-¿Aún no arreglan las cosas? -inquirió Namjoon, sentándose en la barra.
Julie lo miró con ojos como platos por la sorpresa y luego le sonrió, encogiéndose fríamente de hombros.
-Jamás lo arreglaremos. Ya es tarde. He decidido que es un imbécil.
-Pues eso está bien -Namjoon también se encogió de hombros, divertido-. Sólo dame una cerveza ahora.
Julie fue a buscar la que siempre bebía el pelirosa a la heladera, dejandole un amplio panorama a su culo. Es que los días pasaban, las cosas cambiaban, y aparentemente el culo de esa chica siempre estaba en su lugar, prácticamente absorbiendo sus pantalones, para darle una sonrisa de bienvenida. Era realmente maravilloso.
-Aquí tienes -dijo ella dejando la botella sobre la mesa y quitándole la chapita.
Namjoon bebió del contenido, paseando la mirada por el restaurante.
-Está un poco, hum... Vacío hoy.
-Está un poco frío afuera también. La gente no sale mucho en días como estos -para hacer acopio a sus palabras, la muchacha se cruzó de brazos y tembló-. Oh, espera. Subiré el calefactor -Julie se marchó hasta la pared, tocó algunos botones, Namjoon ladeó la cabeza mirándole el culo una vez más; y luego ella volvió con una sonrisa satisfecha-. Creo que nunca me acostumbraré al frío de aquí.
-Oh, créeme, ni siquiera la gente que nació aquí aún se acostumbra.
Julie suspiró y se sentó una banqueta detrás de la barra con expresión de aburrimiento.
-Debería ser feliz por no tener clientes, pero... -suspiró-. Se me hace aburrido.
-¿Y yo que soy? ¿Un cactus?
-Tu eres el molesto Namjoon que viene como cinco veces a la semana a tomarse una cerveza. No cuenta.
El muchacho rió y la rubita se vió contagiada por su risa.
-Pero soy encantador, ¿verdad?
-Un chico encantador no le miraría a una pobre chica que acababa de romper con su novio el culo de esa manera -Namjoon abrió mucho los ojos y ella sonrió burlonamente-. ¿Creíste que no me daba cuenta?
-Tampoco me lo habías mencionado antes.
-Bueno... -la chica volvió a suspirar-. Es bueno que alguien crea que mi culo sigue siendo bonito. Más luego de que su novio te deje por otro mejor.
-¿Mejor culo que el tuyo? -Namjoon se llevó la botella a los labios y negó con la cabeza-. Lo dudo.
-Oww, eres tan dulce. ¿Lo ves? Hasta me sorprende que no tengas novia.
El pelirosa se rió.
-A mi novia no le parecería bien que te mirara tanto el culo.
-Es una pena -la chica suspiró dramáticamente-. Creo que éste culo y yo se irán hacia la cocina de atrás -Julie le dió un golpecito a la mesa y se metió dentro de la cocina, balanceando las caderas.
Namjoon sonrió, sacudió la cabeza, dejó la botella en su lugar y la siguió.
Cuando se metió en la cocina, Julie yacía en ropa interior, subida a una mesada. Tuvo que tragar duro hasta que su mirada se acostumbró a aquel cuerpo escultural. Julie no era como las chicas de Corea del Sur, que se mataban por no comer bien y llegar a ser delgadas como una hoja de papel. No, Julie no era delgada. Julie tenías unas curvas de ensueño que le estaban volviendo completamente loco.
-Vaya, pensé que no vendrías -la rubita balanceaba las piernas a un lado y otro, como una niña-. ¿Qué esperas para sacarme ésto, eh? -tocó su corpiño y Namjoon se mordió el labio inferior, acortando el espacio que los separaba.
Ella sonrió y echó la cabeza hacia atrás cuando él liberó sus enormes pechos de miel, para luego quitarse ella misma la pequeña bombacha de encaje. Abrió las piernas y Namjoon se atragantó con su propia saliva, desabrochándose a toda velocidad los pantalones y sintiendo que la erección ya comenzaba a dolerle.
-Vaya... -murmuró ella, mirando su masculinidad-. Cortando estereotipos, ¿eh?
Luego rodeó su cuerpo con las piernas y Namjoon la penetró, así, sin preparación ni preocupación alguna. Julie echó la cabeza hacia atrás, soltando un agudo gemido, y Namjoon se sintió más que satisfecho. Un par de embestidas, un par de gemidos de parte de la muchacha, y luego de que ella tuviese un orgasmo; el muchacho se dejó ir y dejó salir todo de sí.
-A-ah -gimió, sintiendo que el frío se había ido muy lejos y que toda su frente estaba cubierto por una fina capa de sudor-. Shit.
-¿Ahora quieres comunicarte conmigo en mi lengua? -soltó ella risueña. Su pecho subía y bajaba deprisa, y estiró una mano para tomar unas servilletas y limpiarse el interior de los muslos-. Eso estuvo bien.
-¿Bien? -repitió, decepcionado, el menor.
