1. Locas Historias De Amor

By NacidaParaLeer

76K 6.6K 5.9K

"Un grupo de amigos. Una casa. Seis romances. Mil locuras. " CRÉDITOS TRÁILER: OneGirlCrazy17 More

"Provocaciones matutinas y una carta maldita. "
"Una discusion sexy y un regreso inesperado."
"Ironias afiladas y una cacería"
"Un arresto policial y un beso inocente "
"Un corte de suerte y recuerdos rotos"
"Un escote prohibido y ultimas voluntades"
"Un bate de béisbol y cerezas demasiado dulces"
"Tamaños importantes"
"Una profesora herida y Sra. Plastico"
"Otra carta maldita"
"Campanas de boda y posturas extrañas"
"Circos en clase y amigos cariñosos"
"Explicaciones y un tatuaje sorpresa"
"Fregaderos y un armario abierto"
"Ojos tapados y treguas interminables"
"Lennox celosa y Jace desconcertado"
"Él hermano de Tyler y los celos de Tyler"
"Una proposición indecente y Lucy al teléfono"
"Prepativos y sorpresas"
"Encuentros incomodos y fuegos artificiales"
"Ropa fuera y un novio celoso"
"Una noche llena de emociones"
"Lucha, y discusiones apasionadas"
"Ojo por ojo, y confesiones"
"Rayos de sol, y falta de chispa"
"Washington, y celos que no son celos"
"Diaros adolescentes, y charlas de barra de bar"
"Derecho a roce, y falsas esperanzas"
"Disputas sexuales, y buenos comportamientos"
"El desfase más grande de todos los desfases"
"La Princesa Putilla, Él Príncipe Gay, y La Bruja Transexual"
"Un testamento y nata"
"Mensajes ocultos, y nada más que añadir"
"Visitas, y segundos asaltos"
"Ejercitos de plomo, y domingos misteriosos"
"Libertad, y sexo textual"
Test: ¿Que personaje eres?
"Maletas que traen problemas, y tratos por un beso"
"Enamorados, cristales rotos, y karaoke. "
"Insomnio, y complicaciones"
"Positivo, y negativo"
"Aliados, y desastres"
"El principio del fin"
"Descubiertos, y despedida"
"Cuatro notas"
"Epílogo"
"Complicadas Historias de Amor"
Aviso

"Síntomas, y un tren"

692 83 53
By NacidaParaLeer

Lennox se despertó con la boca llena de saliva. Su estómago se había levantado, y todo lo que había comido estaba ahora en su garganta.
Se levantó de un salto, con un mareo tan intenso que tuvo que agarrarse al cabecero de la cama.

Lochan aún dormía, no se estaba dando cuenta de nada.

Lennox salió corriendo, con temor de caerse por el mareo que aún le acusaba.
Abrió la puerta, y se disparó fuera.
El baño no estaba lejos, pero en ese momento parecía estar en la China.
Corrió con toda sus fuerzas, tratando con desesperación de controlar las náuseas. Agarrando su estómago, llegó al baño. Se precipitó dentro, y se tiró de rodillas. Abrazo la taza, y vomitó con violencia.
Metiendo la cara dentro, y rompiendose a sacudidas.

Echo todo, hasta las vilis. Se había cansado tanto, que no tuvo fuerzas ni para levantarse. Se quedó allí tirada, con la espalda contra la pared.

—¿Lenny? —la voz adormilada de Lochan la trajo a la tierra de nuevo. —¿Has vomitado?

Levanto la vista, y ahí estaba. Él príncipe de sus sueños.
Tenia el pelo alborotado, y los párpados hinchandos. Estaba guapísimo.
La miraba con los ojos medio cerrados.

—Me muero. Me estoy descomponiendo. Tengo un virus maligno. —dijo Lennox con la voz entrecortada.

Lochan sonrió de lado.

—Solo has vomitado. Habrás comido algo en mal estado.

Lennox negó con la cabeza.

—No. Me estoy muriendo. En serio. He sentido como mi alma quería escapar de mi cuerpo.

Lochan se echó a reír con ganas. Su voz ronca le atravesó el pecho.

—Ayer comiste como nunca en tu vida. Acabaste con la compra de la semana. Es normal que te acabará sentando mal.

