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La tensión que irradia el cuerpo de Dash es capaz de llenar todo el departamento de Alison, ésta se encuentra con la cabeza agachada, completamente incomoda con toda la situación.
—¡Estás simplemente loca, Holly! —grita, dejando que su puño se estrelle contra una de las paredes y Alison es la única que se sobresalta, en otros momentos lo haría, sin embargo, él ya no me asusta. No de la manera en la que debería. Me asusta saber que, tal vez por culpa de un hombre que él odiaba, sufriría por la falta de su hermano—. ¡¿Por qué diablos fuiste a esa casa?!
—Necesitaba hacerlo —murmuro, dándole una mirada. Mi ceño se frunce—. Sabía que te pondrías así si te lo mencionaba. Quería dejar claro de una vez por todas que Darikson no tenía una nieta en mí. Quiero que nos deje en paz.
Un nuevo golpe retumba en el interior del departamento y, algo asombrada, observo como Dash clava su puño en una de las paredes. Sé que el quejido brotando de su parte es grave, por lo que me levanto, ignorando todas las miradas de advertencia por parte de Alison y Elton.
Me acerco al tatuado, tomando su mano, la cual se encuentra sangrando.
—¿Qué? —escupe, completamente enojado, tratando de alejar su mano de la mía, sin embargo, no se lo permito.
—No me das miedo, Dash —digo, tirando de él—, si crees que empezaré ahora estás muy equivocado —Él moreno suelta un gruñido, luchando contra mi agarre, sin embargo noto que no quiere alejarse, porque, si así fuera, lo hubiera hecho sin titubear tanto—. ¿Tienes algún botiquín en el baño, tía?
La mano de la morena se levanta y señala las escaleras que llevan a la segunda planta y no dudo en tirar a Dash detrás de mí. Reniega un poco, soltando gruñidos cual perro, pero me sigue, sin llevarme la contraria.
Ambos subimos las escaleras, seguidos de las pesadas miradas de las únicas personas que me apoyaban a pesar de todo lo que estaba ocurriendo. Cuando llegamos al baño de Alison, le doy una dura mirada, obligándolo a tomar asiento sobre el inodoro, seguido de esto, me encargo de cerrar la puerta con pestillo.
—¿Por qué diablos siempre estás golpeando paredes? —pregunto, rebuscando entre las cosas de Alison. Cuando reviso las gavetas bajo el lavamanos, me encuentro con el pequeño botiquín—, pareces un niño haciendo pataletas, Dash.
—Y tú estás loca —dice, su mano toma la mía y tira de mí, obligándome a observarlo—. ¿Por qué diablos siempre haces las cosas que no debes hacer, Holly?
Nuevamente, tira de mí, obligándome a sentarme sobre sus piernas. Su mano lastimada termina en mi mejilla y, cuando creo que intenta besarme, me alejo un poco de él, sin embargo, él simplemente descansa su frente sobre la mía.
—Estoy bien —murmuro, porque no sé qué más decir para tranquilizarlo—. No iba a dispararme —digo, pese a las palabras que Elton había dicho anteriormente—, no a plena luz del día.
Dash suelta una risa carente de humor y dice—: Darikson Parks puede matar a su propia madre y hacerlo parecer un accidente, Holly. Lo hizo una vez, puede hacerlo de nuevo.
Sus palabras son duras y cargadas de tensión. Cuando deja caer sus ojos sobre mí, noto el odio que él sólo reflejaba hacia cualquiera de los Parks, sin embargo, justo ahora, siento que todo su enojo estaba enfocado en mí.
—¿De qué hablas?
Intento levantarme de su regazo, sin embargo él no me deja. En lugar de eso, su mano ilesa termina en mi cadera, sujetándome con firmeza en mi lugar.
—Él mató a Anais, Holly —dice—, no le tembló la mano para matar a una chica enamorada.
Mis ojos están sobre los de Dash y era capaz de sentir todo el dolor acumulado dentro de su cuerpo. Era capaz de sentir la angustia rasgando su corazón.
Era capaz de sentir la perdida que él sentía por su hermana.
>>Él no sólo acabó con mi padre... se llevó a mi hermana sin importarle nada. ¿Qué crees qué pensé cuando Alison me dijo que estabas en esa maldita casa junto a él?
Los dedos de Dash queman contra la piel de mi cadera. Me siento incomoda al sentir su mirada esperando respuesta de mi parte y, por primera vez, no sabía qué decirle al moreno.
Podía entender lo que quería decirme, sin embargo, él también tenía que aprender a entenderme.
No siempre iba a esconderme detrás de él cuando los problemas estén sobre nosotros. No podía dejarlo que me proteja de todo.
Sin siquiera pensarlo, dejo que mis labios se cierren sobre los suyos. Dash no duda en responder a mi beso y, cuando lo hace, se levanta, obligándome a enrollar mis piernas en su cintura. Sus labios se clavan en mi labio inferior, haciendo que un gemido se escape de mis labios.
—Alison y Elton están abajo —murmuro, entre besos. El moreno ignora cada una de mis palabras, colocándome sobre mis pies para únicamente ayudarme a deshacer de mis pantalones.
Sus manos son torpes, mucho más de lo debido y, aun cuando no intenta tocarme con su mano lastimada, gran parte de mis piernas terminan cubiertas con el líquido carmesí escapando de la misma. Sin cuidado alguno, vuelve a levarme luego de que se deshace del botón de sus pantalones.
Sus labios se cierran sobre los míos y no puedo evitar soltar un quejido cuando sus dedos se encargan de colocar a un lado mis bragas. Una leve mordida es dejada en mi labio inferior antes de que Dash diga—: Se silenciosa, Holly.
Mi boca se abre y Dash no duda en bajar una de mis piernas para colocar su mano sobre mis labios cuando entra de golpe en mí. La sensación de estiramiento me golpea con fuerza y un leve lloriqueo abandona mí garganta.
Dash golpea mi trasero y, con lentitud, retira la mano que cubre mis labios. Mis ojos se cierran y lo único que soy capaz de hacer es tirar la cabeza hacia atrás cuando el tatuado se presiona en mi interior.
—No volverás a salir de casa sin decirme a dónde irás, antes, ¿entiendes? —Una de sus manos tira de mi cabello, sin llegar a lastimarme, obligándome a observarlo a los ojos—. Responde, Holly.
—No lo haré...
Él suelta una maldición e, ignorando su mano lastimada, me toma por el trasero, presionándose tan dentro de mí que mi respiración empieza a fallar. Su cadera se mueve con lentitud y, en un beso suave, me indica que no iba a parar hasta que aceptara su orden.
Algo que no estaba dispuesta a hacer.
La lenta carrera que él inicia en mi contra, hace que cada uno de los músculos de mi vientre se tense. Mis uñas terminan clavándose en sus hombros y, cuando pienso que no podré mantenerme de pie, él me levanta del suelo, haciendo que el ángulo de su penetración sea aún más profundo.
—D-Dash...
—Mantente callada, Holly —gruñe, aumentando la velocidad de sus embestidas. Un largo gemido me abandona y mi espalda se arquea cuando en un dos por tres termino corriéndome alrededor de Dash.
El moreno gime, abrazándome con fuerza y se las arregla para aumentar su velocidad. Siento mi cuerpo pesado y cada parte sensible en mi cuerpo reacciona ante el simple roce contra la piel de Dash. Duros dedos se presionan en la piel de mi cadera y un largo siseo abandona al tatuado cuando se corre en mi interior.
Sé que no usamos condón, sin embargo, no me molestaba. Tal vez, si Dios así lo quería, quedaría embarazada y, al final de cuentas, podríamos ser felices.
—Dios —suelta Dash, presionando un beso en mi frente y aferrándose a mi cuerpo—, no vuelvas a preocuparme de nuevo, Holly, por favor.
>>Si algo te ocurre yo...
—No ocurrirá nada —musito, interrumpiéndolo—. Somos tu y yo contra el mundo después de todo, ¿no?
Él asiente sin decir una sola palabra y, por primera vez, quiero quedarme así para siempre. Estar estática sin tocar nada y sólo ser parte de Dash.
