- No sé porque me siento sentimental cuando vas a regalar esta ropa - dice Haley mirando algunas prendas sobre mi cama.
- ¿Y eso? - pregunté extrañada.
- Pues es ropa que ha estado mucho tiempo contigo, ¿entiendes no?.
- Eres más extraña de lo que pensaba - me burlé y negó - Bueno, si la hubiera usado demasiado, supongo que si.
- ¿Por qué no las ocupaste tanto? - las señala.
- Nunca me gustaron, es algo que no va con mi estilo, prefiero algo más cómodo, como lo que tengo puesto - apunté el atuendo que uso en este mismo momento.
- Bueno, la verdad es que me gusta la ropa que siempre traes, y esta....- alarga mirando el tiradero en el colchón - Creo que no me imagino verte con eso - ríe.
- Ni yo, pero mi mamá detesta mi forma de vestir - suspiro recordando sus regaños - Pero si no tiene valor alguno para mí, mejor se lo doy a alguien que realmente lo necesite.
- Y apoyo tu idea, poca gente hace cosas por quienes de verdad la pasan mal - habla triste, y era una realidad dura para los de afuera.
- Haley, ¿te gusta algo de aquí? Es que la verdad es mucho, no sé si me la acepten toda - la miré dudosa.
- No lo creo, yo también tengo una tienda de ropa en mi armario - bromea - Mejor la donamos.
Haley me ayudó a doblar hasta formar una pila de blusas y vestidos, deseaba verlo fuera de mi casa y ver las sonrisas de aquellas personas cuando lleguen a tener esta ropa sobre su manos.
Al final, las acomodamos bien en unas bolsas de basura, la ventaja es que nadie estaba en la casa más que yo, y así me evitaría un montón de preguntas, no tenía el mínimo temor de que mi mamá llegara a enterarse, ya que lleva tanto tiempo sin ver mi guardarropa y sé que no lo sabrá, o eso creo.
Bueno, en caso de que fuera lo contrario, no tengo del que angustiarme, hago una buena causa y sé que lo entenderá después de todo, no es como si fuera a desecharlo definitivamente a un basurero.
- ¿Ya está todo listo? - pregunta la chica.
- Claro ¿nos vamos?.
- Si...solo que...¿a que parte piensas dejarlo? - carga una bolsa.
- Al centro de acopio de la ciudad, andan realizando varias campañas para regalar cosas nuevas, ropa, juguetes, lo que sea que no usemos - informé.
- Bien, andando, que esto pesa demasiado - dijo y finalmente salimos de la casa.
[•••]
La entrega resultó un éxito, yo libre de una cantidad de ropa, y aquellas personas necesitadas con mejores "condiciones" por así decirlo, eso era todo para mí.
Ahora las dos nos decidimos tomar un paseo por la ciudad, ambas pasamos por una heladería y compramos, ella de chocolate, y yo de menta.
Luego tuvimos unos minutos llenos de plática de cualquier tema en la que continuamos caminando y comiendo nuestro helado.
- ¿Y tu trabajo? Ya no me contaste como te fue esta semana - pregunta.
- Excelente, de hecho me pagaron lo de estos días - respondí feliz.
- Que bien, ¿Quién iba a decirlo?, después de todo encontraste empleo.
- Si....aunque...- la miré - Mis papás se sienten inconformes - hago una mueca.
- Solo estás haciendo lo que te corresponde como hija, verás que luego te lo agradecerán - ánima.
- Entiendo, por cierto, la dueña es muy amigable - mencioné mientras tiro mi servilleta del cono, pues ya me lo había acabado, al igual que ella.
- Con que no me remplace ¿eh? - amenaza y soltamos risas.
Ya estábamos por irnos a casa y tomar caminos diferentes, pero de lejos, vi a Blake haciéndome señas desde una cancha de básquetbol en la que se encontraban otros dos chicos jugando una reta.
- ¿Blake? - susurra Haley al notar que el chico nos estaba llamando.
- Si...es él, vamos...- digo avanzando hasta su dirección, pero noté que ella ni se movió de su lugar - ¿Qué pasa?.
- ¿Me veo bien? - dice de la nada dejándome confundida.
- ¿Por qué lo dices? - cuestioné, pero después entendí - Te gusta Blake, ¿cierto?...
- Shh....olvídalo, mejor avanza - calló empezando a caminar.
Segundos después, ya nos encontramos con Blake, quien se nos acercó luego de entrar por uno de los portones del patio.
