Paciencia

Da get_carter

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Nirvana Rose tiene decenas de complejos sobre sí misma. Nirvana Rose no tiene un bonito cuerpo, ni mucho me... Altro

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36: Illegal
Capítulo 37: Jealous guy
Capítulo 38: Happy birthday
Capítulo 39
Capítulo 40: Fights, blood and tears
Capítulo 41: Disobey
Capítulo 42
Capítulo 43: What the hell
Capítulo 44: Violet
Capítulo 45
Capítulo 46: Liar?
Capítulo 47: The theory of everything
Capítulo 48: Broken
Capítulo 49: Lost
Capítulo 50
Capítulo 51: Christian Fell
Capítulo 52: What do you got?
Capítulo 53: Last kiss
Capítulo 54: Almost happy
Capítulo 55: Disease
Capítulo 56: The truth
Capítulo 57: Heartache
Capítulo 58: Hope
Capítulo 59: Namarië
Capítulo 60: Tragedy
Capítulo 61: Wake up
Capítulo 62: Do you remember?
Capítulo 63: Brown or blue eyes?
Capítulo 64: We were good friends
CAPÍTULO 65: Flashbacks
Final

Capítulo 16

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Da get_carter

-Te compró muchas cosas, ¿no?

Le había contado a Becka acerca de todo lo que había pasado en la convención. A veces me arrepentía porque literalmente chillaba diciendo que Zach era un amor.

-Lo sé, pero... es que son cosas que no consigues en cualquier lado, además, no llevaba dinero, y con el poco que traía nos compré un pastelillo y un café.

-Yo quiero un chico así. Lo único que me compró el idiota de Josh en nuestra primera cita fue un estúpido refresco.

Reí.

-Jaja, no fue una cita.

Arqueó ambas cejas.

-Claro, como digas.

-¿No te gusta?

-Por enésima vez... no.

-Bueno, ¿y tus padres se creyeron que era gay?

-Jajajaj sí. Admito que fue inteligente haber dicho que era gay. O sea... mi papá ya se estaba poniendo en su plan de padre sobreprotector, probablemente si él no hubiera dicho tal cosa no me hubiese dejado ir a la convención ni salir con Zach algún otro día. Así que sí, fue una buena idea decir que era gay.

-O sea que admites que quieres seguir saliendo con Zach.

-Bueno...

Me había atrapado.

Sonreí y desvíe la mirada.

-Acepto que es lindo.

-¡JA!

-Pero ya, guarda silencio. Todos te están volteando a ver.

-Mira te diré algo -Me hizo señas para que me acercar a ella. -Es un año mayor que yo, lo conocí cuando estaba en décimo grado, creo que entonces tenía una novia. Creo que terminaron porque ella se fue a Nueva York o no sé. Después, en onceavo grado Zach desapareció, de la escuela y del pueblo, creí que se había cambiado de escuela, pero regresó apenas en este año.

-Yo ni siquiera sabía de su existencia.

-Lo noté. Pero el punto es que desde esa última novia... Zach no sale con nadie, ni novias, ni ligues, ni fajes ni nada. Y puedo asegurarte que durante el tiempo que no estuvo aquí, tampoco tuvo algo parecido. Creeme, esto viene de una muy buena fuente. Ni siquiera habla mucho con chicas, pero ahora te habla a ti, y parece muuuy interesado. Debiste hacer algo para llamar su atención, así que yo creo que sí le gustas en el buen sentido y de verdad.

El cuchicheo de Becka era tan alto como si estuviéramos hablando normalmente en un jodido campo abierto.

La miré como procesado toda la información.

-Correcto, quiero un chocolate.

Me levanté de la mesa y me dirigí hasta la máquina de dulces. Apenas oí a Becka quejarse por ignorarla.

Saqué algunos centavos y los introduje en la máquina. Seleccioné una barra de chocolate para Becka, y después hice lo mismo para sacar otro chocolate para mí. Con el dulce de Becka no hubo problema, salió. Pero el mío no, se atoró. Golpeé la máquina pero la golosina no caía. Miré a mi amiga, ella se reía de mí desde lo lejos. Seguí dándole golpes a aquella chatarra pero no funcionaba, incluso pensé en patearla.

-¿Te ayudo?

Era Zach.

-Sí, se atoró. -Respondí haciendome a un lado.

Volteé a ver a Becka con intenciones de que viera a quien estaba a mi lado. Ella mantenía sus dos pulgares arriba con una sonrisa que decía "así se hace".
Rodé los ojos.

Zach sacudió la máquina como si fuera la cosa que menos esfuerzo físico necesitara, y ¡sorpresa! Mi chocolate salió. Me incliné para recogerlo, pero él también lo hizo y nuestras cabezas chocaron. Nos quejamos al unísono y al final fue él quién tomó el chocolate. Sonreí.

-Gracias -Dije yo.

