Ella (Segundo libro de Cartas...

By elyzaaharu

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Segundo libro de "Cartas a quien un día amé" ❤ La segunda entrega que ha puesto a cientos de person... More

Nota inicial
Capítulo 1 "Desert Eagle, calibre 50"
Capítulo 2 Peligroso
Capítulo 3: Resaca
Capítulo 4: La chica del cabello castaño
Capítulo 5: Cumpleaños
Capítulo 6: Cita con el peligro
Capítulo 7: Psicólogo
Capítulo 8: Ella
Capitulo 8: Ella
Capitulo 9 Cambios
Capitulo 10: Cameron
Capitulo 11: Feliz navidad, Allison.
Capitulo 12: Imbécil
Capitulo 13: Something I Need
Capitulo 14: Ausente
Capitulo 15: Fotografía
Capitulo 16: Impaciente
Capitulo 17: Elizabeth Collins
Capitulo 18: Russo's
Capitulo 19: Descalza
Capitulo 20: Rayo de luz
Capítulo 21: A la defensiva
Cast❤️
Capitulo 22: La teoría del pez
Capítulo 23: Delicada
Capítulo 24: Celos
¡Concurso de frases!
Capítulo 25: Hopelessly devoted to you *Parte 1*
Capítulo 25: Hopelessly devoted to you *Parte 2*
Capítulo 26: Todo tuyo
Capítulo 27: Expuesto
Capítulo 28: Insomnio
Capítulo 29: Valiente
Espacio para preguntas <3
Capítulo 30: Infierno *Parte 1*
Capítulo 30: Infierno *Parte 2*
Capítulo 32: La chica ideal
Capítulo 33: Feliz cumpleaños, castaña
Capítulo 34: Hospital
Capítulo 35: Mi ángel
AVISO
Venta de ejemplares
Capítulo 35: Para siempre FINAL

Capítulo 31: Unión Familiar

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By elyzaaharu

Capítulo 31

Unión familiar

—¿Ya viste todas estas opciones de Universidades? —preguntó Alex al revisar cada uno de los trípticos que nos habían entregado en la feria de oportunidades escolares que habían montado en la explanada del Instituto—Pintan bastante buenas algunas.

—Lo sé—contesté al hojear una y otra vez el folleto de la Universidad que me había convencido por completo—¿siempre si te guiaras por administración de empresas?

—¡Claro! —contestó entusiasmado—dijo mi padre que si soy un desgraciado manipulador, al menos tengo que guiarlo de alguna buena manera y demostrar mi potencial en alguna carrera.

—Para que mentir, tiene razón—dije entre risas y voltee a ver el folleto que había elegido—¿te das cuenta que tenemos en la mira la misma Universidad? —contesté al darle un par de golpes al papel—

—¿Qué demonios? —preguntó sorprendido—pensé que te guiarías por psicología.

—Y así será—contesté—tienen su propia facultad dentro de la Universidad.

—¡Oh demonios! —gritó al ver el folleto que sostenía—¡tienes razón! espera ¿no se supone que esto lo habíamos planeado desde hace años? —preguntó al voltear a verme—

—Admítelo, jamás pensamos llegar tan lejos y casi tocar el diploma de graduación—respondí sincerándome—ni tu sabías que llegarías tan lejos.

—De ti si lo veía venir—respondió al encogerse de hombros—¿pero de mí? Joder, ese sí que es todo un maldito milagro.

—La verdad es que los maestros ni de broma te dejarían otro año aquí—contesté al abrazarlo por el cuello—eres un maldito dolor en el trasero.

—¡El mejor dolor de trasero del Instituto! —gritó mientras íbamos entrando al pasillo principal en dirección a nuestros casilleros—por cierto, tomando en cuenta que hoy comienza el receso escolar, mañana si iremos al Trouble Night, ¿cierto?

—Por supuesto, muero de ganas por ver a Elizabeth

—Pero si la viste hace sólo dos días.

—Dos agonizantes y largos días.

—Oh por dios, el dolor de trasero estás a dos pasos de ser tú.

—Jódete, Alex.

