d o c e.

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Sin inquietudes, me retiré y al salir, vi a la chica esperándome bajo la sombra de un árbol cerca del lugar, al verme, tan rápido como pudo se me acercó.

- ¿Y bien? - pregunta ansiosa, pero al ver mi cara de pocos amigos comprendió - No me digas que....

- Se acabó Haley- me di definitivamente por vencida.

- Iré a hablar con ellos para que te den ese trabajo - estaba dispuesta a entrar pero logré detenerla.

- No lo compliques más, solo...dejémoslo así - negué y me senté sobre un tronco viejo - Realmente esto no era por mí, sino por mis papás quienes necesitan el dinero - pensarlo me entristecía tanto que fue inevitable soltar una lágrima.

- Hiciste lo que pudiste - me abraza por los hombros atrayéndome más.

- Chicas, no pensé topármelas por aquí - aparece una tercera persona.

Levanté la mirada y me hallé con Blake quien era proveniente de esa voz, al ver que no estaba con un ánimo bueno, se puso serio.

- ¿Pasa algo? - pregunta y ve a Haley para que le de una explicación, y negó ante la mirada atenta del chico.

- La única oportunidad que tuve la perdí - mencioné cortante sin dar tantos detalles.

- ¿Cómo?.

- Ella vino por un puesto que estaban ofreciendo, pero no logró entrar - cuenta por fin Haley en tono de incredulidad.

- No sé que decir - se me acerca - Pero recuerda lo que te dije, no te afectes demasiado - acordó en la plática que tuvimos hace días.

- Tienes razón - suspiré ya resignada, no del todo, aunque creo que fue más fácil de superar, tantos rechazos me hace menos sensible  - ¿Qué te trae por aquí?.

- Acabo de salir de un edificio, fui a ver lo de mi departamento, los precios y el tamaño - afirma algo triste, por una parte debe ser difícil dejar a tus padres, pero si no hay una buena relación ¿Qué más se puede hacer?.

- ¿Departamento? - pregunta Haley sin tener idea.

- Larga historia - contesta Blake.

- Bueno, creo que debería irme - me pongo de pie, no quería demorarme todavía - Mis papás ya deben estar por llegar y me encargaron la casa.

- Me gustaría acompañarte, pero ya tengo que regresar también, aún no resuelvo los ejercicios de matemáticas - lanza una queja mi amiga.

- Comprendo - dije cansada - Lamento si tenías que estar conmigo, solo venimos por nada - me disculpé.

- No te lamentes, después de todo creo que logré relajarme, la tarea me dejó estresada - le resta importancia.

- ¿Por dónde vives? - cuestiona Blake a la chica.

- Siempre tomo este camino, me lleva directo a mi hogar - dice señalando la dirección de una calle cercana.

- Oh, yo también me encamino en esta parte, podemos ir juntos - le sonríe alegremente.

- Eh...eh...claro, si - acepta con torpeza, cosa que me fue extraño - Nos vemos en la escuela _______ - se despide y vi su cara sonrojada.

- Con cuidado - hice un ademán de adiós.

Antes de dar un paso, sentí que algo me faltaba, rectifiqué mi error o si solo eran mis ideas, logré darme cuenta que olvidé mi portafolio encima de los pantalones, a fuerzas regresé a la tienda, aunque ya no quería, pero tenía que hacerlo de todos modos.

- Menos mal - me dije aliviada al ver que seguía ahí, lo tomé enseguida.

Iba a retirarme, pero la voz de una señora me detiene.

- Señorita, ¿cree que estos pantalones me quedan o debo escoger otro color? - pregunta enseñándome la prenda a lo que reí internamente, me sorprendía que me viera como una empleada.

- Oh...lo siento, la verdad es que no trabajo aquí - respondí, viendo como se avergonzó.

- Rayos...en verdad disculpa, es que pensé que con tu ropa y...- la interrumpo.

- No, no hay problema, pero si quiere, le recomiendo otra talla y un color diferente - me acerqué tomando el pantalón que tenía - Usted es muy delgada, debe ponerse uno más ajustado, y de acuerdo al color, algo que le quede con su tono de piel, ¿Qué tal este guinda? - agarré otro mostrándoselo.

- No lo sé....- lo tomó pensativa - Sabes, personas como tú son difíciles de ver por aquí, la mayoría siempre trata mal a los clientes y no son nada amables - sonríe con sinceridad - Me lo probaré, creo que deberías de trabajar aquí.

- Eso quisiera - dije opacando mi voz, si tan solo supiera que intenté formar parte de esta tienda.

La señora se retira a los probadores, como ya era todo lo que tenía que hacer por hoy, pues era momento de irme también.

- Hola, espera un momento - otra persona me detiene y se trataba de una chica, un poco más grande que yo, creo.

- ¿Si? - pregunté confundida.

- Bueno, solo vine por unas telas para mis costuras, pero antes oí como atendiste a la cliente de hace segundos, y me agradaste - halagó sonriente.

- Oh...bueno, pues ¿gracias? - no sabía que decir, era extraño que me lo dijeran, incluso ni supe como conseguir hablar con un desconocido sin verme tonta.

- Sé que no sabes el porque te digo esto, pero recién acabo de abrir una tienda de ropa en otra parte de la ciudad, he necesitado encontrar a un excelente personal, y veo que llevarías un buen papel dentro de mi empleo, la forma en la que tratas a los clientes ayudaría mucho.

- ¿Ah...sí? - dije torpemente.

- Si, mira, en verdad me gustaría que trabajaras conmigo, aportarías demasiado - dijo suplicante.

- ¿Lo dice enserio? - pregunté asegurándome si es real, no imaginaba que luego de tantos fallos llegara por fin lo que esperaba.

- Enserio - afirma.

- Con gusto - dije sin pensarlo - He esperado a que me recluten, nadie me ha aceptado y ha sido complicado últimamente.

- Comprendo, si quieres puedo darte mi número, y te mando un mensaje en la que podrás ver todo lo que tienes que hacer.

- De acuerdo...- asentí algo dudosa mientras me daba la dirección en una tarjeta y el número telefónico.

- No te preocupes, todas las dudas te los aclararé, mañana puedes hacerme una llamada en la tarde por si quieres que te platique el presupuesto - pide.

- De acuerdo - dije ya con los ánimos que necesitaba.

- Ok, nos estaremos hablando... - esperó a que diera mi nombre.

- ________ - contesté estrechando mi mano con la suya.

- Un gusto _______, soy Trinity.





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