Por un puñado de besos //EMIS...

By xx_xxx_21

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AU: Por un puñado de besos me enamoré de ella. No sabía que era sentirme feliz, sentirme de la manera en la q... More

Noche, en un bar cualquiera...
Otra vez no, por favor
¿Qué c*ño haces?
Soy Gilipollas
Saber lo que me pasa
Aclaraciones, Sentimientos y otras cosas
Emily no era como los demás, era mejor
El siguiente punto en mi lista
Deja de ser perfecta
¿Tenemos una cita?
Nuestra primera vez
A la mañana siguiente...
¿Y si te cuento lo que ha pasado?
Verdades y Sorpresas
Desde esa noche, me volviste loca
Juntas
Problemas en el Paraiso
Emily Catherine Fields, ¿quieres ser mi novia?
¿Sorpresa...?
Juntitas y Solas
Miedos y Secretos
Enfrentándome a la verdad
No siento nada
Se acabó
Jodidamente Malo
Arreglando las cosas
POR UN PUÑADO DE BESOS

La hora de la verdad

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By xx_xxx_21

CAPÍTULO 10:

Un coche no es que sea el mejor lugar para dormir. Cuando me levanto, me duele todo. Me duelen las piernas, la espalda y creo que he debido de doblarme algo en mi cuello porque no puedo moverlo. Además creo que he debido de estar clavándome el cinturón de seguridad en el cuello, porque cuando me levanto, siento mi cara dormida.

Por suerte, las vistas cuando me levanto ayudan. Está a punto de amanecer y a lo lejos, empiezo a ver la ciudad. Estamos a punto de llegar y el recuerdo del tema principal que me ha traído allí, vuelve a mí.

Emily va conduciendo. Después de una larga pelea por quien conducía y para que descansase, había tomado el bando del conductor mientras yo dormía algo.

Nada más me escucha, se vuelve hacia mí un momento y me da los buenos días con una sonrisa:

-Buenos días. ¿Qué tal has dormido?- me pregunta.

-Mal- admito intentando crujir mi cuello- Tengo dolor en partes del cuerpo en las que no sabía que podía tener- no había músculo que no me doliera.- ¿Hemos llegado ya a la ciudad?- Emily admite.

-Estamos a unos diez minutos- mi corazón empieza a latir con más fuerza- ¿Preparada para enfrentarte a lo que sea?

-Estoy preparada.

No lo estaba, al decir verdad. Pensaba en el momento y sabía que todo mi cuerpo estaba aterrado por lo que pasara. Sin embargo, si no hacía aquello, ¿cuándo iba a finalmente hacerle caso a la realidad? ¿Iba siempre a tenerle siempre miedo a lo que pudiera pasar por miedo a salir lastimada? No, no podía dejarlo de aquella manera, necesitaba finalmente hacerle frente y aquel era el día.

-¿Estarás conmigo en todo momento?- miro a Emily, no podía hacerlo sin ella.

-Si quieres, allí estaré- asiento.

Quizás no fuera lo mejor por hacer, quizás debía de enfrentarme a él a solas, pero si era verdad que me estaba siendo infiel; necesitaba a Emily a mi lado. Necesitaba tenerla allí y saber que había alguien quien confiaba en mí.

Encontramos el hotel con facilidad, uno de los edificios más espectaculares que he visto, si soy sincera. Alto, con grandes ventanales y un gran jardín en la azotea. Había leído sobre el edificio. Hecho por uno de los mejores arquitectos del mundo, podía albergar a casi veinte mil huéspedes. Tenía gimnasio, spa y piscina climatizada, además de las piscinas infinitas, que daba a parar con las mejores vistas de la ciudad. Desde luego, el sitio era de lo mejorcito. Si Elliot estaba allí con otra chica, debía de decir aunque me costara; que al menos sabía tratar a la amante con delicadeza.

