Deimon

By SamantaHFlores

405K 30.5K 6.7K

El diablo es real. Y él no es un hombre pequeño de color rojo con cuernos y cola. Él puede ser hermoso. Por... More

Prólogo
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capítulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capítulo 14
Capitulo 15.
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30 {FINAL}
Carta perdida de Deimon.
Agradecimientos.
Avisos
Deimon

Capitulo 22

7K 585 119
By SamantaHFlores

Había podido evitar a Deimon demasiado bien esta semana, las clases que me saltaba eran las que a veces me tocaba con él y después hablaba con los profesores que comprendía mi supuesta enfermedad. No se cómo había logrado tanto en tan pocas semanas, los avances que tenía y las cosas que descubría me dejaban integrada por más y más.

No era tan difícil vivir con Gareth, la mayoría del día no solía estar en la casa por lo que estando agradecida de que me permitiera vivir, solía ir de compras y ponerme a hacer la comida. Gareth tampoco invadía mucho mi habitación y por las noches llegaba, las pisadas de las escaleras me advertía que las subía.

El auto que me había dado Gareth había abastecido bien mis necesidades y ahora se me hacía más fácil poder ir a visitar a Rein cuya platica había quedado pendiente, pero me informaba más del grimorio y las causas y efectos que están surgirían si cayera en las manos de alguien con una mente malvada. Lo que hizo preguntarme ¿Cuáles eran los motivos por los que el demonio o los ángeles lo buscaban?

Si lo analizaba bien, era de suponer que los ángeles buscaban hacer algo bueno, pero la idea de que pudiera hacerles daño al pentágono me hizo pensar que tal vez solo lo querían para una conveniencia.

Naneline había estado demasiado emocionada por la graduación y hacia preguntas de cuando iríamos por vestidos. En una de esas platicas Eleonor se había entrometido y pregunto si podía venir con nosotros, aquello me hizo intrigarme aunque después cuando la encontraba en los pasillos me solía hablar y dar pequeños detalles de lo que solía suceder con el pentágono. Deimon junto con Chase se encargaban de buscarme por toda la escuela, Stephan permanecía viendo los estacionamientos y Jason, Jason iba a sus clases como un chico normal.

No había vuelto al pasado, Gareth mencionaba que era necesario que mi alma descansara lo suficiente como para volver y debatir de nuevo los problemas. Ellie perturbaba mis sueños provocando que despertara con sustos. La Ellie que conocía parecía amable, demasiado amable ¿Cómo podía ser una exterminadora? En algún punto sentía la necesidad de ponerme a investigar más de ella, sobre su matrimonio, como los exterminaba o como lograba sentir el grimorio. Por lo que comencé a armar el plan: Debía ganarme la confianza hasta que finalmente lograra sacar información de Grimorio.

—Edythe— pasa al pizarrón.

El maestro Connie mi miro, después de unas semanas era obvio que iba a utilizarme a mí de nuevo. El sabía que no podía y seguía insistiendo.

Suspire y me levante.

Pero al contrario de las otras clases que solía tener ahora me había levantado con toda confianza, no me había tropezado en ningún momento y no había pasado más de tres minutos que había escrito la respuesta. Deje el plumón en la mesa del profesor en señal de que esta vez no me iba a intimidar, solía dar miedo, pero ahora solo así era, solía.

El profesor Connie miro el resultado y dirigió su mirada había mí. Definitivamente sabía que algo andaba mal conmigo.

—Tu respuesta es correcta, pero no te dije que te sentaras.

Tome un gran respiro y con toda la seriedad del mundo me permití pensar que debía calmarme, tal vez ya no solía ser temerosa, pero todo eso cambiaba cuando conoces demonios y ángeles y entonces todo resulta insignificante.

Pase de nuevo al pizarrón y tomando el plumón hice todos los problemas fácilmente. Mi calificación no se dañaría por esto, y sonreí.

Recordar que únicamente me preocupaban un par de calificaciones antes o quien hacia trampa para poder corregirlo, como olvidar a Mike y sus preguntas de ayuda. Todo había comenzado ese día.

El timbre sonó y me gire al profesor que parecía nervioso cuando me atreví a verlo.

—Bien— su boca carraspeo y asintió.

