Ámame si te atreves, jefe

Oleh SraDeTaker

361K 25.7K 1.8K

Libro #1 Saga Rusos. La mayoría de nosotros esperamos encontrar un trabajo que nos haga suspirar, que nos hag... Lebih Banyak

Sinopsis
⚠AVISO⚠
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo Especial (I)
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo Especial II
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 26 parte II
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo Especial III
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo Final
Epílogo
Agradecimientos

Capítulo 24

6.4K 455 46
Oleh SraDeTaker

La vida es una caja de sorpresas y te puede gustar o tal vez no.

Algunos días después.

Daphne.

Somos personas creyentes que nuestros problemas son más grandes que el de cualquier otra persona. A veces no nos detenemos un segundo a pensar si el que está sentado a nuestro lado se le está cayendo el mundo. Simplemente no vemos más allá de lo que hay frente a nosotros y nos creemos con derecho de competir, para ver cuál de los dos, sufre más.

Eso es un error muy grande.

No voy a negar que fui la primera en juzgar a mi esposo presente. Debo mencionar que ya no está ausente y me llena de una emoción muy grande, el saber que nuestros sentimientos están en la misma onda. Pero tampoco sabía que él había sufrido tanto por la partida de Hope. Una cosa es que lo veas desde afuera y otra completamente diferente, es que él te lo diga.

Nuestra cita fue diferente, pero hermosa. Me hizo sentir especial y protegida. No es simplemente un capricho o que estemos juntos por el contrato. Le gusto y quiere estar conmigo de verdad. No me quería ilusionar, pero él me gusta y no hay razones para rechazarlo esta vez.

—¿Te gustó salir el día de hoy? ¿La pasaste bien o tienes alguna queja de mí?—pregunta, cuando llegamos a casa, lo veo quitarse el abrigo, mientras yo me quito los guantes—. Voy a preparar algo de comer. No voy a pedir pizza. No es comida saludable y eso lo sabes muy bien, así que está negada la solicitud de comida chatarra que hiciste en el auto.

—Todo fue muy lindo, gracias por invitarme y sí, tengo una queja. Precisamente ahora, acaba de aparecer una. Es pizza, Günther. A nadie se le niega una pizza —respondo indignada—. Ni a tus peores enemigos se les hace eso.

—Soy tu esposo y tu amigo. No hay razones para comer comida chatarra. ¿Sabes cuántas personas al día se enferman por comer en la calle? Hay comidas más nutritivas y eso lo sabes muy bien —va hacia la cocina.

—Es una discusión pérdida —quito mi abrigo—. Respeto tus deseos de comer todo al pie de la letra del nutricionista, pero te recuerdo que trabajo contigo y soy tu asistente. Günther, tú comes en la calle comida llena de grasa. ¿Me vas a negar una pizza? —lo miro fijamente, él hace una mueca de desagrado, pero entiende el punto.

—Bien, debemos poner un día en específico para comer cosas dañinas —sale de la cocina y se para frente a mí—. Quiero tener un sábado de películas o un domingo en casa en el que podamos disfrutar de un día solo para nosotros.

Besa mi nariz.

—Oh, me gusta mucho eso —sonreí.

La había pasado increíble con él. No podía estar más feliz con los avances que teníamos. Era lunes por la mañana y tenía clase de defensa personal, también tenía un nuevo guardaespaldas que me asustaba mucho.

Para él, todo el mundo era sospechoso y me daba risa que la única persona que no le parecía sospechosa, era Albert.

¡Ese hombre es el más sospechoso de todos!

—Y así, Daphne, es como debes derribar a las personas cuando te atacan —la voz de mi entrenador, me saca de mis pensamientos.

Veo a Albert en el suelo, sudado y se le notaba muy cansado. Me río al verlo en esa situación porque mi pobre amigo, es muy negado para hacer esas cosas.

—Te aprovechaste de que estoy un poco enfermo y por esa razón me derribaste sin luchar —le da un golpe en el estómago dejándolo sin aire.

—Y así, Daphne, es como se deja nuevamente a una persona que se mete contigo sin pensarlo el entrenador se burla de él.

Mi guardaespaldas estaba en una esquina observando la situación, pero por primera vez, lo veo sonreír en el día. Me gustaría hablar con él y conocerlo un poco más, pero no tiene pinta de querer simpatizar con su jefa.

