El Maestro Del Tiempo. ¿Y si...

By Jonathan_Roche

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Ciencia Ficción Romántica: El hará todo por estar con ella, el destino tiene otros planes... ¿Quién hubiera i... More

"EL MAESTRO DEL TIEMPO" ¿Y Si?...
Prefacio.
La Cordialidad Ante Todo.
Buenas Relaciones.
El Incidente.
¿Que Esta Pasando?
Kym ¿Muerta?
Aun Más Confuso.
La Carta.
El Inicio de Todo.
El Viaje En El Tiempo.
¿Contárselo A Kym?
Un presente alterno 1. - Otra realidad.
Un presente alterno 2. - Así ocurrió todo.
Un presente alterno 3. - Una pequeña oportunidad.
Un presente alterno 4. - La testigo.
Un presente alterno 5. - Un turista del tiempo.
Un presente alterno 6. - ¿Qué estoy haciendo mal?
Paradoja.
Un vistazo al futuro.
Consejos para ayer.
El Maestro Del Tiempo.
Pa...¿papá?
Cerrando Ciclos.
Una Visitante Inesperado.
Esperanzas ¿rotas?
Multi-Universos.
Un presente alterno 7. - No son bienvenidos.
Un presente alterno 8. - Un plan perfecto.
Un presente alterno 9. - Agujero de gusano.
Un presente alterno 10. - Anhelos del pasado.
Un Presente Alterno-11 "Adiós Jonh Gleen"
Un Presente Alterno-12 "El Otro Gleen, la Otra muerte"
¿Viajar al futuro?
Año 2023
Un Pequeño Instante en el Tiempo.
Epílogo
Agradecimientos.
MURMULLOS EN LA PENUMBRA
FORMATO FISICO
LIBRO NUEVO

Escapando del Efecto Mariposa

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By Jonathan_Roche

Estoy seguro que, para cualquier persona medianamente cuerda, el viajar en el tiempo podría ser lo más increíble que les haya pasado en la vida, y así como tú, yo pensaba lo mismo en su momento, sin embargo, en mí caso a pesar de haber saldado grandes errores del pasado como lo fue el hecho de haber conversado con papá una última vez, también hubo muchas cosas que salieron mal. No me imagino despertando cada día de mi vida pensando que quizás pude haberlo hecho mejor y es que esto de viajar en el tiempo se vuelve adictivo, siempre pensando en cómo solucionar esta cosa o esta situación. Ahora es que me doy cuenta sobre cómo actúa la sabiduría del destino y pienso que lo mejor sería dejar que sea el mismo quien se encargue de guiarme en este tablero de ajedrez llamado vida.

Y fue así que una vez más salte hacia el pasado, intentando corregir esta vez con mucho cuidado pequeños errores para en el futuro no verme cara a cara con el despiadado efecto mariposa. Había dos factores muy importantes que debía resolver. En primera el factor Kym y en segunda el factor Mike. Me había dado cuenta que por más esfuerzos que hiciera yo o cualquier otro Jonh Gleen que compartiera mi ideal, Kym era la que siempre terminaba mal.

El primer pasó muy a mí pesar, tenía que evitar conocer a Kym a toda costa, me dolía en el alma esa decisión. No sabía que tanto afectaría el futuro en especial a mí propio destino. Dudaba si simplemente mí mente la eliminaría de mis recuerdos o si aún la recordaría, pero ella a mi no, de todos modos, en teoría cualquier otro Gleen no lo haría más. Si nos poníamos a analizar todo, teníamos que yo era el efecto mariposa de Kym. Si ella no me hubiese conocido ella jamás se hubiera ido a vivir conmigo, por lo tanto, ella no tendría que haber ido al súper mercado para prepárame la cena y como resultado la señora Margaret Hopkins no la hubiese arrollado esa tarde. Ningún Jonh Gleen de la línea de tiempo que sea la hubiera conocido jamás y por lo tanto nadie se metería con ella. A parte, si evitaba entrar a trabajar a la compañía de bienes raíces nunca me presentaría a la casa de Mike y jamás hubiera tenido ese altercado con el químico azul. Lo demás se deduce fácilmente. Esto nos conduce a la segunda parte de mi plan. El segundo paso; El líquido de taquiones, el líquido estaba totalmente conformado por partículas de taquiones, en si mismo aquel producto sólo serviría para acelerar los procesos químicos para los fines que Mike había pensado, es decir su negocio.

Un factor importante fue la tinta de mí pluma que se mezcló con aquel líquido y otro punto muy determinante fue la descarga eléctrica. En mí caso los resultados fueron mayores ya que según me había comentado el ahora finado Jonh Gleen 1, estaba muy reciente el contacto con aquel líquido azul, en cambio para él, los efectos fueron menores y los rastros de aquel químico azul prácticamente ya habían desaparecido de su organismo al cabo de casi un año, lo que volvió a activar su efecto, aparte de claro, terminar el proceso para que lograra viajar en el tiempo, fue el relámpago que lo golpeó aquella noche lluviosa en que Kym murió en aquella versión de línea de tiempo.

Como conclusión, son tres los factores determinantes:

1- El químico azul con taquiones.

2- El tiempo que actuó en el organismo.

3- Una fuerte descarga eléctrica.

Se debe de tener muy buena suerte o mala (según el punto de vista con el que se le vea) para que coincidan aquellos factores físico-químicos.
Aclarando esta situación me puse manos a la obra. Lo primero que hice fue alterar algunos hechos. Volví a aquel día en el parque donde Kym y yo hablamos por primera vez.

Ese día yo había salido a dar una caminata después de haber estado jugando varias horas con los videojuegos (que por cierto ya me hace falta una buena maratón de Star Craft II otra vez) ella estaba ahí, en el parque haciendo un poco de ejercicio en sus ajustadas licras negras. Mi objetivo era hacer que ella no quisiera dirigirme la palabra por si en algún momento nos viviéramos a encontrar. (Ya sabes, nunca se sabe que tan caprichoso puede resultar el destino). Así que me adelante cinco minutos a un ingenuo yo del pasado, a uno yo que ni si quiera tenía su habilidad. Elegí vestirme exactamente igual a ese día para evitar la más mínima sospecha. Ya estando en esa línea de tiempo puse en marcha mi plan. Estaba oscureciendo, ahí estaba Kym, ejercitándose como aquel día en que comenzó todo, me acerque a ella en forma libidinosa, fingí no reconocerla, y ya estando frente a ella lo dude mucho, pero al final pude articular palabra, trague saliva y dije;

- Dios pero que exquisitas nalgas tiene.

