Las galletas de los deseos |E...

Por MyCherryBomb

246K 25.2K 5.4K

Luego de varios meses de amor y dulzura, Olivia es asaltada por las dudas. Deseosa de saber si Kevin es el ho... Más

Nota de autor
Prólogo
1
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
49
50
51
52
53
54
55
56
57
58
59
60
Epílogo

2

5.7K 510 100
Por MyCherryBomb

Me mira esperando alguna contestación y chasquea la lengua cuando no digo nada. Me encojo de hombros.

—¿Y vos qué le dijiste? —cuestiono con interés, jugando con un hilo suelto de la sábana.

—Que no estabas. Me dio las flores y se fue. Ni siquiera me preguntó quién soy, pero supongo que se habrá dado cuenta de que soy tu novio —contesta, volviendo a cerrar los ojos.

—¿Y te pusiste celoso? —Asiente con la cabeza y sonrío—. ¿Y por eso querías que hagamos cosas en la cocina? Como para demostrarte que te amo.

—Dejá de leerme la mente —dice con tono avergonzado y me río. Me acurruco a su lado y apoyo mi cabeza en su pecho mientras lo abrazo. Él acaricia mi pelo—. Me sentí muy mal, recuerdo que me dijiste que tus ex son feos, pero Benjamín no lo es en absoluto.

—Ay, galán, no seas idiota. —Nos reímos—. Comparados con vos, todos son feos para mí. Además, a Benjamín no lo veo desde que nos separamos, tengo su figura borrosa en mi mente y tampoco es que desee recordarlo.

—Aceituna, me hacés sentir halagado, pero creeme cuando te digo que Benjamín no es para nada feo, incluso creo que es mejor que yo y eso que no me gustan los hombres —comenta con seriedad.

—No estés celoso, no seas tonto. Sabés que te amo a vos y por suerte no tengo la costumbre de volver con exnovios. Así que no te preocupes, ese chico no va a volver, ya te vio con calzoncillos de tortuga ninja y dijo "uy, que malote". —Hago voz de hombre y se carcajea.

—No, porque me puse pantalones antes de abrir. Pero supongo que vio mis músculos y eso lo asustó —expresa con tono fanfarrón—. Tengo que volver al gimnasio, estoy perdiendo el tono muscular porque me estás engordando.

—Ajá, claro. Te veo hacer ejercicio todos los días, no engordaste ni un gramo —contesto entre risas—. Yo debería hacer ejercicio, estoy bastante oxidada y cada vez me siento más dura. Además, las inyecciones anticonceptivas me están engordando.

—¿Sabés que el sexo cuenta como ejercicio? —cuestiona sensualmente. Esbozo una sonrisa y niego con la cabeza en un gesto de incredulidad.

—Por eso estás tan musculoso —digo, acariciando su pecho por encima de la camiseta.

En un rápido movimiento, gira y queda sobre mí. Siento su cuerpo aprisionando el mío, su boca va segura hacia mis labios, chocando con velocidad y extrema dulzura a la vez.

—Te amo, aceituna —susurra en mi oído.

—Y yo te amo a vos, mi amor —replico, acariciándolo—. No te das una idea de cuánto te amo.

—No me dejes por ese tipo, por favor —murmura mirándome a los ojos con expresión triste. Niego con la cabeza y sonrío.

—Jamás te dejaría, no te cambiaría por nadie, idiota.

—Cuando estoy acostumbrándome a que me digas galán, me volvés a decir idiota y me confundo. ¡Decidite, aceituna! —exclama con tono divertido. Suelto una carcajada.

—¡Es que sos mi galán idiota! —manifiesto y le saco la lengua. Él rueda los ojos y sonríe antes de besarme.

Traza un camino de besos por todo mi cuello. Abre con paciencia uno por uno los botones de mi camisa hasta que logra quitármela. Sus dedos se dirigen a los broches del corpiño y, cuando me lo saca, mi teléfono suena. Le hacemos caso omiso y él continúa acariciando mi cuerpo y besándome con más intensidad. Le saco su remera con velocidad y continuamos besándonos.

