Ella (Segundo libro de Cartas...

By elyzaaharu

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Segundo libro de "Cartas a quien un día amé" ❤ La segunda entrega que ha puesto a cientos de person... More

Nota inicial
Capítulo 1 "Desert Eagle, calibre 50"
Capítulo 2 Peligroso
Capítulo 3: Resaca
Capítulo 4: La chica del cabello castaño
Capítulo 5: Cumpleaños
Capítulo 6: Cita con el peligro
Capítulo 7: Psicólogo
Capítulo 8: Ella
Capitulo 8: Ella
Capitulo 9 Cambios
Capitulo 10: Cameron
Capitulo 11: Feliz navidad, Allison.
Capitulo 12: Imbécil
Capitulo 13: Something I Need
Capitulo 14: Ausente
Capitulo 15: Fotografía
Capitulo 16: Impaciente
Capitulo 17: Elizabeth Collins
Capitulo 18: Russo's
Capitulo 19: Descalza
Capitulo 20: Rayo de luz
Capítulo 21: A la defensiva
Cast❤️
Capitulo 22: La teoría del pez
Capítulo 23: Delicada
Capítulo 24: Celos
¡Concurso de frases!
Capítulo 25: Hopelessly devoted to you *Parte 1*
Capítulo 25: Hopelessly devoted to you *Parte 2*
Capítulo 26: Todo tuyo
Capítulo 28: Insomnio
Capítulo 29: Valiente
Espacio para preguntas <3
Capítulo 30: Infierno *Parte 1*
Capítulo 30: Infierno *Parte 2*
Capítulo 31: Unión Familiar
Capítulo 32: La chica ideal
Capítulo 33: Feliz cumpleaños, castaña
Capítulo 34: Hospital
Capítulo 35: Mi ángel
AVISO
Venta de ejemplares
Capítulo 35: Para siempre FINAL

Capítulo 27: Expuesto

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By elyzaaharu




Capítulo 27

Expuesto

Desperté con la notificación de mi celular recordándome que tenía un mensaje de Alex sin contestar. El reloj pasaba de las ocho de la mañana y Mike ya me había llamado un par de veces para que bajara a desayunar o al menos eso me estaba recordando mi subconsciente. Aterricé por completo en la tierra y tomé mi celular para echarle un vistazo y apenas pude darme cuenta que el imbécil hacia escrito un "No puedo creer que sean las ocho de la mañana y sigas medio muerto en la cama, mueve el maldito trasero y desayunemos" al leer el mensaje no pude creer dos cosas que claramente se resaltaban en aquel texto, uno: Alex ni de broma estaría despierto a esta hora, a menos que fuese, en este caso para molestarme con el texto, y dos: para ser pasadas de las ocho de la mañana, su texto se comprendía bastante bien, pues a estas horas, hace tiempo apenas y podía formular un "Jódete" . Me reacomodé en la cama y busqué en mis mensajes en contacto de mi castaña, pues después de la noche anterior se hizo presente en mi sueño y, joder, no podía sacar la silueta de su cuerpo de mi mente.

"Hace solo ocho horas te dejé en la puerta de tu casa. Buen día hermosa, hoy es otro día perfecto en el que estaré a tu lado"

Tecleé y alcancé mi almohada para dormir un par de horas más hasta que la voz de Mike me dio una buena patada de susto.

—¡Última advertencia Allison! El almuerzo se acaba y yo no pienso cocinar nuevamente—le escuché gritar y no pude evitar soltar un bufido, solo quería dormir y soñar nuevamente con Elizabeth—

—¡Ya desperté! —le grité al incorporarme en la cama y comenzar a tallarme los ojos ya que se me había olvidado cerrar las cortinas y la luz mañanera me estaba cegando—

Me levanté y el olor a tocino asado que se esparcía por la casa hizo que mi estómago me reclamara que lo alimentara; alcancé una de las playeras que estaban acomodadas en el closet y abrí la puerta para escuchar la risa de Mike, ¿acaso estaba con alguien? Terminé de bajar las escaleras y a medida que me acercaba a la cocina aquella voz me resultaba bastante familiar pero aún estaba bastante dormido, de alguna manera quería seguir en la cama.

—¡La princesa de dignó a despertar! —me dijo aquella voz que al voltear a verle descubrí que era Alex—

—¡Oh demonios, tenías que ser tú! —reclamé exageradamente al simular que regresaba por donde había entrado—Mike, te he dicho que no dejes entrar a perdedores a la casa—comenté al voltear a ver a Alex esperando su reacción—

—¿Entonces porqué sigues viviendo aquí? —preguntó para retarme—

—Porque no soy como tú—le contesté y este dejó la taza en la que bebía café y se lanzó sobre mi—

—Ya quisieras ser como yo, pedazo de idiota—me reclamó al apretarme—lamento informarte que ya me comí tu almuerzo—comentó al darle una mordida a su pan tostado—

—¡Que rayos Alex! —le reclamé al ver la mesa prácticamente vacía—

—Lo siento—dijo limpiándose las manos por haberme dejado sin comida—apliqué la ley de supervivencia.