Tras aquella noche donde mi hermosa castaña estuvo en casa y terminamos el proyecto, los días fluyeron con bastante rapidez, la semana siguiente a aquel fin de semana, expusimos el trabajo que habíamos hecho y nos había costado varias rebanadas de pizza y unas cuantas bromas. Mi castaña se veía hermosa vestida un tanto formal y con aquellos tacones que le hicieron ganar unos cuantos centímetros de altura, durante aquella exposición mis amigos nos animaban con letreros improvisados con leyendas bastantes graciosas, únicamente con la intención de que perdiera la concentración y se me olvidaran mis diálogos. Derek hacia caras extrañas, Alex besaba su libro, Erik levantaba ambas cejas lo cual extrañamente en ese momento me hacía reír y Liam formaba corazones con sus manos; hacían cualquier cosa para joderme la exposición.

El sábado por la noche, después de bailar y divertirnos por más de cuatro horas en el club Trouble Night pues celebrábamos el inicio del receso escolar, estaban por dar las doce de la noche y todos moríamos de hambre, habíamos pasado una de las mejores noches al lado de las chicas y yo no podía estar más jodidamente feliz pues mi castaña estaba conmigo y joder, se veía hermosa con ese vestido rojo, sin saber exactamente donde cenar, al tomar nuestro camino y que las chicas nos siguieran en el auto de Marcela, Alex de pronto se desabrochó el cinturón de seguridad para sacar medio cuerpo del auto de Mike y gritarle a las chicas que iríamos a cenar hot dogs pues ambos sabíamos que eran unos de los pocos lugares decentes que quedaban para cenar.

Llegamos al establecimiento y me bajé rápidamente para buscar a mi castaña, que ya se había bajado del auto y se abrochaba la chaqueta de mezclilla que traía con ella, pues ya estaba haciendo bastante frio.

—Toma—dije al quitarme la chaqueta negra de cuero que traía ponérsela encima—esa chaqueta no te cubrirá lo necesario.

—Gracias—contestó al darme un beso en la mejilla—está haciendo bastante frio, no pensé que la temperatura disminuiría drásticamente.

—Según el pronóstico del clima estaría bastante agradable todo lo que resta de la semana—contesté al tomar su mano y entrar al local, que olía a chili y queso fundido—muero de hambre.

—Ni que lo digas, estoy dispuesta a cumplir con el reto del Hot dog jumbo con chili y queso encima y aun así quedarme con hambre.

—¿En serio? —pregunté bastante sorprendido mientras seguíamos a nuestros amigos que buscaban una mesa libre—me sorprende, señorita Collins.

—¡Por acá! —gritó Alex quien guiaba a su pareja—¡esta mesa está libre!

—hay muchas cosas que desconoces aun de mi—contestó mientras me miraba con cierta perversión—

—¿En serio te atreverías? —pregunté dispuesto a competir contra ella—

—Por supuesto que si—contestó segura—pero conociendo a tus amigos, te aseguro que en cualquier segundo te dirán que competirán entre ellos y por supuesto te involucrarán—me aseguró y en el momento de llegar hasta la mesa Alex llegó por la espalda y me abrazó—

—¿Listo para llevar a cabo una épica competencia en donde el perdedor tendrá que pagar la cena de todos? —contestó al señalar el letrero que estaba en la parte superior de la barra principal del local—un suculento hot dog con 350 gramos de chilli caliente con bastante queso fundido en él, ¿qué dices el contrincante número cuatro? —preguntó al simular un micrófono con la mano mientras todos los presentes reían—

—Digo que te voy a patear el trasero—contesté frente a su mano mientras mi castaña no paraba de reír—

—¡Allison ha hablado señores! —gritó y todos comenzaron a gritar y aplaudir mientras golpeaban las mesas y juntaban algunas sillas, pues no cabíamos todos en una—

—Te lo dije—me dijo Elizabeth al sentarse en la silla que le había acomodado—no era necesario que nosotros compitiéramos.

—Pero ya se llegará el momento en que lo hagamos—le dije al darle un beso en la mejilla—

—Bien, bien, comencemos esto—dijo Alex al ponerse frente a nosotros—esta noche tenemos a cinco contrincantes, y claro, también su servidor que es el más guapo de todos—dijo al ajustarse la chaqueta y carraspear—que, por cierto, les pateará el trasero.

—¡Ya ve al jodido punto! —reclamó Liam al lanzarle una servilleta hecha bola—¡muero de hambre!

—Respétame—le exigió al levantar la bola y lanzársela de vuelta—las reglas son sencillas, el plato tiene que quedar completamente limpio, todos pediremos exactamente lo mismo y claro está que el perdedor, pagará la cena de todos, hablen a hora o callen para siempre, ¿listos?

—¡Si! —todos gritamos al unísono y las personas del local se nos quedaban viendo—

—Excelente, entonces serán cinco combos para nosotros y ¿ustedes chicas?

