Tierra y otros elementos [Wig...

Av CMarvada

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//HISTORIA FINALIZADA// //SEGUNDA TEMPORADA DE "LOS CUATRO ELEMENTOS"// Guillermo Díaz, reconocido y nuevo e... Mer

Prólogo
1 ~ Felicidades
2 ~ Diversión
3 ~ Entrenamiento
4 ~ Preocupaciones
5 ~ Habitación
6 ~ Collares
7 ~ Consecuencias
8 ~ Plazo
9 ~ Abandono
10 ~ Replanteo
11 ~ Coincidencia
12 ~ Estático
13 ~ Preguntas
14 ~ Ocultar
15 ~ Confianza
16 ~ Libro
17 ~ Rojo
18 ~ Debate
19 ~ Plan
CAPÍTULO I
20 ~ Mal
CAPÍTULO II
21 ~ ¿Sinceridad?
22 ~ Cristalino
CAPÍTULO III
23 ~ Decisión
24 ~ Ruptura
25 ~ Búsqueda
26 ~ Morado
27 ~ Familia
28 ~ Conexión
CAPÍTULO IV
29 ~ Alerta
30 ~ Verdades
31 ~ Guerra
A MI QUERIDO HERMANITO
33 ~ Verde
34 ~ Pedidos
35 ~ Resistencia
36 ~ Deceso
37 ~ [de]vuelta
38 ~ Vivos
39 ~ Montaña Rusa
40 ~ Contradicciones
41 ~ Tuyo/Mio
Epílogo
EXTRAS

32 ~ Elemental

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Av CMarvada

A pesar de que quería seguir pataleando y forcejeando para poder liberarse, Guillermo no pudo emitir ningún movimiento por lo fuerte que se aferraban las plantas a su cuerpo, o al menos así lo sentía por lo débiles que estaban sus músculos. Lo último que pudo hacer antes de que Miguel lo obligase a entrar al hospital fue mover la cabeza hacia arriba y mirar con desesperación al elemental implorando que de alguna forma este bajara la vista y viese lo devastado que estaba por las decisiones que había tomado, pero nada de eso ocurrió. Samuel no despegaba la vista del horizonte, más específicamente por donde había desaparecido Oscar, manteniéndose atento y concentrado en no ver ningún movimiento extraño a la lejanía.

-¿¡Borja!?- gritó el verde una vez entró al hospital, alarmando a la multitud de gente que allí se encontraba.

La recepción estaba repleta de gente, por lo que cuando entraron no pudieron evitar llamar la atención, no solo porque Miguel venía con una persona atrapada entre plantas, sino porque se trataba del mismísimo Guillermo Díaz, el entrenador que había renunciado a su puesto de un momento al otro y que ahora, por algún motivo que la mayoría desconocía, se encontraba con varias manchas de sangre en su vestimenta y otros tantos moretones y heridas realmente llamativos sobre su piel. Guillermo se sintió asquerosamente juzgado por todo par de ojos que se posó sobre él aun sabiendo que, posiblemente, nadie supiera sobre su verdadera condición de maligno. Su cabeza se encargaba de producirle constantemente y cada vez de forma más persistente una sensación incontrolable de miedo, algo que lo hacía temblar por la simple idea de que alguien notara su marca partida y que se abalanzara sobre su cuerpo para aniquilarlo. Si eso llegase a ocurrir, estaba seguro de que el verde no podría detenerlos a todos y que, inevitablemente, terminaría muerto por los golpes, al igual que lo haría Samuel por la conexión que llevaban.

-¿Guillermo?- preguntó el doctor una vez que llegó a la zona donde se encontraban los dos más jóvenes, realmente asombrado por lo que estaba frente a sus ojos.

-Borja, necesitamos tu ayuda- Miguel se mostraba desesperado, cosa que alteró al profesional. Borja tomó aire para hablar, pero el verde lo interrumpió –Necesito hablar contigo, pero tiene que ser en una de las habitaciones de terapia intensiva- el médico volvió a tomar aire, pero las palabras volvieron a quedar atoradas en su garganta –Es urgente, no hagas preguntas. Te contestaré en cuanto nos aseguremos de que Guillermo este bien.