—¡Pero ni siquiera estamos en el bosque! ¡O perdidos! —le reclamé al darle un golpe en la nuca—¡Eso es por dejarme sin almuerzo!

—¡Mike lo guardó en el microondas! —gritó al sobarse—¡Eso me dolió, imbécil!

—¡Te la ganaste—le contesté—nadie se mete con mi tocino—aclaré al sacar el plato intacto del microondas y darle un mordisco a la tira de tocino perfectamente dorado—nadie!

—Niños, dejen de pelear—nos advirtió al bajar el periódico y ver que Alex ya amenazaba golpearme—se van a romper algo y ya no están en preescolar como para responder por ustedes.

—¡El empezó! —le reclamé mientras le daba un golpe a Alex y me alejaba para buscar una taza, necesitaba café para despertar del todo y bajar mis ánimos un poco—

Al paso de un buen rato y que Elizabeth respondiera mi mensaje, le insistí a mi hermosa castaña que pasaría por ella a su casa, pues ni loco me perdería la oportunidad de esperarla al final de las escaleras; pasé con Alex a mi recamara para hablar sobre la noche anterior, pues no podía borrar su sonrisa ni un solo instante.

—Bunny te trae loco, ¿eh?

—¡Ni te lo imaginas! —contestó bastante emocionado—No lo sé Thi, no creo que algo tan bueno como ella me pueda pasar, no después de ser un bastardo con tantas chicas.

—¡Pero mírate! —dije también emocionado—que hayas sido un imbécil en el pasado no quiere decir que con ella también lo vayas a ser—le dije—si la chica te gusta en serio, trata de tomar las cosas en serio.

—Así como tú con la castaña—contestó al lanzarme la pelota con la que jugaba—¡No creas que ayer no te vi!

—¡Ni me digas! Estoy completamente jodido, Alex.

—Eso ya lo sabía—contestó—nunca pensé que una chica podría cambiarte de esa manera.

—Ni yo; en serio.

—Me alegra saber que al menos algo bueno nos está sucediendo.

—Pienso lo mismo, solo espero no arruinarlo de alguna manera.

—Eso déjamelo a mí, que a veces tengo desconectado el cerebro y termino haciendo bastantes estupideces de las que termino arrepintiéndome.

—Esperemos que esta vez no sea así, toma las cosas con calma—le aconsejé—primero conócela por completo y si te gusta aún más después de eso, dile lo que sientes.

—De solo pensarlo me hace sentir nervioso—dijo al comenzar a jugar nerviosamente con sus manos—hoy la veré de nuevo, joder, ayer no podía controlarme.

—Mejor ni te digo como estuvo mi noche—contesté al recordar el roce de la suave piel de mi castaña con la mía—solo te diré que estuvo jodidamente buena, de principio a fin, Alex, joder no quería dejarla ir.

—Por primera vez siento que no puedo reclamarte algo—declaró—estoy igual o peor que tú.

El reloj de mi laptop estaba por marcar las cinco de la tarde, después de terminar mis pendientes en la casa con ayuda de Alex y terminar un par de proyectos que teníamos pendientes, decidí tomar una corta siesta para recuperar energía pues me esperaba nuevamente una larga noche al lado de mi hermosa castaña. Al despertar y enviarle un mensaje para asegurar que su día fuera bien, en lugar de contestar decidió por llamarme y al momento de ver su nombre en mi pantalla me puse bastante nervioso.

—Sigo pensando que esto, de alguna manera es una mala idea—dijo al momento que contesté la llamada—

—¿Acaso tengo que ir a tu casa para hacerte recordar los motivos por los cuales tienes que ir esta noche?

—¿Venir a mi casa? —preguntó en tono retador—¿Te atreverías?

—Espera un momento—le dije antes de alejarme un poco el celular de la oreja—Mike, ¿dónde están las llaves del auto? —grité esperando la reacción de Elizabeth—

—¿Qué? ¡No! —se apresuró a decirme—no vengas, no ahora en este justo momento—me pidió—

—¿Y por qué no? —le pregunté reprimiendo las ganas de reírme al escuchar su tono de voz bastante nervioso—¿Qué acaso no querías que te recordara los motivos por los cuales debes de asistir?

—¡No cuando estoy en bata de baño y con una toalla envuelta en mi cabeza!