Conociendo a Kym, esperaba una buena bofetada (otra) y por consiguiente su desprecio hacia mi ser por todo lo que me restaba de vida. El Jonh Gleen de aquella línea temporal al notar que Kym lo aborrecía sin razón alguna, nunca intentaría acercarse a ella, pero la respuesta de Kym me puso en jaque. Cambio absolutamente todo lo planeado.

- Pero que idiota. Aléjese de aquí o voy a gritar. Un momento ¿Jonh?... Jonh Gleen – Respondió ¿con una sonrisa?

- Sí, soy yo. Oh demonios ¿Kym Stwart? No te reconocí. – Dije fingiendo sorpresa, anuqué ella extrañamente veía alegre

- Así que en tu tiempo libre te dedicas a acosar a las chicas en la calle. Bueno, por lo menos ya me dirigiste la palabra- Dijo al tiempo que sonreía de oreja a oreja

- Lo siento, en verdad no te reconocí, será mejor que me marché. - Dije.

- Espera, aun es muy temprano, porque no me invitas al cine.

Me quedé mudo. De nuevo se repetía la historia como ya la conocía.

- Yo am lo siento, disculpa debo de irme. - Dije - Al tiempo que me daba medía vuelta y me alejaba de ese lugar, pero ella remató con;

- Vamos Jonh no fue para tanto. Además, tienes razón, hago mucho ejercicio ¿Tengo unas nalgas envidiables no? – Dijo sintiéndose muy orgullosa de su retaguardia.

No podía creerlo, no solamente no se molestó, si no que aparte lo tomo como un cumplido. No le respondí, acelere mi marcha.
En la esquina un despistado Jonh Gleen se acercaba a la ubicación, debía de ser cuidadoso, y no dejar que me viera, cruce la calle y me dirigí al departamento, debía de planear mejor las cosas. Ya en mí departamento, o mejor dicho en el departamento de aquel Gleen me dije a mí mismo;

- Bien Jonh, tienes que hacerlo mejor.

Volví a hacerlo, salte en el tiempo, retrocedí esta vez diez minutos, no quería encontrarme conmigo mismo en el primer intento fallido. Ya estando en el parque me acerque a ella con un nuevo plan;

- ¿Jonh? ¿Jonh Gleen, eres tú?

- Sí, Hola, am, te llamas Kym ¿cierto?

- Sí, así es, que extraño verte por aquí, ¿vives cerca?

- Sí algo, ¿ejercitándote? – Pregunte.

La pregunta tenía un fin, debía herir su orgullo. Aunque eso significaría una fuerte bofetada de su mano de hierro.

- Sí, intento ponerme en forma.

- Qué bien. Vaya que si te hace falta. Esos kilos de más son tercos ¿no?

Entre cerré los ojos, y solo esperaba el golpe directo en mí cara. De nueva cuenta me equivoque.

- Sí, tienes razón, esos últimos kilos son los más necios, wooow, nadie me había puesto en mí lugar como lo acabas de hacer.

- Lo siento, solo fui sincero, estas un poco pasada de peso. - Respondí intentado herirla.

- Pues no sé si molestarme o admirar tu honestidad, creo que tienes razón. Ya casi había terminado y estoy aburrida, que te parece si vamos al cine, serviría también para conocernos mejor, ¿Qué dices? Aun no es tan tarde.

No podía creerlo, de nuevo había fallado, incluso me admiraba según ella por haber sido honesto.

- Lo siento, no puedo, tengo que irme. –Dije.

- Está bien Jonh. Como gustes nos vemos el lunes y espero al fin me dirijas la palabra en la oficina.

Regrese al apartamento una vez más. Maldición tenía que intentarlo de nuevo, es más, esta vez sería todavía más enérgico y más grosero si fuese necesario, así que de nueva cuenta salte en el tiempo.

Volví al miso parque, en esta ocasión quince minutos antes. De nuevo estaba ella haciendo algunos estiramientos y muy a mí pesar esta vez tenía que ser un patán. Me acerque con toda la intención de manosearla y a solo tres pasos de ella me percaté que al otro lado de la acera y entre las sombras observándome, estaba otro Jonh, solo estaba allí, tan quieto que un maniquí lo hubiese envidiado. Me miraba fijamente, un frío torrente de adrenalina me recorrió hasta la médula espinal ¿Me habían descubierto una vez más? ignoré a Kym, y me seguí de largo, necesitaba saber de qué se trataba todo esto.

Comencé a avanzar hacia la dirección de aquel Jonh Gleen, el cual ni si quiera intento escapar. Al llegar hasta él mire su brazo. Tenía la pequeña cicatriz que el viejo Gleen me había hecho con el cuchillo, era él, era Jonh Gleen del año 2023, aquel que me había invitado a comer en el futuro.

- Pero que mal educado eres ¿Siempre acostumbras saltar por la ventana después de que terminas de comer en casa ajena? - Pregunto sarcástico.

- Solo cuando me retienen contra mí voluntad. – Respondí retándolo con la mirada.

- Pudiste morir, pudiste matarnos a mí y al viejo ¿estás loco?

- Ya sabes la respuesta. – Respondí.

- Sí, la sé. Por lo que veo sigues empeñado, en ella a pesar de todo lo que hablamos - Dijo mientras señalaba a Kym.

Lo más extraño es que mientras él la miraba ejercitándose, de sus ojos, tres o cuatro lagrimas aparecieron inesperadamente. La observaba con ternura e incluso me atrevería a decir con cariño. De pronto caminando y con mí misma ropa se acercó un Jonh Gleen. Era yo mismo, pero hace diez minutos, y en cinco minutos llegaría otro más hasta terminar en este punto en que te cuento todo esto, era un bucle temporal.

- Así que no dio resultado ¿cierto? - Pregunto

- No todavía ¿Cuánto llevas espiando?

