Ahora me ves, ahora no me ves...

By luzmela

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El detective Chuuya Nakahara vuelve a su ciudad natal Yokohama con la confianza plena de atrapar a la banda d... More

1. El nuevo detective en la ciudad.
3. Scarlett
4. Fama
5. Estrategias
6. Irresponsable
7. El ladrón enamorado
8. La trampa
9. Nada iguala tu belleza
10. En la boca del lobo
11. Atrapado
12. El retrato enigmático
13. La pista oculta
14. ¿Por qué robo? Adivínalo
15. El jefe de la banda y el mejor detective
16. Casualidades
17. El caso Shirase
18. El juego de la verdad
19. Ahora me ves, ahora no me ves.
20. El beso de buenas noches
Interludio I
21. Segundas interpretaciones
22. Ese sentimiento que nos cambia
23. Su ladrón
24. Amar, robar
25. La magia del misterio
26. Tu nombre
Interludio II
27. El Palacio de los Ladrones
28. Dejarse llevar por el corazón
29. Los consejos de la reina
30. Confesión
Interludio III
31. Te entrego no solo mi cuerpo, sino mi alma.
32. La emboscada
33 ¡Ven conmigo!
34. Ideas idiotas
35. Akutagawa entra en acción
Interludio IV
36. Trampa para un ladrón
37. En el filo de la navaja
38 ¿ la libertad es esto ?
39. Nunca debes confiar en un policía
40. La prueba
Un interludio explícito
41. El ajusticiamiento de los ladrones. Atsushi deberías haber elegido muerte
42. Haz conmigo lo que desees
43. Pactar con el Diablo
44. El perdón

2. El gran Akutagawa

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By luzmela

Alguien llamó y, sin esperar a ser invitado a entrar, la puerta del despacho del comisario se abrió y el corazón de Chuuya se aceleró al ver que era Akutagawa quien se incorporaba a la reunión.

Aunque era la primera vez que lo veía en persona, estaba habituado a su imagen gracias a las fotografías que acompañaban los reportajes periodísticos de sus casos.

Lo que más admiraba de él era su rostro serio, concentrado, como si estuviese siempre alerta del menor indicio que diera más pistas y resolviese antiguas dudas. ¡Cómo le gustaría a Chuuya poder tener un semblante calmado donde las emociones internas no se vieran tan claramente reflejadas!

¡¡¡Pero era en verdad el gran detective Akutagawa quien estaba en el mismo despacho que él!!!

De la emoción que sentía no podía hacer aquello que desde que su traslado había sido aprobado había decidido hacer cuando se lo encontrase de frente: arrodillarse en el suelo y pedirle que fuera su sensei. En vez de esto, se quedó mirándole con la boca abierta y notando como su piel empezaba a sudar por la emoción.

Akutagawa le miró fijamente un segundo, pareció que dictaminó algo sobre Chuuya y perdió cualquier interés en él.

Maldita sea, la primera impresión que se había llevado Akutagawa de él había sido decepcionante al 100% pues le habría parecido alguien sin ninguna valía para trabajar con él.

Debía arreglarlo enseguida.

¿Pero cómo?

—¡¡¡Ah, Akugatawa ! —le saludó con alegría el comisario Mori. —¡Qué bien que hayas llegado hoy tan temprano pues puedo así presentarte a nuestro nuevo compañero, el detective Chuuya Nakahara!

Chuuya pidió que Akugatawa le diese una segunda oportunidad pero este ignoró su mirada pidiendo atención y solo hizo una pequeña reverencia con su cabeza sin mirarle siquiera.

Aquello era una decepción total.

—Tengo unas galletas de Higuchi —le habló Akugatawa al comisario como si estuviesen los dos solos y Chuuya fuese un ser transparente imposible de ser visto.

—¡¡¡Ah!!! —soltó una carcajada divertida Mori —Creo que está es la tercera vez en este mes que te hornea unas galletas.

—La quinta —precisó Akutagawa mientras colocaba una bandeja tapada con un paño con corazones sobre la mesa de Mori, la destapaba apareciendo unas veinte galletas de un color marrón donde se podían ver los pedacitos de higo. Todas las galletas eran perfectamente redondas y todas apetecibles. —Estas son las mejores hasta el momento. Ya que  sé que va a seguir intentando sorprenderme con nuevas recetas, intento no demostrarle que las encuentro deliciosas porque sino al día siguiente vendría con un trailer cargado de galletas.

A pesar de su enfado consigo mismo por la patética imagen mostrada, Chuuya no pudo más que unirse a las risas del comisario Mori y es que el comentario de Akugatawa había sido tan ácido, sarcástico y divertido como los que él siempre había leído que su modelo a seguir en su profesión de detective efectuaba.

El comisario tomó una galleta y le dio una mordisco.

—Realmente están muy sabrosas.

Akutagawa asintió con la cabeza y mirando de pronto a Chuuya, quien sintió que sus orejas empezaban a emitir mucho calor porque no esperaba que volviese a interesarse por él, le ofreció:

—Pruébalas, te van a gustar en verdad.

Como un niño feliz que es aceptado por el alumno más destacado de la escuela en su grupo, Chuuya tomó con cuidado una de las galletas del plato y, con sus buenos aprendidos modales, mordisqueó la galleta son que cayese una sola miga.

Era crujiente, con la cantidad perfecta de azúcar, con un ligero gusto a almendra y con las sorpresa de los tropezones dulces de los pedacitos de higo.

—Deliciosa —opinó con toda sinceridad Chuuya tras tragar el contenido de la galleta.

Una sonrisa apareció en el rostro de Akutagawa ante el asombro de Chuuya.

—Si trabajas en esta comisaría vas a probar a menudo los manjares que cocina Higuchi. Si en lugar de haber seguido la tradición familiar de ser policía hubiese ido a una academia de cocina su nombre estaría entre las mejores cocineras del país.