Deseaba que fuese así todo el tiempo...
~*~
—¿Qué haces? —Dash se deja caer junto a mí en el sillón, con sus dedos gira un poco la laptop en mis piernas y suelta un bufido ante el sin fin de letras que hay en la misma—. ¿Aún no lo terminas?
—No —suelto una risa. Todo lo que había ocurrido días atrás parece haber sido olvidado por el tatuado, sin embargo, cuando quería salir de casa, tenía que hacerlo a su lado. En cierto modo había acabo con la confianza que él tenía en mí—. Aún me quedan cinco páginas por terminar, ¿por?
—Saldré con Ethan —dice, se acomoda en el sillón de modo que sus labios encuentran el hueco que se forma entre mi cuello y mi hombro y una sonrisa tira de mis labios cuando sus dientes mordisquean la piel sensible de esa zona—. Iremos a la empresa... ya sabes, tengo que hacer acto de presencia...
—Lo sé —Le doy una mirada, a pesar de todo, estaba orgullosa de Dash. Él podía ser un hombre con poca cordura, agresivo y algo loco, sin embargo, era el hombre del cual estaba enamorada—, Adrien saldrá el sábado.
Una genuina sonrisa se apodera de sus labios y deja un beso rápido sobre los míos antes de decir—: Te amo.
—Te amo —digo, sin más, observando al moreno levantarse del sillón y hacer su camino hacia la entrada principal—. ¡Traes pastel de chocolate cuando vuelvas!
—¡A la orden, señora Barton! —Una risa se escapa de mi parte y luego el sonido de la puerta cerrándose me indica que él se ha marchado.
Niego un tanto divertida.
Un día después de someterme al castigo de Dash Barton, habíamos obtenido otra cita para obtener nuestro permiso para casarnos, ésta vez todo controlado por él mismo.
Nos habíamos tardado más en vestirnos, que en obtener aquel papel. Al parecer, Dash tenía todo preparado para que simplemente fuéramos a firmar y ahora lo único que esperábamos era tener a Adrien y su familia con nosotros para colocar una fecha fija para la boda.
Según tenía entendido, tanto Alison como Elton estarían ese día, al igual que la madre y los hermanos de Dash. Una boda pequeña, tal y como siempre quise.
Un suspiro se elimina de mi parte y me enfoco nuevamente en mi ensayo. Ahora, luego de haber leído más artículos y libros que en toda mi vida sobre el gen de asesinos, lograba entender a Dash un poco más.
Él no era malo, las personas a su alrededor hacían explotar lo que él trataba de controlar. Algo difícil de hacer cuando todo tu medio ambiente está rodeado de personas que sólo crean escenas para arruinar tu vida.
Dash no era el culpable de haber golpeado a aquella mujer, aun cuando él lo pensaba así. Varios artículos indicaban que su comportamiento era únicamente un reflejo de lo que los demás hacían. Esa noche en el bar, esa mujer lo presionó tanto que lo llevó a golpearla, sin embargo, ese hecho no lo exentaba de toda culpa.
Y el vivir con aquel recuerdo, era parte de su castigo, un castigo que lo carcomía por dentro.
Una sonrisa se filtra en mis labios. Tenía el trabajo casi listo y me sentía orgullosa de saber que a Dash no le molestaba el tema que escogí. Después de todo era algo que, posiblemente, lo ayude a entenderse a él mismo.
El timbre de la puerta principal me saca de mis pensamientos y, con un suspiro, cierro mi computadora para luego dirigirme a la entrada. Cuando abro la puerta de madera, Dylan y Scott entran en mi campo de visión, detrás de estos se encuentran Cole y Ethan.
—¿Qué haces aquí, Ethan? —digo, algo confundida—. Dash me dijo que irían a la empresa.
—Será mejor que te sientes, Holly —Dylan es la única que habla, le da una mirada a su novio y con un leve asentimiento, ésta ingresa a la casa. Su mano toma la mía y una sonrisa tensa se forma en sus labios—. ¿Quieres sentarte?
—No —Me niego—, ¿Ethan?, ¿dónde está Dash?
