Sadness ➵ Aidan Gallagher.✔

s e t e n t a y c i n c o.

Estaba por llegar a Street Bridge y el temor aumentó.

El lugar estaba desolado donde nadie circulaba, así que aquello me daba algún tipo de ventaja para poder tomar esto de forma ligera.

Busqué a Aidan cuando me detuve al inicio del puente, estos rumbos no son tan habitados ya que son considerados como un simple paisaje.

Comencé a andar de nuevo por medio del camino que daba, y paré en seco cuando lo vi de lejos, él se mantenía de pie donde su vista estaba en un punto perdido y se recargaba sobre el barandal que adornaba esta construcción.

Antes que nada, veo a mi alrededor en la que solo habían árboles algo muertos debido a la temporada de otoño que se acercaba, detectando que los ciudadanos ya no daban paso a esta área, quedando solo él y yo.

A pasos sigilosos me le dirijo, no quería que me notara, pero eso fue inútil cuando me vio al instante, provocando que mi corazón se acelere, no sabría si era por miedo o su mirada atenta.

Terminé llegando a su lado, y un pequeño alivio apareció porque al menos no se ha dado la vuelta para irse lejos de mi, aunque aquellos ojos que no apartaba de mí me eran intimidantes.

— Hola...— saludé queriendo sonar relajada, pero fue lo opuesto.

— Hola...— respondió del mismo modo evadiendo el contacto visual.

El silencio invadió entre nosotros creando un ambiente abrumador y exhausto, lo notaba por los suspiros aburridos que Aidan soltaba y yo porque seguía nerviosa y aun indecisa por hacer esto, pero no quise flaquear.

— ¿Cómo...estás? — cuestioné rompiendo el hielo que me incomodaba.

— Algo bien...¿y tú? — respondió desinteresado.

— Igual...— hablé y cada vez los nervios se apoderaban de mí.

De mi chaqueta saqué una caja de tabletas y tomé una pastilla para consumirla ya que son masticables, era parte de una receta del doctor David, y solo para conseguir tranquilidad en este momento tenso.

— ¿Estás...enferma?..— cuestionó al verme tomar el medicamento.

— Problemas de la anemia, es parte del tratamiento — respondí guardando el objeto de inmediato.

— ¿Lo tomaste finalmente? — cuestionó mirándome y asentí — Bien por ti... — concluyó aparentando que no le importaba.

Aun así le doy una sonrisa diminuta, pero siguió evitándome logrando que me desanime.

Pero ya no más.

Supe que esta conversación no nos llevaría a un lado, por lo que decidí tomar el inicio de forma directa y sin rodeos.

Aunque lo veo incomodo,...y pareció optar en irse cuando empezó a dar pasos para alejarse.

No tiré la toalla, y hago lo que debí de hacer hace mucho tiempo.

— Se que me dijiste que no te volviera a buscarte nunca más — hablé haciendo que se detenga y se giró a verme.

— Creí que terminaste poniéndote de acuerdo con eso... — dijo seriamente.

— Puede ser....— apoyé — Pero el tiempo me dio la respuesta definitiva, por más que...intentes ahuyentarme, no renunciaré — me acerqué hasta quedar de nuevo a su lado.

— Pensé que ya lo habías hecho — vio sus manos nervioso y jugó con sus dedos — Y debe ser así — me negó volviendo a dejar su peso sobre el barandal.