Tyler por fin había conseguido dormir después semanas con insomnio.
La razón de todos los nervios, y los vómitos había sido por Bonnie. Por haberla dejado cuando no quería hacerlo. Y ahora ya la tenía en sus brazos, ya podía besarla de nuevo, y escucharla reír. Ahora todo se sentía bien de nuevo.
La empujó contra su pecho, y le beso el pelo. Ella se revolvió en su sueño, y le apretó con sus pequeños brazos.
—María.
La voz ronca de Tyler puso a Bonnie la piel de gallina. Apretó los párpados de puro gusto.
Señor. Cuanto lo había echado de menos. Cuanto lo quería.
Levanto la mirada rápidamente, y se le encontró despierto. Con sus ojos pálidos brillando con una sonrisa.
—Buenos días. —murmuro ella.
Tyler rompió en una sonrisa, y le planto un beso en los labios.
—Nunca fueron más buenos, María.
Bonnie se rió.
Tyler la agarró por la cintura, y cuando sus caderas se unieron, Bonnie solto un jadeo.
—Tyler. —dijo con asombro.
Ese chico tenía un problema. Solo se habían dado un pico. No podía estar tan grande tan pronto.
Tyler alzó una ceja.
—Me había olvidado lo fácil que es contigo, María. —ronroneo.
Sus labios estaban por unirse cuando la puerta se abrió.
Tyler no lo tomó en cuenta, pensó que se trataba de Andrew, o de Lennox.
Así que le dio igual, y le beso en la boca. La beso, y se desató el infierno.
—¡HIJO DE PUTA! —la voz de Melani se abrió paso en la habitación como un afilado cuchillo.
Tyler tembló, con sus labios aún en los de Bonnie. Miró hacia la puerta, y ahí estaba, Melani, su novia de años, allí, viendo como se besaba con otra, en la cama, desnudo, erecto hasta el infierno. Cuando con ella no habia podido ni llegar a la media asta.
Bonnie jadeo, y se separó de él. Tapando sus vergüenzas.
Los ojos se Melani quemaron la habitación.
—¡Lo sabía, siempre lo supe! ¡Esta guarra no iba a parar hasta follarte! ¡LO SABÍA, CABRÓN! ¡Nunca me he creído su actitud de niña buena!
Tyler respiro entrecortadamente. Su rostro en pánico.
—Tranquilizate, Melani, deja que te expliq...-
Melani tiro al suelo un perchero de madera. Lo hizo con tanta fuerza que toda la casa retumbó.
—¡No me digas que me tranquilice! ¡Te has tirado a esta zorra cuando no has podido ni tocarme desde que volvimos!
Tyler se levantó de la cama, con toda su gloria en alza, con la erección intacta.
—Bonnie no es una zorra. —gruño con los dientes apretados.
Melani le miró con incredulidad, con los ojos destilando llamas.
—¿La estás defiendo? ¿estas defendiendo a una puta que se metio en el medio?
Bonnie se apretó contra el cabecero de la cama. Sujetando con fuerza las sábanas en su cuerpo. Mirando a Tyler y a Melani alternativamente.
—Ella no es una puta. No voy a consentir que la insultes a ella. No te lo voy a consentir, Melani.
Melani dio un paso atras, golpeada por sus palabras.
—¿Que esta pasando? ¿vas en serio?
Tyler la sostuvo la mirada.
—Tú me has engañado muchas veces, Melani. Ahora ya estábamos empatados.
Melani abrió la boca de sorpresa.
—Eso es diferente y lo sabes.
Tyler apretó la mandíbula.
—Bonnie, ¿puedes salir un momento? Tengo algo que hablar con Melani. —dijo por encima de su hombro.
Bonnie se levantó como un resorte. Con las sábanas bien sujetas, apretó el paso hacia la puerta.
Melani clavó sus ojos en ella con rabia.
Bonnie trago saliva.
—Con ella no la pagues, Melani. No te lo repito más veces. —dijo Tyler.
Melani no contesto, y Bonnie salió de la habitación en una exhalación.
. . .
Lochan miraba como Lennox dormía.