Así como el profesor también se quedaba viéndome, el cambio de aquel pentágono parecía funcionar con las demás personas, siendo como Deimon, llamativo.

— ¿Te ha pasado algo? No has dudado esta vez en poder contestar— Naneline se voltio a verme mientras guardaba su cosas, negué.

—Han pasado tantas cosas que perdí el miedo a estar delante.

— ¿Vas a contarme algún día esas cosas?

Apreté los labios.

Los últimos días me había pasado por la cabeza que tal vez una cabeza más fría me ayudaría a resolver mejor mis problemas, sobre todo alguien humano. Pero Naneline no era del tipo que parecía ser seria y solía serlo de vez en cuando o más bien, solo algunos días.

—Tal vez—dije, ella rodo los ojos en señal de exasperación. — Es demasiado difícil para entender, prometo algún día decirte.

—Bien— murmuro— Pero en serio quiero todo y lujo de detalle.

—Lo hare— murmure mientras me preparaba a echarme a correr.

— ¿Huyes de nuevo?— pregunto.

—Si—susurre y sin decir nada más salí del salón tan rápido que casi chocaba con mis compañeros.

Tomar pasillo, caminar por las canchas y finalmente llegar a mi automóvil que era lo único que tenía que hacer para poder escapar. Pero esta vez Rein se encontraba en medio del camino.

— ¿Ya te vas?— pregunto Rein. Me detuve en seco.

—Tengo que huir de Deimon o sabrá donde estoy.

—No te preocupes, el ahora está buscándote en tu salón.

—Gracias— murmure.

— ¿Qué has descubierto?— pregunto Rein mientras se sentaba en una banca. Solo sería un momento, nada malo podría pasar.

—Siempre hay un pacto para los demonios, al menos para cambiar su alma por lo que son. Sé que Deimon y Ellie se llevan bastante bien pero no sé qué tipo de relación tienen y finalmente, ella está comprometida.

— ¿Con Deimon?—Negué. — Vaya.

—Lo sé.

— ¿Te sientes mal? ¿Quieres que te consuele?

Por un momento mi corazón dio un vuelco al notar que no estaba jugando. ¿Cómo podía decirle que lo necesitaba si yo había provocado lo mismo con Deimon, y ella mí?

Vaya juego.

—No— hable seria— Estoy perfectamente bien.

Rein me regalo una sonrisa torcida y levanto los hombros, restándole importancia.

— ¿Tú necesitas algo? ¿Algo de la casa?

—Por ahora nada.

—Bien. Edythe, debo decirte algo.

—Tengo que irme o Deimon me encontrara— corte sin más y tome de nuevo con fuerza mi mochila.

Si no me daba prisa, Deimon se encargaría de encontrarme y el seguramente me descubriría y definidamente me llevaría a casa con el pentágono.

—Solo cuídate— él dijo y sin pensarlo.

Había tomado las llaves mi auto y rápidamente me metí en este. Sin dudar ni un segundo gire la llaves para arrancar pero para mí sorpresa no encendió, desesperada volví a rodar las llaves y nada.

Me deje caer rendida en el asiento y en vez de ir corriendo a ver que tenía el motor decidí esperar a lo que venía.

Deimon miro mi auto y no dudo ni un segundo en correr hacia este. Algunas chicas habían inventado que Deimon me había encontrado con Rein en paños menores, otras decían que yo me había confesado y había sido rechazada por "el príncipe" como ahora le llamaban. Las habladurías de la gente eran muy extensas, sobre todo cuando era algo con Deimon.

La puerta del copiloto se abrió y rápidamente escuche un portazo. Enojada fulmine a Deimon mientras él me miraba serio. Las chicas que estaban afuera nos miraron y cuando me gire a verlas desviaron la mirada.

Deimon permanecia viéndome con seriedad, estaba casi segura que parecía dudar de las preguntas que amenazaban por salir de su boca, pero en vez de eso simplemente suspiro rindiéndose.

— ¿Cómo estás?

Una buena pregunta para un buen momento.

—Estoy bien ¿Y tú?

—Lamento no decir lo mismo.

Apreté los labios mientras Deimon desviaba la vista hacia los autos que pasaban a un lado nuestro tratado de hacer solo un poco más cómodo el ambiente, pero no servía. La perfecta mandíbula del demonio permanecía apretada y en sus ojos podía ver cierto brillo malvado. Algo que me hizo estremecer.