Luzu suspiró y asintió para girar sobre sus talones y hacerle una señal al elemental para que lo siguiese, esquivando a un par de personas que miraban curiosas la situación. Guillermo, por su parte, solo bajo la mirada mientras que el verde lo movía por los pasillos del primer piso; no podía quitarse el miedo que le daba saber que era un maligno rodeado de elementales. Intentó moverse, esta vez sacudiendo sus hombros para liberar un poco su cuerpo del insistente abrazo de las plantas, pero estas volvieron a apretarlo, provocando que soltara un pequeño quejido de dolor cuando subieron el último escalón hacia el primer piso. Aun tenía ganas de volver a afuera y de convencer al morado de liberar a la Organización, pero entre más lo intentaba, más se incrementaba la fuerza de las plantas por parte de Miguel. Los movimientos del verde al subir las escaleras le causaron dolor hasta el último escalón por el raro vaivén que se apoderaba de las plantas que lo rodeaban, pero agradeció de que ambos fueran tan rápidos y que pronto estuviesen adentrándose en los pasillos del tercer piso y, así, de la terapia intensiva.

-¿Puedes explicarme ahora que sucede?- cuestionó Borja una vez entraron a una de las habitaciones, dirigiéndose más a Guillermo que a Miguel.

-¿Guillermo?- los tres guiaron sus ojos hacia uno de los rincones de la habitación y se encontraron con Rubén, el cual se mantenía recostado sobre una camilla y con el abdomen descubierto y cosido, al igual que una pequeña herida que atravesaba y partía parte de su ceja -¿Estás bien?

-¿Qué hace aquí?- preguntó el verde con sorpresa al ver a su compañero de pelotón en una de las habitaciones de terapia intensiva.

-Lo traje para que este lejos del descontrol de los primeros pisos...está bien- Rubén asintió con seguridad, calmando así al elemental verde –Ahora, ¿me explicas?

-Guillermo es un maligno- soltó Miguel sin más, ganándose la mirada sorprendida tanto del blanco como del doctor –Y...por algún motivo comparte dolencias con Samuel- Borja se acercó hasta el cuerpo envuelto del ex entrenador y se posicionó justo detrás de él, teniendo la posibilidad de hacer a un lado los mechones que cubrían su nuca y de comprobar con sus propios ojos las afirmaciones del elemental que lo atrapaba –Samuel pidió que lo mantuvieses con vida mientras batalle, ya que todo lo que le pase a Guillermo también le pasará a él.

-No...no comprendo- Luzuriaga se mostraba realmente impactado y asustado.

-Fuera hay un domo de cristal que cubre y encierra a toda la Organización- prosiguió –y que no podemos destruir del lado de adentro. Samuel...está afuera, y se niega a destruirlo. Es el único que puede hacerlo.

-¿Qué cojones crees que haces?- preguntó Rubén una vez volvió a encender el intercomunicador de su oreja –Samuel, ¿estás demente?

-No es momento para este tipo de cuestionamientos, Rubén- contestó el morado con notable seriedad en su voz, demostrando lo concentrado que estaba en lo que fuese que estuviese pasando fuera –Los malignos podrían aparecer en cualquier momento y...

Pero antes de que pudiera terminar la frase un gran estruendo se escuchó en los oídos de todos los elementales que estaban conectados, dejando a los cuatro del pelotón y a Guillermo alarmados.

-Arrojaron una bola de fuego que impactó contra el domo, están en camino- comunicó el morado, generando una ventisca tan fuerte que también inundó lo oídos ajenos –Díganle a Borja que conecte a Guillermo ahora.

-¡Destruye el domo!- gritó Guillermo, volviendo a zarandearse entre las plantas.

-Miguel, quítale el intercomunicador a Guillermo y dáselo a Borja. No me sirve tenerlo conectado.

-¡No, Samuel!- pero por más que movió su cabeza frenéticamente de un lado al otro, el vede acotó las ordenes de su jefe y le quitó el intercomunicador para entregárselo al doctor, quien lo recibió con algo de duda.

-Necesitamos conectarlo ahora mismo...el ataque se aproxima- acotó Miguel ante la mirada curiosa del doctor sobre el intercomunicador.

El mayor de la habitación se colocó el artefacto de comunicación en su oreja derecha y escuchó como el viento movía polvo y tierra, señal de que Samuel estaba utilizando la habilidad de la tribu blanca por fuera del domo.

-Samuel, ¿qué debo hacer?- cuestionó el profesional una vez que logró dejar su impresión y dudas de lado, convencido de que debía seguir estrictamente los pasos que el morado le indicara si quería que todo saliera bien.

