My Sweet Prince [Namjin// Yoo...

By Babi_Bu

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GANADORA DE WATTYS 2016 EN SUBCATEGORÍA COMO NOVELA FANFICTION ACLAMADA POR EL PUBLICO Jin no pensaba llevar... More

Atención
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Epílogo
My Sweet Prince
Ya se...
Fanarts
Fanarts pt. 2

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By Babi_Bu

Siempre me pasa lo mismo cuando hago una escena con éste alimento, así que voy a sacar dudas antes de empezar: pochoclos es lo mismo que palomitas, o pororó, o popcorn. ¡Es que en todos los países tiene un nombre diferente! Aiiiish jincha, ahh

También quería aclarar que acá es muy importante el tema del... tiempo. Por ejemplo, en el anterior capítulo sabemos que la escena transcurre una "tarde-noche", y que en el anterior a éste las cosas se suceden a la "mañana" de ese mismo día. Sin embargo, a continuación hay una escena en la sigue la historia del Namjin, o sea ese mismo día sería a la "noche", y luego aparece Yoonmin en la "mañana-tarde" de ese mismo día. ¿Se entendió? Es un poco como volver el tiempo atrás, ya que tengo que contar qué hace cada pareja y, obviamente, algunas cosas suceden al mismo tiempo que con otras parejas y así. Así que cuando tal y tal estuvieron toda la tarde y la noche juntos, aún me queda por contar la historia de otros tal y tal desde el comienzo del día. Bueno, a lo que voy con todo este menjunje que a lo mejor ni se entendió es que es importante seguir el hilo de "qué hora es" para no perderse; y si tienen dudas aquí está Babi siempre respondiéndoselas.

P.D.: Hay tantos gifs lindos del Namjin, pero sin lugar a dudas ese es mi favorito <3 Son tan lindos!! <3 <3

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-¿Crees que la chica sepa en realidad lo que sucederá si saca la espada de su cuerpo? -preguntó Jin, señalando con un dedo el televisor en donde veía el dorama.

-No lo sé -Namjoon cruzó sus brazos tras su cabeza, contra el cabezal de la cama-. No lo creo. Si lo sospechara, le habría preguntado porque lo ama, ¿no?

-Mm-mh -asintió el primero, metiéndose un par de pochoclos en la boca.

Luego de haberse dado un beso como de película. el pobre chico de pelo rosa había aludido a que se estaba muriendo de frío y que si no le dejaba pasar a su casa. Seokjin, como era comprensivo y generoso, le había dejado pasar a su casa. Por supuesto, que justo cuando se había quitado el abrigo el momento se había transformado en una sesión de besos, ya que ambos se habían quedado con las ganas y parecían no saciarse. El pelirosa lo había guiado hasta su habitación pero, justo cuando ambos caían sobre la cama, lo recordó. ¡El dorama! No podía perderse un nuevo capítulo, así que le dijo a Namjoon que "o miraban el doraba, o se podía ir a su casa". A éste no le quedó más remedio que aceptar y utilizar su superfuerza masculina para mover el televisor de la sala a la habitación. Así que allí estaban, bajo las sábanas, compartiendo un bowl de pochoclos y tratando de no morir de frío (es que a Jin se le había roto el calefactor portátil, y ahora tenía la capucha del buzo subida y atada con fuerza en la barbilla y unas medias de lana que le llegaban hasta las rodillas, por encima de los pantalones de pijama. Namjoon, por su parte, se había quedado con su ropa de calle que se veía bastante incómoda, pero sin lugar a dudas era mil veces más elegante.

-Beautiful lifeeeeeee -canturreó Seokjin con la boca llena de pochoclos a medio mascar cuando hubo una escena de drama en la que ponían esa canción. Le encantaba esa canción.

-Ahh, jincha -Namjoon se rió-. ¿No te da vergüenza que te oiga así? ¿O es que acaso ya ni me registras?

-Mi casa, mis reglas. ¡Oh, oh! Ah, no... Pensé que se iban a besar -chasqueó la lengua.