Aparcamos frente al hotel, en un golpe de suerte que tenemos cuando llegamos y uno de los coches se va marchando. Me quedo mirando el sitio, mientras Emily aparca. Estoy nerviosa, pero a la vez, ansiosa por enfrentarme finalmente a todo; por saber finalmente quien tenía razón si mis amigas o mi "prometido".

No sabía cual de las dos cosas era peor.

Caminamos hacia el hotel en silencio. No puedo escuchar el ruido de la ciudad, solo el de mi corazón, que no para de latir en mi pecho. Estoy tan nerviosa que puedo sentir que voy a vomitar de un momento a otro. Emily me mira, aunque mis ojos están clavados en la puerta del hotel:

-¿Estás preparada?- me pregunta.

-¿Eso creo?- respondo más bien como pregunta.

-Estaré contigo en todo momento, ¿me escuchas?- se acerca a mí y empiezo a notar su mano entrelazando sus dedos con los míos- Sea lo que sea lo que pase.

Aprieto con fuerza su mano cuando empiezo a notar que los nervios vuelven de nuevo a mí. Es hora de saber lo que pasa.

El vestíbulo es inmenso y, aunque está abarrotado con muchas personas aquel día; sigue siendo gigantesco. Botones pasan rápidamente por nuestro lado con el equipaje de los huéspedes, mientras los viejos salen y nuevos se registran. Es como una pequeña ciudad, solo que está acumulada en un único punto.

-¿Sabes la habitación en la que está?- Emily me pregunta, pero niego.

-No... Supongo que tendremos que preguntar.

Me adelanto a Emily y me dirijo a recepción. Un chico joven, alto y con apariencia bastante joven me recibe:

-Bienvenidos al Hotel Primavera, ¿tiene reserva?

-En realidad- Emily se acerca mientras yo hablo- Venía preguntando por un huésped, Elliot Rollins...- pregunto con esperanzas de que me hubiera dicho al menos la verdad con el sitio en el que se iba a alojar.

-Lo siento, señorita, pero no podemos dar esa información a nadie...

-En realidad, soy su prometida- respondo esperando que no me dé más problemas- Quería darle una sorpresa. Es nuestro aniversario y bueno, quería darle una pequeña sorpresa, ¿entiende?

El recepcionista nos mira, no parece que nos fuera a dar la información así como así. Tenía que probar de otra manera y, por suerte o por desgracia, la Alison antigua sabía como sacarle el tema:

-Señorita, yo...- lo corto.

-Oh, vamos, ¿de verdad no me lo vas a dar?- me hecho sobre el mostrador, aprovecho que tengo escote- Vamos, podíamos arreglar algo juntos, ¿sabes?- noto la mirada de Emily, divertida sobre mí- Mi marido...

-Señora- lo veo que responde serio- Soy gay, no le va a servir.

La única manera en la que me imaginaba que podía ayudarme la situación y resultaba que el chico era gay. Poca suerte tenía aquel día:

-Déjame a mí, Ali.- Emily toca el relevo- Entonces... supongo que estarás contento si te digo que el chico de allí no te quita ojos- incluso yo me vuelvo cuando Emily señala a un chico al otro lado de la sala.

-No voy a caer.

-No caigas- responde Emily- Pero es Edward, tiene veinticinco años y es pintor. Ya sabes como son esos tipos de chicos, ¿verdad? Además, tengo su número...- parece que por fin le llama la atención- El número de habitación por el de ese chico.

-No puedo- de nuevo insiste.

-Vamos- pero Emily no se va a dar por vencida.

El recepcionista nos mira y después de un rápido marcado en el teclado del ordenador, apunta algo en el papel y nos lo entrega. No me lo puedo creer, Emily finalmente lo ha conseguido. Le debo una grande por ello.

Emily escribe el número rápidamente en la mano del chico y casi arrastrándome con ella, nos metemos en la zona de ascensores. No espero más para preguntarle:

-¿Realmente le has dado el número del chico?

-Me lo inventé. Solo espero que el chico no llame antes de que nosotras nos vayamos de aquí.- me río, apartando mi cara de ella para que no lo note.

-Estás loca.

-Al menos, lo tienes, ¿no?- mira el papel- Habitación 564. Lo que significa que tenemos que ir al piso quinto del hotel.

-Estás loca.

-Me pregunto quien me lo habrá pegado

Empezamos a subir por el ascensor. Primera planta, segunda planta.... A cada paso que el ascensor daba, mi corazón latía más y más deprisa. Podía sentir que en cada momento, que la hora llegaba y finalmente, todo se iba a decidir cuando la puerta de la habitación se abriera delante de mí.

Las puertas se abren ante un pasillo desierto. La moqueta del suelo es de color rojo y con las paredes de color blanco, parece que de un momento a otro, aparecerán las gemelas de la película El Resplandor. Casi me da miedo empezar a caminar por ese pasillo, pero es lo único que me queda.

-Cincuenta y ocho, cincuenta y nueve- empiezo a mirar las puertas- sesenta, sesenta y uno, sesenta y dos, sesenta y tres...- y finalmente- sesenta y cuatro- Paramos a unos pasos de la puerta, Emily me mira- Aquí estamos.

-¿Preparada para lo que pase?

Trago saliva como puedo. Quiero decirle que sí, pero no puedo. De nuevo, ambas opciones vienen a mí. Si está solo, significará que las chicas se equivocaban y seré yo la que le he sido infiel. Al contrario, si hay alguien dentro de la habitación, significará que toda mi relación estará construida en una mentira y todo lo que he sentido por él, lo que hemos vivido; todo, ha sido mentira.

-¿Y si no me gusta lo que haya ahí adentro?- le pregunto nerviosa.

-A nadie nos gusta una infidelidad- responde Emily- pero si no te enfrentas a la verdad, a lo que pase; ¿qué vas a hacer el resto de tu vida? ¿Vivir con el miedo? No soy tú, no puedo saber lo que sientes, pero sí te puedo decir algo... Que sea lo que sea, es mejor hacerle frente ahora que cuando sea tarde.

Tenía razón en aquello. Si no le hacía frente a lo que fuera que estuviese pasando, ¿cuándo se lo iba a hacer? ¿Cuándo estuviéramos en un matrimonio sin amor? ¿Un matrimonio en el que tuviéramos hijos que eran los que iban a sufrir más?

Respiro profundamente y marco en la puerta. Sea lo que sea que pase, que pase ya.

-¿Sí?- escucho la voz de Elliot dentro, el corazón me da un vuelvo.

-Servicio de habitaciones- cambio la voz para que no note que soy yo.

Emily me mira. Era mejor que no sospechara a que lo hiciera y escondiera cualquier cosa que estuviera pasando.

La espera se me hace interminable. Solo quiero que alguien abra la puerta ya y parar con todo lo que está pasando, con la mezcla de sentimientos que tengo en aquel momento en mi cuerpo. Respiro con dificultad y cuando la puerta se empieza a mover, todo a mi alrededor se para.

No siento nada, no escucho nada, casi siento como si viera la situación desde fuera de mi cuerpo. Escucho el latir de mi corazón, cada pulsación, cada milímetro de sangre moviéndose por mis venas y, cuando finalmente está delante de mí, siento que algo en mí abandona mi cuerpo. No sé lo que es, solo siento que de repente, no quiero estar allí o, si me quedo, lo único que quiero hacer es matar a la que creía mi hermana.

-Alison...- Cece Drake, nada más y nada menos.

Está solo con una camisa que reconozco como de Elliot. No lleva nada bajo ella y cuando Elliot aparece tras de ella, solo lleva los pantalones del pijama. Ambos, cuando me ven, se quedan blancos.

-Alison- también me llama Elliot- ¿Qué haces aquí?