Lennox se quitó el sudor de la frente.

—No volveré a comer en la vida. Lo juro.

Lochan entró en el baño. Parándose delante de ella.

—Vamos, levanta de ahí. —dijo tendiéndole la mano.

Lennox le miró con duda, y le tomó la mano. Lochan dio un tirón, y de un golpe abrupto ella estaba de pie. Abrió mucho los ojos cuando un mareo violento la sacudió. Millones de luces de colores estaban en su ojos, y no podía ver nada. Su estómago volvió a rugir, y de un segundo a otro volvía a estar de rodillas, y vomitando.

—¡Lennox! —exclamo Lochan con alarma.

Lennox emitía sonidos guturales, intentando vomitar con más fuerza.

—Lenn, tranquila, respira, no pasa nada.—Lochan estaba arrodillado junto a ella, acariciándole la espalda.

Lennox soltó una fuerte respiración, exhausta.

—Tengo el ébola. Alejate de mí. —dijo con una gruesa voz.

Lochan soltó una pequeña risita.

—Eres la reina del drama, Lennox. Solo es un virus estomacal.

—No. Voy a morir.

Volvió a asentarse. Tratando con todas sus fuerzas de tranquilizar su estómago.

Lochan la tocó la frente.

—No tienes fiebre. —dijo con el ceño fruncido.

Lennox le miró.

—Podemos descartar el ébola.

Lochan volvió a reírse.

—Tuvo que ser algo que tomaste. —volvio a decir.

Lennox iba a contestar, cuando de repente arrugó la nariz, asqueada.

—¿Que olor es ese?

Lochan alzó una ceja.

—Huele a café.

—¿Desde cuando el café huele tan repugnante?

—Te gusta el café.

—Pues ya no. Huele horrible. —dijo tapándose la nariz.

Lochan negó con la cabeza, divertido.

—Date una ducha. Te vendrá bien. Yo te espero abajo. No tardes. —y le besó el pelo.

Bonnie y Tyler ya habían terminado de guardar su ropa en las maletas. Se iban una semana a Malibú con los padres de Bonnie.
Tyler había propuesto también ir a ver a los suyos, y a Cara. Bonnie no pudo creerlo en cuanto lo dijo.
Ese viaje parecía... serio. Cómo hacer las típicas presentaciones. Puede que fuera sólo cosa suya, pero le daba la impresión de que estaban cerca de formalizar. Sí, hacerse serios. Novios. Que bien sonaba aquello.
Nunca en su vida hubiera imaginado que esa definición les serviría.

Tyler y Bonnie son novios. Novios.

Bonnie no podía creerlo.

—Bueno, creo que ya está. —dijo Tyler mientras cerraba su maleta.

El viaje iba a ser muy corto, por lo que solo llevaban una maleta cada uno con solo lo imprescindible.

Bonnie suspiro, nerviosa.

—Todo listo entonces.

Tyler la miró, una pequeña sonrisa con hoyuelos deslizándose por sus comisuras.

—Me muero de ganas de ver sus caras cuando se lo digamos. —dijo con emoción.

Bonnie rompió en una sonrisa.

—Mi madre se va desmayar. Siempre te odio por lo mal que me tratabas.

Tyler se rió, cogiendo a Bonnie por la cintura.

—Le voy a decir que te robe la virtud.

Bonnie se rió con ganas. Uniendo en sincronía su cuerpo al de Tyler.

—Eso no te hará ganar puntos, precisamente.

Tyler se rió.

—Me va a costar trabajo ganarmela, eso lo tengo claro.

Bonnie no podía creer que se pudiera ser más feliz. Era imposible.
Después de pasarse 21 años sin vivir en absoluto, sin sensaciones, sin vivencias, sólo con bullying en el colegio y poco éxito con los chicos, llegó él y la hizo real. La hizo sentir que estaba allí, que le latía el corazón. Siempre había pensado que la vida estaba ahí fuera, y que ella se la estaba perdiendo. Gracias a Tyler esa sensación ya no estaba más.

Con una pequeña respiración cerró los ojos, y se metió en el pecho de Tyler. Aspiro su olor, y dejó que todos sus malos recuerdos se perdieran de una vez.

. . .