El celular suena otra vez. Suspiro y me alejo de Kevin para buscarlo en el bolso.

—Puede ser Laura, quizás pasó algo —digo. Él resopla y asiente con la cabeza.

Sí, es mi compañera. Atiendo de inmediato y me siento en el borde de la cama.

—Lau, ¿qué pasó? —digo.

—¿Falta mucho para que vengas? Hay un tipo acá preguntando por vos, además está Julián y dice que no le cae bien porque le dijo algo raro, creo que en cualquier momento se pelean y se matan a piñas —cuenta con agitación. Suspiro.

—En veinte estoy, todavía no terminé de comer —contesto, guiñándole un ojo a Kevin, quien sonríe para luego tirarme a la cama y besar mis pechos. No puedo evitar reírme cuando pasa sus labios por mi estómago.

—¿Qué? —cuestiona Laura desde el otro lado de la línea. Vuelvo a reír, olvidándome de la chica y levanto la cola para que Kevin pueda sacarme la ropa con comodidad.

—Nada, ¿cómo se llama el que me busca? ¿Es un vendedor? —interrogo, suprimiendo un gemido cuando siento que Kevin entra en mí sin previo aviso. Él se ríe con maldad, intentando que haga algún ruido para que Laura escuche.

—No me lo quiere decir... Dice que cuando lo veas lo vas a reconocer —replica. Sé que es Benjamín, así que no digo nada.

—Bueno, decile al vendedor que... —Mi novio acelera el movimiento y tengo que alejar el teléfono para que no escuche mi respiración. Él se sigue riendo e intento golpearlo con las piernas, pero las agarra en el aire y solo sirve para aprisionarme más—. Te voy a matar —susurro, antes de volver a hablar—. Decile que me espere, estoy ahí en veinte minutos más o menos.

—Mmm, bueno. ¿Estás en la bici? Te escucho agitada.

—No, estoy cocinando al... —No sé qué es lo que hace mi acompañante, pero siento un profundo placer y no puedo evitar gemir. Se escucha que Laura dice un insulto.

—¡Ay, por Dios! ¡Están cogiendo! No tie...

Corto la llamada antes de estallar en carcajadas. Kevin me mira sonriendo inocentemente y me besa.

—¡Me descubrió! —digo—. Me preguntó si estaba en la bici porque me escuchó agitada y después se dio cuenta cuando gemí. —Nos reímos—. Sos muy malo, es increíble. ¿Cómo vas a hacer esto mientras hablo por teléfono?

—Perdón, aceituna, pero fue excitante, ¿o no? —cuestiona acelerando el movimiento. Niego con la cabeza mientras envuelvo su cintura con mis piernas y él se acuesta sobre mí.

—Sos un idiota —replico, besándolo.

Media hora después, llego a la pastelería. Laura me está esperando afuera con el ceño fruncido y yo la miro con una sonrisa de oreja a oreja.

—Me das asco —murmura con una mueca burlona. Resopla antes de entrar antes que yo.

Lo primero que veo es a mi hermano tomando una chocolatada mientras está atento a su teléfono. Me acerco a él.

—¡Hola, Juli! —digo—. ¿Cómo estás?

—¿Siempre tenés novios tan estúpidos? —cuestiona con tono irritado y dándome un beso en la mejilla. Luego esboza una sonrisa amable—. Ese tipo, Benjamín, es un salamín.

Me río y me siento frente a él. Le robo una galletita y me mira con las cejas arqueadas.

—¿No venís de almorzar? —cuestiona. Me quedo muda, buscando alguna respuesta en mi interior.

—Comí ensalada y no me llena para nada. ¿Qué te dijo Benjamín? —interrogo interesada.

—Nada que valga la pena repetir. —Suspira—. Está en el baño ahora. Me dijo que iba a volver a conquistarte y ningún gay se lo iba a impedir. Todo porque le dije que tenés un novio y un hermano que te protegen. A Kevin le dijo cara de marmota.

—No le hagas caso, es un inútil. —Agarro otra galletita—. Después llamá a Pablo, vamos a hablar a solas y con seriedad.