—Yo me encargo de eso—le dijo Marcela al ponerse de pie—ustedes, bestias, encárguense de su comida.

—Necesitamos más mujeres como esas—dijo al chocar los puños con ella y luego voltear a ver a Liam—eso campeón— le dijo al chocar puños también con él—

—Lizzy, vayamos a la barra—habló Marcela que estaba a nuestro lado reuniendo a las demás chicas—pediremos nuestra cena.

—Sí, espera—contestó al responderle y voltear a verme—en este justo momento se me antoja muchísimo una malteada de fresa—me dijo al ver el menú—¿quieres una? —me preguntó al mostrarme la imagen—

—Claro, vamos a pedirlas—dije al hacer mi asiento para atrás—

—No es necesario—me contestó al detenerme—esta noche pago yo—dijo al darme un beso y ponerse de pie para ajustarse el vestido que dejaban al descubierto gran parte de sus muslos, joder—

—Vamos—le dijo al tocar el hombro de Marcela—

Varios minutos más tarde, la mesa estaba completamente llena con todos nuestros platillos, y al momento de que pusieron cada uno de los combos, mi hermosa castaña no pudo evitar quedar completamente sorprendida ante tal inmensidad.

—¡Oh por Dios! —exclamó Elizabeth al ver lo que estaba a punto de comerme—te diría que te ayudo, pero esto me supera por mucho—contestó al quitar una de las papas fritas de mi plato—creo que necesitarás algo más que la palabra suerte—dijo al abrazarme del brazo sin despegar la vista de aquel monumental hot dog, tal vez no sirva de mucho, pero ánimo, sé que tu bestia interior te ayudará a terminar con esto, nos vemos del otro lado de la mesa—me dijo al oído antes de ponerse nuevamente de pie y moverse pues Alex nos había acomodado de diferente manera para que nuestras parejas quedaran frente a nosotros supervisando que nadie hiciera trampa y nos ayudaran si ocupábamos algo como servilletas o más kétchup—

—Muchas gracias hermosa, pero tranquila, esto—dije al llevarme una papa a la boca—no es nada para mi—

—¿A sí? —preguntó al seguir viendo aquella enorme colina de comida—bueno, tomando en cuenta que tienes una bestia ahí dentro, estoy segura que lo lograrás.

—Exactamente—dije al acomodarme en mi silla—

—Igual te deseo suerte, nos vemos al terminar la competencia, pues Liam está desesperado por comenzar—dijo al voltear a verlo—

—¿Estamos listo? —preguntó Alex al sentarse al lado mío—chicas, ya lo saben, son diez minutos, ni un segundo más.

—Perfecto—contestó Marcela—

—¿Están listos? —preguntó mi castaña al verme fijamente—

—¡Listos! —gritamos y nos preparamos para comenzar—

—A la cuenta de tres—gritó Bunny

—Uno—dijo Ariana—

—Dos—dijo Marcela al momento que hice las mangas de mi camisa hacia atrás—

—¡Tres! —gritó Sophie y en ese momento comenzamos a devorar nuestra cena mientras que Elizabeth colocaba su celular con el temporizador activado—

Devoré rápidamente las papas fritas para darle un trago a la malteada y pasar aquella masa sin dificultad, al terminar con ellas, tomé el hot dog entre mis dedos y el pan ya estaba bastante mojado, sin dificultad trague más de la mitad de aquel reto y tras masticar voltee a ver a Elizabeth que se reía junto con sus amigas, que no perdían la oportunidad de sacar fotos y animar a sus parejas, mi castaña tomó una de las servilletas y me ayudaba limpiarme al momento que tomaba nuevamente la mitad de mi hot dog. Al transcurrir cinco minutos las cosas dejaron de ser parejas pues al dar el último mordisco a mi comida y juntar el chilli con un trozo de pan que me había quedado, Liam apenas llevaba la mitad y Alex seguía teniendo problemas con las papas. El reloj marcó los siete minutos y terminé mi comida al lanzar la servilleta a la mesa después de limpiarme, mi castaña estalló de emoción y se puso de pie para dar unos cuantos brinquillos, ¡lo habíamos logrado! Sin decirme nada extendió su mano y tras chocar nuestras manos, el teléfono sonó y el reto había terminado. Voltee a ver cada uno de los platos y Alex, Liam y Erick habían terminado, pero Derek se había dado por vencido al llegar casi al final de su platillo, la suerte lo dejó, mientras que los ganadores seguíamos de pie, celebrando nuestra victoria, la noche pintaba perfecta, y en efecto lo era pues ella estaba a mi lado. En ese momento quise detener el tiempo, pues la manera en que me veía, lo era todo. Tras ponerse de pie y tomar su celular, mi castaña llegó a mi lado y me abrazó, después de que me ajusté a su altura, activó su cámara y por fin obtuvimos nuestra primera foto juntos.

