Molestias Menores

De TonyTrinket

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Lawlight (L x Light) Estar encadenado por tiempo indefinido a tu peor enemigo no puede ser tan malo, o al men... Mais

Capitulo I: Light-kun, ¡cállate!
Capitulo II: Cuidado de cabello
Capitulo III: TV
Capitulo IV: Bananas
Capitulo V: Hora del baño
Capítulo VI: Alcohol
Capítulo VII: Conduciendo (parte 1)
Capítulo VIII: Centro Comercial (parte 1).
Capítulo IX: Centro Comercial (parte 2).
Capítulo X: Conduciendo (parte 2).
Capítulo XI: Durmiendo.
Capítulo XII: Limpiando.
Capítulo XIII: Visita.
Capítulo XIV: Visita (parte 2)
Capítulo XV: Parque
Capítulo XVI: Cuidado de uñas.
Capítulo XVII: Música.
Capítulo XVIII: Nadando.
Capítulo XIX: Infancia.
Capítulo XX: Cocinando.
Capítulo XXI: Bicicleteando.
Capítulo XXII: Colecciones.
Capítulo XXIII: Fiesta.
Capítulo XXIV: Carnaval.
Capítulo XXV: Películas.
Capítulo XXVI: Ejercicio.
Capítulo XXVII: Zoológico.
Capítulo XXVIII: Chat
Capítulo XXIX: Bolos.
Capítulo XXX (woaaao): Arreglando.
Capítulo XXXI: Dentista.
Capítulo XXXII: Jardinería.
Capítulo XXXIII: Bailando.
Capítulo XXXIV: Restaurante.
Capítulo XXXV: Ropa Sucia.
Capítulo XXXVI Picnic.
Capítulo XXXVII: Crucero.
Capítulo XXXVIII: Crucero (parte 2).
Capítulo XXXIX: Crucero (parte 3).
Capítulo XL: Crucero (parte 4).
Capítulo XLI: Compras.
Capítulo XLII: Terapia.
Capítulo XLIII: Golf Miniatura.
Capítulo XLIV: Shampoo.
Capítulo XLV: Doctor.
Capítulo XLVII: Desnudez.
Capítulo XLVIII Clases de Baile.
Capítulo XLIX: Supermercado.
Capítulo L: Patinaje sobre hielo.
Capítulo LI: Vergüenza.
Capítulo LII: Terapia (parte 3).
Capítulo LIII: Museo.
Capítulo LIV: Lago.
Capítulo LV: Extorsión.
Capítulo LVI Extorsión (parte 2).
Capítulo LVII: Salida Familiar.
Capítulo LVIII: Terapia (parte 4)
Capítulo LIX: Tensiones
Capítulo LX: Cometa

Capítulo XLVI: Terapia (parte 2)/Restaurante Hibachi.

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De TonyTrinket

Molestias Menores.

Capítulo XLVI Terapia (parte 2)/Restaurante Hibachi.

Autor Original Mysterious Penname.

Traductor Tony Trinket.

L y Light se sentaron en el cuarto de espera de la oficina de la terapeuta, Light con sus muletas junto a él y L mordisqueando su pulgar. Estaban solo ellos dos allí y a volumen alto sonaba música de opera fuera de lugar. Fue cuando Light comenzó a tararear al son de la música que L tuvo la necesidad de decir algo:

"Light-kun."

El tarareo persistió.

"Para de tararear."

Light miró directamente hacia el frente y aumentó su tarareo, empujando hacia abajo su gorrito para tapar su visión periférica de L.

L frunció el ceño y desvió su atención a una planta falsa en un rincón de la habitación, intentando fallidamente bloquear el incesante zumbido que sacudía sus tímpanos.

"Parece que ustedes dos se están llevando bien," dijo súbitamente la voz de la terapeuta.

L levantó la mirada y vio a Kyoto haces un gesto para que se acercasen, con el portapapeles en la mano. Él se paró y trató de ayudar a Light con sus muletas.

"¡Yo puedo solo, Ryuga!"

"¡Estoy tratando de ayudar Light-kun!"

"Ahora, señores..."