—Bastante perfecta para hacerte saber que con mayor razón debes de ir—le reclamé—¿Entonces? Estoy a nada de subirme al auto—le recordé—¿Irás?

—¡Ya, entiendo! —me contestó—iremos.

—Eso, me gusta escucharte decir eso—le dije—

—Solo que el evento es mucho menos formal que el de ayer—me dijo—

—¿En serio? —le pregunté al ir hacia el closet a buscar mi segundo smoking—¿Entonces que debería de usar?

—¿Qué tienes en mente? —me preguntó—

—¿Puedo utilizar smoking o es demasiado formal? —pregunté—

—Bastante formal para el tipo de evento al que iremos.

—Veamos—contesté al rebuscar en mi ropa—¿Qué te parece un pantalón negro, camisa blanca de doble puño, chaleco negro y...—dije sin terminar la idea pues no tenía idea—

—Me parece perfecto—contestó entusiasmada—podríamos agregarle al conjunto unos converse.

—Entonces queda así—dije para confirmar— pantalón negro, camisa de doble puño, chaleco negro y converse.

—Me parece más que perfecto—contestó—

—Nos vemos muy pronto, hermosa, ¿a qué hora te gustaría que llegue por ti? —le pregunté—

—Me parece bien a las ocho de la noche.

—Entonces nos vemos dentro de muy poco, no puedo esperar más para verte.

—Y yo a ti—contestó—nos vemos pronto.

Tres horas después me encontraba frente a la puerta de la casta de Elizabeth esperando que alguien abriera, pues había llegado a tiempo y no podía esperar más para ver su reacción al entregarle el ramo de rosas que había decidido regalarle, ya quería verla y estar cerca de ella. En esta ocasión su madre abrió la puerta para recibirme, quien me atendió de una manera bastante amable, en lo que pude notar que aquella sonrisa se bien de quien la heredó, saludé a su padre y nuevamente tuve oportunidad de charlar un poco con él mientras esperaba a que mi castaña bajara, quien en esta ocasión estaba utilizando un vestido negro que le quedaba bastante bien, no pude evitar prestarle atención a sus piernas descubiertas que me hacían querer tomarla ya entre mis brazos. Al momento en que se detuvo en el último escalón y me dedicó una hermosa sonrisa que me permití guardar en mi corazón.

—Quisiera tener las palabras para describir cómo te ves hoy—le dije pues no podía creer en ese momento que tan afortunado soy—pero sé que, si lo hago, cualquier frase se quedará corta para explicar lo que siento—le tendí mi mano para que bajara a mi lado—Te ves fantástica.

—Basta de tantos elogios—contestó después de morderse el labio y controlarme para evitar besarla frente a su padre—te lo he dicho, sabes que me acostumbraré si sigues así.

—Y yo te he dicho que no tiene nada de malo que caigas en la cuenta de que siempre te diré ese tipo de cosas, tantas como sea necesario—le contesté al entregarle el ramo y ver como su sonrisa crecía poco a poco—espero te gusten.

—Muchas gracias, Allison—me dijo al tomarlas—son realmente hermosas, espera, me gustaría ponerlas en un jarro con agua antes de irnos.

—Por supuesto, te espero—le dije al momento en que su padre se reincorporó a nosotros para preguntarme que si me gustaba algún tipo de deporte a lo que contesté que desde pequeño mi padre me había hecho un fiel seguidor de los Dallas Cowboys

—Estoy lista—contestó Elizabeth al acomodarse al lado de su padre y revisar su vestido—papá, te escuché—dijo en tono de advertencia—

—Era una simple pregunta para matar el tiempo—contestó mientras reía—¿Verdad Allison?

—Así es—contesté al ver a mi castaña y extenderle mi brazo—entonces nos vamos, gracias señor.

—Cuídense y espero disfruten mucho la noche—nos despidió al darme unas palmadas en la espalda—me alegra saber que tienes buenos gustos en futbol.

En el transcurso a la fiesta, Elizabeth me fue guiando poro el camino pues desconocía un tanto la ruta hacia su preparatoria, durante nuestro viaje íbamos hablando acerca el notorio fanatismo de su padre por el equipo y como es que ella también le sigue los pasos, entre más conozco cosas de ella, más me encanta.

Llegamos a la preparatoria y estacioné el auto para ayudar a bajar a mi castaña, a la cual no podía dejar de ver ni un solo momento, se veía más que hermosa. Antes de entrar al gimnasio no pude evitar, sostener con seguridad el brazo de mi hermosa castaña, algo no iba bien y de alguna manera me estaba incomodado, después de tener problemas con la decoración pues mi metro ochenta de estatura no me ayudó para esquivarlos, mi castaña me tomó con seguridad y me dijo que todo estaría bien, y en efecto, a su lado, nada podía terminar mal.

