El Arte De Amar

By maire_05

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Mikasa Ackerman es una chica introvertida y solitaria. Por problemas de su pasado, deberá irse a Tokyo a estu... More

Capítulo 1: Un Nuevo Lugar
Capítulo 2: Presentaciones
Capítulo 3: Karma
Capítulo 4: Primer Día
Capítulo 5: ¿Calor O Cálido?
Capítulo 6: Tarde Con Hanji
Capítulo 7: Equipo
Capítulo 9: Plan Fallido
Capítulo 10: Inesperada
Capítulo 11: Problemas
Capítulo 12: Amistad
Capítulo 13: Promesa
Capítulo 14: Angustia
Capítulo 15: Enfermedad
Capítulo 16: Maldito Todo
Capítulo 17: ¿Reconciliación?
Capítulo 18: Mala Información
Capítulo 19: Una Pareja Reunida
Capítulo 20: Sabor Dulce
Capítulo 21: Navidad
Capítulo 22: Viaje
Capítulo 23: Te... Odio (1ª Parte)
Capítulo 24: Te... Odio (2ª Parte)

Capítulo 8: Sonrisa

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By maire_05

Después de una larga semana, el viernes llegó. No tenía nada planeado, me quedaría en mi habitación todo el día, durmiendo obviamente. Pero mis tardes tranquilas acabaron cuando entré por aquella puerta. Si no era Hanji para acompañarla a algún lugar era Armin para dibujarme. De momento, todo estaba tranquilo. Bajé las persianas y me tapé con las suaves sábanas de mi cama. Cerré los ojos sonriendo, suponiendo que todos estaban ocupados. Hasta que escuché toques en la puerta, al principio me sobresalté un poco sin cambiar de posición pero después empezaron a ser más y más fuertes.¿Quién coño era? Puse las sábanas por encima de mi cabeza, tarde o temprano iban a parar de darle a la maldita puerta. Sentí como entraron a mi habitación, sin mi consentimiento subieron las persianas. Me sentía observada, el ser hallado de pie en el lado de mi cama me miraba, creo... pero no me moví seguía con la teoría de que se iría, hasta que sentí un fuerte tirón, arrebatándome las sábanas. Eso me enfadó mucho, vaya falta de respeto de verdad. Furiosa me giré, encontrando unos fríos ojos que me miraban con rabia, daba escalofríos.

-¿Qué haces.... un viernes en la cama? - preguntó.
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Arrastraba los pies por los anchos pasillos del centro comercial mientras maldecía al enano, detrás de él.

- Te estoy oyendo, mocosa - dijo dándome la espalda.

- Me da igual - aunque no me estuviera mirando, yo lo mataba con la mirada - Sigo sin entender por qué he tenido que acompañarte. Además entraste en mi hábitad natural sin mi permiso - me crucé de brazos.

- Sí, sí perdón, perdón - decía buscando algo.

-¡Ni siquiera lo estás diciendo de corazón! - alcé la voz señalándolo - ¿¡Qué hubiera pasado si me encontrabas vistiéndome o desnuda?! - Levi se giró hacia mí, indiferente.

- Pues te hubiera visto y... - miró el techo, pensativo.

-¿Y...?

- No sé. Nunca te he visto desnuda así que no sé lo que pensaría - dijo sin más. Bajé los hombros y mi cabeza en forma de derrota. Suspiré. De reojo lo ví andar, así que arrastré los pies y lo seguí.

Seguimos andando durante un buen rato, esta vez me distraída mirando los escaparates de las tiendas pero nada llamaba mi atención. Dirigiendo mi vista a los maniquíes, sin querer me choqué contra la espalda de Levi, quejándome un poco, a lo que él pronunció un...

- Tsk... - ladeó su cabeza - Mira por dónde vas, mocosa.

- Claro capitán - dije con sarcasmo. Él bufó.

- Ya hemos llegado - señaló la tienda.¿Qué era este lugar?¿Una floristería?

- No sabía que te gustaba alguien - dije sin importancia mirando el exterior de la tienda. Al sentirme observada, me encontré con un pequeño tic en el ojo derecho de Levi y la mandíbula levemente apretada, de repente relajó su cara, mandándome una tranquila sonrisa.

- Son para Erwin. Somos pareja desde hace dos años - abrí mis ojos sorprendida y casi me atraganto con mi propia saliva - Estamos muy felices juntos y hasta en un futuro he deseado tener hijos con él - juntó sus manos y subió su pierna derecha, sin quitar esa escalofriante sonrisa de enamorado. Yo lo miraba impactada. Hasta el tono de voz le cambió, había dicho cosas tan cursis que me dió hasta escalofríos.

