Steve
Narra Steve
Vamos, Steve... Déjala ir.
Me repetía una y otra vez mientras veía a Nancy sonreír junto a Jonathan. Me sentía un idiota por no haberme dado cuenta de lo que estaba pasando entre nosotros.
¿a quien engaño? Sí lo sabía, pero no quería aceptarlo. La amaba demasiado como para dejarla ir.
Me ponía feliz ver que ella era feliz, pero me siento mal al ver que esta así con otra persona.
–Hola... ¿Steve, verdad?–una chica se asomó por la ventanilla de mi auto.
–Eh... ¿Si?–solté algo confundido.
–Tú trajiste a mi primo Dustin, ¿no es así?–asentí–. Soy ____ ¿Sabes dónde está? Su madre me dio esto para él.–levantó un pequeño moño.
–Recién entró.–
–Gracias.–la chica me dedicó una sonrisa y fue al gimnasio de la escuela.
Yo me quedé allí sin saber muy bien porqué, tal vez sólo quería ver a Nancy un poco más, me sentía un acosador.
–¿sigues aquí?–la chica volvió a darme un buen susto–. Ya veo... estás así por Nancy ¿verdad?–la miré–. Lo siento, Dustin me contó algo de lo que pasó entre ustedes.–
–Ese enano...–
–No le digas que te dije o me matará.–sonreí–. ¿Tienes algo que hacer ahora?–
–No...–
–Entonces vayamos a dar una vuelta, invito el helado. Te lo debo por el "mal recuerdo".–
Realmente no tenía muchas ganas de hablar con alguien en este momento, pero no quería ser grosero. Además, la chica parecía ser agradable.
–¿de tres bochas y con salsa de frutilla?–
–No estoy hecha de dinero, amigo. Pero veremos qué puedo hacer.–sonrió mostrando los dientes, tenía una linda sonrisa.
–Entonces sube, vayamos por esos helados.–
Todo el viaje hasta la heladería hablamos de cosas sin mucha importancia, riendo y bromeando como si nos conociéramos de toda la vida. ____ es de esas personas con las que puedes hablar y sentirte a gusto, la conversación no se tornó aburrida ni se generaron silencios incómodos.
–Entonces ¿nunca tuviste novio?–pregunté mientras bajábamos del auto.
–Para una lectora como yo, que conoce personajes ultra apuestos y perfectos, es difícil encontrar a un chico que cumpla mis estándares mínimos.–
–¿qué buscas? ¿Un vampiro o un hombre lobo?–solté con gracia.
–Claro que no.–____ abrió la puerta de la heladería –. Con que sea un rubio que recorre laberintos infestados de bestias mortales me alcanza.–suspiré divertido.
Tras comprar los helados, nos sentamos en una de las mesas del lugar.
–Entonces, para que un chico te interese, tiene que ser el típico chico perfecto que nunca se equivoca.–____ me miró por unos segundos, parecía que me analizaba detalladamente.
–No, claro que no ¿qué gracia tiene que alguien sea perfecto? Eso haría las cosas demasiado aburridas, no tendría sentido para nada.–
Me sorprendí ante aquello, porque vamos ¿qué chica no sueña con el chico perfecto?
–Entonces un idiota imperfecto como yo tendría oportunidad con alguien como tú.–
____ me miró y bajó la mirada rápidamente.
–Un idiota no, pero tú... Tal vez sí.–le dio una probada a su helado.
A pesar de que solo estaba bromeando, la respuesta de la chica me dio algo de ¿alegria?
No sabría decirlo exactamente.
°•°
Conversamos un poco más, hasta que ya faltaba poco para las 11 y ____ me pidió que la llevara a la escuela a buscar a Dustin.
–¿____? ¿Steve?–Dustin parecía sorprendido de vernos juntos.
–Hola, campeón ¿vamos a casa?–
–¿por qué están juntos?–
Mire a ____, quien solo me sonrió.
Dustin no paraba de hablar sobre lo bien que la había pasado, aunque la emoción le duro poco, ya que terminó durmiéndose.
–Mi tía debe estar dormida ¿cómo lo llevaré hasta su cuarto?–____ miraba a su primo, prácticamente desmayado en el asiento trasero.
–Yo lo llevo.–
Con algo de dificultad lo cargué en brazos y lo metí a la casa. ____ me guió hasta su cuarto, donde lo dejé con cuidado.
Ambos salimos nuevamente a la calle.
–Gracias, por todo.–exclamó ____ abrazándose a si misma por el frío.
–No, gracias a ti. Realmente no me sentía muy bien hoy pero... Me alegraste un poco.–la chica sonrió–. Espero verte de nuevo.–
La chica se acercó a mi y me besó muy cerca de los labios.
–Yo también lo espero, Steve.–
Hasta que la chica entró a la casa, e incluso un rato más, me quedé allí parado, pensando en lo bien que me sentía con ella.