-Mantén a Guillermo estable- el sonido del viento se vio intercambiado por el del agua –Todo dolor que yo reciba lo recibirá el, así que cada alivio que puedas darle también me lo darás a mí. Intentaré mantenerte al tanto de todo lo que pueda sobre mis dolencias, pero estate atento a lo que te diga Guillermo y cada dolor que manifieste. Es realmente importante que se mantenga estable para que yo también lo esté.

-De acuerdo- Borja miró en todas direcciones y corrió a un par de máquinas que se mantenían inactivas en la habitación para encenderlas y cerciorarse de que funcionasen –Tráelo- dijo dirigiéndose a Miguel, el cual rápidamente movió a Guillermo hasta la camilla cerca de la máquina.

Una vez que las plantas recostaron a Guillermo por sobre la cama, estas desaparecieron lentamente, dejando al menor completamente acostado y listo para ser conectado a la máquina de medición. El verde, anticipando que el ex entrenador querría moverse, generó dos pequeñas plantas que se aferraron nuevamente a la piel del maligno, atrapando ahora sus muñecas a los costados de la cama y evitándole así su escapatoria. Inevitablemente, Guillermo comenzó un débil forcejeo y fricción contra las lianas que aprisionaban sus muñecas, provocando que la piel comenzase a quemarse y que esto se viera reflejado en el morado fuera.

-Díganle a Guillermo que deje de hacer lo que este haciendo- demandó el morado mientras masajeaba sus muñecas –Me distrae.

-Estate quieto, ¿quieres?- dijo el verde hacia el maligno –Molestas.

-¿Qué? ¿A caso le molesta el dolor en las muñecas?- contestó mientras se movía, consciente de que las palabras del verde habían sido pedido de Samuel –Si me hubiese hecho caso y destruido el domo no estaríamos en esta situación.

-Guillermo, por favor- Borja tomó la palabra –Esto no ayuda en lo más mínimo- acercó un par de adhesivos al cuerpo del maligno y los pegó contra la piel de su pecho y por debajo de su camisa, provocando que la máquina produjera los primeros sonidos sincronizados con los latidos de su corazón al estar todos conectados –Si no te estás quieto...

Pero el terrible sonido de queja por parte del conectado interrumpió la frase del más grande. Guillermo movía la cabeza de un lado al otro e intentaba liberarse de las ataduras de las plantas, ahora para poder apretar la zona adolorida; Samuel también chilló en los oídos de Borja.

-Me dieron con una roca incendiaria en la cabeza, agh- el doctor se movió por la habitación y buscó un pequeño tuvo conectado a una aguja que pronto terminó en el brazo izquierdo del maligno, lista para suministrar medicamentos de forma intravenosa –Frank, Alejandro, ¿encontraron lo que les pedí?

-Si- contestó el azul -¿Qué quieres que te leamos exactamente?

-Hay una sección en las ultimas hojas que dice algo así como habilidades especiales- el morado se recuperó del mareo provocado por el golpe rápidamente, señal de que Borja había comenzado a suministrarle las drogas necesarias al menor –Busquen el título tormenta y díganme que dice.

-Tormenta- leyó Frank mientras tomaba asiento frente al escritorio y depositaba allí el conjunto de hojas –Mezcla entre agua y aire, treinta por ciento agua, setenta por ciento aire. Necesaria una carga positiva en la nube y una negativa en la tierra- tanto el azul como el rojo fruncieron el ceño por no entender exactamente lo que estaban leyendo –El hielo ayuda a cargar positivamente la nube, por lo que el agua dentro de ella debe estar congelada.

Recordando esa información, Samuel volvió a concentrar sus pensamientos y a manipular sus habilidades, provocando que varias nubes negras se posicionasen a la lejanía y que comenzasen a descargar su energía eléctrica en cuestión de segundos, generando un sonido lejano de rayos y que estos sucumbiesen sobre los primeros malignos que querían acercarse a la zona y que comenzaban a mostrarse en el horizonte. El ataque de los rayos eliminó a varios malignos, pero aún así aparecieron más detrás de ellos, los cuales devolvieron el ataque con bolas de fuego y plantas que Samuel pudo llegar a evadir perfectamente. Sin embargo, y siendo igual de potente que él, una nube negra se posicionó sobre él y comenzó a dejar caer sus propios rayos, obligándolo a protegerse con una placa de cristal por sobre su cabeza que se quebraba cada que un rayo caía sobre ella.

Guillermo comenzó a sentir ardor en sus brazos, casi como si los estuviesen cortando, por lo que de nuevo se quejó y movió.

