Todos los personajes y la historia pertenecen a Kohei Horikoshi y Masashi Kishimoto
—Más les vale no haber muerto, él único que puede matar a los inútiles de mis compañeros soy yo. —pensó Bakugo, preocupado.
Cuando llegó al puente, Kakashi y Zabuza estaban cara a cara. Tazuna estaba situado detrás de Kakashi. Pero lo más raro era los espejos de hielo flotantes que rodeaban a Sasuke y a Sakura. Bakugo se situó al lado de su sensei.
—¡Bakugo! ¿Qué haces aquí? ¡Deberías estar protegiendo a Inari y a su madre!—dijo Kakashi
—Ya le he dado una lección a esos extras. —desde su posición podía ver a lo lejos como Sasuke tenía numerosas agujas en su cuerpo. Y sólo se mantenía en pie por apoyarse en Sakura.—¿Qué demonios está sucediendo, tuerto?—preguntó cabreado Bakugo, al ver a sus compañeros pasándolo mal.
—El ninja cazador falso los ha encerrado con su kekkei genkai. —dijo Kakashi, impotente. —Y yo no puedo hacer nada porque sino, dejaría a Tazuna bajo la merced de Zabuza.
—Vaya, por fin te has dignado en aparecer, chico explosivo. Voy a matar tres pájaros de un tiro. Matar al famoso ninja copia, cumplir con la misión de matar al viejo y vengarme de la humillación sufrida matándote.—dijo Zabuza.
—No estoy de humor para tus bromas, bastardo sin cejas. —replicó Bakugo, con su cabeza yendo a mil por hora para trazar un plan para solucionar eso. —Kakashi... —dijo Bakugo por primera el nombre su sensei. Éste también se dio cuenta de este hecho y le prestó toda su atención.
—Es la primera vez que usa mi nombre. Está tan concentrado y serio que ni siquiera intenta usar alguno de sus motes. —pensó Kakashi.
—No sé quien es más fuerte, si el bastardo sin cejas o el bastardo de la máscara. Pero ...—se quedó mirando a Kakashi.—, me cuesta reconocerlo, pero el bastardo sin cejas y su niebla es un problema para mí. Iré a salvar a Sakura y a Sasuke. Sé que te pongo en riesgo a ti y a Tazuna, pero tengo que salvarlos. —dijo Bakugo poniendo toda su atención en esos misteriosos espejos.
—No te preocupes por mí, vete a salvar a tus amigos. —dijo Tazuna.
Vio la imagen del chico de la máscara reflejada en los espejos, apunto de lanzar sus agujas a la pareja de genins. No hizo falta ningún estímulo más para salir escopetado como un misil hacia esa extraña fortaleza de espejos.
—¡Espera, Bakugo! ¡Si entras ahí ...! —trató de detenerle Kakashi. Pero fue demasiado tarde, Bakugo ya estaba dentro haciendo explotar las varillas que volaban en dirección a Sakura.
—Otro idiota que cae en la trampa de Haku. —dijo Zabuza con una sonrisa debajo de su máscara.
Dentro de la fortaleza de espejos, Bakugo observó a todos lados el reflejo de su contrincante. Luego, miró a Sasuke, que sangraba por la boca y que tenía el sharingan de Kakashi y de Itachi en los dos ojos. Pero éste, a diferencia de los otros sólo contaba con dos aspas alrededor de su pupila.
—¡Bakugo!—exclamó Sakura, ayudando a Sasuke a incorporarse.
—Idiota ..., solo conseguirás que te mate. —dijo Sasuke escupiendo sangre.
—¡Sasuke-kun! ¡No fuerces más! —gritó Sakura al borde de las lágrimas
—Tú eres ese niño que usó esa poderosa explosión para librar a Kakashi de la prisión de Zabuza. —comentó Haku. —Habrías tenido más posibilidades desde fuera. Aquí dentro no podrás hacer nada con esas explosiones—
—En primer lugar, cállate la puta boca, bastardo enmascarado. —dijo Bakugo con tono amenazante. —En segundo lugar, me tendrás que explicar como has conseguido esos ojos, Sasuke. Pero eso luego. Ahora hay cosas más urgentes, como por ejemplo, el salir de aquí. —dijo Bakugo mirando en todas direcciones en busca de una apertura.
—Es inútil, Bakugo. Sasuke trató de derretir los espejos con su gran bola de fuego pero no les hizo ni un rasguño. —dijo Sakura, aún abrazada de Sasuke. —No sé de que estén hechos esos espejos, pero no es simple hielo.—
—Ya has oído a tu compañera, chico explosivo. Esta es mi técnica Hijutsu: Makyō Hyōshō (espejo de hielo diabólico). Es un jutsu que sólo puedo hacer yo gracias a mi kekkei genkai. —explicó Haku.