- Lo suficiente para saber que eres un imbécil. Quizás deba acercarme y encargarme de ella yo mismo.

- Tú fuiste el culpable, tú te deshiciste de Kym, de mí línea temporal, todo es tu culpa. Esta vez no te lo permitiré imbécil. Quizás deba de terminar aquel viaje cinco mil millones de años en el pasado que quedo pendiente. – Dije, dando un paso hasta quedar justo frente a su cara.

Mientras le reprochaba lleno de rabia que él era el culpable de lo que le había sucedió a mí Kym, comencé a concentrar en mis manos aquella energía azul.

- ¿En serio quieres pelear aquí? Que harás cuando aquel Jonh Gleen nos vea y no sólo eso, toda la gente que está alrededor. – Dijo.

Tenía razón, respire profundamente. Cerré los ojos por un segundo y al mismo tiempo ceso la energía que emanaba de mis manos.

- Dime ¿por qué lo haces, ¿qué pretendes? Te dije que el destino no se puede cambiar. - Dijo.

- Quiero evitarlo todo. Nunca conoceré a Kym. - Argumente.

- Lo único que lograrás es que este maravilloso don nunca nos haya sucedido, ya déjalo así, deja todo esto por favor.

- ¡No! ahora lárgate, tengo que salvar a alguien. - Ordene mientras mi vista se clavo nuevamente en ella.

- Veo que no cambiarás de opinión, pero ¿y sí?

Dijo al tiempo que su vista también apuntaba hacia Kym, el primer Jonh Gleen que estaba con ella ya se había ido y luego agrego;

- ¿Y si, Kym muriera también hoy?

Comenzó a avanzar hacia ella, pero al tercer paso que dio y sin importarme nada lo sujete firmemente del brazo con mí mano desnuda.
Un gran destello de energía azul y acompañado de una honda de calor fue despedido del cuerpo de ambos, inmediatamente lo solté. Todo fue tan rápido. Algunas personas que estaban en la zona se percataron un poco de aquel zumbido y después de no saber que sucedió continuaron su camino.

- Grandísimo idiota ¿Qué haces? Acaso estas dispuesto a perder todo por nada. - Dijo.

Miro de nuevo hacia donde estaba Kym y cuando se disponía a caminar de nuevo hacia su dirección le dije;

- Sí lo intentas una vez más, la próxima vez no te soltare, ¡lo juro!

Inmediatamente detuvo su marcha. Primero me miró de reojo y luego se giró de frente a mí, viéndome directamente a los ojos.

- Te admiro Jonh Gleen, realmente la amas ¿no es así? Después de que todas las posibilidades están tu contra y a pesar de que el destino te golpea constantemente tú... tú simplemente sigues luchando, sigues intentándolo, vuelves a insistir una y otra y otra vez.

- Así es y más vale que no te interpongas. – Dije observándolo fijamente a la cara y dispuesto a terminar lo que había empezado en el año 2023.

En ese momento aquel Jonh bajo la mirada como avergonzado por algo. Con la voz casi quebrada dijo;

- En realidad, crees que yo la asesine en tu línea temporal ¿cierto?

- Así es, y no intentes negarlo o ¿dirás que tú no tuviste nada que ver? Vi un arete de ella en tu ropa ¿lo negarás?, ¡responde idiota!

- Jonh. Yo no fui el culpable, vayámonos de aquí ya no quiero verla más. Te contare todo.

Pero es que acaso ¿aun había más sorpresas por descubrir? Lo mejor era seguirle el juego, necesitaba saber todo lo que el supiera.
Ambos quedamos de acuerdo en ir al departamento del Jonh Gleen de ese tiempo, necesitábamos privacidad para todo lo que aún estaba a punto de descubrir.

- Toma - Dijo al tiempo que me entregaba aquel arete de Kym.

- Bien, cuéntamelo todo.

- Los diarios que te mostré no metían. Tú debiste morir aquella mañana, pero junto a tu cuerpo también debió de haber estado el cuerpo de ella.

- ¿De qué diablos estás hablando? Me dijiste que ella simplemente desapareció aquel día, los diarios decían que parecía que la tierra se la había tragado.

- Así es, aquel día intenté adelantarme y quise traerla a mí presente, es decir al 2023, y adivina... fue imposible. Después de unos cuantos minutos ella comenzó a toser y escupir sangre, y como por arte de magia comenzó a desintegrarse en pequeñas partículas. Todo ocurrió justo a la hora en que ella debió de haber muerto en su línea original. Acaso ¿no lo vez? es el maldito efecto mariposa. Las consecuencias de un acto determinado pueden atravesar tiempo, espacio y distancia sin ningún problema, Kym está destinado a ¡no ser!

- ¿Y qué quieres que haga? que simplemente lo olvide, ¿qué olvide el hecho de que tarde o temprano ella será asesinada? - Ayúdame, por favor te lo ruego.

Al pedirle ayuda a aquel extraño conocido, en su mirada pude notar unos ojos cristalinos, eran pequeñas lágrimas, casi imperceptibles.
Titubeó antes de hablar, pero finalmente dijo;

- Sí te ayudo yo... yo dejare de existir.

Todo cobraba sentido. Él me había dicho que era un remanente directo de mí, así que, si cambiaba algo, si evitaba que todo esto sucediera el dejaría de existir al igual que toda su realidad incluyendo al viejo Gleen. Es por eso que querían evitar que yo hiciera algo distinto.

- Así que por eso todo este embrollo. - Afirme.

- Exacto, si evitas todo esto, dejaremos de existir, será como si simple y sencillamente el universo jamás nos hubiera tenido contemplados.

Sus palabras me conmovían (pero solo un poco) yo era el culpable real de todo esto, debía de ser duro y frío como el hielo.

- Pero es que acaso ¿no te importa todas las muertes que han ocurrido hasta ahora? todos los problemas que hasta ahora se han suscitado. - Dije.

- No quiero nada tuyo, ni nada te estoy pidiendo, solo déjalo ser, deja que el tiempo fluya, deja que el destino sea quien decida, no tú, eso no te corresponde a ti. - Respondió

Un frió gélido se dejaba sentir aquella noche. Quizás era el efecto de sus palabras tan llenas de razón contra mí cordura tan llena de incertidumbre. Aun así, no desistí.