- Ehm... Me alegro por vosotros, supongo - dije extrañada. No estaba en contra de esto, ni mucho menos. Pienso que el amor son sentimientos y da igual el sexo que ames, mientras tú seas feliz no hay problema. Pero no lo esperaba de Levi.¿No lo esperaba?¿Qué esperaba entonces?... Después me acordé de Hanji, pobre chica, la compadezco.

- Mikasa... - dijo parpadeando un par de veces, dándole un toque "tierno" - ¿Me prometes que no se lo contarás a nadie? No lo sabe nadie, Mika - Puso su dedo índice en sus labios. Que mal rollo.

- Claro... claro que no... S-soy una tumba - las palabras salían entrecortadas, sentí un leve ardor en mis mejillas.¿Me puse roja? Empezó a reírse de mí a carcajada limpia.¿Es bipolar este chico? - P-pasa algo... - dije nerviosa.

- Hahahahah.... - se puso sus manos en su barriga, hasta los ojos se le cristalizaron - Es que... Tu cara es buenísima. Mikasa... Ahahahah.... No soy... No soy gay - dijo como pudo.

-¿Eh? - cambié totalmente de humor. Lo miraba seria con una de mis cejas enarcadas.

- Erwin y yo no somos pareja - decía burlón.

-¿Entonces que hacemos aquí? - pregunté con tono molesto.

- No sé... Es un encargo de Erwin a saber para quién. Él es muy reservado,¿sabes? - dijo metiéndose en la tienda. Lo seguí.

- Mira quien fue a hablar - rodé los ojos, escuché una leve risa - Y...¿Qué flores son? - la tienda era inmensa, rodeada de diferentes flores con distintos colores y distintos tamaños. Estaba fascinada por aquel ameno lugar.

- No sé... Creo que son amapolas - habló desde algún lado de la tienda. Lo perdí de vista muy rápido. Era raro porque no había nadie, ni siquiera los empleados.

-¿Crees? - dije en un suspiro.

- BUUUH

- AAWW - grité del susto que el estúpido pegó. Sonreía burlón con una rosa entre sus manos.

- Ahahah. Necesitas ayuda... pequeña flor - hablaba con acento francés, moviendo la rosa de una forma elegante entre sus dedos.

- Te pareces a Jean - le quité la flor entre sus manos.

- Oh, no por Dios - volvió a su tono de voz natural - Todo menos eso - observé como rodó sus ojos hacia un lado.

- ¿Por qué? Es un buen chico, es verdad que es muy vago. No deberías pegarle las palizas...que le... ¿Me estás escuchando? - desde que rodó los ojos no paraba de mirar algo a su lado.

- Encontré las amapolas - las señaló. Me acerqué a él y miré donde señalaba. Unas rojas flores se asomaban por una gran maceta. Nos acercamos a ellas y las miramos atentos. Levi se puso en cuclillas para tocarlas y yo me agaché, poniendo mis manos en mis piernas.

- Wow, son muy bonitas - dije - Además huelen muy bien - estaba a una considerada distancia de las flores pero su aroma traspasaba mis fosas nasales.

- Te lo diré... - lo miré ante su comentario - Las amapolas son para Hanji, es un regalo de Erwin - por la sorpresa, arqueé mis cejas y parpadeé un par de veces. Hubo un breve silencio.

-¿Crees...qué a Erwin le gusta Hanji? - pregunté algo dudosa. No quería revelar el secreto de Hanji, pero si él sabía algo...¿Qué haría?¿Le contaría a Hanji esta información?¿La estaría ayudando?

- No lo sé... - se puso de pie y se dirigió a coger un ramo de amapolas - Esos dos son muy raros para ese tipo de cosas. Si no los conoces piensas que son pareja por su cercanía, como se hablan, como se miran...

- Ah, ¿entiendes el típico juego ese de miradas? - dije dándole sorpresa a la pregunta.

- En realidad, no. Pero siempre hay un brillo muy extraño en sus ojos cuando se miran. A veces hasta me han dado ganas de vomitar - empezó a andar con el ramo en sus brazos.

- Qué bruto eres... - comenté.

- Uy lo siento, señora tomate.

-¿Señora tomate?

- Exacto. A saber que cosas has imaginado cuando te he dicho que Erwin y yo salíamos.

-¡N-no he imaginado nada! - dije avergonzada pero sincera.

- Te aviso de una cosa... - paró en seco y se dió la vuelta - En el caso de que me quieras tener en tus fantasías, quiero ir arriba.

- ¡Cállate ya! - me tapé la cara con mis manos - Nunca te voy a tener en "mis fantasías".