—Edythe— se giró a verme. Solo por ese momento algo cambio, Deimon estaba retirando su seriedad, parecía un cachorrito llorando por algo, parecía titubear como un humano. — Lamento lo que dije.

Mi corazón sufrió un vuelco pero permanecí callada esperando a sus palabras. De repente note que comenzaba hablar rápido que me costó entenderle.

—Lo siento, tú has sido muy linda y amable con todo esto, nos has aceptado como somos y yo...—apretó la mandíbula y tomo otro respiro— Yo solo he sido un gran idiota contigo. Pero entenderás que esto es demasiado importante para mí, para los chicos.

—No lo sé.

Estaba siendo muy, muy estúpida. Pero yo no podía tener tanta confianza en alguien cuyo pasado tenía algo que había sido peor. El Deimon actual era serio pero no con la desesperación de matar a personas como el antiguo, de hecho prefería muchas veces al actual. Sin embargo tomarlo con seriedad no era algo de lo que yo podía simplemente podía dejarlo pasar. Era ton obvio de que la única razón por la quería arreglar las cosas era el grimorio y aun así, estaba segura que iba a perdonarlo.

—Se no vas a perdonar todo esto, sobre todo cuando te he estado ocultando muchísimas cosas, entenderás que son cosas que no tiene importancia y tienes que creerme porque no son necesarias.

—Deimon— su nombre se deslizo por mis labios saboreando el sonido y quemándose en mi garganta. Seguí hablando— Tienes que decirme la verdad, cosas que me vinculen al pasado si no quieres que vaya— mentí— debo hacer todo lo posible para encontrar el grimorio.

— Lo sé y por eso he venido a disculparme. Jason obtuvo señales de paranormales en Roma, justo en el castillo de Ángel. Creemos que es una trampa pero únicamente sabremos si está ahí si tú vas.

— ¿Qué?—mis ojos se abrieron como platos y mi corazón comenzó a latir rápidamente.

—Es solo una suposición, Stephan dice que después de tu graduación podríamos hacer algo.

—La graduación es en dos días—dije alarmada, Deimon asintió.

—Solo tú decides que sucederá.

No podría dejar todo aquí e irme, pero el grimorio era aquello que yo necesitaba y terminar esto definitivamente. Aunque la idea de salir del país me perturbo un poco, yo no podía pensar en salir y huir por la fácil, debía pensar en decirle a mi madre, a Carl si es que aun podía confiar en él, debía suponer que no había opción que solo fugarme.

No había nada que pensar, lo principal era el grimorio y si esto era demasiado peligroso al menos habría disfrutado mi última graduación. Asentí cuando los ojos de Deimon me miraron y comenzaron a resultarme penetrantes.

—Tengo que llevarte a casa— Advirtió Deimon.

—Está bien, yo le avisare a Gareth que...—me interrumpió.

—Sé que le has tomado cariño por protegerte, pero Edythe, él no es una buena persona, contiene sus instintos, Gareth no es lo que crees, debes creerme.

—Deimon, él me dijo más cosas que tú, es obvio que le tengo cariño.

Deimon gruño.

—Bien. Muévete a este lado y déjame conducir.

Sin pensarlo salí del automóvil y me pase al lugar del copiloto.

Tenía ganas de preguntarle que había significado para el aquel beso de hace unas semanas, por supuesto todo esto debía estar loca como para preguntarle ahora que significaba para él. Sus palabras cuando me decía que era importante no lo decía porque si, tal vez el realmente le guste. Aunque una vez me metía en aguas oscuras me hacía pensar en Ellie ¿Había podido olvidar a Ellie después de todo este tiempo? Sacudí mi cabeza y Deimon se dio cuenta, pero creo que el problema entre nosotros no estaba muy bien del todo, así que vi abrir su boca e inmediatamente cerrarla. Esta vez no me perdí, el auto seguía pasando por la carretera y vi con rapidez aquel camino que me llevaba a casa del pentágono. Me pregunte si todo estaría tan normal como lo había sido antes de que yo me había ido.