—¡Te he dicho que te calles la puta boca, bastardo enmascarado!—gritó Bakugo. Después de unos segundos a Bakugo se le ocurrió un plan —Sakura, quiero que sujetes a Sasuke y te agarres a mí con fuerza.
—Vale. —asintió Sakura y obedeció sin rechistar, al igual que Kakashi ella se dio cuenta que había usado su nombre en lugar de un mote.
Espero que no sea de las que se marean, no me haría mucha gracia que me vomite encima. —pensó Bakugo.
—¡Aguanta y no te sueltes, Sakura!—ordenó Bakugo.
—¿Qué planeas hacer, chico explosivo?—se preguntó Haku
Empezó a dar vueltas sobre sí como una peonza, ganando velocidad con sus mini explosiones.
—¡EXPLOSIVE MISSILE! —gritó Bakugo.
Cuando ya tenía la suficiente velocidad, cambió la posición de las manos poniendo las manos boca abajo y yendo hacia arriba como un misil (se parece al colmillo sobre colmillo de Kiba, pero la técnica de Bakugo cuenta además con el factor explosivo) rompiendo el espejo más vertical.
—¡No te dejaré escapar! —dijo Haku creando otro espejo encima del que había destruido.
La técnica de Bakugo ya no contenía la fuerza suficiente para romper ese segundo espejo. Por suerte, Bakugo se dio cuenta enseguida y con un rápido movimiento lanzó a Sakura que sostenía a Sasuke con todas sus fuerzas.
—¡SAKURA! ¡PROTEGE A TAZUNA Y A SASUKE! ¡CONFÍO EN TI! ¡YO ME OCUPO DE ESTE BASTARDO!—gritó Bakugo a Sakura que estaba volando, pero ya fuera de la fortaleza de los espejos.
—Maldito ... —Haku dio una fuerte patada en el rostro de Bakugo haciendo que se golpeara contra el suelo con violencia. —Nadie había escapado de mi técnica antes y ahora has hecho que se escaparan mis dos presas. —
Bakugo tenía el rostro manchado completamente de sangre por toda la cantidad del líquido rojo que le caía del cabello, debido a la brecha que se provocó al usar su cabeza como la punta de su misil explosivo.
—Estoy perdiendo mucha sangre. Tengo que acabar con esto rápido antes de perder la conciencia. —pensó Bakugo con un fuerte dolor de cabeza.
—¡MUERE! ¡MUERE!¡MUERE!¡MUERE!¡MUERE!¡MUERE!¡MUERE!¡MUERE!¡MUERE!¡MUERE!¡MUERE!¡MUERE!¡MUERE!¡MUERE!¡MUERE!—casi infinitas explosiones de gran fuerza, ya que no tenía que controlar su fuerza porque no podía lastimar a sus alíados, salían de las palmas de Bakugo en todas direcciones. —¡MUERE!¡MUERE!¡MUERE!¡MUERE!¡MUERE!¡MUERE!¡MUERE!¡MUERE!¡MUERE!¡MUERE!¡MUERE!¡MUERE!¡MUERE!¡MUERE!¡MUERE!¡MUERE!—
Cuando acabó su ataque, todo el interior de la fortaleza de espejos era humo. Bakugo jadeaba por el esfuerzo.
—¡Vas a necesitar algo más fuerte para destruir mis espejos de hielo! —decenas de varillas salieron disparadas a por Bakugo.
—Mierda... —maldijo Bakugo
Bakugo era incapaz de verlas por el humo, pero oía como silbaba el viento y suponía que le había lanzado las mismas armas que le había visto a Sasuke en el cuerpo. Así que hizo lo más sensato. Hacerse una bola para protegerse de los puntos vitales.
Su espalda, brazos, piernas y estómago estaban llenos de esas varillas. Parecía un puerco espín. Bakugo se quedó tumbado sin mover un músculo con pinta de haber muerto.
—Es posible que me haya pasado. —dijo Haku saliendo de sus espejos y caminando hacia el cuerpo de Bakugo. —He perdido el control por haber dejado marchar a los otros dos niños. ¿Estás muerto, chico explosivo?—preguntó colocándole el dedo índice en el cuello para ver si seguía teniendo pulso.
Apenas tenía pulso, pero tenía. Haku suspiró aliviado, pero se alarmó al notar como su pulso se aceleraba rápidamente.
—¿Cómo ...? —dijo Haku. Bakugo, que abrió los ojos de repente, le dio una patada, concentrada con gran parte del chakra que le quedaba, al estómago.
—¡Nunca te debes confiar, bastardo enmascarado!—exclamó Bakugo levantándose a duras penas.
La patada fue tan fuerte que hizo que Haku perdiera la concentración deshaciendo su jutsu de espejos.