El Maestro Del Tiempo. ¿Y si?...

Un presente alterno 3. - Una pequeña oportunidad.

Si todo era cierto y si cabía la más mínima posibilidad de que estuviera viviendo tres días en el pasado, hoy tiene que ser lunes 26 de octubre del 2015.

Kym debe de estar en el supermercado ahora mismo antes de ser atropellada y mí yo de esta línea temporal en la oficina trabajando sin siquiera imaginar lo que estaba a punto de ocurrir. Esa era la razón de que el departamento estuviera vacío en ese instante. No sabía a qué atribuir todo esto, si al líquido azul o quizás el rayo que me golpeó, tal vez era consecuencia de ambas cosas. En ese momento estaba más emocionado por la posibilidad de evitar la muerte de Kym, que el mismo viaje en el tiempo en sí.

Pero desde luego que me hacía las mismas preguntas que tú. ¿Cómo? ¿Por qué exactamente? y otras cuestiones que por el momento no convenía prestarles mucha atención si realmente quería hacer algo por ella.

Mi teléfono móvil no lo tenía a la mano, en realidad la última vez que lo vi estaba en mí mesa, pero allá en el futuro de tres días. Es lógico suponer que mí yo del pasado tenía el móvil correspondiente a esa línea temporal, así que sin perder más tiempo en locas divagaciones tome el teléfono fijo y le marque a Kym al celular con una pequeñísima pero ambiciosa esperanza de que me respondiera. Mi parte racional se negaba a creer lo que estaba sucediendo. ¿Quizás estoy soñando? - Me repetía.

Y, aun así, con esa duda carcomiendo mí cabeza, era lo único que necesitaba, una pequeña e insignificante esperanza de que ella tome el teléfono y respondiera.

Marque su número.

- Por favor, por favor, por favor, responde mí amor. - Me decía en voz alta.

Su móvil comenzó a sonar.
Ya era algo. En teoría debería de estar apagado o sin pila, así que eso lo tome como algo de buena suerte.

- Jonh, amor ¿Eres tú?

¡Era ella, era Kym! Me quedé petrificado, no supe que decir, no supe con qué palabras iniciar, pero como pude empecé a hablar.

- Sí, soy yo Jonh, escucha, no tengo mucho tiempo para explicar.

Pero me interrumpió de inmediato.

- ¿Qué haces en la casa? Deberías de estar en la oficina, te tenía preparada una sorpresa, se suponía que yo te debo de preparar la cena y....

- Escucha bebé, eso ya no importa ahora por favor mí amor, escúchame.

Fue inútil, me volvió a interrumpir.

- Diablos Jonh la fila para pagar está avanzando y se me rompió la bolsa de vegetales, te llamo en unos minutos o espérame mejor, llegare a casa como en treinta minutos.

- No, no, no escúchame amor - Le suplique.

Volvió a interrumpir.

- Bueno ¡ya se! Te marco en cuanto salga del supermercado, como en diez minutos. Aquí todo es un caos y no puedo sujetar las bolsas y el teléfono al mismo tiempo.

Inmediatamente colgó el teléfono.

- ¡Maldiciooón! - Grite

Volví a marcar, pero ya no respondió.

- Tranquilo Jonh, tranquilo. Piensa, piensa...

Entonces mire el reloj cosa que a partir de ahora haría exageradamente de manera compulsiva. Eran las 6:30 pm. Comencé a analizar la situación, si Kym estará diez minutos más dentro del supermercado y tardará otros cinco minutos en cruzar el estacionamiento más otros cinco minutos aproximadamente en el que sucederá el accidente, entonces tengo veinte o quizás con suerte veinticinco minutos para hacer algo.