; bongsun
Estúpido TaeHyung.
La sonrisa en sus labios después de decir tal estupidez partía su rostro en dos. ¡Hasta le había robado el anillo a la secretaria de mi padre para hacer su mentira más creíble! Aunque obviamente la mentira no fue para mí ni para Jimin.
La tensión se hizo presente y la fuente de ésta era el hombre con labios deliciosos a mi lado. Tragué duro al ver cómo sus nudillos ya estaban blancos por apretar sus puños con fuerza, su sonrisa fingida en vez de parecer natural le daba un aire maquiavélico.
Vamos Bong, di algo para aligerar el ambiente. Estúpida voz que provocó que mi cerebro mandara señales y tartamudeara como si tuviera discapacidad mental, y bueno, en parte era cierto.
TaeHyung seguía con una sonrisa enorme y Jimin miraba a JungKook como si fuera un monstruo con ocho patas. Las puertas del elevador se abrieron y como una ráfaga de luz, JungKook salió disparado a los pasillos de la Empresa.
— ¿Qué demonios le ocurre? — Preguntó Jimin totalmente confundido, y le daba la razón, ¿por qué había reaccionado así?
Salimos del elevador antes de que las puertas se cerraran de nuevo y en eso una pequeña carcajada salió de Taehyung, se miraba muy divertido con la situación.
— Oh creo que olvidé mi celular.
— ¿En dónde? — Pregunté tratando de quitar de mi mente a mi asistente, probablemente saldría corriendo detrás de él y Dios sabe que me vería muy ridícula. Sus ojos se abrieron en pánico al no recordar en dónde lo había dejado, rodé los ojos.
— No sé.
Mis ojos se abrieron como platos al ver cómo Taehyung le daba un zape en la cabeza. — Jiminnie Pabo~ lo dejaste en el escritorio de tu padre. — Y sin tiempo a que alguno de los dos dijéramos algo, mi hermano salió disparado a la oficina de mi progenitor en busca de su artefacto dejándome sola con el travieso de su mejor amigo.
Decidí aprovechar ese momento. La curiosidad me carcomía. — ¿Por qué hiciste eso, Tae? — Pregunté, él me miró con la boca abierta sorprendido.
— ¿Qué? ¿No planeas casarte conmigo? ¿Romperás mi corazón? — Su mano se estampó en su pecho fingiendo dolor, yo me crucé de brazos tratando de verme seria, aunque seamos sinceros, mi estatura de 1.58 y la suya de 1.78 destruía todas mis intenciones de parecer seria. ¿Por qué tenía que ser un hobbit? Sus manos apachurraron mis mejillas y sus ojos se achinaron con ternura. Carajo, sabía que no serviría de nada fingir seriedad. — ¡Noona quita ese puchero! Eres demasiado adorable.
— ¡Tae! — Mi voz salió totalmente apachurrada, Taehyung rió y siguió estrujando mis mejillas. Odiaba que hiciera eso, aunque quisiera quitarlo o empujarlo, sus grandes manos nunca me lo permitían, así que hacía lo que quería con mis mejillas hasta que se aburriera. Pero a decir verdad, esta vez no duró demasiado, ya que cinco segundos después su sonrisa disminuyó un poco, pero no la quitó de su rostro.
— Es divertido ponerlo celoso. — ¿Ponerlo celoso? ¿A JungKook? Ay, por favor. Al parecer mi rostro había hecho un gesto totalmente idiota ya que Taehyung sacó una carcajada de esas que salen del alma. — Aw, tierna.
— Aish, ya deja eso. — Quité sus manos de mi rostro con un poco de molestia. — ¿Por qué JungKook se pondría celoso?
Okey tal vez era muy evidente que JungKook era un mocoso atrevido que le encantaba burlarse de mí con mis reacciones a sus atrevidas acciones, pero para que haya celos, debe haber un sentimiento por delante ¿no es así? Sería imposible.