- Lo siento, tengo que componer todo esto con o sin tu ayuda. - Dije.

- Bien, no me dejas otra opción. – Dijo con una mirada tan fría como la misma noche.

Me preparaba para pelear una vez más, pero lo que aconteció inmediatamente solo lo pude atribuir a la ayuda del divino.

- Calma. Creo que no me entendiste Jonh, no me dejas otra opción. ¡Yo te ayudare!

Esa respuesta me tomo por sorpresa. Para ser honesto creí que tendría que liarme a golpes con él.

- ¿Ayudarme? ¿Qué ganarás tú? ¿Cuál es el truco?

- No hay truco solo quiero que todo salga bien para ti, quizás puedas crear un futuro del que te puedas sentir orgulloso. ¿Recuerdas las palabras de papá? Me gustaría que allá, en un lejano 2023 también yo me sienta orgulloso de mi pasado. Solo prométeme que te crearás un futuro digno de envidiar.

- Te lo prometo, lo juro.

- Bien novato, te daré algunos tips y también necesitaremos ayuda del viejo Gleen, yo me encargare de eso.

- Gracias, muchas gracias. – Dije con el corazón en la mano.

- No seas sentimental, ya habrá tiempo para eso. Seguiremos tu plan, en realidad es bueno pero hay puntos que limar.
Primero para empezar efectivamente debes de evitar siquiera haber visto a Kym una sola vez en tu vida, pero debes de ir más atrás todavía. Para lograrlo tienes que evitar entrar a trabajar a la compañía.

Segundo, alterar la composición de aquel líquido azul en casa de Mike, esto quiere decir que, aunque alguien tenga contacto con aquel balde, no habrá efecto alguno, por lo menos deberá reducir su efecto prácticamente a nada.

Y tercero, evitar que aquella noche ese rayo nos golpee, con estos tres factores primordiales evitaremos todo.

De pronto aquel Jonh Gleen tomo el papel de líder. En cierta forma, sus ideas eran muy buenas, decidí darle esa oportunidad.

Su plan tenía demasiada lógica, estos tres factores vendrían a ser la constante en todo esto, les agregaríamos una variable, una que cambiaría todo el juego a nuestro favor.

- Bien, debo de empezar ya. - Respondí.

- Tranquilo, te dije que te ayudaré y así es como lo haremos;
Yo me encargaré de evitar tu entrada a la empresa, hare que te rechacen de ese empleo.

- ¿Cómo lograrás eso? - Pregunte.

- Recuerda que después de la entrevista quedaron en confirmar al día siguiente si fuiste aceptado o rechazado, pues bien, lo que haré será fingir una llamada a Jonh Gleen indicando que no fue aceptado dentro de la empresa y a su vez llamare a la empresa diciendo que ya no me interesa el empleo, ya que encontré otro mejor.

- No lo sé, es un buen trabajo y apenas comenzaba a ascender. - Dije.

- ¿Tienes una idea mejor? En lo que piensas la respuesta, espérame aquí un momento.

Sin decir más se levantó del sofá y simplemente salto en el tiempo. Suponía que, al futuro, después me enteré que no me equivoque. Mientras estaba solo pensé en lo difícil que se lo pondría todo al pobre Jonh Gleen del pasado al dejarlo sin empleo, sin la habilidad de viajar en el tiempo y sin novia. Aunque en realidad le ayudaba también a evitar todo esto que yo ya había vivido. Pasaron menos de dos minutos cuando dos siluetas humanas aparecieron en medio de la sala del departamento, era Jonh pero venía acompañado del viejo Jonh Gleen. En la mano tenía aquel químico azul.

- ¿Esta vez no saltarás por la ventana hijo? - Pregunto el viejo.
En realidad, me daba gusto verlo de nuevo, me inspiraba cierta confianza, no sé por qué. - Solo sonreí y dije;

- No, mientras no me secuestren de nuevo. no intentare volar por los aires.

Los tres reímos al mismo tiempo. El miedo y la incertidumbre inicial que tenía para con aquellos dos fue desapareciendo. Después el viejo continúo e hizo una pregunta que no supe cómo responder;

- Así que quieres evitar todo ¿no te importa que nosotros dejemos de existir?

Baje la mirada, desde luego que entendía el sentir de los dos. Pero ¿que debía de hacer a estas alturas? solo dije;

- Lo siento

- Jajaja es broma hijo. No te preocupes Jonhy sigue a tu corazón, de cualquier forma, siempre viviremos en ti y si ya está todo decidido, manos a la obra. De hecho, me tome la libertad de adelantarme un poco. - Dijo al tiempo que levantaba el brazo mostrando triunfalmente aquel líquido azul.

- ¿De qué hablas? Y ¿Por qué trajeron ese químico? – Su respuesta fue igual de asombrosa, tanto como el mismo hecho en sí;

- Te aclaro que no es el mismo que tomamos de debajo de tu cama. Es el de la casa de Mike, justo momentos después de que llegara a su casa. Lo único que hice fue tomar el balde original con aquel líquido y cambiarlos por otro. Básicamente lo sustituí por otro con agua, con cloruro de potasio y pintura azul. Así que, aunque cualquier Jonh Gleen de la línea temporal o espacio que sea deje caer una pluma o introduzca su mano, no sucederá nada y cuando Mike descubra que no sirve para nada cancelara su producción por lo que nunca existirá este diabólico químico.

- Pero se supone que jamás trabajare en la empresa de bienes raíces, no tendría por qué suceder eso, ¿Qué tendría que hacer yo en casa de Mike? - Respondí.

- Puede ser, pero estas olvidando que el tiempo es una constante. Lo que estamos haciendo es parchar todos los puntos débiles. Si algo fallará en el proceso inicial, es decir, que fallemos al evitar que entres a la empresa de bienes raíces, ya estamos cubiertos con la alteración de aquel líquido, y si aun así volviera a fallará este paso, todavía tenemos un as bajo la manga. Tu evitarás que aquella noche te golpee aquel rayo, básicamente evitarás que Jonh Gleen 0 exista, y al evitar esto jamás podría viajar al pasado puesto que no hubo un catalizador que iniciará todo, y jamás habría algún Jonh Gleen capas de viajar en el tiempo, Kym no moriría en ninguna línea temporal, incluso ni si quiera la conocerás, no por lo menos en la línea de tiempo principal que vendría a ser esta, por lo tanto todo lo que ocurrió solo será el bonito argumento de un libro de ciencia ficción, algo que solo ocurrió en la loca imaginación de un escrito.