El martes por la mañana la alarma de mi celular sonó a las seis en punto y decidí que por esa vez dejaría pasar el ejercicio matutino, estaba agotado pues el día anterior había tenido sesión con Bowell junto con mis padres y después había salido con los chicos para hacer ejercicio y entrenar. Después de un par de horas y darme vuelta para evitar la luz mañanera, escuché unos pasos apresurados en las escaleras y pensé que seguramente era Mike que estaba buscando algo o se le había hecho tarde para ir a algún lugar, pero de pronto la puerta de mi recamara se abrió y lanzó algo pesado en mis piernas.

—Despiértate y prepara la maleta—dijo al darme un par de palmadas en la espalda—nos vamos a España.

—¿Qué? —dije al levantarme de pronto—¿qué rayos?

—Levántate, nos vamos a España—repitió y salió de la recamara, a lo que hice caso omiso a su petición y volví a dormir, tal vez es un sueño, pensé—

Varias horas más tarde, golpearon nuevamente la puerta de mi recamara y me dieron unas palmadas en la espalda.

—Te dije que te levantaras, nos vamos a España en un par de horas, no es broma—me exigió al mover la maleta de lugar, pues seguía en mis piernas—

—Estas de joda, ¿verdad? —pregunté al tallarme los ojos— son las ocho de la mañana—dije al mostrarle el celular—

—Mira bien—dijo— están por dar las diez, por eso mismo necesito que te prepares—me exigió—necesito preparar aun unas cosas antes de irnos.

—¡Qué demonios! —dije al voltear a ver la pantalla de mi celular—¿en qué momento? además ¿a que se supone que iremos a España nosotros solos? —pregunté al buscar mi playera por todos lados—¿viste mi playera? —le pregunté con los ojos aun medio cerrados—

—Ten—dijo al lanzarla—para tu información no iremos solos, ya habíamos hablando de esto con tu psicólogo

—Sí, pero no pensé que fuera tan de pronto.

—Ni yo, pero tu madre me llamó y me dijo que tenía los boletos listos para el vuelo, que por cierto sale a las siete de la tarde.

—¿Entonces por qué demonios me despiertas tan temprano? —pregunté ponerme de pie—si nos vamos a esa hora no hay problema.

—Porque tu madre vendrá a elegir la ropa que se llevará y necesito que antes de irnos me ayudes a reparar algunas cosas.

—Demonios—contesté al meterme en la playera—bien, tomaré una ducha y bajaré para desayunar algo y ayudarte.

—Bien, nos vemos abajo.

Un par de horas después, ya bastante despierto, le envié un mensaje a mi hermosa castaña, se dieron las dos de la tarde y mi madre llegó para comenzar a preparar su maleta. Mi reloj marcaba las cuatro veinte y para ese entonces ya le había avisado a Alex que me marchaba del país para ir a visitar a mis abuelos que ya hacia bastante tiempo no visitábamos, mi madre estaba lista con sus cinco maletas, mientras que Mike y yo entre los dos apenas y llenábamos dos entre cada uno, el auto estaba cargado con ellas y yo buscaba la manera de explicarle a mi castaña que todos los planes que habíamos hecho para estos días, se esfumaban con mi partida inesperada.

—Mike, ¿antes de irnos al aeropuerto podemos ir a casa de Elizabeth? —pregunté al subirme a la parte trasera del auto—necesito verla antes de que nos vayamos.

—Vaya, pero que enamorado—dijo al encender el auto—¿todo listo? —preguntó al voltear a ver a mi madre—

—Listo, cariño ¿llevas todas tus cosas? —me preguntó—

—Si, las llevo.

—Claro que podemos pasar—me respondió Mike al voltear a verme—pero claro que no te irías así nada más—se burlo—.

—¡No empieces Mike! —le reclamé—

—No, si yo no he dicho nada—contestó y se empezó a reír—entonces, nos vamos.

Después de indicarle el camino a Mike y que mi madre me entregara mis documentos junto con el boleto de abordaje, le envié un mensaje a mi hermosa castaña, pues ya nos acercábamos a su casa.