—¡No puedes hacerme esto! —grito Gine. —¡Me lo prometiste!

Lennox suspiro una vez más, tratando de serenarse.

—Gine, es mi decisión. No quiero irme. No quiero dejar a Lochan.

Gine la miro con las mejillas rojas por la discusión.

—Si te quisiera de verdad se iría contigo.

—Acabamos de arreglar las cosas. No pienso meterle la presión de un traslado ahora que estamos empezando.

—Siempre has sido egoísta, Lennox, para todos, para mí, es un mal momento para que decidas no serlo.

Lennox se apretó el puente de la nariz.

—No quiero sacar todos los cajones de mierda de la historia de la humanidad, Gine. Solo quiero estar con Lochan. —dijo con cansancio.

—¡Eres lo peor! ¡por una vez que te pido algo! —le escupió.

—No es fin del mundo. Podrás continuar tu vida aqui, como antes, como siempre. Con nosotros, en tu instituto, con tus amigas. No tienes ningún motivo para querer huir así de aquí, Gine.

Gine sintió formarse un nudo de rabia en su garganta. Se sentía tan frustada que no podía explicarle todas las razones por las que ella necesitaba irse, olvidarse de esa vida.

Estaba demasiado saturada. Demasiado dañada por todas partes, por todo el mundo. Ya no le servía ignorar su entorno, ahora necesitaba escapar de él y no volver a mirar atrás.

—Por favor, Onnox. Lo necesito. Te juro que es lo último que voy a pedirte por el resto de mi vida.

Lennox frunció el ceño con desaprobación.

—Ni siquiera me has dado un motivo, Gine. No voy a dejarlo todo porque a ti se haya antojado.

—¡No se me antojo nada! ¡no soy así! —dijo hastiada.

—El mes pasado proclamabas tu amor por Jace desde las azoteas, y hoy no recuerdas ni porque lo hacías. Perdona que dude de tu palabra.

Gine se mordió la lengua para controlarse.
Había tantas cosas que ella quería decirle ahora mismo. Tantas cosas que le cerrarían su gran boca de mujer madura.

Pero Lennox no podía mantenerse secretos con Jace, y entonces su estrategia se iría toda al carajo.

Así que se calmó, respiro hondo, y salió de la habitación.

. . .

Sho miraba fijamente el suelo. Luchaba por controlar el nudo de su garganta.

—Eres genial, de veras, pero esto a dejado de funcionar. —le estaba diciendo Cody.

Sho no levanto la mirada.

—¿Es por ella, verdad? Por Kira.

Cody suspiro.

—No. Kira no tiene nada que ver.

—No ha parado hasta que ha terminado con nuestra relación.

—Nunca tuvimos futuro, Sho. No es lo que yo estoy buscando.

Sho le clavó su mirada oscura.

—Tú buscas a una rubia frívola con la que follar, ¿no? Eso es lo que quieres tú.

Cody negó con la cabeza, sin mucha energía.

—Basta. No es momento de culpar a terceras personas. No quiero seguir en esto. No quiero más discusiones.

Sho asintió lentamente para sí.

—Entonces ya está. Se ha terminado.

Cody cerro los ojos, cansando hasta los huesos.

—Lo siento mucho. —dijo escuetamente.

Sho se mordió los labios para no llorar.

—Ella no es buena para tí. Ni siquiera es buena para sí misma. —dejo escapar.

Cody se quedó callado, mirándola. Sin querer pensar en sus palabras.

Luego ella bajo la cabeza, y siguió andando calle abajo.

. . .

Cuando Tyler y Bonnie bajaban las escaleras, estaban riendo. Tyler la agarraba de la mano. Bonnie tenía las mejillas rojas por sus bromas.

—Espero que Cara no arme mucho escandol... —y la voz de Tyler se murió en sus labios.

Estaba mirando al frente. Hacia la puerta principal. Su expresión había dado un vuelco.

Bonnie aún sonría cuando le imito.

Y ese fue el fin. Allí acabo todo. Volvió de un golpe a sus malos recuerdos, a su infancia de mierda, a la nada, al abismo.

Tyler solto su mano como si le quemará. Como si le hubieran pillado tocando algo que estaba prohibido.

Delante de ellos estaba el pasado, la ruptura. Melani.