Sentía cierto alivio por saber que todo podría solucionarse, pero por otro lado una extraña melancolía invadía todo mí ser. Perdería mis habilidades y significaría que aquella reconciliación con papá jamás existió, aquel primero beso con Kym seria algún recuerdo solo en mi mente. Volvería a ser el mismo perdedor de toda la vida, pero ahora también sin empleo.

- ¿Qué pasa hijo? No es eso lo que querías. ¿No pasaste por todo esto tú y los otros Gleen que ya no están en este mundo para lograrlo? ¿Qué ocurre? - Preguntó el viejo, intuyendo que algo iba mal.

Dentro de mí sabía que esto sería lo correcto, no tenía que arrepentirme, no a estas alturas.

- No pasa nada, sigamos con el plan. – Dije totalmente decidido.

En ese momento tomo la palabra mí otro yo, el del 2023.

- Bien, que así sea, entonces tengo que ir hacia atrás, tanto como casi 7 meses al pasado. Justo al día en donde serás rechazado de aquel empleo.

- Correcto, yo debo de deshacerme de este químico, quizás lo lance al fondo de un volcán en Bali en el periodo Cretácico. - Respondió el viejo Jonh.

- Supongo que me toca saltar al 26 de octubre del 2015 y evitar que el rayo caiga sobre mí aquella noche, mejor dicho, sobe el Gleen de esa línea temporal.

- Será interesante ver cómo ocurrieron las cosas en realidad. Después de todo, lo mío fue provocado artificialmente gracias a el contacto de aquellos fusibles en la cocina y a la información de Jonh Gleen 1, al mismo tiempo nunca podrá darme aquella información ya que nunca existió, rayos es tan confuso, todo. - Dije.

- No tienes ni idea hijo. - Respondió el viejo Jonh Gleen mientras se carcajeaba misteriosamente, tal vez nunca descubriría a que se refería o quizás sí.

- ¿Qué sucederá conmigo? ¿Desapareceré como ustedes? - Pregunte.

- Lo dudo, eres Jonh Gleen 0. Eres la fuente, los que desaparecerán seremos nosotros dos y cualquier Jonh Gleen de todas las líneas remanentes o no remanentes. Lo que sí es seguro hijo, es que algo en ti cambiara, es difícil saber qué.

- Bien, basta de parloteo, manos a la obra. - Dije al tiempo que me levanté del sofá totalmente decidido a cambiar todo.

- Recuerda que será una noche lluviosa, ve preparado. - Dijo el Gleen del año 2023.

Fui hasta la habitación que en realidad en ese tiempo no era la mía, y tomé prestada una sudadera, aquella sudadera gris con capucha, compañera de casi todas mis aventuras. Aquella noche sería fría y lluviosa. Esa noche Kym había sido atropellada por la señora Margaret Hopkins y para dramatizar más las cosas seria la tormenta eléctrica más intensa en varios años. Desde la habitación escuche el típico zumbido con una ligera brisa de aire tibio, venia de la sala. Uno de los dos ya se había marchado. Volví de inmediato a la sala y en efecto, solo estaba el viejo Jonh Gleen.

Me miró fijamente a los ojos, y me dijo;

- El ya se fue, disculpa si no se despidió de ti, está un poco molesto por tu decisión, no es fácil saber que en unas horas dejaremos de existir.

Me sentí mal por él y por el viejo.

- Lo siento, de verdad lo siento. - Dije

La respuesta de aquel viejo me sorprendió, comprobaba que el tiempo no paso en vano y la sabiduría se volvió su aliada con el paso de los años.

- Hijo, no hay nada que disculpar, solo prométeme que crearás un futuro digno para todos los Jonh Gleen del futuro

- Así será, lo prometo.

- Bien, ahora ve Jonh Gleen El Maestro del Tiempo, acaba con todo esto.

Mientras saltaba hacia el futuro a aquella noche lluviosa para evitar que todo esto nunca hubiera sucedido, aquel viejo remato;

- Demuestra que el destino si se puede planear. - Dijo mientras me guiñaba un ojo.

Creí que sería la última vez que me toparía con aquel viejo testarudo o por lo menos hasta dentro de bastantes años al futuro cuando me mirará en el espejo y lo viera realmente a él. Por suerte por millonésima vez me equivoque. Y siguiendo las instrucciones del viejo Gleen en cuanto a la ubicación y a la hora en que el rayo me golpearía, llegue a aquel memorable día en donde todo comenzaría. Lo admito, estaba bastante emocionado, por fin sabría cómo hubiera sido todo si Jonh Gleen 1 no me hubiese adelantado las cosas a través de una carta que fue la parte olas para la aventura más grane de mi vida y quizás la última.

Llegue al tiempo indicado, justo a la esquina de la calle en donde ocurriría todo. Estaba lloviendo copiosamente, el frío que se sentía aquélla noche solo se comparaba con la pétrea decisión que ya había tomado. El rayo caería exactamente a las 8:23 pm y en ese momento ya eran las 8:17 pm. Aún tenía cinco minutos de ventaja. Decir que me sentía como un niño esperando a que el dentista me atendiera estaba de más. Estaba nervioso, emocionado y con miedo, todo al mismo tiempo. Un torrente de sentimientos me recorría todo el cuerpo, aun no superaba la frivolidad con la que Kym me trato la última vez cuando se despidió de mi para ir a trabajar. Recordé que el viejo Gleen en algún momento me pregunto si estaba seguro de que ella me amara, él sabía más de lo que decía, de eso no cabía la menor duda. No me importaba si ella no estaba segura de amarme, yo si la amaba y era esa la razón por la que estaba a punto de hacer todo esto, no quería que algo le sucediera, además aun debía tributo a aquellos que también se habían sacrificado por mí y por ella. Esta seria mí forma de hacerlo, en cierta forma se lograría el objetivo, ella no moriría y yo estaría sano y salvo asegurando un buen futuro para cualquier Jonh Gleen, tal y como se lo había prometido a papá y al viejo Jonh. Lo que era un hecho es que muchas preguntas se quedarían sin respuesta, los Jonh Gleen del futuro tenían razones de sobra, según ellos, para eliminar a Kym de un destino que decían no le correspondía. ¿Qué los motivaba a intentar eliminarla de la existencia? ¿Quiénes eran los otros viajeros? ¿Quién era el militar con el apellido Jackson que vi en mis visiones? Y sobre todo ¿Qué consecuencias traería este nuevo cambio?