-Bien -la chica se sonrió y levantó la barbilla-. ¿Quieres mejorarlo?
Namjoon se relamió los labios, pensando en una segunda ronda, y luego se le cortó momentáneamente el aliento cuando un rostro dulce y masculino se le vino a los pensamientos.
Jin.
Ladeó la cabeza, confundido, sintiendo que se le oprimía el pecho. Miró el cuerpo desnudo de Julie y sólo le pareció eso, extrañamente, el cuerpo de una mujer desnuda. Su erección no reaparecía, y de repente le entró la risa. Julie no entendía nada.
-¿Qué sucede? -inquirió ella, cerrando las piernas, cohibida.
-Debo irme -se disculpó él entre risas, subiendo sus pantalones y cerrando el cinturón.
-¿Cambiaste de opinión?
-Quizá debí haber abierto los ojos antes.
-No me digas que tienes novia...
-No -él sacudió la cabeza con una sonrisa tonta-. Pero sí que me gustaría.
Julie ladeó la cabeza, con una mueca.
-Oye, no es que no me gustes, me caes bien, pero...
-Un chico, en realidad. Hay un chico que me gusta.
Ahora ella parecía desencajada. Pero inmediatamente estiró una mano para buscar su ropa interior y ponérsela.
-¡Ah! -soltó-. ¿Te van los chicos también?
-Sí, eso es -Namjoon se encogió de hombros-. Y hay un chico en particular que me gusta demasiado.
-Y, dime, ¿es un chico increíble?
-Lo es.
-¿Y es bonito?
-El ser más hermoso sobre la faz de la tierra.
-¿Y es buena onda, simpático, y...?
-Es cascarrabias, malhumorado, insoportable e impaciente -respondió Namjoon con una sonrisa.
Julie le sonrió también. No con la sonrisa tonta que tenía él, sino con esa sonrisa llena de ternura y casi orgullo.
-¿Entonces qué haces aquí, jodido imbécil? -se rió, dándole un empujoncito en el hombro-. ¡Ve! ¡Ve con tu chico maravilloso y dile lo increíble que es para ti! Deja ya de perder el tiempo con otra gente si él vale la pena porque, créeme Namjoon: muy pocas veces en la vida conocemos gente así de genial y, dejarla ir, es la cosa más cobarde que existe en este mundo.
-¿Crees que debería...? -comenzó Namjoon, trabándose.
-¡Anda, ve! -Julie bajó de la mesada para buscar su blusa y ponérsela sobre la cabeza-. Compra flores.
-¿Debería comprarle rosas?
-¡No, rosas no! Es tan obvio; y si él es maravilloso entonces todo el mundo le habrá comprado antes rosas. ¿Quieres comprarle lo mismo que todos los otros chicos? -Namjoon negó con la cabeza-. Muy bien. Entonces comprale otras flores.
-¿Cuáles?
-¡Y yo que se! Pero ten en cuenta que cada flor tiene un significado.
-¿¡Y eso!?
-Sólo digo que le compres alguna que tenga un significado super genial, así se lo dices y él se verá realmente sorprendido de que hayas hecho una cosa así -Julie terminó de abrocharse los pantalones y suspiró, poniendo los brazos en jarra-. ¿Cómo es que sigues aquí, idiota?
-¡Me voy ahora mismo! -Namjoon la abrazó y le dió un sonoro beso en la mejilla, que hizo que ella se retorciera entre risitas y lo empujara-. ¡Eres la mejor!
-Lo sé.
El pelirosa salió prácticamente corriendo de allí, con sólo una cosa en la cabeza.
Cuando Namjoon llegó a la casa de Seokjin, no lo podía creer. Sostenía entre brazos el ramo de camelias y su sonrisa se había esfumado completamente cuando vió a Jackson al pie de su puerta, hablándole animadamente.
-¡Hola! -exclamó el pelirosa mientras se dirigía hacia la casa.
Seokjin y Jackson se giraron y él vió como ambos pasaban de la molestia a la sorpresa. Jin frunciendo el entrecejo, desconfiado, y Jackson sonrojándose enormemente.
-Esto... yo... -murmuró su amigo, rascándose la nuca-. Sólo pasaba a saludar, eso es todo.
-¿Ah sí? -inquirió Namjoon, diciéndole con la mirada que se podía ir bien a la mierda-. Si ya saludaste, ¿qué haces aquí?
-Yo... -Jackson tartamudeo, hizo una reverencia frente a Jin y compuso una sonrisa temblorosa-. ¡Bueno! Ya nos veremos otro día.
-No si puedo evitarlo -rezongó entre dientes Namjoon, creyendo que lo decía en voz muy baja pero dándose cuenta al instante de que los otros dos lo habían escuchado.
Jackson soltó una risita nerviosa y se marchó cabizbajo. Cuando Namjoon levantó la mirada hacia Seokjin, de sus ojos salían chispas.
-¿Me explicas por qué eres tan jodidamente disgustante?
Bueno... él no esperaba esa bienvenida.