. . .

Lennox —quien había jurado que no volvería a comer jamás—, se estaba comiendo toda la comida que habia en la mesa.

Lochan la miraba con una sonrisa burlona.

—La que dijo que no volvería a comer... Ya veo, ya.

Lennox no se molestó en contestar. Estaba demasiado ocupada en comer.

Andrew la miraba con la cara arrugada.

—Jesús, hoy si que te has saltado la dieta.

Todos sabían que Lennox era una obsesionada de las dietas. No quería pesar más de cincuenta kilos nunca. Leía las etiquetas de todo, y contaba las calorías antes de comer algo. Era imposible de creer que ella estuviera comiendo tanto y sin miramientos.

En ese momento llamaron a la puerta, y la atención ya no estuvo en

. . .

Todo era aire había sido sacado de la habitación. Todos miraban la tensa situación casi sin respirar.

Tyler miraba a Melani, callado. Con una lucha en su expresión.
Melani le miraba a él, con una ligera sonrisa. Estaba más delgada, y se había cambiado el pelo. Venía toda triunfante, y altiva.

Bonnie, el cabo suelto, el daño colateral, lucía resignada. Cómo si su mayor temor de hubiera hecho realidad, pero que ella no pudiera hacer nada para cambiarlo.

—Ty-Ty, cuanto tiempo. —dijo Melani, rompiendo el silencio.

Tyler trago saliva audiblemente.

—Melani, ¿que haces tú aquí? —dijo con la voz entrecortada.

Melani le sonrió.

—Han pasado cinco meses. Nunca había estado tanto tiempo sin verte. —miro a Bonnie. —Te extrañe.

Bonnie alzó las cejas, insegura, incierta. Miró a Tyler, y como el conejo asustado que ella siempre sería, se apartó con toda la elegancia que fue capaz.

Tyler la miró de reojo, dudando.

—¿Y eso que quiere decir?

Melani volvió a sonreír.

—Queria invitarte a un café, para ponernos al día. Ha sido mucho tiempo. Seguro tenemos muchas cosas que compartir.

Tyler se partió por la mitad. La mitad de su mente estaba pendiente de Bonnie, y quería quedarse con ella, y la otra parte... la otra parte conocía secretos, secretos que nadie sabría nunca, y aquella parte tenía dudas. Sentía compasión, siempre la sentiría.

Bonnie sabía que ya habían llegado a un punto de no retorno. Sabía que estaba acabada. Que Melani poseía un poder extraño sobre Tyler, que no podía negarse a ella.

Tyler tardó seis segundos en contestar. Seis segundos que se hicieron eternos.

Miró a Bonnie por última vez. Se sentaba muy recta en el sofá, haciendo un nudo con sus manos, y un puñal se clavó en su pecho.

—Está bien. Pongamonos al día.

Bonnie dejo de respirar. Sabía que acababa de perderle.

. . .

Gine se sentaba en el bordillo de su calle. Con la mandíbula apoyada en las rodillas, mirando al frente.

Jace estaba con Lana. Ella había venido a buscarlo, y se habían ido juntos, riendo.
Acabarían casándose. Lo harían. Jace conseguía todo cuanto quería.

Ella tendría que ir a su boda con un bonito vestido, peinada, y con una sonrisa. Tal vez agarrar el ramo. Comer un trozo de tarta. Bailar con él novio. Decir algo emotivo para el vídeo, o en el brindis.

Desde el momento en el que Lennox canceló los planes para ir a Washington, Gine supo que no iba a quedarse con ella. Supo que se iría, que no lo soportaría. Tenía que salir de allí. Tenía que irse de California. Ese lugar la había quitado demasiadas cosas.

Sus padres. Su hermana. Su hogar. Jace.
Se había terminado. Era insostenible. Odiaba esa tierra. Odiaba la casa en la que vivía. Estaba manchada con los peores recuerdos. Las paredes chorreaban angustia.

Gine nunca demostró demasiado su pena. Nadie la dejó llorar a sus padres, ni a Lucy. Todo estaba tan lleno de caos, Lennox estaba tan mal, que sintió que su dolor era lo que menos necesitaban. Que algo —alguien—, debería permanecer entero en aquel desastre. Porque sí no lo hacía, nadie lo haría, y lo poco que quedaba, se derrumbaría, se vendría abajo. Gine tuvo que permanecer, como un pilar.

