Henry: *El cansancio de un nuevo trabajo dejaba al rubio exhausto así que, como faltaba poco para las fiestas de fin de año, decidiste darle un... "Regalo especial"*
–¿de verdad crees que esto será una buena idea?–le pregunté a Susan, mi mejor amiga, mientras sacaba un traje de "Santa sexy" de una bolsa de regalo.
–Segurísima, a Henry le encantará.–soltó la chica tomando un poco de café–. Y conociéndolo, de seguro el cansancio que traiga con él se esfumará al verte con ese hermoso disfraz.–asentí aún no muy convencida.
°•°
Esa misma tarde ordené la casa, preparé la cena y me puse aquel provocativo traje de encaje, esperando nerviosa la llegada de Henry.
Estaba por servirme un poco de agua, cuando el timbre de la casa sonó.
Ese de seguro es Henry.
Suspiré lentamente, apartando mis inseguridades y reemplazándolas con una sonrisa cargada de buenas vibras.
Caminé hasta la puerta y la abrí sin más.
–Perdón por la tardanza, linda. Pasé por la tienda y-
Henry quedó boquiabierto, sin poder despegar su vista de mi delicado traje.
–¿te gusta?–solté divertida mientras llevaba mis manos a los hombros de Henry.
–Sí... Estás hermosa.–posó sus manos en mi cintura–. Y ¿A qué se debe esta... agradable sorpresa?–
–Pues...–poco a poco lo fui guiando al interior de la casa–. Fuiste un niño tan, pero tan bueno, que tenía que hacerte un muy buen regalo.–sonreí mientras cerraba la puerta de la casa sin apartar mi mirada de la suya.
–¿y cuál... sería ese regalo?–me acerqué hasta sus labios y los lamí lentamente.
–Lo que tú quieras...–
Al parecer esas 4 palabras le gustaron demasiado al rubio, quien, además de afirmar su agarre sobre mi cintura, sonrió picaramente.
–Jo jo jo, feliz navidad para mi.–soltó de forma juguetona.
Lentamente fui sintiendo como las manos de Henry bajaban hasta mi trasero.
☃️
Mike: *como tú y tu familia pasarían las festividades en casa de unos familiares que vivían lejos de Derry, tu mejor amigo y amor secreto Mike, te invitó a dar un paseo para poder despedirse y pasar algo de tiempo juntos*
–¿tan lejos viven tus tios?–preguntó el moreno mientras masticaba un chicle y comenzaba a hacer un globo.
–Sep.–pinché su globo, haciendo que la golosina se desparrame por la mayoría de su rostro.
–¡oye!–no pude evitar reírme sonoramente–. Estás buscando que te asesine, pequeño duende.–
–¿a si? Pues extrañarás demasiado a este pequeño duende.–exclamé mientras lo ayudaba a limpiarse la cara.
–Bueno, en eso tienes razón... ¿Qué se supone que haré ahora cuando sea medianoche? Era tradición que a esa hora vaya a tu casa y brindemos con una copa de jugo de naranja.–
–Supongo que tendrás que brindar con tu abuelo.–
–Si mi abuelo llega a tomar una sola gota de jugo de naranja, pasará navidad y año nuevo en el baño.–
–¡eres un asqueroso!–exclamé empujándolo entre risas.
–Pero ya, en serio.–se detuvo para mirarme seriamente–. Será horrible pasar las fiestas sin... la persona que más amo aquí, conmigo.–abrí los ojos sorprendida, al mismo tiempo que mis labios formaban una amplia sonrisa.
–Mike Hanlon, ¿estás queriendo decirme que...-
–¿que te amo? Sí, completamente.–
Casi por impulso, llevé mis manos a sus mejillas, pero cuando planeaba besarlo, me detuvo.
–¿qué sucede?–levantó su dedo índice, indicándome que lo esperara.
–¡Eddie, tráelo!–
Miré confundida como el mencionado aparecía desde detrás de unos arbustos y se acercaba a nosotros.
–Veo que las cosas salieron perfectas por aquí.–dijo sonriente mientras le tendía algo a Mike y desaparecía rápidamente del lugar.
–Dime que el pobre no estuvo todo este tiempo detrás de esos arbustos, sí sabe que son venenosos ¿verdad?–exclamé señalando las plantas por las cuales apareció el chico.
–Creo que se dará cuenta en unos minutos, como sea...–Mike me mostró qué fue lo que Eddie le había dado, se trataba de un muérdago–. Si vas a darme un beso en víspera de navidad, quiero que sea como la tradición lo dicta.–
El chico puso el pequeño ramillete sobre nosotros, mientras se acercaba lentamente a mi rostro.