Hace una mueca y no termina de responder porque me paro de inmediato al ver esa silueta conocida saliendo de baño. Bueno, quizás es más lindo de lo que recordaba, pero no implica que sea más lindo que Kevin.

Sonríe de ese modo encantador, al igual que la primera vez que nos vimos, se acerca a mí y me da un beso muy sutil en la mejilla. Julián rueda los ojos.

—¿Cómo estás después de tanto tiempo, Olivia? ¡No me digas nada, estás hermosa! —dice con tono algo forzado.

—Sí, bueno, supongo que el noviazgo me sienta bien —replico con tono divertido. Hace una mueca que intenta hacer pasar por sonrisa y se rasca la nariz.

—Me alegro de que estés bien, comí algo, la verdad que el cheesecake lo hacés muy bien —comenta y me río junto a mi hermano y Laura que está escuchando todo.

—Esa la hace mi novio —anuncio. Arquea las cejas y se aclara la voz.

—¿Él también es pastelero? —interroga. Asiento con la cabeza—. ¿Y dónde está?

—Se tomó el día libre —contesto, sin dejar de mirarlo.

La verdad es que está bastante cambiado. Está más grande de cuerpo, sus facciones más marcadas, el pelo corto igual que siempre, pero sus ojos negros tienen un aspecto más maduro y para nada feo. Obviamente, sigue siendo más lindo mi idiota.

—Faltó porque Oli lo seca de tanto sexo, tiene que reponerse —dice Julián por lo bajo. Me atraganto con mi propia saliva y noto que Benjamín puso una expresión atónita y avergonzada a la vez.

—Ay, Dios, Julián, ¿qué decís? —le pregunto mirándolo con los ojos bien abiertos para que se quede callado. Él se ríe—. Él es mi hermano, lo encontré hace unos meses —le digo a Benjamín.

—Sí, ya estuvimos hablando —replica el interpelado sonriéndole, aunque mi hermano murmura un insulto y vuelve su vista al teléfono de nuevo.

Mi ex sonríe cortésmente y suspira.

—Bueno, supongo que ya me voy —dice—. Y también supongo que nos vamos a volver a ver, me gustaría charlar con vos, tomar un café y contarnos nuestras vidas...

—Cuando quieras, yo siempre estoy acá. —Sonrío con amabilidad.

—O en tu casa —agrega. Hago una mueca.

—Mmm, no. Mi pareja es mi vecino y no le va a gustar nada que entre otro hombre que no conoce a mi casa, prefiero que sea acá.

—Está bien. —Asiente con la cabeza y me da un beso en la mejilla antes de irse.

Suelto un bufido de alivio. Julián y Laura me miran con cara de pocos amigos y les devuelvo el gesto.

—¿Qué? —interrogo con exasperación y poniéndome a limpiar de nuevo.

—No vayas a volver con él —dice Julián. Me río irónicamente y ruedo los ojos—. En serio, Olivia, ni se te ocurra darle una oportunidad a ese imbécil.

—No voy a volver con él ni darle oportunidades. Estoy enamorada de Kevin, amo a Kevin, no voy a volver con Benjamín, ¿está bien? —respondo con irritación y sosteniéndome del palo de la escoba. Vuelve a abrir la boca, pero lo interrumpo—. Y no se habla más del tema. Total, no creo que vuelva a molestar.

Seguir leyendo

También te gustarán

64.4K 4.2K 57
Despues del Raromagedon, los gemelos regresan con 16 años de edad, ambos se encontraran con un par de rubios, que cambiaran sus vidas para siempre. (...
33K 3.1K 93
-(HISTORIA EDITADA)- Lo peor de ser perfecta es que estás tan alto que cuando caes, es imposible ver el final de ese trayecto Mi familia me impulsó a...
1M 47.1K 47
"-¿Y si te robo un beso?- susurró él con voz ronca con los labios muy cerca de mi boca. -No...- fue lo único que pude decir antes de que él estampara...
141K 6.3K 25
Amaia Díaz, hermana del jugador Brahim Díaz, acaba de terminar un doble grado de licenciatura inglesa. Su sueño siempre ha sido ser profe de inglés...