Los dos se calmaron y la siguieron hacia el final del pasillo. Una vez en su oficina, Light se derrumbó dramáticamente en el sofá y dejó a L para lidiar con las muletas.

"Light-kun solo quiere mi ayuda cuando le conv-" comenzó L, pero ante la mirada interrogante de parte de Kyoto, se calmó, puso las muletas en el suelo, y se sentó junto al lesionado adolescente.

"Ahora. ¿Se han hecho cumplidos entre ustedes?"

"No," dijeron simultáneamente.

Kyoto dio un pequeño suspiro y anotó algo en su portapapeles. "¿Qué tal si dicen tres cosas que les gustan de la otra persona ahora mismo?" sugirió.

Silencio. Los dos la miraron sin comprender.

Ella frunció los labios. "Ryuga, tú primero."

L, sin girar su cabeza, deslizó su mirada hacia Light por unos segundos y gruñó. "Light-kun es... bastante imaginativo," forzó.

Kyoto asintió. "Muy bien, Ryuga. Ahora tú, Light. Sigan en ese ritmo."

"Um, tú eres bueno con los... ¿puzles?"

"Light-kun tiene habilidad para doblar la ropa."

"Tu colección de sombreros en impresionante."

"La coloña de Light-kun es agradable."

"Tú... sabes muchas curiosidades."

Kyoto sonrió y asintió, alabando sus esfuerzos, antes de preguntarle a Light sobre su lesión.

Light se rió un poco. "Bueno, yo estaba saliendo de la ducha y tropecé y me golpeé el dedo... Y luego se hizo peor cuando peleé con Ryuga y..."

"¿Pelearon? ¿Acerca de qué?" interrumpió Kyoto.

Light aclaró su garganta y cruzó sus piernas. "Bueno, es tonto, de verdad... Él compró una cosa de fresa para cabello pensando que era shampoo y resultó ser tintura para cabello," dijo con timidez, tirando de su gorrito.

"¿Por qué le compraste el producto para cabello, Ryuga?"

L frunció el ceño. "Pensé que le gustaría la esencia a fresas, y a mí también me gustan la fresas..."

La terapeuta asintió con brusquedad ante eso. "¿Y por qué quieres que él huela a fresas?" presionó.

"Porque estoy junto a él todo el día y toda la noche-"

"¿A la noche? ¿Ustedes finalmen-"

"¡No! Tenemos que compartir la cama por la cadena," cortó Light.

Los ojos de Kyoto se abrieron y escribió algo más. "¿Les importaría contarme acerca de esta cadena?" preguntó.

Disparando una exasperada mirada hacia Light, el detective apretó los dientes por un momento antes de contestar. "Lo encadené a mi porque estamos... participando de un experimento ahora mismo," dijo incómodamente. "La saqué para esta sesión."

"Ryuga, suena como que eres tú el que instigó al experimento de la cadena... Me gustaría decirles cual creo que es el problema aquí," dijo ella, bajando su portapapeles.

"¿Y que sería eso?" dijo L monótonamente.

"La irresuelta tensión sexual entre ustedes está tensando su relación. Ryuga, tu usas estas cadenas en una forma de mantener cerca a Light, ¿correcto?"

"..." L la miró fijamente.

Light suspiró y dejó su cabeza caer contra el respaldo del sofá.

"Tú, Ryuga, tienes problemas de control. Me gustaría hacer un par de ejercicios en torno a ti esta vez y nos enfocaremos más en Light durante la siguiente sesión, ¿de acuerdo?" sugirió.

"Eso suena simplemente superb."

Light dio una sonrisita a techo. Ryuuzaki anda con un humor horrible hoy.

La Doctora Kyoto sonrió y se paró, caminando hacia su escritorio y hurgando por unos segundos antes de sacar un par de papeles y una caja de zapatos.

"Light-kun," susurró L.

"¿Hm?"

"Sácame de aquí."

"Aquí tienes, Ryuga," dijo Kyoto con una sonrisa. Le tendió a L los objetos y él bajó la mirada hacia ellos:

Dibujos para colorear de colibríes.

"¿Quieres que yo coloree?" preguntó despacio.

"Sí. Hay crayones en la caja. Elige los colores que más te atraigan."

L frunció el ceño. "Okay..."

"¿Qué tengo que hacer?" preguntó Light.

"Light, estarás tomando una prueba de Rorschach."

DNDNDNDN

Light miró la novena mancha de tinta. "Parecen ser dos personas... en la cama," dijo, inclinando la cabeza hacia un lado. "O tal vez un búho... pero entonces si lo miras así... hmm... Podría ser una polilla. Sí. Es una polilla. O, no, podría ser..."

L se sentó encorvado sobre su regazo (sus habilidades de razonamiento cayendo un cuarenta por ciento), garabateando sobre las alas del colibrí. Odio colorear, pensó. Siempre he odiado colorear. ¿Por qué estoy coloreando? Esto es una pérdida de tiempo. Podría estar condenando a ese maníaco ahora mismo, pero no. ¡No, L está coloreando porque es una manera fantástica para que los tres detectives más grandes del mundo pasen su tiempo!

El crayón se rompió. "Maldición."

"Oh, ese definitivamente luce como un cuchillo," dijo Light mientras miraba la ultima mancha.

"Subiendo tres por ciento," susurró L.

"¡Callate, Ryuga!" espetó el adolescente, girándose hacia el costado para fulminar a L.

"¿Qué has dicho, Ryuga?" preguntó Kyoto, inclinándose hacia delante.

"Nada. Acabé de colorear." L sostuvo en alto su obra de arte y Kyoto la miró fijamente.

"Encuentro interesante que lo coloreaste completamente azul, Ryuga."

"Eso luce bastante feo," comentó Light.

"¡No pregunté por la opinión de Light-kun acerca de mi colibrí!" atacó L.

"¡Pero mira eso! ¡Los trazos van en mil direcciones diferentes! ¡Coloreaste fuera de las líneas!"

L apretó sus dientes y levantó la vista hacia Kyoto, quien los miraba tranquilamente.

"Creo que terminamos por hoy, ustedes dos," dijo ella, asintiendo. "Ryuga, me gustaría que escribieses tu diario y lo trajeses la próxima vez. Light, asumo que te olvidaste de hacerlo, así que te pediré que te hagas valer cuando estés con Ryuga un poco más y me digas como te fue la próxima vez que nos veamos. ¿Está bien?"

"Está bien."

Ella agarró la página para colorear y los condujo hacia la puerta.

"Y ustedes dos deberían hacer algo juntos, como tomar clases de danza," añadió. "¿Creen que podrían hacer eso una vez que el pie de Light esté mejor?"

L se alejó, pero Light sonrió y asintió. "Lo voy a convencer," murmuró. "Adiós."

DNDNDNDN

Una vez que estuvieron en la limusina, Light recordó a L acerca de de sacarlo a cenar.

"No deseo ir a ningún lado con Light-kun ahora mismo."

"... ¿Estás enfadado conmigo?"

L tomó una bocanada profunda. "No estoy más enfadado con Light-kun de lo que usualmente estoy," respondió.

"¿Entonces estás perpetuamente molesto conmigo?" preguntó el chico de cabello rosa.

"Esa deducción es correcta."

"¿Pero por qué no me llevarás fuera?"

"Porque quiero reflexionar sobre algunas cosas."

"Puedes reflexionar mientras comemos. Hay un restaurante Hibachi muy bueno en el centro de la ciudad al que podríamos ir."

L lo miró y fue inmediatamente atacado por esos implacables ojos de cachorrito. Trató de resistirse...

"Si Light-kun se encarga de pasar el montón de datos mañana, entonces lo llevaré al restaurante. Y... Light-kun tiene que quitarse el gorrito."

"Hecho."

DNDNDNDN

Llegaron al restaurante y se sentaron en la mesa entre un trío de adolescentes risueñas y una pareja de mediana edad con dos muchachos. En la pared frente a la mesa había un espejo y Light se quedó mirando su pelo rosado horrorizado mientras L parpadeaba en el menú.

"¡Mira su cabello!" susurró una de las chiquillas, rompiendo en una risa aguda junto con sus amigas. Light trató de ignorarlas y se limitó a esponjarse el pelo en el espejo con un resoplido.

