando las vocales, pero el mayor se deja caer sobre él, Alex sujeta el cuerpo de su novio con toda la fuerza que puede, riendo. - Sino te puto quitas de encima me voy a caer.

- Estoy cansado. - se excusa, pero se levanta, y el menor mira los ojos cansados de Fargan.

Había estado fuera por días, porque cuando Mara había sido llevada a algún orfanato de España, lejos de ellos, sin decirles siquiera a donde, habían pasado semanas tratando de investigar a cual orfanato había sido, hasta que no habían conseguido nada, así que Fargan viajaba por días, de orfanatos en orfanato, y a casas hogar alrededor de todo el país.

Se dejó caer en el sofá, de largo en largo, Alex se sentó en el suelo, a su lado, tomando sus manos juntas, le acariciaba los nudillos con el pulgar, siempre amaba tratar a Fargan con dulzura cuando estaban a solas.

- Te extrañé mucho... - susurra, Alex sonríe besándole la palma de la mano, y luego poniendo la mejilla allí.

- Y yo a ti... - responde el menor con dulzura, mirándolo desde su lugar. - preparé la tina, ¿te apetece tomar un baño? - escucha los quejidos del mayor desde el sillón y ríe en voz baja. - Anda, mueve el culo.

Se pone de pie, tirando de la mano del mayor, quien tras quejarse un rato finalmente lo imita, y camina en dirección al baño, olía a flores, Alex sabía que a Fargan le encantaba tomar baños, con que jabones y con que sales de baño.

Se quitó la ropa mientras el menor iba a buscar el libro de turno que estaba leyendo, y el pequeño altavoz, quería consentirlo después de lo que estaba haciendo por él, porque Fargan odiaba salir de casa y dormir afuera, pero ahora salía por días, y dormía en su auto.

Cuando volvió, Fargan ya estaba metido en la tina, con los ojos cerrados, y la incipiente barba en su mandíbula empezando a llenarse de espuma, Alex se acercó a la tina, y cuando iba a hablar, sintió el brazo envolviéndose en sus piernas y tirando de él.

-¡Hijo de tu puta madre! - exclama, en cuanto siente su cuerpo cayendo en el agua, escucha la risa de Fargan, tan fuerte como siempre y casi puede largarse a reír también, hasta que trata de moverse, y la ropa le pesa.

- ¿Sabes? - dice el mayor, mientras lo abrazan por la cintura desde atrás suya, descansando la cabeza sobre el hombro del menor. - Estuve pensando. - tiene esa voz profunda, que usa cuando se pone serio, hace que Alex lo escuche con atención y deje de revolverse entre sus brazos. - Si conocemos a suficientes personas alrededor de España quizás podamos pedirles que busquen en los orfanatos cerca de ellos y así encontrar a Mara más rápido. - propone, mientras le desabotona la camisa, el pelinegro asiente.

Se deja quitar la ropa mojada mientras piensa, y se muerde el interior de la mejilla, siente las manos de Fargan abrazarlo nuevamente por la cintura y se deja besar las mejillas cuando gira el rostro hacia él, antes de hablar.

- Creo que es hora de llamar a tu familia.

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