Namjoon se giró a verlo, pero él hizo como si no se diera cuenta y siguió con los ojos pegados a la pantalla.

-Jin...

-Shhh.

Inmediatamente sintió la mano de Namjoon bajo las sábanas, rozándole una pierna. Siguió haciéndose el desentendido.

-Jinnie...

-Que te calles, ¿¡no ves lo que pasa!? ¡Aigoo! ¿¡Por qué no dice que la ama y listo!? 

-Porque es un dorama.

Jin hizo una mueca y la borró inmediatamente cuando la mano de Namjoon llegó a su muslo interno. Pegó un respingo que hizo que varias palomitas volaran por el aire y el otro retiró la mano, asustado por su reacción.

-¿Qué? ¿Qué pasa? -preguntó, con los labios formaba una pequeña "o".

-¿¡Qué crees que estás haciendo!? -gritó Jin, mirándolo con enfado-. ¿¡Me estás jodiendo, Namjoon!? ¿Por qué eres así?

-No...

-¿No puedes ni siquiera ver un dorama conmigo y listo? ¿Nada de manos, ni de besos?

-Es que...

-¿Acaso toda tu vida se basa en sexo, eh? Dime -Jin vió como el rostro de Namjoon se ponía pálido de repente y apartaba la mirada, totalmente angustiado. Inmediatamente desfrunció el entrecejo-. Oye... Sólo bromeaba, Joon. No te pongas así.

-Lo siento princesa -Namjoon le dedicó una sonrisa apretada y volvió la vista hacia el dorama.

El mayor se dió cuenta de que ahora el muchacho tenía las manos entrelazadas sobre el regazo y que estaba un poco más lejos de su cuerpo. Estático en realidad. ¡Aigoo! ¡Había sido sólo una broma! ¿Cómo se podía ser tan sensible? Aish. Sacudió la cabeza y prestó atención nuevamente al dorama.

Namjoon cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás, apoyándola en el cabezal de la cama. 

-¿Quieres dormir? -inquirió el mayor.

-Mm-mmh -asintió el otro.

El primero suspiró, dejó el bowl de pochoclos sobre la mesita de luz y se acomodó también, cerrando los ojos y oyendo de fondo la canción del dorama que acababa de terminar.

Lo que Seokjin no sabía, sin embargo, era que ahora Namjoon tenía un problema bajo los pantalones.




-¿Qué haces aquí? -fue lo primero que salió de la boca de Jimin cuando vió a Yoongi justo frente a él. Se calzó la mochila de un sólo movimiento al hombro y lo miró de arriba a abajo, como si esperase que el muchacho le gritara o algo así-. ¿Estás bien?

-Vine a buscarte -explicó el peliverde, aunque tenía cara de desorientado.

-Ya veo... -Jimin entrecerró los ojos, pero inmediatamente sonrió. No lo pudo evitar-. Pues me alegro que estemos bien.

-¿Por qué estaríamos mal, Jiminnie?

No pudo evitarlo. Su corazón aleteó. Sintió que le ardían las mejillas y se vió obligado a apartar la mirada de aquellos ojos gatunos que parecían burlarse de él constantemente.

-Yo... Sólo... -tragó saliva. No sé. Entonces dime, ¿por qué viniste a buscarme?

-Creí que podíamos hacer algo divertido.

-Espera, no... -Jimin se acercó un paso, aún sin mirarlo a los ojos, y habló entre dientes-. No pienso probar otro caramelo de vuelta.

Yoongi se rió. Una risa como burbujeante, grave, que le puso los pelos de punta.

-¿Crees que la única forma que encuentro de divertirme es usando drogas? -sin embargo, él también había bajado la voz. De hecho, había ladeado la cabeza para hablar justo en su oreja, dejando tras cada palabra un halo de calidez.

Jimin se tensó. ¿Qué hacían un adulto medio perdido en las sustancias y un universitario solitario para divertirse? No se le ocurrían muchas ideas, pero sin lugar a dudas el picor que seguía sintiendo en el trasero era una de ellas.

Se aclaró la garganta y dió un paso atrás, tratando de mantener la compostura. Volvió a mirarlo. No, no, no. No pudo. Volvió a apartar la mirada.