–Eres un bobo...–solté entre risas mientras eliminaba la distancia entre ambos y lo besaba con ternura.
☃️
Bill: *el horripilante frío que hacía afuera nos mantenía prácticamente encerrados en nuestro "nidito de amor". La situación ya era algo complicada por el clima y, para empeorar las cosas, la electricidad se había ido*
–Genial, pasaremos la navidad congelados y a oscuras.–exclamé sumamente enojada mientras me sentaba en el sofá.
–Linda, no seas tan negativa.–Bill apareció con algo de leña y la arrojó a la chimenea, para luego encenderla con algo de papel y un encendedor–. Tal vez no tengamos electricidad, pero al menos estaremos calentitos.–sonreí ampliamente, pues Bill siempre encontraba la manera de calmar mis nervios.
–Tienes razón, hay que ver el lado positivo de todo esto...–
Me levanté y caminé hasta la cocina, buscando aquella botella de vino que Richie nos había regalado para nuestra boda. Al encontrarla volví a la sala y tomé un libro de la biblioteca.
–¿qué tienes ahí?–preguntó Bill desde el sillón, haciéndome señas para que lo acompañe.
–Algo de néctar de los dioses y al buen Stephen King.–dije al mismo momento en que me sentaba a su lado y me acurrucaba entre sus brazos.
Apoyé mi cabeza en el hombro de Bill, quien me rodeó rápidamente y besó mi frente.
–¿quieres que lo lea en voz alta?–
–Mientras que el pequeño y tartamudo Bill Denbrough no aparezca...–
–Cállate, te enamoré con mis tartamudeos.–reí mientras le daba un beso fugaz en los labios.
–Tienes razón, me encantaban. Vamos, comienza a leer, B-bill.–el hombre rió antes de comenzar a relatar algunas de las cortas historias de King.
Estábamos tan enganchados a la lectura, que ni siquiera nos inmutamos cuando la electricidad volvió.
–¿sabes algo, cariño?–solté llamando la atención del chico–. Ya no quiero una laptop para navidad.–
–¿qué quieres ahora?–
–Otro libro de relatos y que mi hermoso esposo me lo lea, claro.–Bill sonrió mientras me tomaba del mentón y me besaba tiernamente en los labios.
☃️
Eddie: *la mamá del chico era muy estricta en cuanto a las salidas con ese horripilante frío, pero le dio permiso solo si se encargaba de la decoración de la casa por fuera*
Me encontraba decorando los postes de luz de afuera con telas rojas y verdes, de tan concentrada que estaba, no noté que cierto pecoso no estaba conmigo.
–Y... ¡Listo! Solo faltarían las luces en el frente de la casa y... Un momento ¡Eddie!–al ver que el chico no aparecía fui enojada a buscarlo–. Enano de jardín, encima que estoy ayudándote a hacer algo que te corresponde a ti, me dejas-
Me callé de inmediato al ver al chico luchando con las luces navideñas.
–Perdón, pensé que sería fácil desenredar estas cosas pero...–sonreí ampliamente acercándome hasta él.
–Estaría genial sacar una foto justo ahora, contigo cubierto por todas esas luces, ¿y tu cámara?–
–En mi cuarto ¿por qué?–
–Ya vengo...–corrí hasta la habitación del chico y busqué la pequeña cámara instantánea, volviendo rápidamente con Eddie.
–Oh no... Ni se te ocurra sacarme una foto, quedaré ridiculizado toda mi vida.–
–Nadie quedará ridiculizado, tonto. Además...–puse la cámara en el suelo y activé el temporizador–. Yo estaré contigo en la foto.–me senté rápidamente en el suelo.
–¡ni en sueños! No no no, no pienso sacarme ni una sola-
Antes de que pudiera seguir quejándose, lo tomé de las manos y uní nuestros labios en un dulce y largo beso, el cual Eddie me siguió con gusto.
–Me encantan tus labios con sabor a menta...–soltó el chico algo atontado.
–¿sabes qué me encanta a m?...–me paré rápidamente y tomé la cámara instantánea, esperando que la pequeña foto saliera–. ¡Sacarte fotos, eres demasiado tierno!–
Al tomar el pequeño papel y sacudirlo levemente, la imagen poco a poco fue apareciendo, acompañado de un pequeño grito de emoción.
–¡salió increíble!–dije mostrándole la foto al chico–. Somos la mejor y más perfecta pareja de Derry. No... ¡Del mundo!–
–Linda, no necesitas ninguna foto para darte cuenta de eso.–lo miré sonriente–. Ahora ven aquí, ayúdame con estas porquerías así terminamos de decorar y nos largamos de aquí.–
Me acerqué nuevamente al chico y me senté a su lado, depositando un corto beso en su mejilla.