La diferencia entre esta y las otras ocasiones, es que esta vez ya no podría cambiar las cosas si algo saliera mal. Había muchas probabilidades de que me quedara sin mí habilidad, sin embargo, ya no había marcha atrás.

Un extraño presentimiento me hizo despertar de mis cavilaciones, en la esquina de la calle dando vuelta y totalmente empapado, estaba él, o mejor dicho yo, en una de tantas realidades que pudo haber sido, era Jonh Gleen, "El Maestro del Tiempo" tristemente ese sobre nombre él no lo conocería jamás. Lo observaba oculto entre algunos puestos callejeros. Parecía fuera de sí, era lógico él seguía consternado por la muerte de Kym hace tan solo unas horas. Era tiempo de iniciar con el plan final. Comencé a avanzar hacia su ubicación, mire hacía ambos lados de la calle antes de cruzar. De pronto una pequeña sorpresa me sobresalto, en la esquina de la acera contraria, estaban el viejo Jonh Gleen y el Jonh del año 2023.

Me miraban fijamente, la cosa debió durar cinco segundos, tal vez seis, ellos simplemente me observaban. Esta vez no intentarían evitar nada. El viejo Jonh Gleen me sonrió y asintió con la cabeza, como animándome a que no dudara, no a estas alturas, mientras tanto el otro Gleen solo miraba inexpresivamente hacia mi dirección. Ellos ya habían realizado su parte, me tocaba a mí realizar el acto final. - Como si fuera tan fácil- Pensé. Mire mí reloj, aún tenía unos minutos, Aquel Jonh Gleen de esa línea de tiempo se acercaba cada vez más. Iba casi arrastrando los pies y con la cabeza baja, pobre infeliz- Dije en voz baja - Sentí lastima por él.

Había muy poca gente ya en la calle, la mayoría se refugiaba de la lluvia y del frió al interior de algún café o negocio cercano, pero no nuestro desdichado amigo Jonh Gleen, (quien en algún punto de su existencia se convertiría en Jonh Gleen 1, aquel que murió en el callejón a espaldas del restaurante Don Asado) sin importarle nada y a paso de tortuga caminaba por la acera, su cara denotaba tal tristeza que me carcomía las entrañas una tristeza de la que nunca fui consiente hasta hoy. Todavía faltaban tres minutos para que aquel rayo cayera sobre el miserable desgraciado. Fue en ese instante cuando los vi, justo frente a mí ¡otros dos Jonh Gleen! No sé de qué época o año, supongo ya no importaba y no, no era un espejismo o una alucinación, una vez más no me lo pondrían tan fácil. No se veían muy contentos, me habían visto, sabían lo que intentaba hacer y estaban muy conscientes de hasta a donde había llegado. Asustado como un ratoncillo mire a lo lejos al viejo Jonh Gleen y su doble más joven quienes también se habían percatado de lo que pasaba. Avanzaron hacia a mí a toda velocidad y en 30 segundos ya estaban conmigo. Por sus caras aquellos bastardos de la acera de enfrente nunca se imaginaron que aquella noche yo llevaría refuerzos, por primera vez fui yo quien les sonreí a aquellos idiotas. Seis Jonh Gleens en la misma calle, ¿puedes si quieras entender la increíble paradoja que estaba viviendo en ese momento?

Fue Jonh del 2023 quien hablo primero;

- Termina tu parte, nosotros nos encargaremos de ellos. En ese instante el viejo Gleen dio media vuelta y avanzo hacia su dirección, en cambio el joven Jonh me miro y solo agrego:

- Por favor has que esto que sucederá a continuación haya valido la pena ¿Cinco mil millones de años al pasado em? Gracias por la idea. No hay tiempo para pelear, no enfrente de la gente, suerte muchacho - Y mientras me guiñaba un ojo escuche su voz por ultima vez - Confió en que hagas algo bueno con nuestro futuro, ahora sorpréndete con lo que veras.

No entendí a qué se refería, pero lo haría en un minuto.

Ni si quiera pude decir nada, y al igual que el viejo, dio media vuelta y lo siguió por detrás. Dios es testigo de que con todo mi corazón hubiese deseado ayudarlos, sin embargo, debía aprovechar al máximo la última oportunidad que me brindaban.

Gleen de aquella línea temporal aún estaba a dos minutos de llegar a mí altura, cuando de la nada y sin aviso previo cayo un fortísimo relámpago. Tan fuerte y sonoro que retumbo toda la calle haciendo que la mayoría de los autos encendieran su alarma anti robos. El rayo golpeo muy cerca de él, pero ni si quiera se inmuto. El simplemente siguió avanzando como si nada. Ya las calles estaban obscuras, y a pesar del cielo nublado se elevaba una magnifica luna llena. La helada lluvia ya caía a raudales acompañada de pequeños granizos, un perro paso corriendo a toda velocidad junto a mi aterrorizado por el estruendo de aquel rayo. De pronto y juro por la gloria de mi madre que en realidad fue así, el tiempo... el tiempo simplemente se detuvo. Y no quiero decir que se ralentizo el tiempo se detuvo total y absolutamente del todo. Las pruebas eran las cientos de miles de gotas de agua y granizo que del cielo caían pero que ahora estaban suspendidas en el aire. Las personas aun con la expresión de asombro, permanecían como petrificadas y un rayo de menor tamaño que a punto de hacer contacto con el suelo se detuvo a centímetros del piso, además del perro que quedo congelado en posición de carrera junto a mí. Y como si eso no fuera lo más increíble de esa noche, éramos seis Jonh Gleen pero solo a cinco de nosotros parecía no afectarnos aquel fenómeno que provenía seguramente con toda intención, de mis amigos del futuro. Algo raro ocurría (aparte de todo esto) pude sentir una energía adicional proveniente de un punto en la calle en particular. A lo lejos una silueta humana parecía observarnos, y no, no era ningún Jonh Gleen parecía ser ¿de un muchacho?, un muchacho mucho más joven que cualquiera de nosotros, simple y sencillamente observaba todo desde su posición, como a cincuenta metros de distancia, parecía que no quería problemas, simplemente estaba ahí parado. Por ahora ya no tenía tiempo para indagar sobre él.