Taehyung me miró profundamente para luego encogerse de hombros. — Tendrás que descubrirlo por ti misma, Noona. — El sonido de un celular comenzó a sonar, Tae se movió rápido y lo sacó del bolsillo interno de su saco, miró la pantalla y luego a mí. — Escucha, tengo que irme, Noona. ¡Dile a Jimin que lo buscare en un rato para ir a celebrar la decisión de tu padre! — Gritó lo último mientras se alejaba dejándome completamente sola y confundida.
Saqué todo el aire de mis pulmones con frustración, ¿por qué había dicho eso? Sin duda alguna sabía que mis pensamientos impuros respecto al hermano de mi mejor amiga tenían una razón: JungKook me confundía. Aunque internamente pensara que nunca tendría ese tipo de sentimientos por nadie, sabía que ese mocoso había logrado hacerme dudar respecto a mi roca llamada corazón. Y ahora, después de ese beso, las confusiones habían incrementado un 80%. Y no era nada bueno.
Hice que mi cerebro mandara ordenes racionales a mi cuerpo y que mis piernas comenzaran a caminar hacia la oficina. Pero me detuve al ver a la pesadilla perseguir a alguien con determinación. Por dios, ¿nunca se hartaba de ser tan castrante? Sin saber por qué la curiosidad de saber a quién molestaba con su presencia se hizo presente, así que con sigilo me acerqué. Y bueno, ya saben lo que dicen. La curiosidad mató al gato.
La curiosidad a mí no me mató, pero sí hizo que mi sangre comenzara a hervir del enojo.
La muy zo-- boba... (cálmate Bong) acariciaba la mejilla de mi asistente como si fuera lo mejor del mundo. Y eso no fue lo único que provocó que mis arterias ardieran, JungKook tenía su portafolio en mano, listo para irse. Sin dudar un segundo me acerqué a los dos tórtolos mal nacidos.
— Oppa, estás muy caliente, no sería bueno que tuvieras fiebre, déjame acompañarte a la enfermería. — Calientes mis polainas, ¿cómo mierda se atreve a siquiera tocarlo? En se caso YO lo llevaría, no ella.
— N-no, estoy bien, Jihye-ssi. — Su respuesta me hubiera venido de maravilla si no hubiera sido porque tartamudeó, sus mejillas estaban sonrojadas. Si se quería ir a jugar de doctor y enferma con la pesadilla, entonces adelante, le daré el maldito permiso.
— No te preocupes, JungKook, estoy segura de que Jihye cuidara muy bien de ti sin tan mal te sientes como para irte antes de tu hora de salida. — El cuerpo de mi asistente saltó en sorpresa y luego en susto al ver a quién pertenecía la voz. Mis aires de superioridad subieron dos rayitas al presencias esa reacción, pero bajaron diez cuando su expresión se volvió dura y seria. ¿Qué? ¿Ahora le molestaba que le diera el permiso?
— No me siento mal, jefa. — Su voz me hizo temblar, rayos, hasta molesto lo veía totalmente hermoso. ¿Qué me ocurría? Basta, tenía que ser fuerte.
— ¿Entonces? — La pregunta de la pesadilla igual a la mía se cruzó en mi camino. ¿Por qué mierda ella seguía aquí parada? ¿Acaso no tenía algo que organizar?
Esa pregunta también va para ti, Bong.
— Sohyun-Noona me llamó del hospital. Iré con ella. — Se inclinó en una reverencia y en seguida se giró al elevador. Sohyun le había llamado del hospital, entonces algo había pasado. Ignoré las ganas de seguir actuando como jefa enojona y le llamé antes de que se metiera al elevador.
— Espera, iré con-
— No, jefa-
— Shh. Iré contigo. — Me adentré a la máquina ignorando sus quejas, Sinceramente, tampoco esperaba que al cerrarse las puertas la pesadilla se encontrara junto a nosotros. — ¿Jihye?