El rubio ingresa a la casa, abriéndose paso entre Scott y su amigo. El oji-verde me observa con arrepentimiento.
—Dash no fue a la empresa, Holly —dice, con voz tensa.
—Ethan... —Scott empieza.
—Cierra la boca —escupe en su dirección, fulminándolo con la mirada—. Holly tiene que saber qué clase de persona es Darikson Parks.
—¿Qué?
—Encontramos un sobre en el despacho de Adrien —Empieza, tomándome por los hombros—. Había fotos de Anais... fotos que...
—La violaron —Dylan dice, haciendo que todos guarden silencio—. Ese maldito hijo de puta envió fotos con hombres violando a la hermana de Dash...
Alejo las manos de Ethan de mis hombros, negando con mi cabeza y sintiendo como la respiración se quedaba atrapada en mi garganta.
—No sólo eso —Scott es quien habla ésta vez—. Amenazó con hacer lo mismo contigo —dice, con lentitud—, Dash enloqueció...
Mi boca está abierta, sin embargo ni una sola palabra me abandona. Nada de eso podía ser verdad. Dash no había mostrado ni una sola pisca de enojo durante los últimos días, en lugar de ello, él era mucho más cariñoso.
Habíamos hecho el amor la noche anterior, al igual que cuando despertamos.
Todo parecía estar bien con él...
—Él no me dijo nada... —murmuro—, él se fue... dijo que
—Dijo que iría a la empresa —Ethan termina por mí, rodeando mi cintura para llevarme al sillón y sentarme en el mismo. El rubio se arrodilla frente a mí, observándome con arrepentimiento—. Le dije que te cuidaría hasta que él regresara, ¿está bien? Mike se encuentra con él, estarán bien.
—Dejé a varios de mis hombres alrededor de la casa —Scott dice, sin embargo se dirige únicamente a Dylan—. Iré por Dash.
—Tú no moverás tu trasero de aquí —Dylan suelta y, por primera vez, noto preocupación en ella. Toda el aura de confianza que mostró la primera vez que estuvo aquí se destruye en un abrir y cerrar de ojos—. Si algo te ocurre soy capaz de ir al infierno y acabar contigo, Scott Harford.
>>¿Entiendes?
Él ríe con suavidad, tirando de Dylan para dejar un beso en su frente y dice—: No iré solo, nena, prometo no meterme en problemas.
—No, no irás a ningún lugar —Niego, alejando las manos de Ethan de mis rodillas—. Y-yo iré... Yo tengo que ir.
—Dash matará a Ethan si te deja salir de aquí, Holly —Scott frunce su ceño mientras me observa—. Y yo lo mataré si las dejas salir a alguna de ustedes dos —dice, refiriéndose a Dylan también.
>>Iré por él para que no cometa alguna locura, es lo que menos necesita Adrien en éste momento. Podemos usar esas fotos como pruebas en contra de Darikson Parks, pero si Dash hace algo...
—Adiós a todo...
—No —Siento mis ojos cargadas con lágrimas—, es una trampa. Darikson Park sólo quiere arruinar la vida de Dash. Tengo que ir con él, por favor.
—Scott irá por él, Holly —Ethan me sujeta, impidiendo que logre deshacerme de su agarre, pero, de un solo tirón me deshago de su agarre, observando a Scott con ojos cargados de súplica.
—Scott —murmuro—, si Dylan estuviera en el lugar de Dash tu irías detrás de ella. Por favor... llévame contigo.
—Holly yo...
—Por favor —Lo interrumpo, dejando que las lágrimas se deslicen fuera de mis ojos—, necesito saber que él está bien. Él no merece sufrir más, mucho menos por mi causa.
—Dash me matará —dice, pasando su mano por su cabello—, ve por tus zapatos, niña, te llevaré.
Asiento y, tan rápido como sus palabras lo abandonan, corro escaleras arriba con el corazón a punto de salir de mi pecho.
Dash estaba a punto de encontrarse con Darikson Parks y si él fue capaz de apuntar un arma en mi dirección, no quería pensar en lo que haría si Dash se encuentra delante de él.
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