—¿Recuérdame por qué razón fue que la metimos a estas clases, Albert? —pregunta Ivan, entrando al salón—. Pensé que eras bueno en esto. Qué desperdicio de aire. Por eso es que mi bombón te odia tanto —frunzo el ceño sin entender. Günther, Daphne. Por cierto, hola. Y antes de preguntarme qué hago aquí, en este gimnasio suelo entrenar con mi amigo y recibo mis sesiones de fisioterapia.

—No dije nada —alzo mis manos en son de paz.

—Pero lo pensaste. Eres igual a Tina, pero pelirroja —nos reímos, ayudo a Albert a levantarse del suelo.

—¿Irás a la oficina? Hoy hay una reunión con algunos inversionistas argentinos. Creo que será una buena idea que estés ahí, ya que van a hablar sobre temas deportivos. Serías de mucha ayuda al ser futbolista —le propongo.

Es un buen deportista y es joven. También tiene un saco de seguidores y es una buena estrategia para que vean que pueden invertir dinero en la compañía, al tener a uno de los jugadores más importantes de Alemania, como la imagen de la empresa.

—¿Me estás haciendo una propuesta indecente? —me señala—. Te recuerdo que ya tengo una musa como primera dama del fútbol. Ella es una fiera, pero es una muy dulce cerecita.

—¿Por qué se tratan como animales? nos quejamos Günther y yo, al mismo tiempo, veo que se acerca y chocamos nuestras manos.

—Porque nos gustan los animales. Ustedes jamás entenderán lo que se siente ver ocho horas de matanza animal —Günther me ve, haciendo una sonrisa malévola.

—Oh, claro que si lo sabe —responde mi alemán.

—¿Asesinos en serie? —la emoción de Ivan, me hace entender las razones del porqué son amigos.

—Ya no es divertido —afirmo, indignada.

Se empiezan a reír a carcajadas, ignoro sus actos de madurez y me voy del salón a tomar una ducha para irnos a trabajar.

[...]

Desde hace algunos días, mi esposo presente y yo, hemos tomado la decisión de intentar las cosas. Dejar atrás el contrato para un falso matrimonio y hacer uno verdadero. Tal vez un contrato de amor para toda la vida nos iría mejor.

Claro, y dejamos todo como si nada pasó.

¡Mañana iré al convento por mi inocencia!

Bueno, puede ser que nosotros nunca nos tratamos como un matrimonio ficticio, obviamente lo sé. Pero vamos, no fuera la típica historia de romance si los protagonistas para estas alturas no estuviesen juntos. En fin, ahora estaba aquí junto a Tina, acomodando las cosas para la reunión con los argentinos.

Tina no la estaba pasando muy bien estos días, pero no quería preguntarle muchas cosas. Más bien, tenía miedo de que ella me dijera que Ivan la estaba engañando. No quiero que su amor se termine, es como un dolor muy grande para mí.

Es mi amiga y de verdad me preocupa.

—Tina, estás muy callada. ¿Todo está bien contigo? —pregunto, por no sé qué número de vez.

No quiero ser intensa, pero la situación lo amerita.

—Estoy bien... —me mira dudosa por unos segundos y asiente, mientras regresa a poner unos bolígrafos en la mesa—. ¿Estos son los deportistas con los que Ivan se fue a reunir hace unos días?

¿Qué pasa, Tina? me acerco a ella—. ¿Qué anda mal contigo?

—¿En la agenda de Günther estaba un viaje de negocios? Daphne, Ivan está lesionado y aun con todo y eso, viajó fuera de Alemania. ¿Fue a reunirse con estas personas? —sus ojos estaban llenos de ojeras.

Oh, no... me voy a odiar por esto.

Tomo sus manos y después de suspirar, vuelvo a hablar.

—No, lamentablemente no pudo captar a esos inversionistas, pero logró llamar la atención de otros empresarios. Ivan salió del país por órdenes de Günther, así que no te preocupes. No dijo nada para evitar llamar la atención de la competencia, así que no hubo ningún daño en la imagen de la compañía —le miento deliberadamente.

Necesito averiguar en qué andan metidos esos dos.

—¿En la agenda estaba esa reunión? Daphne, no me mientas, por favor...