- Nunca digas nunca, mocosa - se volvió a girar.

- Ese refrán está muy visto.

- Pues... - hizo una pausa - Nunca digas de este vaso no beberé.

- Vaya mierda de refrán - seguíamos andando por los pasillos de la tienda.

- Pues di tú uno, señorita doña-refranes - dijo con un tono molesto.

- Ahora no tengo ganas, señorito pone-apodos.

- Jaa... Pone-apodos - soltó una carcajada.¿Estará sonriendo? Si se girara un poco...

Llegamos a caja y no se encontraba nadie. Detrás del mostrador había una oscura puerta medio abierta. Encima de éste un timbre campana. Nos acercamos lentamente, Levi dejó el ramo en el mostrador y yo apoyé mi codo en éste, esperando. Estabamos en silencio, mirando la inquietante puerta de delante. Por casualidad, miré el timbre campana y dirigí mi vista a Levi, que curiosamente miraba lo mismo que yo

- Que telepatía - pensé.

Levi levantó su brazo y lo acercó a aquel objeto. Tin, sonó. Ninguna respuesta. Empezó a darle repetidas veces, haciendo un molesto sonido, hasta que por fin escuchamos...

-¡Ya voy, ya voy!¡No le de más al timbre! - gritaba una voz femenina desde el interior de la misteriosa puerta - Uff, perdonen mi tardan.... - una chica de pelo miel y ojos claros apareció por la puerta. Estaba cerrando los últimos botones de su camisa blanca. Sus labios estaban un poco hinchados y a decir verdad, el pelo lo tenía revoltoso - ¡Levi!¿Qué haces aquí? - preguntó con una gran sonrisa de oreja a oreja. Me sorprendí,¿se conocían? Dirigí mis ojos a Levi que miraba a esa chica con una notable tensión. Sí, parece que se conocen - ¿Estás bien?¿Te ha comido la lengua el gato? - con sus dientes mordió, sin exagerar, su labio inferior. Haciéndola ver de una manera sensual y provocativa. Ante tal acción, levanté mi ceja con cara de asco. Aunque seguía en la misma posición. ¿Quién era esta estúpida?

- No... - pronunció. Bajó la mirada y cogió el ramo - ¿Cuánto es? - la miró, entregándole el ramo. Eso sí, nervioso no parecía. Más bien... hablaba con enfado.

-¿Cuánto quieres que sea? - dijo cogiendo el ramo, rozando "sin querer" los dedos de Levi.

- No empieces, Pe... - la puerta de detrás del mostrador se abrió completamente.

-¡Petra!¿Has acabado ya? - Farlan apareció con la corbata entre su cuello y algunos botones que poco tapaban la parte de su abdomen, desabrochados. Esta vez, quité el codo del mostrador, cambiando de postura a una de salir de allí. Pero desgraciadamente, lo peor estaba por venir... - Mikasa,¡hola! - levantó su mano en forma de saludo. La chica que cobraba el ramo me fusilaba con la mirada y no solo ella... cierto enano que sacaba la cartera de su bolsillo posó su vista en mi persona, mirándome serio.

- ¿Quién es ella, cari? - dijo la chica. Enviándome una falsa sonrisa. Ups, creo que me metí en un rollo raro.

- Es Mikasa, Petra. Mikasa, ella es Petra - decía Farlan sonriendo, presentándonos. Pero vamos, la tensión se sentía en el ambiente.

- Un gusto, Mikasa - decía con su irritante sonrisa, me daban ganas de volarle la cabeza de un puñetazo.

- Lo mismo digo... - miré de reojo a Levi quien me enviaba una reconfortante sonrisa, ese gesto me tranquilizó. No estaba nerviosa pero si algo alterada.

-¿De qué se conocen? - preguntó de repente Petra.

- Es amiga de Sasha. La chica del Club de Baile - Petra arrugó el entrecejo - La conoces pero ahora no te acuerdas. Es una que siempre lleva una coleta con el pelo castaño, que le gusta comer mucho y...

-¡Ahhh sí! Ya sé quién es. La chica esa que come mucho... y vomita luego la comida para adelgazar - mencionó Petra con una mano en su barbilla. A mí, la sangre me ardía por dentro.

- Sí esa... La anorexica... - acabó Farlan para ponerme la sangre a hervir. Me iba a tirar hacia él, pero Levi sujeto mi mano firmemente, impidiéndome hablar. Entrelazó sus dedos con los míos, dando señal de que no me soltaría. Eso último lo puede descifrar en su mirada.

- Muchas gracias... - finalizó Levi indiferente.