Los miro a los dos, no puedo creerme que me estén haciendo aquello. Por mucho que los miro, por mucho que sé que es la realidad; quiero optar por no creerlo. Cece había sido una hermana mayor para mí, con mala influencia, pero como una hermana. Habíamos vivido millones de cosas juntas y ahora... ¿me lo pagaba de esa manera? ¿Cómo me lo podía haber hecho?

-Alison- Cece me llama de nuevo- Por favor, habla.

Que hable, ni siquiera sé como me siento ahora. Por un lado estoy aliviada, porque finalmente me podré dejar de sentir mal por haber besado a Emily. Podré finalmente sentirme un poco mejor. Aunque por otro lado, lo único que quiero es matar tanto a uno como el otro. Los dos me han mentido desde el día en el que los presenté, me habían mentido durante todos estos años y aún así, quería hacer como si no pasara nada. No, no podía dejar que eso pasara.

Necesitaba hacerme a la idea de que me habían traicionado el uno y el otro y la única manera era entrando allí y mirar lo que ambos tenían. Asique, empujo tanto a uno como el otro y entro en el cuarto.

Como no, es el típico de una pareja. Una bandeja con champagne, fresas con nata y una cama deshecha después de una larga sesión de sexo.

-¡Alison!- Emily me llama, entrando también- Alison...

Finalmente reacciono y los miro a los dos. Empiezo a notar una reacción en mí, empiezo a notar todo lo que debía de notar y un monstruo que creía hacia muchos años que había enterrado, sale a la superficie. No lloro, no hago nada, pero si que todos los presentes conocen una parte muy mala de mí.

-Alison- Cece se adelante a Emily- por favor, hablemos del tema, ¿vale?

-¿Quieres hablar del tema?- pregunto finalmente sin ningún tipo de reacción por mi parte- ¿Quieres hablar del tema... para qué, exactamente? Oh, Alison, lo siento. Salió de repente, ¿qué íbamos a hacer?

-No es así exactamente- miro a Elliot, con la misma reacción.

-¿De verdad... cariño?- ironizo la palabra- Porque... esta habitación, no representa otra cosa que eso- camino por todo, tocándolo todo, sintiendo como me miran en tensión- Champán, fresas con nata...- los miro- Yo hubiera elegido con chocolate... más buenas, ¿no crees, Cece? Siempre fuiste más de chocolate...

-Alison...- suspira, pero no la dejo.

-Chocolate negro... amargo y oscuro... Como tu corazón, ¿no crees?- si íbamos a ser malos, que fuéramos con razón- Aunque ahora que me doy cuenta... Esa es la razón por la que estéis los dos, ¿no?

Todos me miran en silencio. Solo me escucho yo y el sonido de la ciudad que entra por la ciudad. Noto la bilis en mi boca, pero no vomito porque todo lo que tengo que expulsar, lo hago a través de las palabras:

-Te lo quería contar, Alison- responde Elliot que se acerca para tocarme, pero lo esquivo, haciendo que retroceda- Por favor, escúchame.

-Que me lo ibas a decir... ¿Cuándo?- no era quien para preguntarle aquello, dada también mi situación, pero la Alison perra se había apoderado de mí- ¿Cuándo fuéramos viejos? Oh, espera... cuando te murieras, ¿verdad? Iba a venir tu espíritu para decírmelo... Original, ¿no crees?- me quedo mirándolo de nuevo tanto a uno como el otro- ¿Desde cuando lleva esto pasando?

Ninguno de los dos se atreve a responder:

-¡Responded!- incluso Emily salta asustada.

-Dos años y medio- me tengo que agarrar a la mesa que hay detrás de mí para no caerme cuando Cece responde- Creía que lo vuestro no duraría, pero todo pasó muy deprisa, lo siento, cariño.

-Lo siento, cariño...- me río en su cara- te he escuchado tantas veces decirle eso a la gente sin sentirlo que ahora mismo, dudo de ello... "cariño".

Alzo mi mano hacia atrás, tomando un vaso:

-Alison... Yo te quiero y créeme que...- aquello es lo que hace que finalmente quiera suicidarme- No te regalé ese anillo de compromiso como promesa rota...