Todavía me veo guapísimo, aunque mi pelo no sea tan... visualmente atractivo cuando se trata de su tonalidad.

"¿Quiere Light-kun pescado?" preguntó L. Apuntó al menú, pero se irritó cuando Light siguió acomodando su cabello en vez de escucharlo. "Muy bien. Ordenaré pescado para los dos."

"¡Buenas noches, a todos!" bramó el chef, viniendo con su pequeño carrito de ingredientes. Golpeó unos botones en la estufa frente a ellos y tomó sus órdenes.

L echó un vistazo a Light, que seguía moviendo su cabello, y el detective empezó a mordisquear su pulgar. Kira es obviamente muy egoísta. El ego gigantesco de Light que sigue creciendo incluso bajo estas circunstancias embarazosas implica que puede sostener un golpe y seguir adelante. Su perseverancia sube mis sospechas en un dos por ciento.

Y en serio... ¿Qué estaba pensando esa terapeuta? Tensión sexual... ¡Pff! Difícilmente. ¡Solo míralo! Nunca podría estar atraído hacia alguien como él. Sus ojos... sus labios... ¡Su hipótesis está completamente sin fundamentos!

"¡Es hora del FUEGO!"

L saltó y volvió su atención a la estufa, donde fue recibido con una llama de techo alto en la cara. Gritó y se inclinó hacia atrás en su taburete, vacilando en el borde por un momento antes de caer al suelo, los brazos agitándose en el aire. Las chicas gritaron de risa, la pareja le dio miradas extrañas y los niños pequeños señalaron y le preguntaron por qué "el hombre panda" estaba tan asustado del fuego.

Light exhaló lentamente y miró al hombre caído. "Buen balance, Panda Puff."

"Cállate, Light-kun."

"¡¿Estás bien, amigo?!" gritó el cocinero mientras L volvía a sentarse en su asiento.

"No, no estoy bien. Nunca estoy bien." (N/A: L es mi espíritu animal (?)

"De acuerdo, ¡es hora del arroz frito!"

"No sabía que el fuego te daba tanto miedo," susurró Light con una pequeña sonrisa burlona.

"Nunca me ha gustado el fuego."

"¿En serio? Lo amo."

"Light-kun puede prenderse fuego, entonces."

Eso le valió la ley del hielo a L por un rato. El chef hizo el arroz frito, lo sirvió, y comenzó a trabajar en el pescado y una mezcla de alevines para ir con el plato principal. Comenzó a cocinar algunas rebanadas de pepino y le tiró una de ellas a L, que la cogió en la boca sin ningún problema, dándole una sonrisita de costado a Light.

"¡Buena atrapada, amigo!"

Uno de los pequeños niños rió y señaló. "¡El hombre panda cogió el pepino!" chilló.

"¿Ahora, que tal uno para nuestro amigo de cabello rosa?" preguntó el cocinero, lanzando una rebanada Light.

"¡Ah!" Light trató de atraparla pero lo golpeó en la nariz y rebotó en el plato de L.

"La nariz gigante de Light-kun se metió en el camino," observó L, escondiendo una risa.

"Cállate, cara de puff. ¡Dame otro!"

"¿Cara de puff...?" murmuró L.

El chef lanzó otro a Light. Después de eso, otro. Luego unos cuantos más. Light falló en cada uno.

"¡No eres bueno en esto, cabello rosado!" se rió el chef.

El adolescente frunció el ceño. "Cállate acerca de mi cabello, usted, cocinero de cuar-"

"El temperamento, Light-kun."

Light miró a L y se calmó.

L elevó una ceja. ¿Acaba de... obedecerme? Reflexionó el mayor.

"¡Aquí está su pescado!"

El resto de la comida pasó sin incidentes, las chiquillas soltando risitas por L y Light y la pareja sutilmente tratando de alejarse de ellas. Una vez que terminaron, L ayudó a Light a volver a sus muletas y regresaron al apartamento.

Mientras se preparaban para dormir, Light pidió a L un masaje de pie para hacer sentir mejor a su dedo.

"Quizás en algún momento futuro, Light-kun, lo haré como último recurso. Pero ahora mismo me niego a tocar los pies de Light-kun con las manos."

"Como sea, hombre panda."

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