- De nada, guapo. Podrías visitarme más a menudo - Petra apoyó su codo en el mostrador y sujetó su cara con la mano, mientras le guiñaba el ojo izquierdo. Farlan estaba detrás de ella, mirándome con una sonrisa juguetona. De solo mirarlos me daban repulsión.

- No gracias... No me gustaría revolcarme contigo en el almacén de tu trabajo - ví como los dos abrían sus ojos sorprendidos, abriendo un poco sus bocas. Levi tiró de mi mano, dando unos pasos torpes, acercándome a él y susurró - Vámonos de aquí - No sé si era por su cercanía o por el tono de su voz, pero por mi espina dorsal un escalofrió recorría. Rápidamente se dió la vuelta, se puso a correr por la tienda con una mano sujetando el ramo de amapolas y con la otra mi mano. Salimos de la floristería y nos dirigimos... A saber dónde quería llevarme este loco...
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Después de estar corriendo un rato, llegamos a una cafetería. Nos sentamos en la mesa más escondida de todas. Por si los estúpidos de antes querían seguir provocándonos.

- Lo de antes ha sido muy intenso - dije en un suspiro, apoyando mi espalda en el respaldo de la silla. Levi se situaba en frente de mí.

- Con esos dos, para mí ya nada es intenso - dijo mirándome fijamente a los ojos.

-¿De qué los conoces? - supongo que esa era la pregunta del millón.

- Algún día te lo contaré... Pero hoy no... - lo miré fastidiada.

- Vale... Pero viendo tu reacción, no es nada bueno - comenté. Un camarero se acercó a nosotros, pedimos y seguimos hablando.

- No intentes sacar información porque no te diré nada - dijo cruzándose de brazos.

- Casi cuela... - chasqueé mis dedos. Levi negó con la cabeza de forma divertida. Nuestros pedidos llegaron, empezamos a tomarlos en silencio. Yo me fuí a mi mundo interior, mirando todo pero pensando en nada.

- Oye mocosa - me llamó.

- Dime... - contesté

- Mañana...

-¿Mañana qué? - pregunté confundida.

- Acuérdate de la noche del lunes.... La de.... - no lo dejé acabar.

- Sí, vale. ¿Qué pasa?...¿Quieres que te prepare la comida mañana? - asintió en silencio.

- Pero tengo una condición - ladeé mi cabeza confundida y algo molesta. Condiciones tiene... encima que le tengo que preparar la comida...tiene condiciones. Hombres...

- ¿Cuál? - pregunté con desdén.

- Nadie puede saber de esto - Ups....

- Pues tarde... Hanji lo sabe - encogí los hombros. Levi casi se echa encima el café.

-¡¿Cómo lo sabe?! - gritó apoyando sus manos en la mesa, haciendo ruido. Todas las personas que allí se encontraban se giraron hacia nosotros, algunos preocupados, otros molestos.... Me empecé a reír levemente. Aquella acción hizo relajar a los allí presentes. Levi avergonzado quitó sus manos de la mesa y se cruzó de brazos. Como un niño pequeño siendo regañado, bajó la mirada a su bebida y debajo de la mesa movía el pie inquieto.

- No te preocupes. Mañana seré yo la que cocine para todos - sonreí altanera señaládome con el pulgar. Cogí mi batido helado y bebí.

-....No es lo mismo... - susurró. Lo miré extrañada pero seguí bebiendo -...Solo te quería para mí... - empecé a toser. Escuchaba su risa de fondo, cuando volví a la normalidad, miré a Levi quien tenía sus dientes posados en su labio inferior adornado con una sonrisa burlona - Entonces prepara ramen. Hace tiempo que no lo como.

Se levantó. Cogió el ramo y salió de la cafetería. Pagué lo que consumimos y también me fui. Lo ví apoyado en la pared al lado de la puerta de la cafetería. Pasé por frente de él y comencé a andar por los grandes pasillos llenos de personas que andaban en diferentes direcciones.

- Sois tan complicadas... - oí decir a Levi. Me giré hacia él...

- Sois tan complicados... - repetí. Ambos nos sonreímos con complicidad. Y así juntos empezamos a andar.

" La primera vez que no andábamos detrás del otro, sino al lado..."




















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Holaaaa. ¿Cómo están? Hacía tiempo que no traía el capítulo temprano 😶.

Espero que os haya gustado el cap y como siempre comenten lo que quieran, lo primero que os cruce por la cabeza.

Me gustaría saber qué pensáis de esta historia. Esto no significa que la vaya a dejar ni nada pero vuestras opiniones me ayudan a saber si voy por un buen camino o no.....

Sin nada más que añadir: Hasta la próxima!!! ⭐⭐⭐

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