-No hay de qué. Siempre es bueno salvar a una damisela en apuros. -Respondió torciendo una sonrisa.

Lo empujé juguetona.

Cuando me dirigía de nuevo con Becka noté que ya no estaba.

Sí, gracias por dejarme sola, amiga.

-¿Quieres? -Le ofrecí el chocolate aue.minutos antes estaba destinado para Becka.

Él lo tomó y agradeció.
Y el maldito timbre sonó.

-¿No lo odias? -Preguntó. Sabía que se refería al timbre.

-A veces suele ser odioso.

-¿Qué clase tienes?

-Uhm, libre.

-Qué suerte. Linda me encantaría salirme de mi clase para acompañarte pero es examen, así que... supongo que te veo al rato. -Me dio un beso rápido en la mejilla y se fue corriendo.

Me había llamado linda, y me había gustado, también me había besado. Inconscientemente estuve pensando en esas dos cosas lo que restó de la escuela.
Y al final me lo encontré en la salida, buscaba a alguien con la mirada. Me acerqué.

-¿Te irás ya?

Le pregunté.
Me sonrió.

-Sí, ya ahorita en el bus de las 2:50.

-Bien, ¿nos vamos juntos?

Levantó ambas cejas con aire coqueto y le pegué en el abdomen.

-Jajaj, sí, vamos.

Teníamos 40 minutos para caminar y llegar a la estación. Salimos de la escuela y nos pusimos en marcha cuando una voz melosa irritante de chica gritó el nombre de Zach y se apresuró a nosotros.

Medía casi lo mismo que yo, aunque con unos 15 kilos menos, tenía el pelo café rizado y usaba unos jeans desgarrados (los cuales estaban tan deshilados que parecía que se había peleado con un gato) llevaba un pedazo de tela blanca como un top de flores dejando a la vista su moreno abdomen sin un gramo de grasa.

-Quería saber si ¿nos reuniremos en algún lugar para hacer nuestra exposición? -Preguntó, y ni siquiera se molestó en mirarme, se colocó justo en frente de él, quitándome de en medio.

-No, no te preocupes, yo haré todo en mi computadora, tú sólo estudia el tema.

Esquivó a la chica y tomó mi brazo, mi muñeca para ser exactos, y me llevó con él, caminando hacia adelante con un poco de prisa.

-¿E... Estás seguro? -Cuestionó.

Zach a apenas se volvió para dedicarle un fuerte <<Sí>> lo suficientemente audible entre la estampida de estudiantes.

-¡Corre, corre, corre! -Dijo y corrí sin dudar al lado de él como loca riendo.

-¡¿Por qué corremos!? -Pregunté al cabo de un minuto.

-Esa chica... no iba a poder librarme de ella si no corría. Es insoportable. Me acosa.

Solté una sonora carcajada.

-Pero es bonita. -Respondí.

-Pero no tiene cerebro. -Hizo una pausa. -No es por ofenderla pero es cierto.

Sí, le creía, a leguas se notaba.

-Además la voz le cambia cuando me habla. No sé por qué las chicas creen que cuando hablan así automáticamente se van a hacer más atractivas a los ojos de los chicos. Es una tontería. Nunca lo hagas. Es vergonzoso.

-Me abofetearía por tan solo pensarlo, en serio.

-Ves, por eso me caes bien.

-Jaja, es bueno saberlo.-Le contesté con sarcasmo.

En los últimos días me había estado yendo a casa con Zach, cuando él salía temprano yo lo esperaba, y cuando yo salía temprano él me esperaba.
Escuchabamos música todo el camino compartiendo un auricular y hablando de buena música. Y conforme los días pasaban, más tiempo pasaba con él, y por lo tanto nos conociamos cada vez más. A tal punto de decir: "esta canción te encantará".
Salíamos a lugares distintos, y con mis padres creyendo que era gay, todo resultaba muchísimo más fácil.

Después de aquella cena en mi casa había ido otras dos veces más y se llevaba de lo mejor con mis padres y hermanos. Acepto que algunas veces me sentía muy mal por mentirles sobre que mi amigo era gay, pero no era una mala mentira, al menos yo no la consideraba mala, además yo no estaba haciendo nada malo, y... ni siquiera yo dije la mentira.
Zach me había presentado con sus amigos, en dos ocasiones me llevó a comer con ellos, eran agradables, al menos cuando cuando no me molestaban con comentarios acerca de que debería de ser la novia de su amigo.

Su mejor amigo era el que mejor me había caído, su nombre era Riley, era un tipo adorable, medía 20 centímetros menos que Zach, era guapo, pero no tanto como su amigo y nos hacíamos bromas y me llevaba de lo mejor con él.

Algunas veces cuando Parrish y yo coincidíamos en tener una que otra hora libre en la escuela, nos reuníamos en la cafetería y me ayudaba con distintos ejercicios de cálculo. O simplemente charlábamos mientras caminabamos por los alrededores de las instalaciones de la escuela.

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