El lugar estaba más decorado de lo que el Instituto lo hubiera hecho jamás, habían montado una cabina de juegos y un marco para fotografías en ambos lados del lugar y en el fondo,  estaba el escenario que tenía el trono para los ganadores y las coronas para ambos; voltee a ver a mi castaña y pude averiguar que en efecto aceptaría estar en cualquier lugar, menos en ese.

—¿Ves por algún lado a las chicas o tus amigos? —me gritó en el oído pues por el volumen de la música me era imposible escucharla—

—Llamaré a Alex, seguramente ya llegó—le dije y saqué mi celular, pero tras un par de llamadas a este y mis amigos, no respondían—Nadie me responde.

—Estoy en la misma situación—dijo al colgar la llamada que hacía—espera, se que odia que la llamen cuando está en alguna fiesta, pero esto lo tenemos que resolver—me dijo y tocó el contacto de alguien para hacer la llamada—

—¡Hey! —la escuché decir, por suerte le habían respondido, estábamos en medio de todas las personas y trataba que de alguna manera nadie la empujara o derramaran sobre ella alguna bebida—estamos prácticamente en medio de la pista—dijo Elizabeth—¿Dónde están ustedes? —preguntó al separarse el aparato del oído y activar el altavoz—

—Estamos junto a la fuente de ponche—gritó ahora la voz que reconocía, era Marcela—en donde está el estúpido marco repleto de corazones—le escuché decir y rápidamente busqué por todos lados, al menos mi altura serviría para algo—

—Míralos, están allá—le indiqué a Elizabeth—

—¡Los encontramos, vamos para allá! —gritó mi hermosa castaña y colgó la llamada—

Tomé la mano de Elizabeth decidido a atravesar toda aquella muralla humana y evitar que alguien la pisara o algo por lo parecido, pues estábamos en medio de parejas que bailaban y grupos de amigos charlando, atravesamos aquella muralla y llegamos a donde nuestros amigos, que, para ese entonces, ya estaban todos reunidos.

—¡Elizabeth Collins llega echando fuego! —gritó Marcela—¡Uy mami! —dijo en tono exagerado mientras se echaba aire—¡dos tonos más morenos en tu piel y fácil pasas por latina! —los presentes comenzamos a reír y yo acerqué a mi castaña a mi lado para darle un rápido abrazo—

—¡Que alguien llame a la recepción, se les perdió un mesero! —gritó Liam al verme y me fui sobre él para saludarlo y abrazarlo de aquella manera en la que solo nosotros sabemos hacerlo—

—A mí también me alegra verte—dije al hacerle una llave bastante rápida—te estás quejando y los cinco prácticamente estamos vistiendo igual—le contesté al regresar al lado de mi castaña y tomar nuevamente su mano—

—Antes de que la rubia exótica de la preparatoria haga su aparición y arruine nuestra noche yo creo que es buena idea que vayamos a bailar—comentó Ariana al comenzar a sonar una canción bastante buena—¡Vamos!

Nos abrimos paso entre toda la multitud y llegamos al centro de la pista para comenzar a bailar, atraje a mi castaña a mi lado y bailamos hasta que ambos comenzamos a sentir que el calor de nuestros cuerpos comenzó a subir, la música era bastante buena y el ambiente era perfecto, al lado de ella nada podía ir mal. Después de varias canciones y juegos entre mis amigos el volumen de la música comenzó a descender y unos golpes en el micrófono hicieron que la música se cortara de golpe y prestáramos atención a lo que era el trono de los futuros ganadores. Los presentes nos acomodamos para dejar vista hacia el escenario y me acomodé detrás de mi castaña para darle apoyo y tranquilizarla, pues al ver a quien parecía el director de la preparatoria pude notar como su cuerpo se tensó.