—En la agenda estaba esa reunión. Sabes perfectamente que estoy rompiendo las reglas por decirte eso, pero lo hago igual porque eres mi amiga —ella suelta un suspiro de tranquilidad y a mí, me invade la culpa.

—Lo pregunto es porque hay rumores de que Ivan estaba teniendo un romance con una modelo. Sabes que nuestra relación está oculta y bueno... no nuestra relación, solo yo —sus ojos se cristalizan.

—Tú tienes mucho tiempo en esto, Tina. Sigue a tu corazón, pero no te angusties tanto por rumores. Te recuerdo que muchas de esas cosas son inventadas. Lo que les gusta a ellos es crear conflictos entre familias y tener lectores para sus columnas de chismes —afirmo lo obvio.

—Gracias... y me alegra saber que las cosas con el jefe van mucho mejor. Ambos se ven más felices que nunca —dice, para seguir trabajando.

Aunque no lo parezca, a mí me gusta mucho mi esposo y las nuevas facetas que tenemos como pareja. Tengo un poco de miedo, pero creo que podemos intentarlo y avanzar como matrimonio. Me hubiese gustado muchísimo evitar el dolor que sintió años atrás, pero hay cosas que no se pueden controlar. Darle todo mi apoyo y que sienta el cariño que le tengo, por ahora es lo único que le puedo ofrecer.

Solo debemos olvidar el contrato y seguir adelante.

[...]

La reunión había terminado bien y se había conseguido un buen precio para que invirtieran con nosotros. Ivan y Tina estaban teniendo problemas y por esa razón, Günther y yo los invitamos a cenar en casa. El próximo fin de semana tendríamos una cena de navidad con la familia y queríamos que ellos estuvieran aquí.

—¿Te llevas bien con el guardaespaldas y el entrenador? —pregunta, Günther, mientras trae la comida a la mesa.

Los chicos estaban subiendo en el ascensor.

—He aprendido algunos movimientos en las clases y en cuanto al guardaespaldas, pues... es muy serio. No me da la oportunidad de hablar algo, pero Ivan es muy divertido. Siempre está contándome idioteces y haciéndome reír —respondo, viéndolo alzar una ceja.

Termino de recoger algunas cosas, que tiraría en la basura.

—¿Por qué tienes tantos hombres en tu vida? —protesta, en un murmuro que logré oír—. ¿Para dónde vas? Soy el hombre de esta casa y me debes obedecer.

Me empiezo a reír, mientras abro la puerta de la casa.

—Uno es tu amigo y la imagen de la compañía, el otro es el guardaespaldas que me contrataste y el entrenador es tu amigo de pesas —lo señalo con mi índice—. Eres el culpable de que esté rodeada de hombres muy guapos —replico divertida.

Günther empieza a reír y me persigue hasta la puerta de la casa.

—¿Estás insinuando que soy el culpable? —llevo la basura a una puerta y la pongo ahí, uso gel antibacterial y me giro a ver a mi guapo esposo.

—¿Ahora me vas a vigilar los pasos? —comienzo a refunfuñar, cruzándome de brazos, mirando hacia otro lado, ignorando que mordía su labio.

—Daph, yo soy más guapo que todos ellos —dice burlón.

Más rabia me da porque tiene razón, pero lo sigo ignorando.

Lo escucho acercarse y detengo todo instinto de idiotez, para no mirarlo, él toma mi mejilla con su mano haciéndome verle a la cara.

—Estoy frente a ti, no me ignores —susurra, con esa gruesa voz, acariciándome la mejilla. Con poca fuerza de voluntad aparto la mirada—. Vale, está bien, no me veas, niñita malcriada —me habla divertido, haciendo énfasis en las últimas palabras.

Molesta, vuelvo a verlo y me sonríe con malicia pegando sus labios en los míos con un beso rápido. Continuó acariciando mi mejilla y con su mano libre tomó la mía. Su boca tenía un sabor dulce y adictivo.

Me gustaba que fuera así.

—Si sigues molesta te voy a seguir besando hasta que me quieras —me da un beso en la comisura de mis labios—. No veo problema en que podamos hacer cosas bien calientes aquí en el pasillo.

—Hay cámaras —susurro, cuando empieza a besar mi cuello.