"Hermosa ¿estás en tu casa?"

Teclee al momento de indicarle a Mike que saliera en el próximo semáforo, sin esperar respuesta de mi castaña, pues estábamos a nada de llegar, toqué su contacto y la llame.

—Hola, estaba a punto de responderte, estoy en casa, ¿qué es lo que pasa? —preguntó al contestar después del primer tono—

—Bueno, todo te parecerá algo agitado, pero estoy llegando a tu casa—dije al indicarle a Mike cual era la casa— ¿puedes salir? —pregunté esperanzado a que estuviera ahí—

—¡Claro! —respondió después de unos segundos, al parecer la había sorprendido—estoy por salir de mi habitación, nos vemos ahorita—y colgó—

Antes de que Mike se estacionara, me quité los audífonos al ver a Elizabeth abrir la puerta y salí rápidamente del auto para ir trotando hacia ella, se veía tal hermosa usando ese suéter, que la hacía ver más pequeña de lo normal, junto con aquella diadema que dejaba al descubierto su rostro. Al llegar casi a su lado, abrí los brazos y se lanzó hacia ellos para estrecharme en un fuerte abrazo, joder, no había ni pasado tres días de que la había visto y la extrañaba demasiado.

—Hola hermosa—dije al levantarla del piso y abrazarla—

—¡Hola thi! —me respondió al abrazarme fuerte mente antes de que la regresara a su lugar—¿qué fue lo que pasó? ¿está todo bien? —preguntó al verme fijamente—

—Todo va a la perfección—le aseguré—solo que las cosas se aceleraron un poco, mis padres decidieron a última hora que nos vamos a España a visitar a mis abuelos.

—¡Eso es genial! —me contestó entusiasmada—¿qué día se irían?

—Hoy mismo el vuelo sale en un par de horas, vamos directamente al aeropuerto—respondí y se sorprendió—tenía que verte una última vez antes de marcharme y sabía que un texto o una llamada no compensarían mi partida.

—¿En serio—preguntó seria—pero...

—Yo tampoco sabía—le aseguré—Mike me despertó prácticamente en la madrugada para que preparara las maletas y todo lo necesario para viajar—respondí—en estas últimas sesiones habían hablado de un viaje, pero jamás creí que fuera tan pronto, supongo que solo estaban esperando que las vacaciones comenzaran para irnos.

—Recuerdo que me lo dijiste—respondió—pero, todo esto es tan repentino.

—Lo sé, prácticamente apresuré a mis padres para que estuvieran listos, pues mi madre se tarda años en elegir que ropa usar—dije y ambos volteamos en dirección al auto, para que mis padres vieran a mi castaña y Mike sacó la mano para saludarla, a lo cual ella respondió de la misma manera—

—Las mujeres somos complicadas, y más en el aspecto de elegir que ropa elegir para llevar a un viaje—dijo entre risas—además, me parece una idea genial eso de que viajen, pues pasarán mucho tiempo juntos, además, verás a tus abuelos—respondió entusiasmada—

—Es cierto, ya ha pasado bastante tiempo desde que los visité.

—Entonces tienes que aprovechar al máximo esta oportunidad—contestó al momento de subir sus manos hasta mis hombros—

—Las aprovecharé por completo, solo que—respondí serio, no quería irme y dejarla sola después de aquella vez que se desmayó en casa—

—¿Qué pasa? —preguntó al levantar mi rostro para que la viera fijamente—

—No me quiero separar de ti—declaré—¿y si te pasa algo? —pregunté preocupado—

Thi—dijo al llevar una de sus manos a mi rostro—no me pasará nada, sabes que estaré bien, tengo a mi familia y las chicas que están conmigo en todo momento, lo sabes.

—Lo sé, pero estaré lejos, no podré estar contigo si te sucede algo.

—Te aseguro que no me sucederá nada, lo prometo.

—¿Lo prometes? —pregunté al sacar mi mano del bolsillo del suéter he hice un gancho con el dedo meñique, pues hace días habíamos hecho una promesa de la misma manera—

—Lo prometo—gancho su pequeño dedo con el mío y me sonrío—

Bajé nuestras manos y la solté para abrir mis brazos de par en par, y antes de abrazarla, se adelantó para lanzarse a mis brazos, me encantaba y no quería darla sola, no quería irme y dejarla sabiendo que Ackerman sabría de mi ausencia tarde o temprano.