- Hola Blake - lo saludé.
- Chicas, que bueno que vinieron - habla contento mostrando su sonrisa.
- Si.... - responde boba Haley sin dejar de mirar a Blake como un monumento, le di un pequeño codazo y con eso reaccionó bien.
- Oye, creo que tienes algo aquí - le dice el chico señalando a un costado de su labio.
- ¿Cómo?...-- confundida se toca la parte señalada, en la que tenía algo de chocolate embarrado -- Uh....-- avergonzada se limpia rápido haciendo reír a Blake, y me miró mal por no habérselo dicho antes, pero de verdad no lo había notado.
- Blake ¿estás quienes son? - llega un chico con rasgos asiáticos, sosteniendo una pelota de básquetbol.
- ¿Estas? Ten algo de respeto - le espeta molesta mi amiga al chico provocándole una risa.
- Solo bromeaba - contesta frío opacando su lado "alegre".
- ______, Haley, él es Ethan Hwang - nos lo presenta.
- Solo Ethan, ¿Cuál es la necesidad de decir mi nombre completo? - le corrigió de mal humor.
- Muestra algo de gratitud - ataca Haley, ya que ella no tolera a los que son "maleducados"
- Aquí están las papas - llega otro chico regordete entregándoles una bolsa a cada uno - Oh, ¿Quién son ellas? - nos sonríe amablemente.
- Jeremy, son _____ y Haley, unas amigas - nos presenta Blake.
- Un gusto señoritas - asintió más sonriente, lo cual se me hizo tierno.
- ¿Quieren jugar con nosotros? - propone Blake.
- Por supuesto - Haley da un paso al frente, al parecer la vergüenza se le había quitado - Mi padrastro es entrenador de un equipo, de algo me sirven sus lecciones.
- Bien, veremos quien es el mejor - reta Ethan y se retira botando la pelota hacía el centro de la cancha.
- ¿______ vienes con nosotros? - pregunta Blake.
- Soy pésima jugando, no quiero terminar con una nariz rota - negué.
- ¿Ya te vas? - se queja Haley.
- No, solo los estaré observando.
- Te acompaño - se apunta Jeremy.
- Ya que...- suspira resignado Blake - Te encargamos esto, no te las comas todas - le devuelve las frituras que les había comprado.
- Si "papá" - intenta hacer una voz más grave.
Los chicos se fueron a jugar haciendo una competencia entre lo tres, mientras tanto, Jeremy y yo nos fuimos a una de la laterales de la cancha y nos sentamos sobre las gradas.
Platicamos un poco intercambiando datos sobre nosotros, incluso Jeremy me mostró uno de sus vídeos en la que hace cosas tontas, pero sería una mentira negar que es bastante gracioso.
- Por favor Jeremy ¿enserio me quieres matar de risa? - protesto soltando lágrimas que eran imposible pararlas - Esos...esos...- reí más, me faltaba el aire para hablar - Esa cosa en tu cabeza - señalé un sombrero extraño que tenía puesto.
- Si...y mira, hay más - estaba por recorrer otro video, pero lo detuve.
- Basta, en verdad no creo aguantar - me sequé los ojos y por fin pude calmarme.
- ¿Sabes jugar piedra, papel o tijera? - dijo el chico de la nada guardando su dispositivo.
- ¿Por....? - pregunto confusa.
- Solo digo, bueno, ¿quieres jugar? - eleva su mano hecha en puño esperando a que haga lo mismo.
- Bien - suspiro cansada sin más que hacer.
Habíamos hecho más rondas, del cuál Jeremy era el que llevaba más puntos, risa tras risa, una y otra vez, o incluso el llegaba a hacerme demasiada trampa, un estafador.
- ¡Jeremy, ______ ! - grita Blake sacándonos de nuestra burbuja y ambos nos giramos a ver - ¡Rápido, los dos vengan!.
Confundidos fuimos con ellos, y al llegar, Haley estaba sentada sobre el pavimento mientras se tocaba el tobillo soltando quejas, y a su lado estaban los otros dos.
- Esto es tu culpa si no te hubieras cruzado - le reclama a Ethan.
- Perdón, ¿ok? - se disculpa, aunque no fue tan sincero.
- ¿Estás bien? - pregunta Blake arrodillándose con ella.
- Algo - responde adolorida.
- Llevémosla a casa - dice Jeremy y con ayuda de Blake, la pusieron de pie.
- Andando - dije y los acompañé a donde Haley los dirigió a su casa.