—Si nos echan de aquí, tengo un bonito Penthouse que le podremos dar uso. No escatimo en gastos cuando se trata de vivir bien.

Empezamos a reír y a juguetear en el pasillo.

La verdad no había pensado en dormir con él. Soy virgen y no por falta de chico, más bien fue por falta de tiempo y con él, no me importaría consumar nuestros deseos.

—No, por favor. ¡Este recibimiento es asqueroso! —nos interrumpe la voz de Ivan—. ¿No sabían que veníamos subiendo?

—Asquerosas tus nalgas y mi empresa todavía paga por ellas. ¿Dónde está Tina? —pregunta, Günther, alejándose de mí.

Acomodo mi cabello y miro que solo estaba él.

—Pero te doy más dinero de lo que pagas por cada cachete de mi nalga —empezamos a reír los tres—. Ella y yo tuvimos una discusión mientras subíamos, así que se bajó del ascensor y esperó a que yo viniera primero.

No puede ser...

—Al parecer ya llegó —señala Günther hacia el final.

Tina venía con cara de enojo mientras traía en sus manos una comida cubierta con una tapa.

—¡Al fin llegué! Definitivamente en este mundo ya no hay caballeros —mira a ambos chicos, que no entendieron la indirecta—. Cierto, son hombres y no entienden lo que decimos. ¿Por qué tus mejillas están rojas? Hace frío, pero no es para tanto, cariño —me guiña un ojo, empiezo a caminar hacia adentro de la casa.

—Le estaba enseñando a tirar la basura —interviene Günther.

—Oh, yo sé mucho de eso —agrega Ivan.

—¿Les pagan por ser idiotas? —me pregunta.

—Pues, la verdad no lo sé —me empiezo a reír.

Los chicos van directo a la sala y encienden la televisión, yo voy con Tina hacia la cocina porque vi la manera en que estaba.

—¿Qué pasó? Esta mañana creía haber dejado todo bien contigo. ¿Qué hizo Ivan? —le pregunto, cuando ella se gira a lavar unos cubiertos—. Deja eso, Günther y yo hemos preparado todo. Tina, me estás preocupando, de verdad.

—Ivan me está engañando con otra mujer —me da una risita triste, frunzo el ceño y miro a los chicos, que estaban tranquilos—. Él no fue a Argentina a una reunión con unos empresarios. Daphne, Ivan se vio con otra mujer en México. Günther lo sabe y ahora mismo lo está cubriendo.

—¿Estás hablando en serio? Ivan te ama, Tina. Él no hace otra cosa más que pensar y hablar de ti. Se van a casar y tenía entendido que tú estabas de acuerdo en mantener tu identidad oculta. No sé qué...

—Mira y dame una explicación mejor —ella me muestra en su celular una foto de Ivan, abrazando a una de las modelos de la compañía—. Ella sabe quien soy yo, pero no la relación que mantengo con él. En el ascensor lo enfrenté y me ha dicho que las cosas no son así, pero sé qué me está mintiendo.

Sus ojos se llenan de lágrimas y la culpa invade mi corazón. No debí defenderlo. Günther sabe sobre la relación con la otra mujer y aun así, no me dice nada.

—Günther, ¿podemos hablar un momento? —le pregunto, mientras voy hacia él.

—Nena, dame un segundo. Le estoy explicando a Ivan como jugar futbol —responde sin verme.

Se va a dañar el ambiente, lo sé.

—¿Me estás engañando? —él rápidamente se voltea a verme con ojos llenos de sorpresa—. ¿Me estás engañando, Günther?

—Pero qué demonios... —se levanta del sofá y camina hacia mí—. ¿De dónde sacaste eso, Daphne? Si eso es un juego, déjame decirte que no es divertido.

Me cruzo de brazos mientras lo veo.

—¿Por qué no me dijiste que Ivan tenía una reunión en México? ¿Estás cubriendo sus espaldas mientras engaña a Tina? —lo veo tragar grueso, Ivan se acerca molesto hacia nosotros.

—¿Estás engañando a Tina?

No puede ser que no lo sepa.

—¿Viniste a dañar la cena y la tranquilidad de dos personas, Tina? ¿Vas a seguir insistiendo en que te estoy engañando? —la cara de decepción de Ivan, me hace sentir más culpable—. Te dije que podíamos cancelar la cena con ellos. Sabes bien la situación que ellos tienen para que tú también le agregues más leña al fuego.