—Prométeme que estarás bien, Elz—dije preocupado—te aseguro que el tiempo pasará rápido y estaré nuevamente a tu lado.

—Lo prometo—me dijo al oído—puedes irte tranquilo, estaré bien, en cambio, tu prométeme que te cuidaras y regresarás intacto.

—Si es que alguien no busca problemas—contesté para hacerla enojar, pues quería ver su frente arrugada—

—¿Disculpa? —preguntó al separarse un poco y quedar a unos cuantos centímetros—

Comencé a reír y junté su cabeza con la mía, joder, me volvía loco cada una de sus expresiones.

—Solo bromeo—le aseguré—estaré bien.

—Más te vale—sentenció y voltee a ver el auto pues sabía que por desgracia era tiempo de irme, el tiempo lo teníamos bastante medido—

—Es momento de que te vayas, ¿cierto? —preguntó—

—Sí, es momento de irme—respondí y me atrajo hacia ella para darme un abrazo aún más fuerte—me pegué hacia ella y aspiré profundamente el aroma de su cabello—

—Cuídate mucho, thi—sin responderle pues sabía que si lo hacía definitivamente no iba a querer irme, me separé de ella hasta que nuestra única conexión fueron nuestras manos, estaba a punto de soltar su mano cuando me di cuenta que ni loco me iría a España sin besarla, pues joder, me moría por hacerlo. Repentinamente la atraje nuevamente hacia mí y hablé

—No, no puedo irme sin antes hacer esto—la tomé entre mis brazos y la atraje hacia mí para por fin tocar sus delicados y perfectos labios de una buena vez, subí mis manos hasta su cabeza y hundí mis dedos entre su largo cabello, la besé como siempre quise hacerlo, la besé como se merece ser besada. Un tanto sorprendida ante aquel beso, respondió de la misma manera, pues sus manos recorrieron mi espalda hasta llegar a mi cabello y comenzar a juguetear con él, haciendo que estos movimientos hicieran que varias partes estratégicas de mi cuerpo reaccionaran, joder, quería más de ella, pero necesitaba controlarme para terminar con un pequeño y cálido beso.

—Elizabeth, por favor cuídate, no salgas de casa sin suéter si la noche es fresca y aliméntate bien—le pedí al momento de que la tomé nuevamente de las manos—estaremos juntos lo más pronto posible—le dije y antes de que pudiera responderme algo y escuchar su voz que me haría quedarme con ella, me marché dándole un último beso en sus manos—

Al llegar al auto, no podía dejar de verla, estaba ahí con los brazos cruzados viendo como me marchaba, se despidió de mí y vio como me alejaba de ella.

—¿Todo bien? —preguntó Mike—

—Todo bien—respondí al ver como mi castaña aún seguía parada en el mismo lugar—

—¿Dificil? —preguntó mi madre—

—Bastante.

—Vivirás—respondió Mike y aunque solo eran unos cuantos días, ya la estaba extrañando—

Saqué el celular y rápidamente tecleé un mensaje para ella, pues tal vez aquel beso la había dejado bastante sorprendida, como para no moverse.

"Estaremos juntos cuando menos lo pienses, te aseguro que todo este tiempo estarás en mi mente, lamento si ese beso te ha sorprendido, pero no encontraba ora mejor manera de hacerlo, te quiero, Elz"

Teclee esperanzado por su respuesta que un par de minutos hizo vibrar mi celular

"¿Sorprendida? Estoy más que eso, pero admito que me encantó, cuídate mucho y regresa pronto, pues ya te estoy extrañando, te quiero Allison."

Y después de leer aquel mensaje, mi alma descansó un poco y abordé el avión bastante tranquilo, aunque me iba, Alex me aseguró que cuidaría de ella y estaría pendiente por si algo sucedía con Ackerman.

Al aterrizar en Madrid después de un vuelo bastante largo, llegamos directamente a dormir pues el cambio de horario me hizo desconectarme un poco del mundo, con bastante cansancio en mi cuerpo, vagamente recuerdo que tomamos un auto para llegar a casa de mis abuelos, saludarlos de una manera bastante breve y dejar mis maletas en la habitación que me habían dado para caer completamente rendido en la cama, estaba agotado y todo lo que quería hacer era dormir. A la mañana siguiente el dulce olor del café hervido me hizo despertar, la mañana se sentía bastante diferente y el ambiente se sentía ligero, pues a lo lejos escuchaba el canto de los pájaros y que alguien martillaba algo, aclaré la vista y alcancé mi celular que se encontraba debajo de la sabana para revisar la hora, pero este se había quedado sin carga y recordé que no le había avisado a mi hermosa castaña que habíamos llegado bastante bien a casa de mis abuelos después de aquel largo vuelo.