—Buenas noches chicos, ¿se están divirtiendo? —el hombre corpulento tras el micrófono gritó y todo mundo comenzó a gritar—Tranquilos, tranquilos, me alegra que la estén pasando bien, se llegó el momento, vengo a anunciarles que ha llegado el momento esperado por muchos de ustedes, antes de anunciar a los ganadores debo de decirles que todos son ganadores, una corona y un cetro no significan nada, bueno en realidad si significan algo ya que serán populares, pero no se sientan mal chicos—gritó y nuevamente todos comenzaron a abuchearlo  y una voz en el fondo, después de que todo mundo guardó silencio le gritó—¡Owell! Te he dicho que cuides tu vocabulario—aquel hombre advirtió y todos comenzaron a abuchear—en fin, chicos, en Rey de esta noche es—en eso una mujer de unos cincuenta años se acercó a él y le entregó los sobres, pude darme cuenta que era el momento pues mi castaña se tensó en el acto—El Rey de esta noche es ¡Frank Ackerman, mejor conocido como el capitán del equipo de baloncesto! ¡Vamos Bulldogs! —al escuchar el nombre del ganador el coraje dentro de mi cuerpo se encendió y aquella rabia de saber que aquel maldito bastardo que había dañado a mi castaña estaba ahí y había sido el ganador me hacían querer soltar a mi castaña e ir con él para hacerle pagar, tras unos segundos de espera y buscando encontrar algún rostro que darle a aquel nombre de pronto apareció un estúpido egocéntrico de piel un tanto bronceada que subía los escalones uno a uno como si fuese el maldito todo poderoso, aquel corpulento hombre le entregó el cetro, le puso la corona y le ató la capa, mientras aquel pedazo de mierda se pavoneaba de felicidad, en ese momento Alex alcanzó mi hombro para que reaccionara y le prestara atención—

—¿Ya viste quién es? —preguntó bastante sorprendido—joder, no tenía idea—sin contestarle una sola palabra a mi amigo, volteé nuevamente en dirección a mi objetivo y analicé completamente sus movimientos, pues, se sentía en la gloria, el hombre le entregó el micrófono y yo tuve que reprimirme nuevamente y evitar ir hasta donde estaba y quitaré aquella sonrisa—

—Muchas gracias a todos los que votaron por mi—dijo al sonreírle a todos los que le aplaudían—sinceramente no me lo esperaba, ¡gracias chicos y vamos Bulldogs! —gritó al alzar el cetro y alentar a sus seguidores, mientras que con su mirada la encontró. Pude sentir como encontró a Elizabeth pues su cuerpo se estremeció al momento que ese pedazo de mierda volteo a verla—

Mi paciencia se había agotado y yo no iba a permitir que él intimidara a mi castaña, así que coloqué mis manos sobre sus hombros para tranquilizarla.

—Ahora solo falta nombrar a la ganadora—habló nuevamente aquel hombre mientras que el pedazo de mierda seguía saludando a la multitud que lo alentaba—a la chica que tiene y tendrá la fortuna de estar al lado del Capitán del equipo y ella es—comentó al abrir el sobre y sacar una tarjeta—¡Jessica Lauper! —gritó y un balde de agua helada cayó sobre mi—

No podía ser cierto lo que acababa de escuchar, no podía ser cierto que solamente eso faltara agregarle a la noche.

Un golpe en mi hombro me hizo voltear en dirección a la de Alex quien estaba pálido al ver como la rubia que en ese momento usaba un vestido purpura subía para tomar su premio, ambos estábamos bastante sorprendidos y yo no podía creer absolutamente nada, ahora todo estaba tomando sentido, todas las piezas estaban encajando y por fin todo aquello que me dijeron, tenía un sustento bastante estable.

No podía creer que los culpables de que mi castaña hubiese sufrido de esa manera, en ese justo instante estaban recibiendo sus coronas por haberle hecho eso a mí castaña.

—Gracias chicos—comenzó al momento de acomodarse el cabello y maldije mil veces al recordar aquella noche cuando la besé—¡Estoy tan emocionada! —gritó al dar unos cuantos brincos en su lugar—no lo puedo creer, ¡soy la reina del baile! —se limpió unas lágrimas inexistentes y solté un bufido—muchas gracias a todos los que  votaron por mí, y a los que no, púdranse—dijo enojada—los amo, besos a todos—comenzó lanzar besos al momento de acomodarse al lado del imbécil de Ackerman, quien la tomó del cuello y la besó.  Tenía que hacer algo para que mi castaña no resintiera aquel maldito espectáculo así que sobé un poco sus hombros que estaban bastante fríos y me acerqué a su oído.

—¿Ves? —le dije bastante tranquilo, calmando un poco el inferno que se había desatado en mi interior—lo peor ya ha pasado, ahora si puedes disfrutar de la noche sin el temor de tener que pasar a ese estrado y estar frente a toda la escuela—le dije y pude notar como cerró sus ojos para tranquilizarse, sin perder la oportunidad me acerqué a ella y besé su delicada mejilla—¿Bailamos? —la volteé en mi dirección y le extendí nuevamente mi mano—

—¡Por supuesto que sí! —al escuchar su respuesta bastante animada me di cuenta que ese par de ganadores, no le había afectado del todo pues me regaló una hermosa sonrisa y antes de poder actuar me estiró hasta la pista de baile para acercarse hacia mí y poder sentir su delicada piel, joder, me estaba quemando por dentro de tanto coraje, pero si ella me veía me apagaba en segundos, la música hacia retumbar el lugar, y mi castaña bailaba pegada a mi hasta que de pronto una mano me jaló hacia atrás para con un golpe derrumbarme en el piso—