—¡¿Entonces por qué me estás engañando con otra?! Estás en todas las portadas de las revistas y los periódicos, Ivan. Tu foto y la de otra mujer que no soy yo. Los rumores dicen que ella es la afortunada que tiene cinco años contigo —ella se acerca a nosotros—. Le pregunté a Daphne por tu viaje, pero ella dice que es mentira que me engañes. Entonces, la única persona que te conoce bien, es Günther.

—Primero, baja la voz que esta no es tu casa. Los problemas de ustedes lo podrían arreglar de manera íntima y decirnos que no podían venir. Ivan es la imagen de mi empresa desde antes de que estuviera contigo. Muchas mujeres están ligadas a él y recuerdo claramente que Ivan te preguntó si querías hacer pública la relación —interviene Günther—. Ibas a tener protección por parte de nosotros, pero estuviste de acuerdo en mantener tu identidad oculta. No vengas a mi casa, a calumniar a mi mejor amigo y mucho menos a mí, frente a Daphne.

—Tina... ¿De verdad crees que yo te estoy engañando con otra? Después de cinco años juntos, ¿aún no confías en mí y en el amor que siento por ti? —en su voz había dolor—. Lo siento, chicos. Me iré por esta noche. Se me ha quitado el apetito. Günther, nos vemos mañana en la empresa y Daphne, siento mucho lo que pasó hoy —besa mi mejilla—. Aquí nadie está engañando a nadie, créeme.

Se va de la casa y Tina con lágrimas en los ojos, se va detrás de él.

—Esto es mi culpa... —empiezo a sollozar—. Si yo te hubiese preguntado antes por el viaje de Ivan, tal vez las cosas no...

Él se acerca y me abraza.

—No, no es tu culpa. Ivan hace los mandados cuando necesito traer dinero a la empresa. Esas fotos siempre se filtran, pero no es como Tina piensa. Tampoco puedo explicar bien las cosas, pero él se estaba encargando de encontrarte un guardaespaldas. La mujer de la foto es una amiga de Ivan. Ellos estaban en una grabación de un comercial que sale mañana. Las fotos fueron tomadas de un ángulo diferente —levanta mi cara y limpia mis lágrimas—. Siento mucho el no haberte dicho nada, pero estaba lidiando con muchas cosas en ese momento y no creí que pasaría esto.

—¿Por qué no lo dijiste con ella aquí? —él me da una sonrisa triste.

—¿Me creería si se lo digo? La única persona que puede aclarar la situación en estos momentos, es él.

—¿Y si se separan? —pregunto nerviosa.

—Ivan tendrá la peor temporada de fútbol y perderemos muchos patrocinadores por el mal jugador que tendremos —se lamenta—. ¿Quieres comer?

—No...

—Entonces, vamos al sofá a ver cualquier cosa que quieras —besa mi frente—. No te preocupes, Daph. Ivan ama demasiado a Tina.

Lo sé, pero igual tengo miedo de que terminen por una foto mal tomada.

*****

\o/

¿Cuánto tiempo podrá guardar el secreto? 🙊

Por la situación en estos momentos que está pasando mi país (Venezuela), me había quedado sin internet y no había podido continuar subiendo la novela.

Que tengan bonito inicio de semana ʕʘ̅͜ʘ̅ʔ

Si llegaste hasta aquí muchas gracias por tu apoyo. Recuerda regalarme un comentario o votar.

Nos leemos pronto 👋👋

Lanjutkan Membaca

Kamu Akan Menyukai Ini

41K 3.5K 23
La muerte tenía una mirada enloquecida en sus ojos:"Puedes vengarte, solo has estado esperando casi ocho siglos por eso".⁹ "Venganza." ella sonrió mi...
33.5K 3.3K 68
Una nueva aventura sé nos presenta, él tiempo esta contado y no sé detiene. Es una aventura que nos alejara de nuestros seres queridos, pero nos acer...
184K 13.9K 26
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca. -¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen. -Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a e...
3.8K 350 12
Mos y Bank tienen sexo sin ningún tipo de compromiso, pero luego de un año cuando Bank se encuentra nuevamente saludando a una de las novias de Mos...