-¿Comiste, Jiminnie? 

-¿Por qué de repente me llamas así? -soltó él, a la defensiva. Ahora sí, lo miró bastante enfurecido.

Lejos de la reacción que él había pensado, Yoongi se rió. Ésta vez se rió de verdad, y era sorprendente cuántos años le sacaba el sonreír de esa manera. Inmediatamente llevó una mano al bolsillo de su abrigo y sacó de allí una caja de cigarrillos y un encendedor. Se prendió uno usando el cuerpo de Jimin como escudo contra el viento helado, mientras éste lo miraba con una pizca de resentimiento. Probablemente no era resentimiento hacia Yoongi, sino hacia su propia mala racha en el amor; pero de cualquier manera al otro parecía gustarle. O, al menos, encontrarlo divertido.

Yoongi guardó la caja y el encendedor en su bolsillo, dió una calada y luego abrió una comisura de los labios para sacar el humo y que no le diera a él en la cara. Una especie de mueca que a Jimin se le hizo de lo más sexy. Y era horrible pensar así de un chico que estaba dañándose los pulmones de esa manera, pero no podía evitarlo.

-No -respondió al fin. Aunque probablemente era una pregunta retórica para invitarlo a comer, ya que de preguntarlo en serio sería muy estúpido, visto que acababa de salir de la universidad-. No, no comí nada.

-¿Y qué quieres comer? -Yoongi ladeó la cabeza y se mordisqueó la pielcita del dedo meñique de la mano que sostenía el cigarrillo. Había tal inocencia en su mirada que Jimin casi se cae de culo al suelo.

-¿De verdad me vas a llevar a comer? -inquirió con ingenuidad.

Yoongi dejó de morderse el dedo y enderezó la cabeza. Sonrió y le hizo un gesto con la cabeza antes de empezar a caminar.

-Ya vámonos.

Por supuesto, lo siguió, esquivando las pisadas en la nieve del mayor para no hundirse. Iba atrás, como un perrito faldero, y vió que varias personas se giraban a verlo. Bueno... no exactamente a él, sino a Yoongi. Así vestido, tal elegante, de negro, como un pantera, y con un cigarrillo, ¡¡¡y con ese pelo!!! Era para mirarlo. Era para comérselo con los ojos.

Jimin sonrió, como si sintiera orgullo de su nuevo amigo, y apretó el paso para quedar a su lado y dejar bien en claro a quién había ido a buscar el peliverde.

No estaba seguro de a qué lugar lo llevaría. Realmente pensaba en un restaurante como muy elegante, o acaso algún lugar muy turbio y oscuro en algún callejón. Pero, y para su grata sorpresa, Yoongi se limitó a escoger una cafetería cercana que olía a lugar familiar. 

Cuando entraron, todo el mundo se los quedó viendo. El peliverde desentonaba completamente pero, aún así, hizo caso omiso a la gente curiosa y escogió un lugar apartado, junto a la ventana. Jimin se sentó frente a él y levantó la pequeña carta con menú limitado.

-¿Tú que vas a pedir? -inquirió el pelirrojo, levantando la vista sobre el papel que sostenía. Se sorprendió un poco de ver que Yoongi aún no había apagado el cigarrillo, y que nadie le decía nada.

-No lo sé -suspiró, sin apartar los ojos de él ni un momento-. Lo mismo que tú.

-Entonces... -Jimin se mordisqueó el labio, nervioso. ¿Debía ser cortés y pedir lo más barato de la carta? ¿O acaso Yoongi se sentiría menospreciado y le molestaría? ¿Debía entonces pedir lo más caro y hacer como si no le importase su dinero en absoluto? Lo cierto es que quedaría desinteresado, y era lo que buscaba, pero... A lo mejor Yoongi no podía pagarlo, y entonces sería un poco incómodo-. ¿Un sándwich?

-¿Estás seguro que no quieres algo más? -Yoongi le quitó la carta de la mano y la miró. Su cigarrillo estaba peligrosamente cerca del papel-. ¿No te parece mejor algo dulce? ¿Unos waffles con chocolate y helado? ¿O un lemon pie? No seas tímido, Jiminnie, pide lo que quieras.