Él no había dormido ni un solo instante en toda la noche. Se la había pasado con Gine y Cody organizando todo para el viaje.
Dentro de dos días salía una avioneta para el pequeño y aislado pueblo de Delta Junction, Alaska. No era un lugar demasiado turístico, y solo vivían en el 958 habitantes. No es que existieran muchos transportes para llegar. Y mucho menos desde California donde la gente era muy snob y en su mayoría viajaba a las grandes ciudades.
Esa avioneta era la única que saldria para allá en mucho tiempo. Así que era su única oportunidad de huir.
Él ya había comprado el boleto, y Gine y Cody habían cambiado los suyos. Había preparado las maletas, y había hablado con su tía Marla. Todo estaba listo para que pudieran desaparecer.
Lennox se revolvió en su sueño. Un ceño frunciendose en sus cejas. Su pelo negro se desparramó en la almohada.
Lochan se preparó. Recordó una a una las palabras que iba a utilizar para romper con ella. Sería rápido y conciso. Sin lugar para las dudas, o el romanticismo. Todo esto solo había sido una estrategia para hacerlo más daño, y era lo que tenía que hacer. Tenía que romper con ella.
Cuando Lennox abrió los ojos se encontró de frente con Lochan. La estaba mirando fijamente con esos ojos con vida propia. Tenía el pelo despeinado, y malvas ojeras debajo de sus ojos. No habia amabilidad en su expresión, ni nada agradable.
Lennox frunció el ceño.
—¿Cariño, estás bien? —pregunto con voz dudosa.
Lochan apretó la mandíbula con fuerza. Como le asqueaba que le dijera “cariño” cuando planeaba acabar con él. Ella había llegado demasiado lejos.
—Tenemos que hablar. —dijo con solemnidad.
Lennox trago en seco. Un nudo formándose en su estómago.
—Bien. Yo también tengo algo que decirte. —dijo sonando desconcertada.
Lochan la miró impasible. Sin inmutarse.
—Esto no funciona.
Esas palabras se clavaron en Lennox como navajas. Sus ojos se abrieron de par en par.
—¿Como? —grazno.
Lochan hizo un mohín.
—No es como pensé que sería. Es tan cotidiano, y rutinario que ha terminado por aburrirme.
Lennox cerró los puños entorno a las sábanas. Sintiendo su corazón caer en mil pedazos.
—¿Estas... estas rompiendo conmigo? —su voz se rompió.
Lochan no sintió nada. No hubo más dolor, ni más culpabilidad. No hubo más amor, ni más recuerdos. Porque comprendió que no podía seguir aferrándose a algo que lo dañaba, aunque el hiciera sonreír a ratos. No valía la pena. Él ya había pagado su deuda. Nada les unía ya.
—No vamos a ninguna parte. Habido tanto dolor entre nosotros que ya no pueden florecer las cosas bonitas. —dijo sin emoción.
Lennox retuvo las lágrimas todo lo que pudo, pero no sirvió. Dos gotas escaparon de sus ojos, y ya no pudo deterse.
—Pero... pero Lochan... yo...
Estoy embarazada, Lochan. Estoy esperando un hijo tuyo, y ahora me vienes con que no funciona.
Lochan hizo un gesto de impaciencia.
—No hace falta que actúes. Sé perfectamente que tampoco sientes nada. No tienes que fingir por más tiempo.
Lennox le miró con incredulidad. Aquello no podía estar pasando, no podía ser cierto.
Ella se había olvidado de las venganzas, había enterrado el rencor, y se había entregado a él. Había estado toda su vida esperando por esto, por estar con él. No podía terminar con un motivo tan mundano. No podían estar terminando por aburrimiento.
—Pero yo te quiero, Lochan. Estoy enamorada de ti, y puedo luchar porque funcione. Podemos hacer cosas nuevas, podemos viajar. Hay tantas cosas que...-
Lochan levantó una mano, silenciando sus palabras a mitad de una frase.
Se quedó allí sentada, llorando, mirándole.
—No sigas. Se ha terminado, Lennox. —le espetó.
