Aun Más Confuso.

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Veinte minutos antes...

Lo sujete de la sudadera con firmeza y al acercarlo hacia mí, aquel sujeto levanto la cara. Pude ver quién era, ¡lo solté inmediatamente!

Era imposible

- ¡Por... por diooos! - Grite.

¡¡Era yo mismo!!...

- Imp, impo imposible - Pude decir al fin.

Sentí como una cubetada de agua helada sobre mi espalda. Me costaba articular palabra alguna.
Involuntariamente temblé un poco por escalofrío y otro tanto por miedo.

Di dos, tres tal vez cuatro pasos hacia atrás. Mi cuerpo entero vibraba. Lo admito moría de pavor.

Tal vez me taches de loco o aún más. Pero juro por la gloria de mí madre que era yo mismo, era un yo idéntico frente a mí y si te estás burlando en este momento, créelo no te culpo, y, sin embargo, insistiré en decir que la persona que estaba frente a mí no es que se pareciera a mí, realmente era yo, un yo tan idéntico como el que veo en el espejo a diario.

- ¿Pero cómo? ¿Por qué? ¿Quién demonios eres? - Le pregunte.

- Ho Jonh Jonh, aún recuerdo este día, ¿Tan patético me vi?
Estoy contigo a diario, a donde vayas yo te sigo como una sombra, me miras a diario en el espejo. Jonh Gleen, tu sabes perfectamente quien soy, tus ojos no te mienten.
Yo soy tu, no hay más explicación por ahora.

- Con mil demonios, ¿de qué hablas?

- Ya no pierdas más el tiempo y haz lo que te dije.
Dirígete al domicilio de Kym y evita que cruce la calle, después vuelve a tu departamento y lee la carta que te deje. Allí encontraras respuestas, y por favor, ya cierra la boca y deja de tartamudear. Pronto lo entenderás todo o casi todo, yo aun no entiendo algunas cosas, ahora ve, Kym te necesita.

Al nombrar a Kym desperté del shock en el que me encontraba, aunque no estaba del todo recuperado, salí corriendo como un rayo.

Las sorpresas apenas comenzaban. En cuanto me aleje un poco de aquel punto, una especie de energía azul comenzó a formarse a mis espaldas. Era un azul rey brillante e intenso, muy muy fuerte y del mismo tono que aquel químico donde metí mí mano en casa de Mike. Algo raro me ocurría, mis manos comenzaron a brillar en el mismo tono intenso, como si por alguna razón reaccionara a aquella energía. Una especie de luz azulosa salía de mis manos, era una energía muy fuerte e incluso quemaba un poco, casi la misma sensación de sostener una taza de chocolate espumoso entre tus manos.

Fije mí mirada en mí otro yo y este me sonrió al tiempo que dijo;

- Jonh, todo saldrá bien, lo sé porque estoy hablándote ahora mismo, ya entenderás.

Mientras él hablaba me percaté de que aquélla energía azul provenía de su cuerpo. Lo recorría de arriba abajo. Era una energía que lo cubría como una especie de cúpula, pero más delgada.

De la nada desapareció dejando una pequeña onda de luz blanca que se extendía hacia todos lados alejándose rápidamente, era sutil pero perceptible. Estoy seguro que si aún hubiera luz de sol ni si quiera se notaría, pero no pasaría desapercibida ya que un pequeño zumbido y una sensación como de estar frente a un subwoofer invadía todo el ambiente por unos segundos.

El realmente se había ¿desintegrado?

Yo estaba muy muy asustado, quería más que nada en el mundo irme a mí departamento, pero aún allí, en mí apacible santuario personal, la locura había llegado también. Decía que había dejado una carta en la mesita de noche.

El Maestro Del Tiempo. ¿Y si?...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora