El capricho de amarte

By nacaridportal

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Ella está completamente rota. Yo tengo la manía de querer repararlo todo. Ella es un perfecto desastre. Yo... More

Sophia Pierce.
Ser rara está bien
Una dosis de vida
¿Has sentido el dolor?
Al carajo el futuro
Las personas no queman
Te necesito a ti
Tú también eres una princesa
Detrás de las estrellas
Fabricantes de esperanza
Ojalá nunca te vayas
Concéntrate en mí 😏
Gracias por sostenerme Julie.
A veces necesitas irte
Conociendo Christopher
Del cielo al piso
Mi innegable verdad.
Mucho más que el dinero
Para: Julie
Sonrisas y dolor
Mi sueño es ella
Mi solución en su sonrisa
Adiós a las reglas
Universo para dos
11:11 mi deseo eres tú
Nunca vas a ser tú
Érase una vez
Ebriedad
Somos más que el dolor
Solo de ti
¡Tuya!
"No voy a abandonarlo".
En busca de un sueño
Destruyó a la princesa
El mundo perdido
La leyenda de las estrellas
Duerme conmigo
El hilo rojo
"El paso de las lágrimas"
Nunca más voy a sentirme sola
Tú nunca vas a terminar
Epílogo
Fin
Escalera al cielo
¿FIN?
El Capricho de Amarte - SEGUNDO LIBRO - La sombras de Sophia Pierce
Y conocí a una princesa
El presente - Sophia Pierce
Tres meses antes - Sophia Pierce
No todo tiene un precio - Sophia Pierce
Hay tristezas que no se van
EL ABIERTO DE AUSTRALIA
MÁS QUE UN SIMPLE JUEGO
Se acabó el juego
La Diosa del caos
Caos en mi interior
Julie Dash - Pasado
Julie Dash - Pasado
Heridas que vuelven
Un nuevo comienzo
JULIE DASH - CÍRCULO VICIOSO
Cantándole a las estrellas
La fiesta del descontrol
Enfrentar los miedos
La maga
11:11 mi deseo sigues siendo tú.
Heridas que se vuelven a abrir
JULIE DASH - TORPEZA
Sophia Pierce - Querer en libertad
Julie Dash - Montaña rusa de emociones
No supe desear
JULIE DASH - Encontrando mi voz
Sophia Pierce - Mi vida sin ella
JULIE DASH - Después del placer
SOPHIA PIERCE - DOS MESES DESPUÉS
Sophia Pierce / Celebrando a Paula
Sophia Pierce - Almas que te salvan
JULIE DASH - Pequeña eternidad
TE QUIERO DE VERDAD
TE ESCOGERÍA A TI
TE QUIERO LIBRE
SUEÑOS QUE SE CUMPLEN
EN OTRA VIDA SERÁ
LA MAESTRA DEL SEXO
"SOY TU PREMIO"
JULIE DASH - NO SOY TU CHICA
JULIE DASH - DE NADA
JULIE DASH - NOCHE DE EBRIEDAD
JULIE DASH - VERDADES
LAS REGLAS SON LAS REGLAS
Julie Dash -NO PUEDO VIVIR SIN TI
SOPHIA PIERCE - MILLONES DE EMOCIONES
SOPHIA PIERCE - PREMIO DE CONSOLACIÓN
LA ECUACIÓN DE DIRAC
JULIE DASH - DESPEDIDA
¿PODEMOS HACERLO DISTINTO?
SOPHIA PIERCE - INSTANTES PERDURABLES
QUIERO ESTAR CONTIGO MIENTRAS SANAS
Julie Dash - Antes del final
SOPHIA PIERCE - EL INICIO DE MIS PESADILLAS
SOPHIA PIERCE - NO SOY UNA ASESINA
SEAMOS SINCERAS
PENICILINA - SOPHIA PIERCE
5 MESES DESPUÉS
SOPHIA PIERCE - DEBO SOLTARLA, AUNQUE ME DUELA.
CONTINUACIÓN
¿GANARÍAS POR MÍ?
JULIE DASH - ANDREA VS SOPHIA
LA FINAL
KSENYA KHOKRYAEVA - LA ÚLTIMA VEZ
KSENYA KHOKRYAEVA - TU VIDA ES LA MÁS VALIOSA
JULIE DASH - LA ELIGIÓ A ELLA
KSENYA KHOKRYAEVA - MIS MURALLAS
JULIE DASH - "El Final".
SOPHIA NO TIENE FINAL
Para: los bebés del futuro De: Sophia Pierce
LIBRO 2 - JULIE DASH
Besar los Sueños
Cuando los conocí. Julie Dash.
Rotas en la irrealidad - Julie Dash
Para: Ksenya
Ksenya K. La vida sin ti.
Ksenya K - Cuando te conocí
Julie Dash - Realidad irreal
Julie Dash - Realidad Irreal
Julie Dash - Punto de inflexión
Julie Dash - Presente
Julie Dash - Ella está viva.
Julie Dash - Final "feliz".
Julie Dash - Después de todo, tú.
El sacrificio del peón - Julie Dash.
Sophia Pierce - Una mente sin recuerdos
Sophia Pierce - Capítulo final (libro 2).

Asco de mí

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By nacaridportal


Comencé a estar ausente, como si sus besos pudieran ir borrando lo que sentía. O mi mente quería pensar eso para tratar de desaparecer un cariño que había llegado hasta el alma y cuando las cosas entran hasta el alma, pase lo que pase no puede salir. Pero Belén me besaba intentando curarme y mis lágrimas guardaron silencio.

El espacio era reducido, pero confortable. Sus manos se aferraban a mi cuello y me sentía segura hasta el punto de pensar que el placer era el mejor anestésico para mis tristezas.

Enredé mis manos en su pelo, igual que hacía con Sophia. Tratando de seguir los pasos de quien disfruta la vida sin pensar en las consecuencias. Quien dice te amo para luego irse con alguien más. Quien es experto mintiendo mientras mira a los ojos. Quien hace que sientas todo lo que no has sentido en tu vida, para luego dejarte sin saber qué hacer con tantos sentimientos.

Porque no sabía qué hacer. No tenía idea de por qué me sentía de esa forma, o cómo podía regresar a la calma de quien no se ha enamorado. Quería conseguir a la Julie racional; ¿dónde demonios se había ido la persona que en su vida tendría relaciones sexuales con su profesora? Algunos cambios que se hacen desde la pasión del amor, no son buenos, es mentira que lo que se hace por amor está bien.

A veces nos equivocamos cayendo en la inseguridad de pensar que la vida es alguien. Yo tenía dependencia a ella, porque con Sophi había conocido un camino donde las sensaciones sabían a gloria, pero también, se reproducían las pesadillas.

La música de fondo que escuchaban los estudiantes era "Walking the wire" y por un segundo llegué a pensar que Sophia la había pedido para mí. La saqué de mi mente para concentrarme en el presente. Para sentir como unos besos lograban despertar cada centímetro de mi cuerpo, pero no le hacían ni cosquillas a mi corazón.

Belén se separó de mis labios y su sonrisa tranquilizante, no lograba ese efecto. Me sentía ansiosa, pero también tenía deseo. Quería vengarme, o tal vez decía que quería vengarme para no aceptar que lo deseaba. La deseaba y al tenerla tan cerca, observándome de ese modo... simplemente me dejé llevar.

Asentí tratando de darle el permiso que buscaba, para verla lanzarse sobre mis labios y lo demás fue tan rápido... que ni siquiera sé cuándo comenzó a quitarme la camisa, o cómo no me di cuenta cuando desabrochó mi sujetador. De una forma experta, quedé expuesta ante sus ojos y se dedicó a mirarme. Ya no era mi profesora, pero todavía me quería enseñar.