Me levanté de la cama y busqué el cargador de mi celular, que estaba dentro de mi mochila la cual en ese momento estaba en el piso, y por fin aclaré mi panorama, la habitación estaba exactamente igual a como la recordaba, conecté mi celular para que reviviera y me lancé a la cama, estaba agotado y sabía que las seis horas de diferencia en el horario harían que Elizabeth de alguna manera estuviera preocupada por no dar ni una señal de vida.

Después de escuchar que mi celular comenzó a vibrar por los mensajes que estaban entrando, busqué entre todos ellos el de mi castaña y me encontré que me había enviado un mensaje con la esperanza de que nuestro vuelo resultara perfecto y llegáramos con bien a nuestro destino. Al contestar aquel mensaje y responder también los de mis amigos, llamaron a la puerta y pude escuchar un "Buenos días, ¿puedo entrar?" bastante perfecto, que venía por parte de mi abuelo.

Un par de horas más tarde y después de tomar una larga ducha, comencé a desempacar mis cosas y acomodarlas en el closet que estaba desocupado en mi habitación, saludé a mis abuelos que ya estaban sirviendo el almuerzo para cuando me presenté frente a ellos y me invitaron a pasar, pues la comida ya estaba lista.

—¿Cansado? —preguntó mi abuelo con un tanto de dificultad pues intentaba comunicarse en ingles—

—Un poco, pero todo bien—contesté en español para que se tranquilizara, aquel repaso a mis libros sabía que me ayudaría—¿cómo han estado? —pregunté al tomar de la mano a mi abuela, que se había sentado a mi lado—

—Todo de maravilla—respondió al voltear a verme—la diabetes no quiere dejar a tu abuelo en paz, pero ya sabes, cosas de viejos.

—¿Estás con medicamento? —le pregunté al verlo—tienes que cuidarte.

—Lo estoy—respondió tranquilo— pero no hablemos de mis achaques de viejo, dime cómo has estado

—De maravilla —contesté al tomar un poco de café y ver a mi alrededor, pues mi abuela tenía toda la terraza decorada con flores de todos colores—ya estoy casi por graduarme.

—¿Tan pronto? —preguntó mi abuela bastante sorprendida—pero si apenas y recuerdo cuando entraste al Instituto.

—Ya pasó bastante tiempo de eso—respondió mi madre que en ese momento salía a la terraza y nos daba los buenos días—había olvidado lo que se sentía estar en esta casa.

—Ya sabes que esta aun es tu casa, nunca dejará de serlo—dijo mi abuelo al ponerse de pie y acomodarle la silla para que se sentara—

—Buenos días—dijo Mike al llegar con nosotros—¿cómo amanecieron?

—Michael, buenos días—respondió mi abuela—anda, toma asiento para que comiences a comer.

—Gracias, no pensé que ya tuvieran todo listo—dijo al ver la mesa—dejen que nosotros nos encarguemos de la comida—comentó con cierta dificultad al voltear a verme para rectificar que lo hacía bien, al parecer alguien estuvo estudiando—

—¿En serio? —preguntó mi abuela—no es necesario.

—Pero queremos hacerlo, ¿cierto, hijo? —preguntó al voltear a verme—

—¿Nicolás? —preguntó mi abuela algo sorprendida—¿es cierto?

—Cierto abuela, de un tiempo para acá hemos mejorado bastante en el aspecto de la cocina.

—Los hombres que manejan la sartén, tienen puntos extras en el matrimonio—contestó mi abuela al voltear a su pareja de años, pues este es quien, al principio era el que cocinaba—

—¿Entonces que haremos hoy? —preguntó mi madre—tengo que resolver unas cuantas cosas del trabajo y estaré lista para la tarde.

—Abriré la peluquería en un par de horas—contestó mi abuelo al tomar un panecillo de la canasta—Nicolás podría venir conmigo.

—Me agrada la idea—respondí entusiasmado, ya que hace tiempo que no veía a mi abuelo trabajar, pues desde que lo recuerdo, tiene esa peluquería—

—A alguien ya le hace falta un corte de cabello—dijo mi abuela al ponerse de pie para hundir sus dedos en mi gran mata de cabello obscura y darme un beso en la mejilla—

—Un cambio no te vendría nada mal—agregó mi madre—

—Para que tu novia se enamore más de ti—dijo Mike entre risas—ah perdón, tu amiga.

