Tú nunca vas a terminar

43.3K 1.9K 992
                                    


-No vas a encontrarla en ningún lado, Julie. Sophia se ha ido -Noah me tomó por los hombros intentando que me frenara-. A las seis de la mañana bajó con los pemones.
-¡Es imposible! El instituto no lo permitiría.
-Pero lo permitió -me respondió-. Ella no pudo despedirse de ti en persona, pero te dejó esto -me entregó un bolso que cogí por impulso intentando apartarme.
-¡Quiero el permiso para irme de aquí! -le dije a Belén que estaba con Benjamin y Paula-. ¿Con quién tengo que hablar para poder bajar?
-Me temo que no está permitido, cariño.
-¿Cómo que no está permitido? ¿Si no está permitido por qué Sophia se fue?
-El director tuvo órdenes directas, Julie, por eso Sophia pudo irse.
-¿Órdenes directas de quién? ¡Quiero irme! Necesito que me dejen hablar con mis padres. ¡Me voy a ir hoy!
-Te queda un día. Mañana podrás buscarla, pero si se fue sin despedirse debe tener una razón. Piensa en eso, tal vez Sophia necesita su espacio.
-¿Si tu novia siguiera viva, la dejarías ir? Con todo lo que te enamoraste, de tener una oportunidad de ser feliz a su lado... ¿te darías por vencida? Dime mirándome a los ojos si de verdad no lucharías por ella, Belén y por favor sé sincera -ella no pudo responderme. Me miró intentando calmarme para luego, darme un abrazo. No quería que me abrazaran. Necesitaba conseguir a Sophia y era como si hubiese muerto. Era como si estuviera yéndose más lejos de los que todos ellos podían percibir. Pero acepté su abrazo para comenzar a llorar.

Porque al final, la pérdida no pasa únicamente cuando alguien que quieres se muere. A veces puedes perder a alguien que todavía sigue respirando.

-Cambié de idea, cariño, perdóname por haberme dejado llevar -Belén se disculpaba por lo que habíamos hecho y por fin pude ver cómo se derretía la fibra con la que se protegía del amor.

Ella se dio cuenta de que después de no haber estado con nadie, de haberse apartado del mundo exterior y guardarle luto a su pareja, había actuado por deseo. Había seguido el impulso infantil que creé. Y Sophia que parecía ser la más inmadura entre nosotras, nos dio una clase sin ser maestra. Nos enseñó que la vida tiene profesores almáticos y que aunque no puedes cambiar las cosas, si que está bien admitir que te equivocaste y pedir perdón.

-Volverás a encontrarla después de la muerte. Si su amor fue tan verdadero, siempre va a continuar. Belén, ¡un día conseguirás a alguien sin buscarlo! Un día va a llegar una persona que no tenga ojos para nadie más y que cambie tu manera de ver el mundo -La abracé más fuerte. La abracé queriendo disculparme y continué-: Me hablaste de una verdad por encima de lo que se conoce. Me hablaste de una segunda oportunidad. Y te la mereces, pero no conmigo, sino contigo. Así que comienza a dártela -me solté de ella y sabía que Paula y Benjamin estaban detrás de mí.

Caminamos sintiendo la lluvia. Nos habían advertido ponernos los impermeables, pero no me interesaba mi cuidado personal. Estaba destrozada y con un bolso rosado como lo único que tenía de ella, comencé a correr.

Corrí entre la naturaleza del Roraima. Entre las plantas carnívoras de color rojo-purpura. Corrí en los pequeños bosques llenos de helechos arborescentes, de arbusto de tronco y copa densa, con pequeñas flores rosadas. La hermosura externa chocaba conmigo. No me interesaba el atractivo que veía, quería mis respuestas. Me daban igual las orquídeas, o el cielo nublado. Quería mi último día en el Roraima con ella y algo me decía, que probablemente no la volvería a ver.

-A ver... ¡Deja de correr como loca! Espérate -Benjamin me detuvo.
-Es solo un día, Julie, mañana regresamos y podemos buscarla. Te prometo la mejor persecución -añadió Paula-. Si tenemos que irnos a Petare a conseguirla, nos vamos. No estás sola y vamos a conseguirla. Te prometo que no vamos a descansar hasta que nos den sobrinos, ¿va? Pero ahora abre el bolso y descubre por qué carajos Sophia es tan complicada -Paula se llevó a Benjamin y se sentaron a un lado dejándome unos cuantos metros de espacio para estar sola.

El capricho de amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora