CRISTAL
─En verdad lo siento, no sé qué mierda me pasó, es que entiéndeme, ver a mi hermanita perdiendo su inocencia en mi cama no es algo fácil de asimilar...
Ese es Dan, pidiéndome perdón por su idiotez por vigésima sexta vez, intentando dar excusas sin sentido...
─Mi inocencia la perdí hace más de un año idiota...ya lárgate de mi cuarto.─ cada palabra que salía de los labios del imbécil era como si un claxon sonara muy cerca de mis oídos. Maldita resaca.
─Espera... ¿entonces tú eres sexualmente activa hace un año?─ su rostro palideció, no encontré la razón para tanto alboroto. Sólo es sexo. Placer. Necesitaba que se largara o cerrara su horrenda boca. Aunque su vocabulario técnico me daba gracia y eso debo admitirlo.
─Siiiiiiii....hace mucho me robaron mi inocencia, mi virginidad, mi honor...─ exageré un poco cada expresión sólo para ver la cara de espanto de mi hermano─ y me dieron unos orgasmos de lo más exquisitos─ ok, lo admito, exagere de más.
Los ojos horrorizados de Dan subieron y bajaron por mi cuerpo, me estaba escaneando, me hizo sentir incómoda. Se dejó caer en mi cama, su rostro no recobraba color.
Por favor no te desmayes...
─Wow...demasiada información...─ quise reír por su reacción pero me contuve por el solo hecho de que sabía qué no estaba bromeando.─ Tú... Eres una mujer.─ lo soltó como si fuese un gran descubrimiento, sonó tan idiota que no pude evitar evidenciarlo.
─ Si, que observador, lo soy desde que nací... Ahora si ya te cansaste de decir cosas obvias lárgate de mi cuarto.─ le puse mala cara, ya me tenía harta su idiota ser borracho.
Lo sé, también estoy ebria, pero no le jodo la existencia a nadie.
─Me iré... Pero tenemos una conversación pendiente...cuando procesé toda la información vendré a hablar quieras o no...─ levantó su trasero y se fue al fin. Gracias Dios.
Ahora sí dulce almohadita hermosa, soy toda tuya.
Estaba soñando con el sexy chico de mi nuevo libro cuando un idiota comenzó a llamarme y el sonido me despertó rápidamente. Era la idiota de Ash.
─Hola, espero que sea bueno, sino te asesinaré por sacarme de mi sensual sueño con Christian...─ no contesta, ruedo los ojos y observó mi móvil creyendo que se cortó la llamada, al instante una estrepitosa carcajada suena en mi habitación. Me giro y veo a la tonta de mi mejor amiga con el teléfono en su mano.
─¿Qué carajos haces aquí? ¿Y cómo es que luces tan...bien? Estabas peor que yo anoche, eres una maldita perra─ no me pone de buen humor tener resaca, sepan disculparme.
─ ok, osito gruñoncito, te levantas de esa cama y te bañas...─ me dice mirando mi placard, señal de que ella elegiría mi vestuario del día. Como no tenía energía para discutir salí de la cama a duras penas, agarré una toalla y mi bata, simplemente me encaminé a la salida de mi cuarto, casi arrastrando los pies al caminar.
─ Tenemos que hablar cosas importantes...─ la suave voz de Ash me causo escalofríos petrificándome con la mano en el picaporte a punto de abrir la puerta.
Ella no me miró al hablar. Tampoco lo hizo luego.
Debe ser algo malo sin duda.
Dubitativa comencé a girar el picaporte, no sabía si debía o no hablar cuanto antes con Ash, pero al notar el dolor de cabeza que me estaba martillando supe que necesitaba una ducha y analgésicos antes de enfrentar esa charla.
Me metí en la ducha dejando que el agua caliente me aislará del mundo y de todos los problemas que en el subsisten.
Media hora después volví a mi habitación encontrando a una Ash caminando de un lado a otro.
─¡Al fin! Mujer, pensé que te habías ahogado...─ vi la ropa que yacía sobre mi cama y la tomé para comenzar a vestirme bajo la mirada de Ash.
─No exageres, no tardé tanto...─ terminé de vestirme y comencé a secar mi cabello, sabía que debía preguntar pero me costaba mucho, terminé de secar mi pelo y me senté en la cama, Ash me imitó, estuvimos mudas con la vista perdida en la pared morada frente a nosotras.
─Ya, dilo de una vez...─ le dije sin mirarla.
─ Primero promete que seguiremos siendo amigas...por favor.─ su voz me llenó de preocupación, sentí una puntada en el estómago, si la cosa era tan grave como para cargarse nuestra amistad debía de preocuparme mucho.
─Lo...prometo.─ no pude no dudar.
─De acuerdo...yo ya conocía El Infierno, lo conozco desde hace años...yo, iba con mi hermano y su amiga...Sofía, la misma que tú conoces, bueno que has oído hablar.─ ¿Qué carajos? Sus ojos se posaron en los míos, estaba por llorar, mierda─ Ella fue quien le instó a Harris aprender a correr...a ella le gustaba acompañar a Demián cuando éste corría...eso Luis no lo sabe, ella era su novia, carajo.─ debía ser una broma, no logré articular palabra, era demasiada información para mi pequeño cerebro─ Ella y Demián tenían algo sin duda, mi hermano trató de sacarla de ahí, pero algo paso y ella ya no volvió a ir, luego de que la mataran mi hermano me contó sobre ella y Demian, tal vez el bebé era de él y no de Harris, no lo sé... Pero lo más importante que tengo por decirte es que...Alex, él también estaba en El Infierno.
─¿Alex?... ¿ahora o cuando estaba conmigo?─ mi voz salió ahogada.
¿Ella me había ocultado eso?
Me oculto que Alex estaba en cosas ilegales de enorme envergadura...
No podía ser cierto ¿Esa era mi amiga?
─ Cuando estaba contigo...no te lo dije porque pensé que te hacia feliz, pero te daño, yo...lo lamento tanto.─ lágrimas salían de sus ojos, y mi corazón se hacia trizas.
No lo podía creer ¿mi amiga? Ella no podía ser mi amiga ¿o si?
La furia brotó por cada parte de mi ser, sin que pueda ni quiera controlarla.
─¿¡Cuándo salió ella de ese sitio!?─ no podía evitar ser fría con ella.
Estaba demasiado furiosa como para disimular.
Si ella me hubiera dicho eso o me hubiese llevado al sitio yo hubiese reaccionado a tiempo, me hubiera alejado de ese sujeto...
Mierda Ash.
─Una noche Alex se acercó a Sofía, Demian lo agarró a trompadas, fue horrible, esa noche fue la última vez que Sofí asistió a El Infierno. No sé qué pasó, mi hermano tampoco...solo Demian sabe...y unos meses después la mataron, el resto ya lo sabes.
Me dolía horrible la cabeza, me ocultó tantas cosas, me daño, esperaba cualquier cosa, menos esto... Una amiga no haría algo así.
─Me mentiste...también a mi novio...me dijiste que no sabías nada de la exnovia de Luis, hasta actuaste sorprendida cuando te conté sobre como murieron ella y el bebé...─ el dolor ardía en mi pecho, me hubiera esperado una mentira de cualquiera pero no de Ash─ Las amigas no mienten...
Las lágrimas llenaron mi rostro, ella se acercó pero levanté mi mano evitando que me tocará.
─Sólo vete.
Ella se paró dubitativa y al fin se fue. Dando un portazo que retumbo en lo más hondo de mi ser.
Me acosté en la cama abrazando a mi almohada, lloré, lloré ríos, lagos, mares...
El dolor debía salir por algún lado...
Mi mejor amiga me mintió ¿pueden creerlo? Por qué yo no.
Si me hubiese dicho que Alex era peligroso, aún más de lo que yo creía, no tendría mis fantasmas, si Ash hubiese hablado Luis no estaría tan destrozado y no hubiera conocido las drogas ni El Infierno.
Si Ash no hubiese mentido el dolor de mi pecho seria mucho menor, y mi mundo no se estaría derrumbando.
Las personas siempre confiamos en nuestros mejores amigos, más si lo son desde niños, pero lo que nadie nos dice es que un amigo puede romperte el corazón y que es mucho peor que cualquier rotura que puede causar un enamoramiento. Los amigos deben protegerte, no dañarte.
Sofía...eres una caja de sorpresas.
Sofía, ya no estás y nos sigues devastando a todos.