—Suéltala pedazo de imbécil—escuché que aquella peculiar voz reclamarme—

—¡Allison! —exclamó mi castaña que antes de voltear a buscar al culpable, estaba tendida al lado mío en el piso, mientras que frente a nosotros estaba aquel pedazo de mierda, que ahora podía asegurar era el ex novio de mi castaña—¿estás bien? —tomó mi rostro entre sus manos y todo a lo que podía prestarle atención era a sus ojos ya cristalizados por la situación—

—¡Si vas a intentar olvidarme, tendrás que hacerlo con algo mejor! —le gritó a mi castaña mientras me señalaba—aunque quieras no lograrás hacerlo, no con este marica— rápidamente me puse de pie y tomé sus manos para que se reincorporara a mi lado, con la manga de mi camisa rápidamente limpié mi labio y no podía creer el daño que me había hecho con un simple golpe, pero al ver su mano, pude notar que traía puesto un anillo, bastardo, que bajo caíste, pensé

—¡Y a ti que mierda te pasa! —Elizabeth le gritó al momento de irse sobre él y comenzar a golpearlo—¿quién te da ese maldito derecho de dañar o destruir todo aquello que me hace bien? —gritó mientras le golpeaba el pecho, Ackerman no decía ni una sola palabra y en el acto tomé entre mis brazos a mi castaña para sujetarla fuertemente, todo lo que quería es que se calmara y no resultara con algún daño— ¿quién te dio ese maldito derecho? Gritó mientras luchaba con toda su fuerza para soltarse e irse sobre él—¡respóndeme, te exijo que me respondas! —gritó nuevamente y Ackerman comenzó a reír—¡no te quedes parado ahí como un completo imbécil y respóndeme! ¡por primera vez en tu vida no seas un cobarde! —le hubiera quitado aquella maldita sonrisa del rostro de no ser que en ese momento mi prioridad era mi castaña—¡cobarde!

—¡Elizabeth! —le dije a mi castaña para que se tranquilizara pues nuestros amigos llegaron y Ackerman seguía frente a nosotros—¡tranquila!

—¡Elizabeth! —gritó marcela al acercarse a nosotros y tomarla por el rostro para después voltear a ver a Frank, que seguía ahí, esperando cualquier movimiento—¿estás contento pedazo de imbécil? ¿ya viste lo que provocaste? —le reclamó al señalar a Elizabeth—¡mírala! —le exigió—¡mira todo el daño que provocas! —en ese momento Marcela se iba a ir sobre él pero Liam la tomó en el acto y la sujetó—

—¡Vamos marica, defiéndete! —me gritó y evité caer en su maldito juego, mi castaña dependía de mi—

—¡Ya lárgate Frank! —gritó la pareja de Alex—¡entiende que solo haces daño!

—Frank, si alguna vez sentiste algo verdadero por ella, por favor solo vete—le dijo Ariana mientras aquel, no dejaba de verme fijamente y mi castaña seguía luchando para soltarse, y este al verla se vino sobre nosotros para lo que Alex y Derek intervinieron para que se calmara—

—Amigo, no queremos problemas, relájate—le advirtió Liam—

—Tranquilos, yo me encargo—le dije a los chicos—todo está bien.

—¿No te vas a defender? —me preguntó mientras se seguía burlando—¿Me tienes miedo maldito marica? ¿acaso necesitas que tus amigos intervengan por ti? ¿tú no puedes defenderte? —comenzó a decirme y yo mantuve mi postura, no quería que mi castaña se rompiera más de lo que ya estaba—

—Si estuviéramos fuera de aquí y por supuesto, si Elizabeth y las chicas no estuvieran presentes, seguro que te destrozaría—le advertí a lo que soltó una burla para retarme—

—¿En eso te estás escudando? —preguntó—alguien aquí no tiene los suficientes pantalones para defenderse—me dijo—

—No es cuestión de quien tenga más pantalones—aseguré—¿acaso tú los tuviste? —le pregunté y su expresión cambió completamente ante lo que le dije, mientras que me limpiaba nuevamente la sangre—

En ese momento y después de que Ackerman quedara sorprendido ante mi respuesta Jessica llegó abriéndose paso entre todos para lograr ver el espectáculo.