Y estaba harta. Harta de sonreír cuando todos perdían el tiempo llorando por cosas que tenían solución. Harta de ser la única en pensar cosas agradables, en ser optimista. Estaba rodeada de personas que la habían dañado. Personas que la abandonaron. Todos se pintaban el cártel de víctima para no tener que esforzarse, para justificarse, cuando en realidad la única víctima de todo aquello había sido ella. Una inocente niña de once años que se despertó una mañana, y lo había perdido todo. Nadie se preocupó de ella. Nadie la consoló a ella, aunque ella también había perdido a su familia.

... Ahora eso ya no importaba. Porque Gine se iría. Estaba sería ella la que huía. Y no la volverían a ver jamás.

. . .

Eran las cinco de la tarde cuando Kira entró por las puertas de su casa. Tambaleándose, luchando por no caer.

Jorge la había golpeado duro. Hoy sí que había sentido miedo.
Estaba puesto de cocaína y éxtasis, y no había medido su fuerza, ni su brutalidad. La había destrozado.

Cuando entró la casa estaba en silencio, recogida. No había nadie.

Entro con rapidez, queriendo meterse en el baño y tratar de ocultar los golpes con maquillaje.
Casi no podía andar. Jorge la había pateado la pierna.

Con esfuerzo, lo consiguió. Llegó al picaporte, y... la puerta se abrió.

Cody estaba allí, frente a ella. La estaba mirando. Podía verlo todo.

. . .

Jace iba de camino a casa. Se había acostado con Lana, y se sentía sucio.
La cita había sido buena, y a Lana pareció haberle gustado el sexo. Pero él se sentía vacío. Hueco. Como un muñeco de trapo.

Estaba sólo a dos manzanas cuando en un banco de la acera, la vio. Allí, sentada. Con un libro de ciencias en los muslos, y frunciendo en ceño con concentración.

Se paró en seco, justo delante de ella. Sin decir nada, solo observándola.

Ella debió notarlo porque enseguida levantó la mirada. Pego un brinco.

—¡Jesús, Jace, que susto! ¡Pensaba que eras un psicópata que quería matarme!

Jace sonrió por primera vez en casi dos meses.

—¿Que haces aquí sola, y lo que es más extraño, que haces estudiando? —dijo con sorna.

Ella le miró con el rostro neutro, en blanco.

—En casa no puedo concentrarme.

Las paredes gotean malos recuerdos. Pensó.

Jace asintió para sí.

—Eso lo entiendo. A mí me pasaba lo mismo. Era agotador.

Gine miró de nuevo su libro.

—De todas formas no se me queda nada. No lo entiendo. —dijo con media voz.

—Eso es normal. Es la primera vez que te esfuerzas, seguro que pronto lo tendrás dominado.

Gine negó con la cabeza.

—No es verdad. El problema es que soy estúpida.

Jace arrugó el gesto.

—Chorradas. Eres inteligente. —aseguro.

Gine entrecerro los ojos hacia él.

—Lo dices para que me sienta mejor.

—Lo digo porque te conozco. Porqué se el potencial que tienes, y lo que eres capaz de conseguir. Así que por favor, no pienses de tí de esa forma. Me pone de los nervios.

Gine se mordió el interior del labio.

¿Acaso él no podía ser un poco menos perfecto? Sólo un poco, para que le resultará más fácil odiarle, y dejar a un lado sus ganas de besarte. En. Ese. Maldito. Instante.

Gine agito la cabeza, tratando de serenarse.

—Es tarde. Deberíamos volver a casa. Quiero despedirme de Bonnie antes de que se vaya.

Jace dejó la diversión a un lado, dejo de sonreír.

—Sí, es cierto. Debemos volver.

Nadie dijo nada más.

. . .

Cody veía dormir a Kira. Le había limpiado las heridas, y la había tranquilizado lo suficiente como para que pudiera hablar.

Estaba tan enfadado que podría morir. Podría explotar en cualquier momento.

Kira no quería denunciar a ese hijo de puta. Decía que su padre era socio del suyo, y que no quería joder sus negocios.
Porque sí, él pandillero maltratador era hijo de un famoso empresario podrido de millones. Fue por eso que ellos se conocieron.