Ella me miró e hizo un sonido que rechinó en mis oídos, un sonido similar al que sale cuando chocas los cubiertos de metal. Odiaba ese sonido. — Dime, Bong-ssi.
— ¿Qué haces aquí? — De reojo logré ver cómo a JungKook se le habían caído los muros de seriedad y ahora nos miraba a las dos como si de un partido de ping-pong se tratara. La pesadilla brilló de manera cegadora con su molesta sonrisa.
— Es un elevador, Bong-ssi. Es un lugar público, puedo estar aquí si quiero. — Reí con burla escondiendo el enojo que me provocaba la niña.
— Okey, déjame reformular la pregunta. — Aclaré mi garganta y le sonreí, con esa típica sonrisa que le dan sus padres a sus hijos pequeños al intentar explicarles algo que no van a entender. — ¿No tienes algo que organizar? ¿Tal vez ir y trabajar como buena organizadora de la Empresa Park? ¿Algo más importante que estar aquí? ¿Con nosotros? ¿En el elevador? — Con cada pausa le hablaba con más ternura, tratando de ahuyentarla, pero obviamente todos saben qué pasó.
Jihye rió divertida. — Gracias por reconocer que soy una buena organizadora, Bong-ssi, solo te faltó agregar que soy mejor que tú. ¡Ah y más bonita! Sin mencionar que mi nivel de inteligencia es superior al tuyo.
Maldita. Perra. La. Odio.
Reí como si la pesadilla se hubiera sacado un chiste tan malo, pero tan malo, que se volvía bueno. — ¿Escuchaste eso, JungKook? — Otra risa estúpida salió de mí mientras miraba a mi asistente, sus ojos estaban llenos de incomodidad y ganas de escapar de esta situación. Una lástima que teníamos que bajar más de 15 pisos para llegar al estacionamiento. — Que graciosa eres, Jihye-ssi, una total comediante — no pude evitar sacar mi sarcasmo — pero me gustaría una respuesta a mis preguntas.
— ¡Oh! Es cierto, tus estúpidas preguntas. — Su sonrisa, su maldita sonrisa, nunca la había odiado tanto como en ese momento. — Acompañaré a Oppa al hospital, me preocupa que tenga una fiebre. Aquí la verdadera pregunta es: ¿Y tú qué haces aquí? ¿No tienes una novia a quien molestar con tu presencia? O ¿algún trabajo el cual arruinar con tus espantosas organizaciones?
Otra carcajada salió de mí y mire de nuevo a JungKook con una sonrisa tan grande como la del Gato de Alicia en el país de las maravillas. Sus ojos se abrieron como platos al ver mis intenciones. — ¡Ah! Que bonito día para ahorcar a alguien hasta que quede tan morada como una uva, ¿no crees, Kook?
Sin esperar respuesta me lancé a ella, y mis manos habrían rodeado el cuello de la asustada Jihye si no hubiera sido porque JungKook enredó sus brazos en mi cintura deteniéndome de convertirme en una homicida en ese momento. Él aprovechó que las puertas se abrieron en otro piso y nos sacó a ambos de éste dejando a una estupefacta pesadilla en el elevador.
— Maldita perra, JungKook suéltame, la voy a dejar como pasita. — Mi cuerpo se movía como el de un gato que sabe que lo van a bañar y quiere escapar a cómo de lugar. Sus brazos estaban tan apretados en mi cintura que era realmente sorprendente que lograra moverme como loca. Y aunque JungKook tratara de detenerme le fue imposible, de alguna manera me escapé de sus brazos (Coff coff, ventajas de ser un hobbit, coff coff) e intente salir corriendo a las escaleras. Obviamente sólo intente, amigos.
JungKook tomó mi mano y me jaló a su cuerpo causando que mi pecho chocara con su duro abdomen. Sus manos tomaron mis mejillas y sus labios se posicionaron en mi frente, dejando un suave beso en ésta, mis piernas temblaron como gelatina. Cómo por arte de magia mis ganas de asesinar a Jihye desaparecieron y la tranquilidad vino como un tsunami.