—¡Oh demonios, Mike! —dije al voltear a verlo—ahora no—contesté avergonzado.

—¿Novia? —preguntó mi abuela—¿tienes novia?

—Mi castaña oficialmente aun no es mi novia—contesté—pero cuando regresemos pienso declararme.

—¿Acaso escuché un ? —preguntó de vuelta y todos comenzaron a reír, mientras yo me hacía pequeño en la silla—pero sí que estás enamorado, quien lo diría.

Mierda. Lo dije en voz alta.

—Elizabeth, quise decir Elizabeth—corregí mi error mientras me ponía de pie y caminaba hasta el barandal, necesitaba despejarme un poco y evitar tartamudear o algo peor—

—Dejemos al muchacho—agregó mi abuelo entre risas—mejor vayámonos chicos, los hombres tenemos que trabajar—dijo al palmear en la espalda a Mike y hacerle una señal—regresaremos más tarde.

Una hora después mi abuelo atendía a los clientes que no paraban de llegar, después de terminar de limpiar la silla donde anteriormente había estado un hombre que me contaba la historia de todos sus tatuajes y que significaban para él, tomé asiento y me preparé para que mi abuelo trabajara con mi cabello.

—¿Cómo te gustaría que lo cortara? —me preguntó al colocarme la capa—

—Sinceramente no tengo idea—respondí agitándome el cabello—ni siquiera había prestado la atención necesaria para darme cuenta que ya está bastante largo.

—Simple, dejémoslo calvo—dijo Mike al tomar una de las revistas y comenzar a hojearla—yo puedo ayudar si me dan unas tijeras.

—A alguien se le salió lo gracioso con el cambio de horario—le dije al girar la silla y ponerme frente a él—¿ya puedo comenzar a reír?

—Mejor concéntrate en despedirte de tu cabello—dijo y mi abuelo me ordenó que regresara a mi lugar pues comenzaría a trabajar—

—Vamos a empezar—dijo al acomodar la capa y comenzar a mojar mi cabello—veamos qué podemos hacer, advierto que trataré de hacer uno de esos estilos modernos que veo en los chicos de tu edad, por lo pronto, ve hablándome de ella.

Al momento en que el cabello comenzó a caer y la conversación comenzó a fluir, le hablé a mi abuelo de Elizabeth y como es que la vi la primera vez en mi sueño, después como es que su presencia en mi vida hizo cambios notorios en mi actitud, pues tenía que saber que durante este tiempo que no nos vimos, había sido todo un desastre, le conté acerca de los problemas que había pasado para acercarme a ella y lo que representa en mi vida su ausencia, y este, mientras abría el corazón en aquella peluquería, solamente acentía y seguía haciendo preguntas, comentándome de ves en cuanto que estaba feliz de saber que alguien por fin me había hecho entrar en razón.

Los días volaron y los mensajes de mi castaña me llenaban por completo, mis abuelos conocían ya nuestra historia y mi abuela estaba encantada por querer conocerla, el simple hecho de imaginarla sentada al lado de ella hablando sobre plantas, fotografías, comida o cualquier cosa, me hacía saltar el corazón de emoción, pues nunca había experimentado aquel sentimiento. El tiempo en España se agotaba, los días de descanso llegaban a su fin y la fecha de regreso a casa estaba cada vez más cerca, yo estaba deshaciéndome lentamente por ver a mi castaña y abrazarla, pues aquellos mensajes y fotografías de todos los lugares que había conocido, no habían sido suficientes para demostrarle que a la distancia la extrañaba mucho más.

El vuelo de regreso lo tomamos bastante temprano, estaba ansioso por regresar pues el día anterior había planeado junto con Alex la manera en que me reuniría con mi hermosa castaña para de una buena vez expresarle todos mis sentimientos y hacerle saber que en mis pensamientos no existe nadie más; con el consejo de mis abuelos aun dando vueltas en mi mente, tomé la decisión de que haría de que la llevaran a la feria que habían montado en la ciudad y con un plan bien tramado con mis amigos, los reuniría a todos para hacer que mi castaña se diera cuenta que ya había llegado a la ciudad y no me comuniqué con ella. Quería hacerla enojar, pues esperaba que al verme se llevara una gran sorpresa.

*INSERTE CORAZÓN AQUÍ*

LOS AMO

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