El viejo Gleen tomo directamente con su mano desnuda el cuello de uno de sus clones, un enorme chisporroteo de partículas azules emano de ese punto, pero parecía que el viejo no era afectado por el contacto directo. Aquel el viejo aun guardaba muchos misterios. La cara de terror del Gleen que era asfixiado por el viejo Jonh solo competía con la de su compañero que en un intento de huir fue alcanzado y sujetado por la espalda por el Gleen del año 2023.

El viejo Gleen desapareció llevándose consigo a un aterrado y casi muerto por asfixia Jonh Gleen a no sé qué lugar del tiempo o del multiuniverso. Por otro lado, el Gleen más joven decía a su contrincante:

- Te gustaría visitar el espacio sideral. ¿Qué tal cinco mil millones de años al pasado? – Le dijo mientras me observaba sonriente.

Aquella versión malévola de mí, al escuchar la amenaza de quedar flotando en el espacio en medio de la nada intento escapar golpeando la cara de mi contraparte, pero este fácilmente lo esquivo y respondió dando un fuerte gancho en su costilla izquierda sacándole el aire.

- Sabes que soy mucho más fuerte que tu Jonh, no te humilles a ti mismo de esa forma. Ahora despídete del planeta tierra y abraza la agonía de una muerte horrible. Siempre quise decir una frase tipo de súper héroe, jajaja– Dijo bromeando aun sabiendo que moriría al tiempo que saltaba cinco mil millones de años hacia atrás.

A pesar de que yo había prometido que no intercedería corrí hacia su dirección al tiempo que le gritaba:

- Nooo. No lo hagas por favor.

Era demasiado tarde y justo antes de desaparecer solo me alcanzo a decir:

- Pensándolo bien, creo que, si lo lograras Jonhy Boy, ah, y gracias por detener el tiempo. – En ese momento se desintegro hacia el pasado.

De... ¿detener el tiempo? Pensé que ellos habían sido los responsables de eso. De inmediato mire hacia la extraña silueta del muchacho, me guiño un ojo y salto en el tiempo, sin embargo, la energía proveniente de él era de un azul mucho más claro, casi blanco. ¿Pero quién demonios era aquel joven? En cuanto desapareció, la marcha del tiempo continuó su marcha normal. Aquellos bastardos no fueron rivales para los Jonh Gleen que estaban de mi lado. La lluvia continúo cayendo, la gente continua con sus actividades cotidianas, el pequeño rayo termino de golpear el piso y el perro continuo su carrerea a toda velocidad. Ahora solo quedábamos él y yo. Ya nada se interponía en mí camino, el Jonh Gleen de aquella línea temporal estaba a escasos cinco metros de mí, percibí la pétrea tristeza de sus ojos casi muertos, mortalmente helados como apagados. Estaba Absolutamente empapado, su pena era enorme, no había necesidad de que lo dijera. Observe mí reloj, faltaba aun un minuto y medio para que el rayo lo golpeara, extrañamente sentí que mi reloj había avanzando muy poco desde la última vez que lo mire. Momentos después descubriría la razón. También había un ligero problema. No sabía en qué punto caería exactamente aquel relámpago. Mi incertidumbre fue interrumpida cuando el cielo comenzó a iluminarse tanto que podríamos decir que se hizo de día por unos segundos. Venia un relámpago, uno muy fuerte, sin embargo, no debía de ser el que lo golpearía a él, no podía ser ese.

Volví a mirar el reloj para salir de dudas, aun faltaba un minuto y medio ¿otra vez? Fue cuando lo descubrí, algo terrible ocurría. Tomé aire para no caer desvanecido por la impresión y es que, en un último intento del destino por burlarse de mí, descubrí que el segundero no avanzaba y es que mí reloj me estaba dando ¡información falsa! quizás de un minuto o quizás de segundos, pero falsa y vital al fin, mi reloj se había descompuesto. Y sin saber cuánto tiempo estuvo dándome la hora errónea corrí por inercia en dirección a aquel Jonh Gleen para alejarlo de allí a toda velocidad. El resplandor de las nubes aumentaba aun más, signo de que el rayo caería en ese preciso instante, fue cuando ocurrió algo que jamás estuvo planeado.

Lo último que pude hacer fue lanzarme contra él tumbándolo de espaldas hacia una pequeña jardinera. Mientras el caía en el suave pasto su cara se deformo de asombro al ver a un doble exactamente igual a él. Mientras tanto yo por segunda ocasión recibía una poderosa descarga eléctrica que me atravesaba despiadada y dolorosamente todo el cuerpo.

- Haaaaggggg.

Perdí la noción de todo. Mil imágenes por segundo se presentaban en mí mente a toda velocidad y sin orden específico. Iban y venían, hechos y eventos que ni si quiera me habían sucedido a mí, pero si a otros Jonh Gleen. De la nada una gran bola de energía azul salía de un agujero de gusano que me envolvía absorbiéndome toda la energía que a mí pobre y magullado cuerpo le quedaba. Mi habilidad de viajar en el tiempo ¡se había ido! De pronto todo se volvía negro y mi conciencia se perdía en el tiempo y el espacio una vez más, asimilando todo lo que pudo haber sucedido y también lo que ya no fue, era demasiada información para procesar en un minuto, en especial para un hombre de mente y cuerpo ahora mundano como yo. La cabeza me palpitaba de dolor y un extraño, pero placentero calor comenzó a recorrer mis manos, la obscuridad se volvía la reina del paisaje que me rodeaba de pronto un agudo pitido me despertaba exaltándome ¿era mí despertador? Parecía ser que solo tuve los ojos cerrados todo ese tiempo.