Lennox alzo las cejas.
—No puede terminar así de sencillo.
Lochan se encogió de hombros.
—Tal vez me he cansado de lo complicado. Tal vez solo necesito cosas sencillas, y fáciles.
Lennox le miró. Sus ojos ardían, y tenía hipo por llorar.
¿Que tenía que hacer ahora? ¿decirle que estaba preñada? ¿cuando acababa de dejarla? Sería demasiado parecido a una telenovela venezolana. Lennox no quería ser la villana que se queda embarazada cuando el protagonista va a alcanzar la felicidad.
Así que Lennox se quedó callada. Se mordió la lengua, y no dijo nada.
Cuando la barriga empezará a notarse, diría que es de otro. Cambiaría las fechas, y Lochan nunca lo sabría. No querría saberlo, de todos modos.
Lennox asintió. Con los labios apretados, luchando contra un puchero.
—Puede que yo también me haya cansado.
. . .
Bonnie estaba desayunando en la cocina. Gine estaba a su lado, y Cody preparaba el café.
No había parado de mirar hacia la sala de estar. Esperando que Melani se largara, y Tyler apareciera, y todo fuera perfecto.
Algo en su estómago no esperaba buenas noticias. Algo no le cerraba en la cabeza. No podía ser tan fácil. Nunca era tan fácil para ella.
En eso pensaba, cuando lo vio.
Tyler bajaba unas maletas por las escaleras. Sus maletas.
Los ojos de Bonnie se abrieron de par en par. Sus dedos se quedaron paralizados en la taza de chocolate.
La miraba de Tyler se alzó, y sus miradas se encontraron.
Bonnie trago.
Y entonces Melani aparecio detrás de él. Venía cargada con más bolsos, y equipaje. Siguio la trayectoria de la mirada de Tyler, y también miró hacia la pelirroja.
Una sonrisa cruel se dibujó en su boca.
—Has perdido, niñata. —se burló.
Y echó a andar hacia la puerta. Cargada con las maletas de Tyler.
Bonnie abrió la boca, impactada.
Tyler la miró con aire vacilante.
—No es como tú piensas, María, no...
Bonnie jadeo. Callando sus excusas.
—¿Te vas con ella?
Tyler apretó los labios.
—Vendre a menudo.
Bonnie tenía los ojos llenos de lágrimas para este punto.
Le había dicho que le amaba. Él le había dicho que la amaba.
—Eres un cabrón. —grazno.
Tyler se removió incómodamente.
—Te explicaré después, lo aclararemos...
Bonnie negó con la cabeza, sellando sus labios.
—Tú y yo ya no tenemos nada que hablar.
Tyler parpadeo, confuso. Iba a contestar, cuando Melani le llamo desde la calle.
Entonces él bajo la cabeza, y salió de la casa.
. . .
Gine y Cody se miraban de hito en hito.
Bonnie lloraba en el sofá. Había gastado un paquete entero de kleenex intentando secar sus lágrimas. No habían sido suficiente.
Gine alzo una ceja hacia Cody.
—Creo que ella también necesita esto.
Cody miró a Bonnie.
Ella ahora les miraba con ojos enormes.
—¿Tú crees?
Gine puso los ojos en blanco.
—Más que ninguno, Cody. Se le declaró anoche, y hoy se ha ido a vivir con otra. Claro que lo necesita.
Bonnie parpadeo de uno a otro.
—¿De que estáis hablando?
Gine miró a Cody una vez, pidiendo permiso. Cody asintió.
—Nos vamos. Nos largamos de aquí, y no dejaremos ningún rastro. Queremos saber si vendrías.
Bonnie estaba asintiendo frenéticamente antes de que Gine hubiera acabado la frase.
—Me iré. Lo haré. No quiero verle nunca más. —dijo con rotundidad.
Cody alzó una ceja hacia ella.
—¿Renuncias también a los demás? ¿Lennox, Kira, Jace?
Bonnie no dudo.
—Si eso me aleja de Tyler para siempre, sí. Me voy con vosotros.
. . .
Un capítulo más, y vendrá el epílogo.
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