Cody la había tratado de convencer, pero había roto a llorar, y había desistido.

La acarició el pelo con infinita ternura.

—Nunca dejaré que nadie te vuelva a hacer daño. Jamás.

. . .

Bonnie había sacado sus maletas al jardín. Ya se había despedido de todos, y estaba esperando al taxi para que la llevara a la estación. Necesitaba salir de allí con urgencia.

Tyler no había llegado todavía. Seguía con Melani “poniéndose al día”.

Bonnie miraba sin cesar el final de la calle. Pidiendo al cielo que el taxi llegará de una vez.

En ello estaba cuando escucho su voz.

—¿Bonnie?

No quería darse la vuelta. Jesucristo, no quería verlo. Sólo quería irse. Alejarse.

Lo miró. Estaba sólo. Parecía calmado. Y estaba mucho más cerca de que quería.

Le miró largamente a los ojos. Tratando de fingir que todo estaba bien. Que no estaba sangrando por dentro. Él la devolvió la mirada.

—¿Si? —dijo con toda la neutralidad que fue capaz.

Él la miraba con intensidad, pero con una dolorosa distancia. Porque aunque ambos seguían allí, aunque todavía no se había terminado, ya estaban en distintos planetas.

—Veo que ya te vas.

Bonnie asintió para sí misma.

—Si. Estoy esperando al taxi. El tren sale en una hora.

—Lo sé. Yo compré los billetes. —dijo con normalidad.

Un torrente de dolor se apoderó de Bonnie.
Iban a formalizarse. Iban a presentarse como pareja. Todas sus esperanzas estaban hechas mierda.

—Cierto. —dijo Bonnie escuetamente.

Tyler respiro hondo, y sabía que se avecinaba el momento.

Tres, dos, uno, y ¡acción!

—Melani y yo hemos estado hablando. Ya sabes, sobre nosotros. Sobre porque rompimos.

—¿Y que tal? ¿todo bien?

Tyler sonrió. Con tanta alegría que era como sal y limón en las heridas.

—Es gracioso, pero ni siquiera recordamos la razón. Nos hemos sentido muy idiotas. Estos meses de ruptura por algo que ni nos importa.

Fue por mí. Rompisteis por mí.

Bonnie sonrió con él.

—Me alegro. Es cómo debían ser las cosas. Es... Estabais predestinados. —dijo con esfuerzo.

Tyler se mordió la sonrisa, y la miró con más fuerza.

—Espero que no te importe. Ya sabes, lo nuestro no era algo serio. Lo teníamos claro, ¿verdad?

Bonnie trago duro.

—Verdad. No hay ningún problema. Todo volverá a ser cómo antes. —dijo con voz lineal.

Tyler miró al final de la calle.

—Creo que tú taxi ya está aquí.

Bonnie se volteó rápidamente, y efectivamente, ahí estaba. Su salvación.

—Eso es. Es mi hora de partir.

Bonnie no espero más. Se echó a andar, sin mirar a Tyler de nuevo.

Cuando el taxista detuvo el coche, y la ayudó con la maleta, sintió la mirada de Tyler en la nuca, pero no le miró de vuelta.

Dentro, en la soledad, cuando el coche arrancó, Bonnie se echó a llorar.
Porque por fin comprendió lo mucho que lo amaba.

. . .

Continue Reading

You'll Also Like

1.6M 49.4K 61
❝Adán y Eva pecaron por tentación, ella y yo también, y sé que con todo lo que paso iremos directamente al infierno, pero por ella me arriesgare❞ -¿E...
12.8K 2.3K 23
-Jungkook es el príncipe de la dinastía Joseon 1392, un día sale junto a su sirviente amigo del palacio y se encuentra con una mujer extraña en un la...
466K 35.9K 54
El mundo da un vuelco cuando la primer mujer en la Fórmula 1 se hace presente en el Paddock. Camille Watson, hija del gran piloto de la F1 tendrá que...
788K 46.1K 64
Sam es una adolescente de dieciséis años con una vida fuera de lo común. Criada en Transilvania, Sam es una vampira que deberá enfrentar los obstácul...