Deimon estaciono el auto en el porche y cuando iba a bajar, rápidamente se dio prisa para abrir mi puerta, bueno esto era nuevo. Salí del auto e inmediatamente me di cuenta de que tan cerca estábamos, mi corazón salto alerta y mi respiración dio un jadeo en sorpresa por el repentino cambio. Sin embargo una vez que me baje, Deimon se hizo a un lado y me permitió salir. Definitivamente algo estaba muy extraño con él.

La puerta de la casa se deslizo tan pronto como di un paso en las escaleras. Un feliz Chase de repente me tomo por sorpresa y cuando menos lo esperaba sentí un par de brazos recorrerme

— ¡Edythe!—sonó alegre, sonríe.

—Chase— respondí con la misma alegría, aunque no pude abrazarlo como me hubiera gustado porque un par de ojos azules ya me miraban. — Tú y yo tenemos cuentas que hablar.

Jamás hubiera pensado en lo que se venía pero Chase tenía la cara sonrojada, como un buen chico mientras les revelas sus secretos. Deimon también parecía asombrado de su reacción y por consiguiente elevo la capucha y se la puso. Me reí.

— ¿Te gusta?—pregunte.

— ¿Quién?— pregunto Deimon.

—Es una pregunta para Chase, cállate. — Deimon elevo las manos mostrando las palmas y sonreí. — ¿Te gusta Naneline?

Chase miro a Deimon y miro después las escaleras, tratando de evitar mi mirada volteaba a cualquier otro lado.

—Los demonios tenemos prohibidos enamorarnos de una humana.

— ¿Qué?

—Deimon lo dice todo el tiempo.

Este bastardo se enamoró de una humana, que no venga con sus estupideces a decir que no se puede. Miro a Deimon dándole una mirada de odio y el me ve sin entenderme.

—Es una mentira—digo— Si te gusta alguien, solo díselo.

Chase me mira y niega.

—No me gusta nadie— termina y rápidamente mueve la cabeza de un lado a otro. — Seguro tienes hambre Edythe, cuando termines de saludar puedes ir, te hare algo.

Sonreí halagada. Definitivamente Chase parece un chico con mucha curiosidad por la vida de un humano, me pregunto si el recordara su vida pasada o que fue lo que sucedió para que el, ahora estuviera en el pentágono. Otra pregunta que debo hacer. Chase finalmente se retira y comienzo a avanzar.

— ¿Cómo sabes lo de las relaciones entre demonios y humanos? – Deimon no ha caminado, parece en el lumbar de la puerta y una vez más esto se ha puesto demasiado tenso. Sonrió en un intento de aligerar el ambiente.

—Gareth me da respuesta a algunas cosas— digo mientras comienzo a subir las escaleras.

— ¿Por qué le preguntarías algo así?

Sí, es el momento en que yo debería preguntarle que soy para él, que significo para el aquel beso que a pesar de no ser el primero, fue el que me invadió como el mejor de las drogas y me llevo al cielo. Por un lado tengo las ganas de gritarlo, de intentar tener sus labios en mi boca y si es posible, robar el corazón de Deimon de alguien a quien vivió en el pasado. Pero sé que si yo no conseguía más respuestas, solo iba a dejarme llevar por lo que sentía y me iba a nublar la vista en pensar en amor por él. No debía ser así.

—Solo llegamos hasta ese tema, yo no le pregunte. —Mentí, sin embargo Deimon asiente y después de unos segundos me sigue hasta la segunda planta. Sé que esto no lo dejara pasar en absoluto, definitivamente no iba a dejar el tema por que sí.

En el cuarto se encuentra Jason sentado en detrás de un escritorio, Eleonor permanece aún lado de él y parece discutir de algo. Stephan está sentado delante del televisor jugando videojuegos y cuando entramos, los ojos de ellos nos voltean a ver.

—La convenciste— sonrió Stephan en un intento de burla. Deimon niega pero Stephan suelta risitas. Eleonor sonríe cuando me ve y como una bailarina se acerca hasta mí.

—Me alegra tenerte de nuevo aquí, no hubiera podido soportar otro día con chicos—sonrió divertida.

Si, definitivamente algo paso. Eleonor suele ser un poco más fría solo un poco, pero creo que puedo entenderlo yo tampoco no hubiera podido mantener tanto tiempo a chicos así, bueno en sí, a demonios.

— ¿Y bien?

Jason alza la mirada y me mira.

—No hay otra forma, debemos ir hasta allá.

Deimon asiente.