Chuuya pensó que lo que la hacía esforzarse era el impresionar a Akutagawa. Sin ese estímulo quizá no realizaría esas creaciones.

Pero no lo diría.

Notó una diversión perversa en los ojos de Akutagawa, como si supiese los pensamientos que pasaban por su cabeza.

La respiración de Chuuya se detuvo. No había duda Akutagawa había deducido por sus gestos, por su expresión, por su forma de moverse y actuar lo que realmente pensaba. Es lo que pasa cuando te encuentras con el mejor detective de Japón.

Akutagawa le adelantó la mano.

—Bienvenido Chuuya al equipo.

Chuuya había sido aceptado como compañero y con una gran alegría le estrechó la mano mientras veía con el rabillo del ojo como Mori estaba totalmente feliz.

—Me gustaría que le enseñaras como funcionan las cosas en la Comisaría.

—No hay ningún problema en ello. Tachihara es bastante bueno explicando todos los procesos y procedimientos y yo puedo darle algunos consejos.

Chuuya creía que estaba soñando. ¡Tachihara, el ayudante, la mano derecha de Akutagawa le iba le iba a dedicar tiempo para él en exclusiva! Era como si un deseo de cumpleaños pedido al soplar las velas se estuviese cumpliendo.

¡¡¡Y Akutagawa le iba a dar algunos consejos!!! ¡¡¡Personalmente!!!

Iba a ser como asistir a una clase magistral en la universidad con un profesor renombrado e idealizado.

Notó claramente como a Akutagawa le divertía su entusiasmo y dejó de lado cualquier propósito de no mostrar su júbilo.

—Estoy seguro que Chuuya Nakahara te ayudará a resolver el caso de los ladrones de guante blanco.

Nada más decir Mori estas palabras, el rostro de Akutagawa perdió toda muestra de condescencia, su frente se arrugó, y sus labios se contrajeron en una mueca de desagrado.

—¡Yo no necesito la ayuda de nadie! ¡Si alguien me ayuda, sea Nakahara, usted o el mismísimo Holmes, da igual, nunca seré reconocido por él!

Chuuya nunca había visto en ningún video de los visionados sobre la figura de Akutagawa una reacción tan vehemente de su parte.

—Akutagawa no deberías dejarte influenciar por esas palabras maliciosas —le recomendó el comisario soltando un suspiro cansado.

Así que no era la primera vez que Akutagawa actuaba así.

¿Qué palabras „maliciosas" eran las que le hacían reaccionar así?  Y sobretodo, ¿quién era él?

Justo en ese instante cuando la tensión que emitía Akutagawa, era tan incómoda que el espíritu de superación de Chuuya le gritó que debía de defender sus méritos propios delante de famoso detective y convencerle que iba a ser realmente una ayuda, no una obstáculo, fue entonces cuando el mencionado Tachihara entró en el despacho.

—Siento llegar tarde...

—Llegas justo en el momento adecuado —gruñó Akutagawa dando una vuelta sobre sí mismo con tanta ahínco que levantó una pequeña ventolera en la habitación. —Enséñale al nuevo la comisaría, yo tengo que ocupar el poco tiempo libre que tengo en revisar todas las pruebas e informes del caso y encontrar la pista que nos llevará a la detención de esos delincuentes.

Y con un portazo abandonó el despacho.

Mori se pasó la mano por la frente estrujándola como si el golpe le hubiese probado una migraña repentina. Tachihara levantó los hombros tan solo.

Aquello demostraba que ninguno de los dos estaba asombrado, es decir, Akutagawa sí solía comportarse así, solo los periodistas nunca habían podido captar uno de sus enfados o, quizá, por respecto hacia el que era casi considerado un héroe, silenciaban esas informaciones.

—¿Tú eres el nuevo? —le preguntó Tachihara para intentar relajar el tenso ambiente que su superior había creado, pues estaba claro que él era el nuevo. El chico, pelirrojo como él, con una tirita sobre la nariz le miraba con mucha simpatía. A Chuuya le cayó bien desde el primer momento y notó que el sentimiento era mutuo.

—Sí, me llamo Chuuya Nakahara.

Tachihara le extendió la mano y Chuya se la chocó:

—Mi nombre es Michizo Tachihara, encantado.

—Espero aprender mucho de ti.

—Yo creo que más bien lo contrario. Akutagawa-sensei estudió tus casos resueltos y quedó gratamente impresionado.

Chuuya se quedó con los ojos como platos y con la boca tan abierta que Tachihara apenas pudo disimular la risa.

—Fue el mismo Akutagawa quien vio primero el sobre que contenía tu petición de traslado entre el correo diario y él mismo me aconsejó que aceptara tu solicitud —le contó el comisario visiblemente divertido por la sorpresa mayúscula de Chuuya.

—¿Que de él surgió la sugerencia para que mi solicitud fuese aceptada?

—¡Vamos a ser un gran equipo de tres, Chuuya —le aseguró Tachihara. —Y esta vez si conseguiremos atrapar a esos ladrones de Guante Blanco.

Chuuya no pudo estar más de acuerdo.

Sonriendo de nuevo con total alegría y felicidad asintió:

—Sí, acabarán entre rejas.


Gracias por leer y vuestro apoyo en este fic.

Mi gran amiga, la talentosa y maravillosa HikariYaehime realizó un bello arte basado en el evento. A partir de él elaboró la portada de esta historia.

Podéis ver el dibujo completo en este enlace:
https://twitter.com/hikariyaehime/status/1166805321660153858?s=21

Muchas gracias por inspirarte tanto en mis fics para realizar tus hermosos dibujos.

Próximo capítulo: los ladrones más sinvergüenzas

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