-¿¡Y qué hacía él aquí!? ¿Tú lo llamaste? -entrecerró los ojos-. ¿Tienes su número?
-¡Sólo pasaba por aquí! ¿¡Por qué eres así!?
-P-pero... Pero traje flores...
-¿¡Y eso qué!?
-Son para ti.
Jin parpadeó lentamente, con expresión desencajada.
-¿Eh?
-Estas flores. Son, hum... ¡Camelias! Sí... -Namjoon se sentía demasiado nervioso, sus latidos se habían disparado; y parecía que Jin comenzaba a notarlo, porque había puesto los brazos en jarra y lo miraba con una sonrisa burlona-. Sign... Eh... Significa que...
-¿Las compraste por su significado? -repitió Jin, risueño, y Namjoon sintió ganas de arrojar las flores a la mierda porque de seguro habían sido una muy mala idea-. ¿Te vas a quedar ahí, congelándote?
El mayor hizo espacio para que Namjoon entrara, pero éste negó con la cabeza, sintiendo que el cabello se le comenzaba a llenar de nieve. ¿¡Es que acaso nunca dejaría de nevar!?
-No, necesito decir ésto... -trató de explicarse, la lengua se le trababa.
Jin frunció el entrecejo, sin entender.
-¿Estás bien?
-Sí.
-No te ves muy bien.
-Estoy nervioso.
-Eso ya lo noté, no entiendo por qué.
Namjoon lo miró y se dió cuenta de que Jin era tan hermoso que le estaba costando respirar. De verdad, se estaba sintiendo un poco mal ahí parado con cara de bobo. Y sin embargo una sensación de valentía y adrenalina le corría las venas. ¿O era acaso amor lo que sentía?
-Porque me gustas -respondió el menor débilmente.
-¿Namjoon?
-No, Jin, yo... -el menor cerró los ojos un momento y, cuando los volvió a abrir, vió que el otro parecía un poco preocupado-. He estado pensando cosas.
-También yo.
-Digo, cosas entre nosotros.
-No te vas a mudar conmigo.
-¿Qué? No -Namjoon no pudo evitar reírse, sabiendo que Jin sólo había dicho semejante cosa para relajar el ambiente. Pero él no quería relajar las cosas, lo que tenía que decir era de suma importancia y dudaba que las cosas de tanta importancia se dijeran relajado-. La cosa es que compré estas flores, para darte a ti.
-Compraste camelias -Jin asintió lentamente con la cabeza, cruzándose de brazos.
-Eso es, camelias. Porque las camelias tienen un significado muy bonito.
-¿Y cuál es?
-Es... Eh... Mmh... "Te querré siempre".
La sonrisa burlona de Jin se fue desvaneciendo lentamente.
-¿Y por qué las escogiste para mí?
-Porque estoy tan jodidamente cansado de andar por la vida sin tener absolutamente nada controlado. De alguna manera, es como si jamás dejase de ser un adolescente y eso ya es un poco aburrido, ¿lo entiendes? Me siento un poco estúpido, tan negado a ciertas cosas de las que eventualmente caería preso. Como esto, ¿lo ves? Amor. Porque, Jin, créeme cuando te digo que soy un imbécil y no me mereces, y que si tu respuesta es "no" entonces por mí estará bien, porque a nadie le desearía un imbécil como yo. Pero la cosa es que real, realmente, me gustas. Así como que me gusta follarte, y me gusta dormir contigo y también me gusta cuando te enojas conmigo, porque tu cara se pone toda roja y creo que eso es muy lindo. Creo que tu eres muy lindo. Me gustas de muchas maneras que jamás me había gustado nadie, y ahora mismo sueno como un adolescente diciéndolo así, tal vez, pero... te quiero de verdad, Jin. Y creo que te querré siempre, así como estas flores, por eso las escogí para ti. A lo que voy... -tomó aire, sintiendo que el corazón se le salía del pecho-... ¿Quieres ser mi novio?
Jin se quedó un segundo muy sorprendido, sus brazos pegados al pecho, su hombro apoyado contra el marco de la ventana.
Y, cuando Namjoon estuvo casi completamente seguro de que le diría que no, que se podía ir a la mierda él y sus camelias; el mayor saltó hacia sus brazos, logrando que ambos cayeran sobre la nieve helada. Comenzó a darle besos por toda la cara, molestamente, tiernamente, Namjoon se reía.
-¿Eso es un sí? -inquirió entre beso y beso del mayor.
-Es un "hasta que me rompas otra taza y entonces tenga que echarte a patadas de mi vida" -le dió otro beso sobre los labios, éste más largo, más tierno, más lleno de amor-. Creí que nunca me lo pedirías, grandísimo tonto.
-¡Entonces es un sí!
Seokjin se rió, asintiendo con la cabeza, y ahora fue Namjoon quien lo ataco a besos.
Y, sí, quizá la gente que pasaba por allí se los quedase mirando con cara de vergüenza ajena; pero a ellos no les importó absolutamente nada.