Abrí los ojos de inmediato, imp... imposible, me encontraba en mí departamento. Me puse de pie rápidamente aun con la cabeza un poco adolorida, no sabía cómo había llegado hasta allí. Sobre mí buró estaba la pluma que papá me había obsequiado. Inspiré profundo y mientras miraba el techo de mi alcoba recordé todo, absolutamente todo. Observe mí reloj de pulso y este anunciaba las 8:02 am, al parecer ya funcionaba nuevamente, pero la fecha que marcaba fue lo que me llamo especialmente la atención. Indicaba que era 16 de junio pe... pero ¿del año 2014? Ese era justo el día en que yo recibía la confirmación por parte de la empresa de bienes raíces para comenzar a laborar. Quise comprobar los hechos y miré mí brazo justo en el punto donde el viejo Gleen me había realizado un corte en el año 2023, pero no había nada, ni la más mínima cicatriz, era como si nunca hubiese ocurrido nada y, sin embargo, estaba viviendo casi siete meses en el pasado.

Una notificación de mensaje sonó en mí teléfono móvil, era un mail. De inmediato lo abrí, y decía:

16 de junio del 2014.

Estimado señor Jonathan Gleen Brown, es una pena para nosotros que haya decidido no ingresar a laborar a nuestra muy distinguida empresa.

En verdad me gusto mucho su currículum por eso es que yo mismo que soy el gerente general de Soluciones Inmobiliarias A.C le escribo personalmente. Por favor siéntase libre de venir a una entrevista en caso de que cambie de opinión, si se anima le aseguro que haremos un tigre de usted en el área de ventas de inmuebles.

Atte. Jacob Soyer Anderson

Excelente, era una buena señal de que el plan estaba dando resultado, tal y como lo había planeado Jonh del 2023, había cancelado mi proceso para ingresar a trabajar en la compañía, parecía que todo marchaba viento en popa. Solo quería confirmar una última cosa, así que me cambie de ropa. En el closet lo primero que encontré fue mi sudadera gris, aquella que estuvo presente en tantas aventuras. Tomé la prenda entre mis manos como aquel que tiene el más grande de los tesoros frente a él, me la puse y fui a casa de Kym. Al llegar a su domicilio lo primero que hice fue sentarme en la acera de enfrente y me coloque la capucha pensando que ella quizás pudiese reconocerme, aunque eso sería imposible, de todos modos, la capucha me daba una falsa seguridad. Estuve casi cuarenta minutos esperando hasta que la puerta de su casa se abrió, era ella. Majestuosa y hermosa como siempre, pero sobre todo ¡estaba viva! Ya vestida para ir a trabajar a aquella empresa a la cual yo estaba destinado a ya no hacerlo, ni si quiera de acercarme nunca más.

Kym comenzó a avanzar y cruzo la calle hacia mi dirección. Quedo a escasos cuatro metros de mí, por inercia baje la mirada para ocultar mi rostro. Entonces hizo la parada a un taxi, pero justo cuando Kym se disponía a entrar al vehículo, una moneda cayó de su cartera rodando hasta chocar justo en mí tenis derecho. Me puse tenso y muy nervioso. Me dije a mí mismo - Tranquilo Jonh Gleen, ella ahora no sabe ni que existes. Tome su moneda y sin ponerme aun de pie le estire la mano desde mi posición para entregársela. Nuestras miradas se cruzaron. Te juro que intente no ser tan obvio, pero es que ella no me quitaba la vista de encima, ni si quiera hizo caso al hecho de que le estaba entregando su moneda, al grado de que me dejo con la mano estirada. No reacciono, hasta que dije.

- ¿Todo bien señorita?

- Am, si este yo, perdón. Acabo de tener un deja vú muy intenso, discúlpeme por favor.

- Si entiendo, a mí también me pasa mucho – No te imaginas a que grado – Pensé.

- Disculpe, pero de casualidad ¿nos conocemos? – Pregunto sin dejar de obsérvame.

Y sintiéndome triste y acongojado por no poder decir nada, ya que no quería que se presentara la menor oportunidad de que se repitieran los hechos, solo me limite a responder en forma de coqueteo;

- Si, puede ser que nos conozcamos en otro universo o en otra vida, además no creo en las casualidades yo prefiero llamarles causa-lidades.

Mí mal chiste no le dio gracia alguna. Su expresión era muy seria, como confundida. Ahora más que nunca en ese momento incluso pensé que si me quitaba la capucha de la sudadera ella me reconocería, claro, como si eso fuera posible.

- Lo siento amigo, quizás lo confundí con alguien, bueno, debo ir a trabajar. - Dijo al tiempo que subía al taxi como dudando si quedarse o irse.

Y aun sin salir del nerviosismo ni de la incertidumbre de lo que acababa de pasar, me puse de pie y miré en dirección al taxi que ya se alejaba de aquel lugar.

Kym desde el asiento trasero no dejaba de voltear hacia atrás buscando mi mirada. Y así como aquel taxi alejándose, mis ilusiones y esperanzas de una vida feliz al lado de ella también se iban por el caño para no volver jamás. Me quedaba la alegría de saber que ella estaría bien, y que así seguiría siendo por mucho tiempo.

Me di medía vuelta mientras en silencio las lágrimas inundaban mis ojos, me alegré de que no hubiera nadie viéndome. No podía creerlo, había cruzado océanos de tiempo para estar con ella y aun así no, no lo conseguí. Solo esperaba no caer en debilidad y no terminar buscándola una vez más, así que pensé que lo mejor sería cambiar de ciudad, de residencia o quizás de país. Los bosques canadienses me gustaban mucho, después de todo el viejo Jonh Gleen me dijo que tarde o temprano terminaría viviendo ahí. Tuve una idea, con la moneda que Kym había olvidado decidiría mi destino. Cara, me cambiaria solo de ciudad, cruz, me largaba a Canadá.

Lancé la moneda al aire y mientras esta caía girando de regreso, pensé – Y qué importa si tengo que comenzar desde cero, después de todo se me había dado la oportunidad de volver a empezar...

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