La dualidad de quererlo batallaba con lo que hay por encima del deseo, pero sus manos apretaban mis senos, mientras con sus dedos acariciaba mis pezones sin dejarme espacio para gritar. Me besaba utilizando su lengua para jugar con la mía, para acariciarla como si el sexo estuviera en ese beso. Como si no tuviera que tocarme para que acabara.

¿Hasta qué punto sabemos lo que hacemos cuando estamos dolidos? Yo intenté entregarme, quería el llamado sexo por placer. No hablar de sentimientos o pensar que estoy lastimado. Yo no di ilusiones. Yo daba mis besos y regalaba mi cuerpo intentando olvidar. Belén y yo no habíamos tenido ninguna cita, pero levantó mis piernas poniéndome boca arriba, para quitarme el jeans.

Sentir su cuerpo sobre el mío, también en ropa interior y sus labios succionando mi cuello con violencia... me hizo sentir sucia, pero eso quería. Gemí sin poder contenerme... gemí agradeciendo que la música opacara lo que sucedía entre nosotras.

Pero no podía olvidar lo que era, ni lo mucho que la amaba porque ella no me hubiese amado de la misma forma. La imagen de Sophia era parte de uno de los momentos más excitantes, de mi vida como si de cierta forma hasta mis orgasmos le pertenecieran.

—Necesito detenerme —y ni siquiera sé por qué mis labios expresaron lo que sentía en lo más, pero más profundo de mí.

—Te creería, si tu cuerpo no me dijera lo contrario —susurró en mi oído para de nuevo, comenzar a jugar con mis senos.

Sus dedos sabían exactamente lo que hacían. Me expresaba la misma seguridad y ternura, pero también excitación y desenfreno. La había buscado, fui yo quien comenzó a besarla y luego de estar casi desnudas, intentaba pedirle detenerse aunque me moría por gritarle que siguiera.

Intente volver a pedírselo, cuando comenzó a moverse sobre mí. Podía sentir como mi piel se erizaba con el contacto y dejé de preocuparme por frenarla, para seguirle el ritmo al baile en el que podíamos rozar nuestras partes, en el que podíamos dejar de pensar en lo que sea que molestara. Y supongo, que Belen había tenido sexo por placer, porque lograba entregarme lo que quería sin haber llegado a decírselo.

—¿Quieres que me detenga? —volvió a preguntarme, pero sus labios se fueron a mis senos.

Antes que pudiera responderle, me tapo la boca para evitar que gimiera. Dedicándose de sobre manera a demostrarme que era mejor. Tratando de comerse mi cuerpo para intentar enseñarme su punto. Y, mordiéndose el labio se acercó a mi cara, para frente a frente, murmurar contra mi boca: "Que lo primero parezca insuperable; no quiere decir que lo sea y esto que estás sintiendo cuando te toco, debería servirte de respuesta".

Si lengua volvió a buscarme y sentí la palma de su mano recorrer mi costado, pero no pude. Quise hacerlo y más allá del deseo había una imagen que me lo impedía. Ojalá que esa imagen hubiese servido para no ser tan débil.

—Lo sien to, yo, quiero p e —no podía hablar, no podía pensar, no podía seguir diciéndole que no, pero tampoco podía hacerlo de no estar segura.

Tuve el carácter necesario para frenar su mano. Estaba muriendo de nervios. Mi vida se había vuelto un desastre que no podía controlar. Quería ser la de antes y tener orden, tranquilidad mental y no una avalancha de emociones. Quería correr y al mismo tiempo que me tocara. Me sentía tan perra como Paula decía que era, con la diferencia de que se sentía distinto cuando lo hacía por amor.

Y ni siquiera recuerdo con claridad, pero ella me abrazó. Trató de disculparse, me dijo que tenía muchísimo tiempo sin tener relaciones, me cubrió con un sweater, pero no se puso nada encima.