-Tengo quemaduras en los brazos- resaltó el morado, dándole una razón a los alaridos del menor y ayudando a Borja a decidir que suministrarle ahora al maligno en la camilla. Observó sus brazos una vez pudo hacer desaparecer la placa de cristal de su cabeza, encontrándose con ambos cubiertos de finas líneas rojas y llamativas –El maligno morado tiene las misma habilidades que yo y las está usando en mi contra.

-¿Qué hizo?- habló Rubén.

-Los ataqué con rayos y el hizo lo mismo- sacudió la zona adolorida en busca de calmar el dolor –Frank, busca el título de lava.

-Lava- prosiguió el nombrado –Combinación entre agua y fuego, diez por ciento agua, noventa por ciento fuego. El agua le da su composición líquida, pero es importante que no se sobrepase del diez por ciento, ya que esta acabaría apagando el fuego en ese caso.

Samuel volvió a mover sus manos y a seguir las instrucciones de sus propias anotaciones, generando esta vez un potente río de lava que no hacía más que crecer sobre los pies de los malignos que se aproximaba y que pronto consumió a varios de ellos. Como era de esperarse, los que venían detrás de ellos y que pudieron vaticinar lo que sucedía se elevaron por sobre el río de lava y continuaron su camino, avanzando esta vez más rápido hacia la Organización.

-Son cientos- susurró, aunque todos los conectados lograron oírlo.

El ex entrenador comenzó a quejarse todavía con más fuerza e insistencia, incentivando a que el doctor se moviera con todavía más velocidad alrededor de su camilla. El sonido de su corazón acelerado tenía a Borja intranquilo, más que nada porque había dejado de oír a Samuel hacía varios segundos.

-Golpe en las costillas- soltó Guillermo con un hilo de voz –Ardor en la pierna derecha- cerró los ojos con fuerza –Sangre en la boca.

Samuel no paraba de enviar ataques de todo tipo hacia los malignos que se aproximaban, recibiendo también todo el contraataque por parte de ellos de forma directa y concisa; eran tantas las bolas de fuego que llegaban hacia él o las plantas que querían atraparlo que no todas pudieron ser detenidas, provocándole grandes cortes en sus piernas, quemaduras en sus brazos y varios impactos en distintas partes de su cuerpo. A pesar de todo, el morado se mantenía en pie y firme, consciente que Borja estaría atendiendo a Guillermo lo mejor que podía.

-Frank, busca el título tierra- habló luego de varios minutos de sonidos extraños en el intercomunicador.

-Tierra...desconocido- soltó el rojo sin más, sintiéndose desorientado por aquellas palabras.

-Desconocido...- repitió, intentando concentrarse y pensar alguna mezcla de elementos que activara de una vez por todas su marca verde.

Primero comenzó con tierra y agua, luego con tierra y fuego, y culminó con tierra y aire, pero ninguna de las combinaciones había dado algún resultado favorable, solo una mezcla extraña de elementos que había atrasado algunos segundos a sus enemigos pero que no le habían dado color a la marca en su brazo. ¿Qué es lo que faltaba para que eso ocurriese?

Guillermo mantenía los puños apretados y la boca hecha una línea por lo fuerte que juntaba sus labios, intentando así canalizar el dolor de su cuerpo. Los medicamentos que Borja le estaba suministrando surtían efectos y calmaban un poco su dolor pero no lograban hacerlo desaparecer, por lo que estos seguían presentes en su organismo. Naturalmente, el cuerpo de Samuel era más fuerte y estaba más capacitado para resistir dolores y malestares, pero el suyo no, por lo que estar en esa situación solo se asemejaba a una constante agonía que parecía no tener fin.

La máquina nuevamente volvió a variar en los sonidos que producía, saliendo estos disparados cuando el corazón del maligno comenzó a latir con fuerza y desesperación, golpeando fuerte contra su pecho. Los dedos de los pies del ex entrenador se contrajeron sobre sí mismos y las uñas de sus manos se clavaron todavía con mas fuerzas a la palma de sus manos, provocando que estas comenzasen a sangrar por la acción.

-¿Qué pasó, Samuel?- preguntó Borja con desesperación, esperando alguna indicación de por donde atacar el dolor.

-¿Qué hicieron ustedes?- refutó el morado –No me pasó nada.

Samuel sentía el mismo dolor que Guillermo, siendo este una fuerte opresión en el medio del pecho.

-Guillermo, ¿Qué te sucede?