Mi mirada se dirige finalmente del vaso hacia él. Elliot está mirándome finalmente, con cara de pena, de perrito desolado que no engaña a nadie. Es tan falso, tan estúpido intentar aquello... Me acerco, acaricio su cara, en mi mano el vaso.

-¿Me quieres?- pregunto.

-Mucho- sé que miente.

-Mucho...- repito sin gesto- Mucho...

Y con todas las fuerzas que tengo, todo lo malo que tengo dentro de mí, sale en aquel movimiento; cuando estrello con fuerzas el vaso contra la mejilla de Elliot.

Cece y Emily retroceden con un grito sordo cuando aquello pasa. Ni siquiera las veo porque mi atención está centrada en Elliot y en su rostro cuando se gira. El vaso a estallado literalmente, después del golpe, provocándole un gran corte en la mejilla y muchos más pequeños en el lado en el que ha recibido el golpe. No puedo decir que me enorgullece el momento, pero si que hay algo dentro de mí que se alegra en el momento. Ha sido una venganza cruel, pero que no me ha importado.

-Alison- Emily corre a mí, tomando mi mano- Alison...- me vuelve a llamar cuando noto finalmente lo que ocurre.

El vaso no solo le ha provocado una gran herida a Elliot, pero a mí también.

-Estoy bien- digo, aunque no lo sé- Mejor ocupaos de él...

Salgo de la habitación de la misma manera, por el pasillo adelante y no paro hasta que estoy delante del ascensor. Mi mano empieza a estar mojada a causa del golpe, pero no me duele. Es más el dolor interno, lo que siento, que la herida en sí.

-Alison, espera- Emily a penas entra en el ascensor antes de que las puertas se cierren- Déjame curarte, por favor...

En el mismo trance en el que estoy extiendo la mano y no es hasta que noto sus movimientos sobre mi mano, que no me doy cuenta de la situación. La realidad me da de sí y todo explota dentro de mí. La furia, la rabia y el enfado se pasan para dar paso al dolor, el sufrimiento y la realidad. Mis ojos empiezan a escocer y cuando me doy cuenta, por fin empiezo a llorar, por fin empiezo a mostrar lo que debería de haber demostrado en vez de el arrebato que me dio.

-Todo era una mentira... No me quería- digo con voz rota, mirándola- Nunca me quiso, todo era una falsa....

-Alison- Emily murmura- Todo está bien...

-No... no lo está- no puedo evitar dejar de se pesimista- No me quería... El amor no es para mí... No merezco a nadie...

-Hey, no digas eso- con cuidado, toma mi mano herida y hace que la mire- Nunca digas eso, ¿me entiendes? Nunca te atrevas a decir eso porque eres mucho más que lo que otros ven, ¿vale?- estoy tan nerviosa, tan atacada que ni siquiera sé si creerla.

-Nadie me ha querido...- era la verdad, todos me abandonaban o me mentían- Emily...- necesitaba que ella me lo dijera- Emily... no me abandones, por favor...

-Nunca- no duda un segundo en decirlo- Nunca te abandonaré, ¿me escuchas?

Sus brazos me rodean y es entonces cuando finalmente me derrumbo en sus manos y lloro como nunca antes lo habría hecho. Emily no separa sus brazos de mí y aunque sé que debería de sentirme segura, no puedo evitar sentirme rota por dentro.

-Todo va a estar bien- me repite Emily una y otra vez.- Te lo prometo.

Alzo mis ojos y cuando veo su cara a mi lado, beso sus labios con fuerza. Son solo sus besos los que me hacen sentirme mejor.

-Alison... estás dolida- y Emily lo nota, y tiene razón.

-Lo siento...- respondo- Solo...

Las puertas se abren y los pensamientos llenan mi mente. Necesito salir corriendo de allí y antes de que Emily pueda decir nada, ya estoy corriendo fuera.

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