—¡Frank! —dijo estirándole la manga del saco—¡Pero qué demonios! —dijo al voltear a ver a los presentes—¿Thi?—oh, joder, no, maldito pasado, sabía que me alcanzarías, pensé—Allison, ¿eres tú? —voltee a ver a los presentes y todos estaban sorprendidos y yo solamente me arrepentía una y otra vez, en ese momento mi castaña al escuchar a Jessica se soltó de mi agarre y su semblante había cambiado, joder no, las cosas no se podían poner peor, solamente eso faltaba—

—¿Qué hay, Jess? —pregunté al limpiarme nuevamente la sangre—

—No me digas que estás acompañando a esta—en ese momento volteo a ver a Elizabeth como si mi hermosa castaña no representara nada para ella—pensé que tenías gustos más... delicados.

—¡Mira estúpida, con ella no te metas! —gritó marcela al momento que se fue sobre ella, pero Liam la sujetó—

—¡Tu cállate maldita indocumentada! —gritó Jessica ofendiendo a Marcela—

—¡Te permito que me insultes a mí y me digas todo lo que quieras, pero con Marcela no, con mis amigas no te metas! —gritó Elizabeth al irse sobre ella, pero la sujeté fuertemente junto con Ariana que también se interpuso—Agradece que no puedo alcanzarte porque te aseguro que ye borraría esa maldita sonrisa—le advirtió y esta solo se acomodó el cabello—

—¿Borrarme la sonrisa? —dijo al momento de reír—¿acaso piensas que tú puedes lograrlo? —le preguntó—pero cariño, si estoy de lo más contenta, te lo he advertido, no te metas conmigo, cuando se me antoje puedo reducirte a nada, bueno, en realidad no eres nada, pero cuando quiera puedo deshacerme de ti—le advirtió—¿cierto Frank? —volteó a ver a Ackerman, y para ese entonces, por desgracia sabía a qué se refería, este al escuchar la pregunta de su rubia acompañante y solo asintió—

—¿Terminaste con el espectáculo? —le preguntó al voltear a verla—estoy cansado de discutir con estos, ¿nos largamos Jess?

—Por supuesto cariño—dijo al tomarlo del brazo—estos bailes para niños me aburren—contestó y no pude creer que clase de seres humanos tenía frente a mí—

Se abrieron paso entre los mirones que estaban a nuestro alrededor disfrutando del espectáculo y voltee a ver a mi castaña, joder, era obvio que ya me había borrado del mapa.

—Creo que será mejor que nos vayamos de aquí—sugirió Sophie quien en ese momento abrazaba a mi amigo, voltee a ver a mi castaña y me encontré que estaba cruzada de brazos, completamente perdida, joder, mis malditas acciones del pasado me habían hecho perderla—

—Elizabeth, es mejor que nos vayamos de aquí.

Sin decir nada comenzó a caminar y me pude dar cuenta que, en definitiva, tal vez estaba pasando los últimos minutos de mi vida, a su lado. Lo había arruinado, mi pasado había quedado completamente expuesto frente a ella y por desgracia, fue de la peor manera.

                   

Thi—escuché decir a Alex al momento que íbamos saliendo, se acercó a mi lado y tomó mi hombro—¿cómo estás? —preguntó al señalar con la cabeza a mi castaña, que se había adelantado en el camino al auto—

—Hecho mierda—le contesté—todo se acaba de arruinar, estoy seguro.

—No puedo creer que Lauper—comentó al estar analizando la situación—joder hermano, también estoy en shock.

—Ni me lo recuerdes, ya no sé.

—Ánimo, sé que pueden solucionar las cosas, me llamas para cualquier cosa—dijo al comenzar a apartarse de mi lado e ir a alcanzar a su cita—revisare eso—me indicó al señalar mi labio que aún seguía sangrando—

—Si, como sea.

Alcancé a mi castaña que estaba ya esperando al lado del auto junto a sus amigas, le abrí la puerta del auto y ambos no dijimos ni una sola palabra, yo solamente podía recordarme que lo había arruinado y ya no había marcha atrás. Durante el camino estaba pensando que decirle, pues sinceramente no sabía cómo empezar y explicarle más que todo como es que Jessica es parte de mi vida, joder, estaba seguro que estaba pensando lo peor de mí.

—Elizabeth, yo—comencé al intentar darle una explicación, aunque no me creyera ni un poco—

—Allison, en serio, no quiero hablar—me dijo completamente seria al momento de acomodarse en el asiento y ni siquiera voltear a verme—

Oh joder, no.

—Supongo que estás pensando un montón de cosas negativas sobre mí, ¿cierto? —le dije, pues al menos, si me mandaba a la mierda quería saber eso—

—Lo único que sé es que quiero llegar a casa, deshacerme de los estúpidos tacones y hacer algo para evitar que sigas sangrando, si sigues así te vas a desangrar—escucharla decir eso y en ese tono de preocupación solo me dieron ganas de sujetar su mano y hacer saber que estaría bien, pero, no era el mejor momento—

—Elizabeth, este golpe no significa nada—expliqué al momento de tomar otro Klennex de la caja y limpiarme—lo que me importa por ahora es saber qué es lo que piensas de mí y explicarte algunas cosas—me sinceré—

—Te he dicho que no quiero hablar sobre eso—insistió—solo quiero llegar a casa y detener tu sangrado, es todo.