El nombrado abrió levemente los ojos e intentó hablar, pero antes de que pudiera emitir palabra su garganta se cerró, cortándole totalmente el oxígeno. El morado, por fuera, solo podía luchar contra la falta de oxígeno tomando grandes bocanadas de aire por la boca, provocando que un sonido ahogado llegara a oídos de todos junto con los del menor; ambos se estaban quedando sin aire sin motivo aparente. Samuel calló sobre el suelo cuando el dolor viajó desde su pecho hacia sus brazos y se alojó allí, siendo más persistente en su brazo derecho, y pudo sentir como sus venas se apretaban con fuerza contra su piel y resaltaban como si estuviese haciendo algún tipo de fuerza, cosa que no estaba haciendo. Tomó dos bocanadas más de aire y pronto sus recuerdos salieron disparados a algún momento de su niñez, ya que creía poder verse echado sobre los brazos de su padre mientras este se mantenía sobre el suelo e intentaba calmarlo. Veía los ojos desesperados de su padre y oía los pasos firmes y rápidos de su madre por la casa, como así también el dolor de sus brazos y pecho, y fue ahí donde recordó que ese dolor ya lo había sentido cuando niño y que significaba que estaba obteniendo sus habilidades. ¿Era eso? ¿Estaba obteniendo sus habilidades? O quizás...

El morado observó su brazo derecho con preocupación y allí se encontró con su marca verde pintada al completo, tal y como estaban las demás marcas en su brazo. Había obtenido la capacidad de manipular una nueva habilidad ligada a los verdes, pero, ¿Cómo? Sin dejarse llevar por el dolor y la falta de aire, intentó manipular de alguna manera el elemento recién pintado, pero por más que lo intentase, este no se manifestaba de ninguna manera; ni una planta, ni un pequeño brote...nada crecía por parte del elemental.

-Tiene la marca de los verdes- escuchó como Miguel decía con algo más que sorpresa.

Y fue ahí donde todos los cabos sueltos en su cabeza se unieron de una vez por todas. Guillermo era un maligno verde y era por su culpa que su marca no se había pintado hasta ese momento.

-¡Su marca es la mía!- gritó como pudo el morado, ya casi sin aliento -¡Obtuvo su habilidad!

Pero lo que menos se podía llegar a imaginar Samuel era que Guillermo no solo había obtenido su habilidad, sino que lo había hecho como un elemental y con una nueva y reluciente marca completa en su brazo derecho.

-¡Es un elemental!- anunció Rubén una vez pudo ver la marca recién formada en el organismo del maligno, consiguiendo que este mirara su brazo con preocupación.

Lo último que vio Guillermo antes de que el líquido verde que acomodaba sus habilidades ingresase a su organismo y lo dejara inconsciente fue su nueva marca brillando por lo nueva que era sobre su piel, contrastando perfectamente su color negro contra su tono pálido.

Samuel recuperó el aliento en el instante en el Borja le suministró a Guillermo hasta la última gota del líquido verde, por lo que fue cuestión de segundos para que pudiese recuperar la postura y la fuerza, pero no su capacidad de manipular la tierra.

Su marca estaba pintada, pero no podía hacer nada con ella.

~~~~~~~~~~~~Z4~~~~~~~~~~~~

¡Hola a todos! Ayer me puse a escribir a la noche como siempre que puedo hago y, ¿saben que pasó? Me morí, literal. No se que onda, pero el dolor de cabeza me tiró completamente ;_;

Y AHORA SABEN PORQUE SAMUEL NO PODÍA PINTAR SU MARCA VERDE. Guillermo, al ser un heredero sin habilidad, inmunizó la capacidad de manipular las habilidades especiales de los verdes en Samuel, o al menos así lo fue hasta este momento. Cmaligno he aquí el porque Guillermo tiene los ojos verdes en la portada, ES UN ELEMENTAL (ya sabes que tenias hipótesis acertadas xD). Aunque...¿cómo es posible que esto pase si él tiene pura herencia maligna? 

¡Muchísimas gracias por leer! y por todo el apoyo. No saben (o quizás si) lo mucho que me alegra ver como comentan tras cada capítulo y como dejan un voto cada que les gusta (Aunque la mitad de comentarios sean en plan "NO MATES A SAMUEL PORQUE MUERO Y TE MATO A TI", se que vienen cargados de amor ♥)

Muchísimo amor ♥♥♥ y dentro de un ratito les traigo un cosita más que podría significar mucho en la historia (de hecho, lo hace)

Love

Tumblr: criaturitamarvada

Fortsett å les

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