Sus labios se quedaron ahí por tres segundos, tres segundos en los que JungKook logró calmar mi demonio interior. Al separarse dejó un rastro de dulzura que me embriagó como si de alcohol se tratara, tan fuerte y adictivo.
— Si la matas no podré trabajar mas para ti, Noona, no sería bueno trabajar para alguien quien está detrás de las rejas, y créeme quiero seguir trabajando para mi linda Noona por mucho tiempo más. — Sonrió. Me di cuenta que al separarse se había asegurado que solo nos separaran 3 centímetros, su cuello estaba encorvado gracias a mi estatura.
Las palabras que habían salido de sus delgados labios hicieron que mi corazón se ablandara con una calidad extremadamente limpia y pura. Su mirada en mí brillaba tan bonito como él de un árbol de navidad en diciembre, con todas esas luces de colores que le dan vida a aquella temporada fría. No pude evitar sentirme alabada al estar tan cerca de su bello rostro.
Y es que el rostro de ninguna persona era perfecto a menos que hayas acudido a un cirujano plástico para quitarte todas aquellas imperfecciones. Pero la realidad era que esas imperfecciones eran lo que hacían del rostro de JungKook perfecto.
Cualquier adolescente tiene los típicos granitos en la cara, cicatrices o espinillas, y JungKook no era la excepción. Debajo de sus grandes ojos habían círculos morados productos de la falta de sueño, los lunares esparcidos por su rostro daban la impresión de que se tratara de una galaxia llena de estrellas dignas de explorar a besos. Era como si el Dios mismo al crearlo le haya agregado esa pizca de belleza natural que te deja con la saliva delineando tus labios y quijada con tan solo verlo.
No culpaba a las chicas del trabajo por crear un club de fans a su nombre y sin duda las ganas de unirme a éste habían aparecido unas cuantas veces por mi cabeza. No me importaría gastar mi dinero y regalarle todas aquellas lechitas de banana con la única intención de ver esos bonitos dientes que daban la impresión de que fuera un tierno conejito.
Sus ojos al igual que los míos me miraban con profundidad, tratando de leer aquellos pensamientos que volaban por mi mente con libertad, lo hacían felices al saber que JungKook nunca sabrá qué es lo que deliran esas estúpidas neuronas. Mis ojos continuaron con su paseo por todo su rostro, el corte de su quijada, su nariz, los hoyuelos en sus mejillas, y sus delgados pero a la vez carnosos labios creaban el deseo de llenarlos a besos hasta quedarse sin aliento.
Y mi cuerpo siguió con obediencia la orden de mi cerebro al tomar su corbata con fuerza y jalarlo a mí con la única finalidad de que nuestros labios se encontraran nuevamente.
Quería besarlo y no me iba a quedar con las ganas.
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🙏🏻💗
Siempre asegúrense de rezarle a la santa ramona después de leer estas cosas del demonio, hermanas mías
aHHHHHHH
Que capítulo tan intenso apoko no :v JAJAJAJA
WOLA MIS BELLAS CARAS DE BOLA <3 ¿cómo están? Bellas como siempre, ¿verdad? Wu
Ay fue algo difícil escribir este capítulo porque no sabía cómo expresar lo que quería en escenas como en Bong v.s Jihye o con la última xd espero poder expresarles algo 7u7
AYYYYY he terminado de escribir a las 3:50 pm y no sé si subirlo ahora je (habla la sopa del pasado ;v)
YEPPEUN NOONA YA VA PARA 14K ay que japi estoy Bai <3 yn está yendo mucho más fast que mi primera historia ( es dyd por si no la han leído je) sin duda espero que la supere por mucho <3 muchas senkiu a todas <3 les mando amor infinito desde mi celular je
Nos leemos en el próximo capítulo <3
Thanks for read✨