Me acosté de lado tratando de relajarme. Estaba completamente mojada y había detenido una gran equivocación, pero tampoco estaba segura de no estarme equivocando por dejar de hacer algo cuando la otra persona, nunca pudo dejar nada por mí.

Mi cuerpo me decía lánzate, vive, siente tu último año. Equivócate una vez, por las tantas que se han equivocado contigo. Deja de pensar y si quieres, hazlo.

Cerré los ojos escuchando el sonido de la voz de Hector, otro de los profesores, quien pedía a los alumnos recoger en veinte minutos y acostarse. Algo en mí esperaba que ella fuera a buscarme, que me mostrara su verdad, que me dijera que ... no tenía sentido mantenerla en mi mente.

Pensé que durmiéndome sería más cómodo compartir la carpa con toda la vergüenza que sentía. Casi acababa de tener relaciones con mi profesora. Estaba caliente y sabía que ella más. La carpa pedía sexo, pero no lo tendríamos. O al menos eso era lo que pensaba hasta que Belén me abrazó por detrás, metiendo las manos dentro de mi sweater.

Pensé que no era necesario detenerla, estaba siendo protectora y su cuerpo, pegado al mío, era más que confortable. Con los ojos cerrados, fingí estar dormida. Era preferible hacerlo a enfrentar esa situación. Contuve la respiración a medida en que sus dedos iban recorriendo mi abdomen. ¿Qué puede estar mal con las caricias?, me dije a mí misma para evitar hacer otro stop.

Pero sus manos no se entretuvieron únicamente con mi abdomen, las caricias volvieron a mis senos, mi respiración estaba entrecortada y tenía que esforzarme más si quería que creyera que estaba dormida.

"Detenla ya", recuerdo que era eso lo que pasaba por mi mente. "¿Cuál es el problema; si te gusta?", era la respuesta de la parte que disfrutaba que hiciera círculos en mis pezones para luego juntar mis senos y rotarse como si quisiera darle el mismo afecto a ambos.

Sentía su respiración en mi cuello, mientras su pierna se abría espacio entre las mías; que se dejaban hacer.

Quise decirle que parara, pero no lograba reaccionar. Sus dedos bajaron de mis senos lo suficientemente rápido hasta que los sentí acariciandome por encima de las bragas.

Mis intentos de parecer dormida fallaron. No tuve otra opción que taparme la boca para que no se escucharan mis gemidos cuando traspaso mi ropa íntima.

—No es lo correcto —apenas y pude hablar, pero al mismo tiempo que hablaba, no la quitaba. Debí apartarla y no lo hice y algunos errores parecen imperdonables.

Una parte de mí quería que me lo hiciera, que dejara de torturarme utilizando sus dedos para borrar mi autocontrol, hasta que se detuvo. Nos quedamos inmóviles, o ella se quedó inmóvil y yo me descubrí moviéndome, tratando de que el movimiento volviera, de que sus dedos de nuevo estuvieran sobre mi clitorix o incluso, que entrarán en mí.

—Pensé que querías que parara —escucharla sabiendo que me estaba matando del deseo fue sentir que quería, pero no debía. Y el "no debo" pasó a un tercer plano cuando vi la pulsera que tenía en mi mano izquierda, la leyenda, la inestabilidad y las tantas ocasiones en las que Sophia me subió al cielo para dejarme caer de golpe.

Qué triste ser tan ingenua para ponerle su nombre a mis errores. En vez de aceptar, que era adulta y que lo que estaba haciendo jamás sería culpa suya.

Me volteé hacia ella y fui yo, quien me lancé a su boca. Y sin miedo a perderme, hasta que estuve perdida, le dije que no se detuviera. Le pedí no parar y solamente cuando me metió los primeros dos dedos, fue que entendí que no había ningún tipo de forma de que estuviera en lo correcto.

Sabía que era un error, pero quería disfrutarlo. Alejé la idea de dormir dolida, para dormir repleta de orgasmos. Olvidé mi fuerza de voluntad cuando comenzó a enseñarme posiciones. En la tercera, me dijo que probaríamos con otro dedo y ni siquiera sabía de qué estaba hablando, hasta que llegamos al cuarto. "Julie, no es necesario ningún vibrador, si sabes exactamente qué hacer con tus manos", musitó tratando de dejar constancia de a qué nivel llegaba su experiencia.

Con ella en mí fui perdiendo los miedos. Si iba a equivocarme lo haría bien. Dejé de inhibirme y disfruté su contacto. Le permití que me mordiera, pero a medida que lo hacíamos mi mente revivía el ritual, los pemones, el hilo, los besos y el tacto de Sophia, su forma de amarme, tan pasional, hermosa, mostrándome aquel universo que no llegó a existir.

Belén tocaba algo dentro de mí y no sé exactamente qué, pero tuvo que taparme la boca y pedirme muchas veces que tratara de contenerme. Me puso de espalda y la sentí en todos lados. Repetía que esa noche era suya y quería que yo lo repitiera. Quería que susurrara que necesitaba más y yo necesitaba pedirle que paráramos y aunque no lo hice, tampoco mentí.

Las imágenes de la persona que amaba, más la escena y el placer de ese momento, eran contradictorias y por un destello, quise desaparecer. Volví a querer ser como antes, cuando necesitaba no ser vista para estar más segura.

—No está bien —Justo esa frase estúpida fue la que dije, y Belén dejó de moverse hasta que poco a poco sentí cómo iba saliendo de mí.

Nunca supe lo que era estar tan excitada cómo para pensar más con la de abajo, que con la mente. Paula lo repetía, decía que lograba que Benjamin pensara con "el pene" y que así era más fácil controlarlo, me equivoqué pensando que nunca me pasaría.

Belén me miraba sabiendo que era difícil. Pensaba en olvidar y la tenía en frente diciéndome: "Termina lo que empezaste, pero pídemelo. O no lo haré".

—Mételos de nuevo, por favor, Belen —una súplica estúpida, de una niña miserable que perdió el rumbo y se dejó llevar por la inmadurez. Dicen que hay que perdonarnos, si tuviera que hacerlo, me perdonaría por eso, pero todavía no puedo.

Acató mi súplica y me sentó sobre ella, pidiéndome que me moviera. Seguí su orden desesperada por un orgasmo.

Era yo, quien marcaba el ritmo de sus embestidas. Estábamos sudando y escucharla decirme que me corriera en su boca me dio la respuesta. Porque incluso tan excitada, no podía. No podía ni quería que tuviéramos sexo oral. Las nauseas por imaginarme la escena calmaron mi excitación.

Belén notó que algo había pasado, pero volvió a hacer que retomara la pasión del instante, chupándome el cuello. Fue un poco doloroso y al mismo tiempo distinto, no puedo decir que no me gustó, pero fue algo brusco.

Siguió demostrándome que su clase valía la pena, pero yo no estaba segura de querer aprender.

Cerré los ojos concentrándome.
Quería terminar.
Quería acabar de una vez y llegar al lugar donde la estupidez me había llevado. Quería salir de esa carpa y cuando estaba punto de llegar... tan puntual como siempre escuché la voz de Sophia.

Belén se movía más rápido, intentando ignorarla. Pero ella insistió. "Julie, dime al menos qué te hice, joder. Te he buscado por todos lados".

—Está dormida —mintió Belén sin dejar de mover sus dedos, otorgándome el placer necesario para el peor de los recuerdos.

—Ok... ¡Espero que sepa que soy bastante persistente! Tanto, como para despertar a todo el mundo, sí Julie no sale en dos minutos! —alzó la voz.

Belén volteó los ojos y yo le pedí que se detuviera, pero a medida que se lo pedía, seguíamos moviéndonos. Le dije que ya, sujetándola por los hombros.