Yoongi volvió a devolverle la carta y él la tomó con manos temblorosas. Se sentía demasiado nervioso, casi que no quería estar allí; pero al mismo tiempo sabía que si se iba se arrepentiría todo el día... y los días siguientes a éste.

-¿Ya saben qué van a pedir? -interrumpió una mujer regordeta de mediana edad, muy sonriente. 

Jimin le devolvió la sonrisa, contagiado por su calidez, pero Yoongi no sonreía ni hacía otra cosa que mirarlo a él. A los ojos. Muy fijo. Muy intenso.

-Quiero los waffles entonces -señaló en la carta-. Y un... ¿batido de banana?

Miró a Yoongi como pidiendo permiso y éste le sonrió como si fuera un niño.

-¿Y usted qué va a pedir? -inquirió la mujer mirando directamente a Yoongi.

-Lo mismo -éste no le había devuelto la mirada, y Jimin pudo ver en la expresión de la mujer que eso había sido muy grosero por su parte.

Cuando estuvieron solos, todo se volvió el triple de incómodo. Jimin ya no sabía qué decir para matar el tiempo, ninguna de las conversaciónes banales que se le ocurrian eran apropiadas para comunicarse con Yoongi, y éste otro parecía no querer hablar tampoco. ¿Era tan interesante verlo y no decir nada? Porque para él era demasiado incómodo.

-¿Tengo algo... en la cara? -inquirió el pelirrojo al fin.

-No -Yoongi sacudió la cabeza.

Jimin parpadeó lentamente, incrédulo. ¿Acaso no había captado la indirecta?

-¿Entonces por qué me miras así?

-Tú me ves todo el rato cuando crees que no me doy cuenta. Estamos a mano, ¿no te parece?

A este punto, el menor se había sonrojado hasta las orejas.

Fue a hablar, pero justo llegó la mujer con la comida. Dejó ambos platos y vasos sobre la mesa y se marchó. Jimin comenzó a atacar sus waffles: estaba hambriento y se veían más que deliciosos.

-¿Te gusta? -preguntó el mayor.

-Sí -Jimin habló con la boca abierta. Inmediatamente lo miró, curioso-. Aún no has tocado tu comida.

-Me gusta verte comer.

-Eso es... -se mordió las mejillas internas-... vergonzoso.

-No lo es. Eres un chico sano, me agrada -Yoongi dió una larga calada en su cigarrillo y lo soltó por la nariz-. Siento como si me alimentara por medio de ti.

Jimin dejó de masticar un segundo. Aquello no le había gustado nada, pero no sabía bien por qué.

Siguió comiendo tranquilamente.

-¿Quieres hablar? -preguntó de repente, y el mayor pareció hasta sorprendido de oírle decir algo.

-¿Qué?

-De lo que sucedió el otro día -se metió un trozo gigante de waffle en la boca.

-No creo que haya que hablar de nada -el tono de Yoongi se había vuelto duro repentinamente. Frío. Aislado-. Sólo hazme saber si te gustó.

Jimin soltó con brusquedad los cubiertos y éstos repiquetearon sobre el plato de cerámica, haciendo tanto ruido que varias personas se giraron a verlo. Se encogió un poco, cohibido.

-¿Cómo?

-Dime: ¿me odias o no?

La expresión de Yoongi era como una máscara de inexpresividad.

-¿Por qué habría de odiarte?

-Eso es todo. Así que no estás aquí sólo por la comida, sí te gustó lo del otro día. Dime, ¿por qué habríamos de hablar de lo sucedido cuando a ti te gustó y a mi me gustó? No hay nada que aclarar.

-¿T-te gustó? -murmuró Jimin por lo bajo, tratando de no sonreír como un imbécil-. Sí, supongo que no hay que hablar de eso.

-Entonces... -Yoongi apagó el cigarrillo en el medio de su waffle y Jimin abrió los ojos como platos-. ¿Quieres hacerlo de nuevo?




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