—Está bien—contesté resignado, sí, lo había arruinado, ya no había nada más que hacer—

Llegamos a su casa y antes de estacionarme por completo, Elizabeth quitó el seguro de la puerta y salió el auto sin decirme nada, ¿en serio tan poco soportable era tenerme a un lado?, ¿tan pronto quería deshacerse de mí?, siendo consciente de que no podía dejar las cosas así y que se fuera sin poderle explicar nada, salí también del auto tras ella, si no me quería hablar, al menos yo le hablaría.

—Espera aquí—me advirtió al detenerse en los escalones de su porche—si mis padres se enteran de todo esto estoy segura que no dejarán que te vayas sin antes someternos a un interrogatorio.

—Te esperaré—suspiré y me quedé tras de ella—

En ese momento pudo abrir la puerta de su casa y entró en la plena obscuridad del recibidor, yo solamente pude ver como corrió hacia el fondo y no podía dejar de recordarme que era el idiota más grande del mundo. Lo había jodido. Me senté en el columpio lateral a esperarle recargado sobre mis propios hombros, perdido en la inmensidad de las tablas que estaban bajo mis pies, pues tenía la esperanza que saliera, pero los minutos pasaron y ella, no se aparecía. Unos ruidos de una respiración agitada me hicieron prestar atención a la puerta y ahí estaba ella, apresando entre sus brazos una bolsa con una cruz roja impresa en ella, mi castaña estaba buscando un botiquín para ayudarme. Sin decirme una sola palabra tomó asiento a mi lado y abrió el botiquín para comenzar a auxiliarme, me quedó claro que no la merecía, yo solamente le estaba haciendo daño. Tomó mi rostro entre sus manos y comenzó a trabajar con mi herida, que por desgracia seguía sangrando ya que el daño que me ocasiono Ackerman fue mayor mente por aquel anillo que portaba, pues fue el que hizo todo el trabajo, no podía ni siquiera verla, mi infierno estaba desatado y no quería que me viera, solo pensaba en algo, destruir a Ackerman sea como sea.

—Ya limpié la herida, pero necesito aplicarte un poco de alcohol, después de eso te podré una gasa con algo de cinta, ¿está bien? —me preguntó y sin responderle solo asentí para que terminara de trabajar—

Al cabo de un par de minutos y que peleara con la cinta pues no podía cortarla, terminó y sabía que era momento de hablar.

—Realmente me gustaría explicarte las cosas—insistí—

—Y créeme que quiero escucharte—se sinceró—pero hoy no, Allison, solo quiero terminar con eso y pensar en todo lo que ha pasado.

¿Terminar con esto? Oh joder, definitivamente la había perdido.

—¿Podemos vernos mañana? —pregunté, al menos quería que me concediera esa última oportunidad—¿algún momento que tengas libre?

—Te aseguro que sí

—Lamento todo esto—le dije—

—A la que le duele todo lo que ha sucedido es a mí—dijo y todo dentro de mí se rompió, mi castaña no tenía idea—pues por salir conmigo te has ganado ese golpe—indicó donde anteriormente había dejado la gasa—

—Por estar contigo soportaría todo lo que me pase.

—Pero eso no significa que tengas que estar soportando que todo mundo te ataque, que cada cinco minutos recibas un golpe.

—Supongo que aún no tienes idea de lo que soy capaz de hacer por ti—me sinceré, ya era tiempo de que supiera que Ackerman y el que sea que se interponga me importa una mierda—ya es un poco tarde y tienes que descansar, muchas gracias por limpiar mi herida y ponerme el vendaje—agradecí y volteé a verla—

—Es lo menos que podía hacer—me contestó y con cuidado de no molestarla, toqué su rostro que estaba ruborizado y me acerqué a ella para plantarle un pequeño beso en la mejilla, si era el adiós, tenía que al menos despedirme de alguna manera—

—Descansa hermosa—le dije al ponerme de pie y caminar hacia el auto, estando ahí todo lo que pude hacer antes de subirme, fue extender mi brazo y despedirme—

Joder, todo se había arruinado y ya no había marcha atrás.

TURURURURURU, ACTUALIZACION MIS AMORES <3 ¡LOS AMO! PARTE 3/4, CUANDO ESTA PARTE LLEGUE A LAS 100 LECTURAS, 30 COMENTARIOS Y 50 VOTOS, LES TRAERE EL RESTO.


PD: TODO SE FUE A LA M I E R D A

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