—Ella ha dicho que esta lista— Deimon me mira y asiento.

—Después de la graduación buscaremos el grimorio, cueste lo que cuente.

—Bien.

=0=0=0=0=0=

Finalmente hoy es el día. La graduación es el momento donde las chicas corren a comprar vestidos, a levantarse desde temprano para poder maquillarse peinarse. Era un día donde la adrenalina de ver a tus compañeros por última vez era emocionante, donde la nostalgia de los años te invadía y tú por ser valiente reprimías tus lágrimas y yo, yo planeaba solo librarme de su crueldad. Me encontraba en la habitación de Eleonor mientras Naneline seguía maravillada por la belleza de Eleonor, también seguía estando asombrada por la casa y que yo le había invitado a venir porque llevaba estos dos días molestándome con ir a comprar vestidos. Eleonor en cierta parte era culpable, también había cierta emoción en su voz por ver una graduación de humanos y claro en que ella participaría. Así que explicándole como iba, se ilusiono y compro dos vestidos, uno para ella y uno para mí. Pero claramente no me dejo verlo ni elegirlo porque según ella, yo hubiera elegido el primero que viera. Y ahora nos encontrábamos aquí.

— ¿En serio son hermanos?—pregunto Naneline a Eleonor, que comenzaba a desesperarse.

—Si.

—Lo siento pero Deimon y tú parecen muy distintos.

—Suelen decirlo seguido—escupió irritada.

Sonreí. Eleonor había hecho en mi cabello un moño bastante lindo, con algunas trenzas y cabellos sueltos que caían en ondulaciones

—Disculpa a Naneline, no tiene cerradura en esa boca.

Naneline bufo.

—No voy a quedarme callada, también tengo muchas dudas.

—En ese caso ¿Por qué no le preguntas a Chase?

Y en ese momento la cara de Naneline se puso tan roja que solté una carcajada. Rápidamente lleve mis manos a mi boca en un intento de no hacer ruido pero fue imposible. Eleonor soltó risitas haciendo que el enojo de Naneline subiera un poco más.

— ¡No es divertido!—grito.

—Claro que si— solté.

A pesar de todo, suponía que Naneline y Chase iban a pasar una noche espectacular y contaba que realmente sucediera así, por que Naneline era una chica que se veía bastante linda y amable y que ahora se había convertido en una amiga para mí, así que esperaba que Chase la tratara bien o yo misma iba a golpearlo.

—Bien, ahora que he terminado contigo, ponte el vestido.

Asentí y sin más espere a que ellas salieran, una vez que estuve sola suspire y con cuidado mire hacia la cama, donde se encontraba una manta que cubría el vestido. Sonreí. Si me hubieran preguntado antes si yo iría a una graduación hubiera dicho que definitivamente no, hubiera huido a beber refresco he ido a comer pizzas con Rein.

Cuando baje las escaleras de la casa, no había nadie en la sala. Así que con cuidado me senté y espere pero el silencio se hizo más presente y cuando estaba dispuesta a levantarme escuche pasos de la escalera.

Lo admire y era totalmente precioso. Su cabello perfectamente acomodado, un traje bien planchado y presentable, unos agraciados ojos azules, totalmente perfecto. Bajo las escaleras con lentitud y mientras lo hacia Deimon me miraba, me sonroje y lo que eran llamadas como mariposas volaron y se atropellaron unas a otras dentro de mi estómago. Por primera vez en todo este tiempo me sentía bonita, bella, adecuada para él. Me limite a levantarme y tenerlo de frente, esta vez no alce tanto el rostro, estábamos de la misma altura gracias a los tacones que Eleonor había elegido.

—Te vez bonita—dijo Eleonor cuando apareció en mi visión, mis mejillas se incendiaron.

—Estas preciosa Edythe— se adelantó Chase que me tendió la mano y el beso, así como en las épocas antiguas. Él nunca iba a cambiar.

—Gracias— sonreí, Deimon frunció el ceño.

—Te verías mejor desnuda.

No otra vez.

Deimon salió del salón y con dificultad lo seguí, esto no se iba a quedar así, pase toda la tarde haciendo de enojar a Eleonor para que el solo dijera eso. De repente se paró y giro a encararme.

De todas maneras, ya te he imaginado desnuda, por si acaso.