—¿Quieres ir con ella, o quieres correrte? —su voz sonó como un reclamó—: Porque no tengo problema con que te vayas, pero te vas después de acabar —me dijo en el oído para luego, hablar en voz alta hacia Sophia—: ¡En 3 minutos sale! Ahora, mantente en silencio que los demás intentan dormir —su voz volvió al tono autoritario, sonando como una profesora y no como si estuviera follándome mientras le hablaba, y como si yo no estuviera pidiéndole que me dejara ir.

Y allí estaba yo, pensando que si hacía lo mismo que me hicieron, desaparecería el dolor.

Me corrí en sus dedos y visualicé su sonrisa al sentir mis flujos y esa mirada pícara ... que denotaban victoria, pero también dulzura. Me preguntó si estaba bien, dijo que si no quería salir, ella saldría. Me ayudó a ponerme la ropa y me miraba como yo miraba a Sophi luego de hacerlo.

Un beso en mi frente no hizo que se limpiara la suciedad. Ella diciéndome que era hermosa y que había sido increíble, tampoco, disminuyó mi impotencia. No era su culpa, no era culpa de Sophia, se sentía como si todos fueran culpables, pero la única culpable fui yo.

—Feliz cumpleaños a mi alumna favorita —un último beso, en mi mejilla y yo tratando de decirle con una mirada, que mi orgasmo supo al dolor de la equivocación.

Pero lo peor fue salir a ver a Sophia, en medio de la oscuridad con apenas unos dos o tres estudiantes fuera. Éramos nosotras y al verla simplemente sentí rabia.

—¿Por qué me hiciste esto? ¿Por qué te fuiste con ella? —parecía confundida, pero las apariencias engañan. El problema es que ni siquiera podía mirarla. Ni siquiera podía mirarme a mi misma y tenía que convivir conmigo, no tenía otra opción. Y Sophi pareció notarlo, porque simplemente me abrazó. Me abrazó tanto que dejé de pensar que no quería sus abrazos. Parecía saber que lo necesitaba. Que necesitaba que alguien me dijera que iba a estar bien, para poder creérmelo.

Ya no se trataba de ella, no se trataba de Noah. Había roto con mi cuerpo. Había roto con mi respeto personal. Había mandando mis principios a mi basura y era culpable. No una víctima. Pero Sophia estaba perdida, intentaba decirme que se había ido porque estaba con la hija del pemon. Me decía que hizo un trueque, que la conoció y era una persona muy amable. Que también le gustaba el deporte, pero que no podía hacerlo. Sophia trataba de explicarme que desapareció para cumplir con su parte, ya que en la cultura pemon es un dar y dar. Que ella era feliz porque aunque no hubieran hecho la ceremonia, hubiese actuado igual con esa niña.

—¡No es porque te fuiste! ¿No lo entiendes? —me separé de ella—: ¡Es por mentirme! Por haberme mentido desde que te conocí. Por besarme y decirme que éramos solamente amigas. Por repetirme tantas veces que nunca ibas a dejarlo y luego hacerme creer que lo "nuestro era único". Noah me dijo la verdad. Te ama tanto como para hacer cualquier cosa, pero hasta él sintió vergüenza por mí. Me dijo que también le contaste la leyenda. Teniéndonos a ambos ¿te sientes mejor?

—Baja la voz —me haló hasta apartarnos más y me solté de golpe, tratando de canalizar la ira hacia ella.

Trató de abrazarme, pero me liberé de su agarre y algo se borró de su semblante. El brillo que incluso con sus problemas jamás había perdido, lo fue perdiendo esa noche.

Dio un paso a mí, apartándome el cabello y cuando iba a volver a quitarme, algo en sus ojos me hizo mantener. No sabía que estaba mirando el morado que me dejó Belén en el cuello. No sabía que me había chupado tan fuerte como para dejarme una marca. Ni mucho menos que Sophia deduciría si instante que habíamos estado juntas.