— ¿Por qué me imaginas desnuda? ¡Pervertido!

—Es mi imaginación, y de desnudo si quiero— dijo con voz firme—. Además, eso es tu culpa. Si te desnudaras para mí no tendría por qué imaginármelo.

— ¡Cerdo! ¡Animal! ¡Pervertido! ¡Inhumano! – decía mientras lo golpeaba cuando el retrocedió, se cayó y se golpeó con el tronco de un árbol.

— ¡Joder! ¿Estás viendo lo que logras? – Se sobo la cabeza con una mueca— Ahora deberías hacerme un striptease.

—De ninguna manera ¡Loco!

—Vamos chicos, debemos irnos— dijo Chase mientras encendía el auto. Al menos Deimon estaba de buen humor. Demasiado para mencionarme de forma desnuda. Me dio escalofríos. A los minutos los chicos comenzaron a salir, cada uno de ellos se acercó a nosotros y cuando los tuve cerca supe que este sería el sueño de cualquier chica. Como unos dioses, los chicos llevaban sus trajes, todos muy bien vestidos con los zapatos lustrosos y rostros dignos de belleza. Chase arranco el carro y maniobro para salir de la casa, durante el camino el carro se llenó de griteríos mientras Stephan y Chase peleaban por la estación de radio, al final Jason coloco un disco que fue disparado fuera del carro por Chase. Ahora si parecían los adolescentes que anhelaban ser.

Rein apareció en unos segundos después cuando aparcamos el carro, los chicos por su parte se fueron a buscar las mesas y la comida, por suerte se guiaban de las luces que había en el pasto, al comienzo del bosque. Deimon se quedó de pie, esperando a que lo saludara y volviera con el pero no creía que Rein dejara esto tan rápido, aunque así lo hizo cuando se acercó inmediatamente a mí.

—Deja de mirarme así.

— ¿Así como?

—Como si te murieras de hambre y yo fuera una tarta de manzana.

—Me gusta la tarta de manzana.

— ¿A quién no? Eso no quiere decir que yo sea tu tarta de manzana.

Sonreí. Esto era demasiado divertido.

— ¿Y si yo quiero que seas mi tarta de manzana?

Baje el rostro mientras sonreía.

—Esta tarta tiene que sobrevivir— dije tratando de calmar el ambiente.

—Lo sé, te estaré vigilando...

—Te vez bien— comente acerca del traje que llevaba.

—Debería decir lo mismo, pero estaría muy corto— sonreí.

— ¿Y Naneline? — pregunto Rein, chasquee la lengua.

—Estaba esperando a que aparcáramos para tomarle fotos a Chase.

—Suerte con eso—reí.

—Edythe, vámonos.

Un Deimon enojado apareció a mi lado tomando con rapidez mi brazo para que me alejara de Rein.

—Te veo después— sonreí. Rein asintió.

El salón era bastante amplio, lo suficiente para que muchas parejas comenzaran a bailar y sin aviso alguien me tomo de la mano y me guio hasta la pista.

—Acabas de darme un infarto—solté un jadeo y Deimon sonrió.

—Tenemos que hacer un baile al menos, los demonios no sabemos bailar muy bien en el infierno.

Sonreí.

— ¿Es mejor aquí?—pregunte, Deimon sonrió de esa forma sincera que muy pocas veces veía.

—Sí, definitivamente.

Fue entonces cuando me acerco a él y con cuidado guio una mano hasta su hombro y él me tomaba por las caderas, sin darme cuenta estábamos bailando o como sea que lo estabas haciendo, nos movíamos de un lado a otro y aquello hizo a mi corazón explotar y disfrutar su cercanía, como cualquier chico, como si mi vida no dependiera de un libro. Nuestra burbuja era él y yo.

Podría decir que esto era realmente mágico, como si lo hubiera deseado de repente se hubiera vuelto realidad.

Deimon y yo caminamos hasta que vimos el lugar donde estaban las mesas.

Había quedado realmente hermoso. Luces que se enredaban a los árboles, en las mesas había lámparas y las sillas iban adornadas con un moño dorado, realmente precioso, pero eso se perdió cuando Deimon camino hacia la oscuridad, donde solo había un par de chicos besándose y uno que otro que buscaba privacidad.

— ¿A dónde vamos? — pregunte. No me contesto— ¿Deimon?