Hubiese sido más fácil un reclamo, pero parecía muerta. Inmóvil, mirándome, con las estrellas encima, con las mismas estrellas de la leyenda que buscaba borrarse.

Y solamente botó una lágrima, para volver a abrazarme. Para retenerme tan fuerte como quien sabe que me he equivocado. Me sobaba el cabello apretándome a su cuerpo, al tiempo en que trataba de no llorar, pero lloraba más que nunca en mi vida. ¿Por qué me abrazaba si había estado teniendo relaciones con otra persona? ¿Por qué me consolaba como si supiera que me sentía como una basura?

—Nunca debimos decir que éramos lo suficientemente fuertes, o que no nos haríamos daño y no es por posesión, pero si me quieres de verdad, lo único que voy a pedirte es que vayas con Paula. Tienes una amiga. Tienes a la amiga más maravillosa del mundo y la necesitas —no supe que me entendía, ni tampoco que habían varios tipos de violaciones y algunos de ellos, nos los hacemos a nosotros mismos.

Yo había violado mi integridad y estaba conociendo que algunos errores tienen un precio. Me sentía mejor cuando le abrazaba hasta que recordaba la razón que me llevó a perderme, pero no podía retroceder los hechos. Tenía que asumirlo y necesitaba una respuesta.

—Solamente respóndeme —la tomé de los hombros intentando saber si mirándome a los ojos se atrevería a mentir—: No quiero saber por qué lo hiciste, no quiero que me expliques. Solamente dime si lo que Noah dijo es cierto, o si es una mentira —la miré fijamente entendiendo que el amor no es como en las pelis y yo no quería algo así, pero tampoco sabía que era tan duro.

Y si no hubiese visto amor en sus ojos, habría pensado que había estado soñando con una historia que ni siquiera existió. Pero Sophia me miraba intentando contenerse, y con los ojos aguados, buscaba la fortaleza para poder hablar.

Las lágrimas que contenemos son como las palabras que murieron ante la cobardía. Queman por dentro hasta que devastarlo todo, como un virus que solo se combate dejándolo fluir.

Sophia asintió con la cabeza, diciéndome con ese gesto que sí era cierto. Que Noah no me había mentido.Y en una misma noche pasé de odiarla, para odiarme, para luego odiarnos a ambas por habernos enamorado.

Feliz cumpleaños Julie, eres una idiota, me repetí en mi mente para irme con Paula, que literalmente... no me juzgó y al igual que Sophia, me abrazó tanto, pero tanto, que se sintió bien no estar sola. Se sintió bien que más allá del peor error de mi vida... la tuviera a ella para decirme que todo estaría bien.

Nota de autor: Capítulo fuerte. A veces el amor suele serlo. A veces equivocarnos trae consecuencias y esas consecuencias son nuestras, aunque también lastimemos a las personas que nos rodean.

Nos dejamos llevar por el instante, por la vida, y muchas veces por el placer. Muchos se pondrán bravos, pero es la realidad de Julie y también de Sophia que la ama por sobre cualquier cosa, incluso, sobre ella misma y sus sentimientos.

Podemos debatir sobre lo que creen que pasará en el próximo capítulo. No sufran, todavía quedan varios hasta que termine el libro. Mañana intentaré cambiar el horario de la escuela, para estudiar en la tarde. :( madrugo a las 5:00 am y me voy durmiendo por la calle. Vieron? Vine a Oxford a inspirarme en el que será el nuevo hogar de Julie.

Quiero saber qué creen que pasará. (Sorry si hay algún error de typeo, no lo he podido corregir, porque si lo hago literalmente mañana no me despierto).

1. Respecto a Sophia, ¿qué opinan de su actitud? (No puedo decir nada porque el otro capítulo creo que será uno de los mejores de la historia).

2. Julie... ¿ya no la quieren? ¿Creen que se perdonara a sí misma por haber mandado al carajo su madurez?

3. Belén... ¿?

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