— ¿Le seguirás hablando aun cuando se te confeso?

La pregunta había sido demasiada directa. Se detuvo y giro a verme enojado, sus brazos se cruzaron por encima, gracias al traje, ahora parecía un dominador.

—Es mi amigo.

—No me importa que sea tu amigo.

—No es así...

— ¿Y cómo lo es Edythe? Dime porque yo no lo entiendo.

Permanecí callada, no por que tuviera miedo, sino porque la verdadera razón del por qué no dejaba a Rein era que él era mi único amigo y no quería perderlo de ninguna manera, porque él había sido el único que me hablo y que no me temió a pesar de que ya lo sabía. Me había aceptado en la forma que yo lo aceptaba a él.

—Entiende que él es el malo.

—Eso no es cierto

— ¡Lo es y lo sabes Edythe! — grito y llevo sus manos a su cabello, como si estuviera a punto de tirar de ellos. Lo mire.

—Deja de mirarme así ¿Acaso te gusto? — se giró.

—Si...

De repente me paralice, no por la pregunta si no por lo estúpido que había escupido, sin poderlo pensar o analizar, escuche como él también se detenía y como el sonido de sus zapatos se giraron.

—Lo siento, creí escuchar decirte que sí. Chase me dijo que no me acercara a ti por que los humanos sienten algo que se llama "amor", pero es algo que solo lo dijo él.

— ¿Qué pasa si es real? — Lo mire y con rapidez agache la cabeza para no mirarlo— ¿Qué pasa si te digo que te quiero?

Deimon parecía tenso, sin poder asimilarlo y yo, estaba totalmente destruida, porque él no lo veía así, porque era obvio que él no sentía algo por mí y que yo como una chica humana me había dejado llevar por lo que sentía.

—Estas mintiendo— resoplo

— ¡Estas equivocado! — Grite y mire hacia otro lado—Yo...realmente Te...

—No lo hare...

Sus brazos me tomaron por las caderas y antes de que me diera cuenta el humo oscuro salió de entre los árboles. Cuando abrí los ojos nos encontrábamos en un árbol, uno demasiado grande. Pude admirar donde estaba la reunión y veía como un par de chicos bailaban, pero lo más importante era que no tenía seguridad, ni Deimon, estábamos en peligro.

—No voy a caer en el amor con una chica humana.

Lo sentí, lo había sentido y era doloroso. Esperaba que Deimon me aceptara, pero no lo hizo, al contrario, me estaba rechazando.

— ¡Bájame de aquí! – grité cuando comencé a balancearme.

—Deja que la brisa te enfrié. Voy a esperar hasta que tus sentidos respondan ¡Admite que lo dijiste por impulso y te bajare!

Cerré los ojos.

—No lo hare— grite— Deimon, me gustas, lo estoy admitiendo porque estoy cansada de lo que siento. Decías que yo era importante ¿Ahora ya no?

—Lo hice, pero...—lo interrumpí.

— ¿¡Ya no, cierto!? Jamás pensaste que era bonita.

Se quedó de pie, observándome y entonces resbale.

El estómago se sentía horrible y mi cabello me golpeaba la cara. Me había rechazado.

— ¡Edythe! —escuché sus gritos, pero pensé que solo era un sueño, de repente todo parecía tan irreal. — ¡Dame la mano! ¡Te sacare de aquí!

Me negué.

— ¡Edythe! — gruño

Se escuchó como un estruendo y un grito ahogado salió de mi garganta. Algo me había abrazado, era fuerte, cálido, sin embargo, no era quien esperaba.

—Me alegra estar presente en estos momentos— rio Gareth.

—Despídete de Edythe, Deimon.

— ¡Edythe!

Continue Reading

You'll Also Like

11.1K 999 6
Levi es un famoso escritor que se mudo a un silencioso edificio con el fin de buscar un lugar mas tranquilo para concentrarse, sin embargo no contaba...
255K 29.5K 42
Con muy pocos meses restantes para obtener la aprobación de cuatro de las criaturas de Umbrarum, Ilora retoma su viaje con todo un plan trazado para...
6.6M 461K 66
Romántico empedernido, excesivamente egocéntrico, chantajista nivel profesional, capitán de americano e irresistiblemente atractivo. No es su culpa (...